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martes, 25 de abril de 2023

19° Virrey: del Perú Pedro Antonio Fernández de Castro - Conde de Lemos y su Vínculo con Santa Rosa y el Señor de los Milagros

 


Pedro Antonio Fernández de Castro - Conde de Lemos, y su esposa la condesa Ana Francisca de Borja y Doria, fueron importantes auspiciadores de la canonización de santa Rosa de Lima, tanto en la Corte de España, y por esa intermediación con la Santa Sede. 


El 12 de febrero de 1668 Rosa fue beatificada, con una celebración oficial que se llevó a cabo el 15 de abril de ese año en la Basílica de San Pedro en Roma, la comunicación oficial llegó a Lima el 18 de enero de 1669. El conde y la condesa recibieron, el 15 de junio de 1670, en el puerto de Callao la escultura de la Beata Rosa de Lima enviada desde la Ciudad del Vaticano obra del escultor Melchor Caffa. 


Con ocasión de su beatificación, el féretro de madera de Rosa de Lima fue reemplazado por uno de plata, costeado por la condesa. 


Por requerimiento de la regente española Mariana de Austria, el 11 de agosto de 1670 Rosa fue nombrada Patrona de las posesiones españolas en América y Filipinas. 


La Beata Rosa de Lima, fue canonizada el 12 de abril de 1671 por el Papa Clemente X. 


Rosa fue la primera nacida en América en ser consagrada como santa católica. 


El Señor de los Milagros


Durante su gobierno se produjo un hecho prodigioso al intentar borrar la imagen del Señor de los Milagros, tal como lo pedía la iglesia católica, algo desconocido lo impedía y no fue posible hacerlo, razón por la cual el virrey asombrado decidió reconocer el culto a la imagen y mandó edificar una ermita. 


El 14 de septiembre de 1671 se ofició la primera misa ante las altas autoridades eclesiásticas y civiles, fecha que coincide con el día de La Exaltación de la Cruz, comenzándose a difundir el culto y a llegar de diferentes lugares numerosos fieles, comenzándolo a llamar al crucificado Santo Cristo de los Milagros, o de Las Maravillas. 


La Muerte del Conde de Lemos


Falleció en Lima, el 6 de diciembre de 1672. Su cuerpo fue sepultado en la Iglesia de Nuestra Señora de Desamparados siendo su corazón depositado a los pies de la imagen de Nuestra Señora de los Desamparados, en la Iglesia que ayudó a construir. 


Cuando la antigua Iglesia de Nuestra Señora de los Desamparados, detrás de Palacio de Gobierno, fuera demolida en 1938 el corazón del conde de Lemos fue llevado a la Iglesia de San Pedro y puesto en un nicho entre los altares de San Francisco de Borja y San Luis Gonzaga. El resto de su cuerpo fue trasladado a su ciudad natal. 

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lunes, 13 de marzo de 2023

LAS LUJOSAS CASAS DEL VIRREINATO DEL PERÚ QUE SE CONSERVAN INTACTAS - EL BOOM TURÍSTICO DE LIMA

 


Las lujosas casas coloniales en el centro de Lima, Perú son un testimonio de la rica historia arquitectónica de la ciudad. Estas casas fueron construidas durante la época del Virreinato del Perú, que duró desde el siglo XVI hasta el siglo XIX.


Las casas coloniales están ubicadas en los barrios de San Isidro, Barranco, Miraflores y el Centro Histórico de Lima, y se caracterizan por sus techos altos, balcones de hierro forjado y hermosos patios interiores.


Muchas de estas casas han sido restauradas y convertidas en museos, galerías de arte, tiendas y restaurantes, y son un destino popular para los turistas que buscan experimentar la rica cultura e historia de Perú. Las casas coloniales también son un recordatorio de la influencia española en la arquitectura y cultura de América Latina.

domingo, 25 de septiembre de 2022

Virreinato del Perú: La Joya del Imperio Español en América

 



El Virreinato del Perú fue una entidad territorial situada en América del Sur, integrante del Imperio español que fue creada por la Corona Española durante su dominio en América entre los siglos XVI y XIX. 


Abarcó los territorios de las actuales repúblicas de: Perú, Bolivia, Chile, Argentina, Paraguay, Uruguay, Colombia, Ecuador y Panamá, además de regiones del oeste y sur de Brasil y sur de Venezuela.


Fue creado en 1542 por orden real. 


La ciudad de Lima fue la capital del virreinato y sede del gobierno sudamericano.


El 15 de mayo de 1544 accedió al gobierno el primer virrey del Perú, Blasco Núñez de Vela. 


Fueron en total 40 los virreyes que gobernaron en 3 siglos.


El último virrey fue José de La Serna quién termina su mandato el 9 de diciembre de 1824



jueves, 17 de septiembre de 2020

Juicio de Residencia - Buena práctica que debe retornar a las naciones de América Latina


El juicio de residencia fue un procedimiento judicial del derecho castellano, que consistía en que al término del desempeño del funcionario público se sometían a revisión sus actuaciones y se escuchaban todos los cargos que hubiese en su contra. El funcionario no podía abandonar el lugar donde había ejercido el cargo, ni asumir otro hasta que concluyese este procedimiento. 

Generalmente el encargado de dirigir el proceso, llamado juez de residencia, era la persona ya nombrada para sucederle en el cargo. 

Las sanciones eran variables, aunque frecuentemente consistían en multas.

El juicio de residencia tuvo en la administración del Virreinato del Perú una gran importancia, y comprendía a toda clase de funcionarios, desde virreyes y presidentes de Audiencia, gobernadores, hasta alcaldes y alguaciles.

Todos los virreyes, representantes directos del rey de España, debían pasar su juicio de residencia antes de que tomara posesión del cargo su sucesor.

En este largo proceso se analizaba el grado de cumplimiento de las instrucciones recibidas a lo largo de su mandato y durante seis meses se investigaba su labor, reuniendo numerosa información a través de diferentes testigos. Otra de las fórmulas empleadas por la Corona para controlar a sus funcionarios, incluido el virrey en su calidad de presidente de la audiencia, era a través de la inspección conocida con el nombre de visita. Efectuada por un Veedor, nombrado para el caso por el rey, tenía como fin conocer los abusos cometidos por las autoridades, proponiendo las reformas necesarias.

Toda autoridad que termina de ejercer un cargo debe ser sometida a un juicio de residencia, es decir, las autoridades no se pueden mover de su lugar físico mientras dure una investigación en relación del desempeño. 

Este juicio es sumario y público. Terminado el juicio, si era positivo, la autoridad podía transitar libremente; en cambio, si había cometido cargos, errores o ilegalidades, podía ser sancionado con una multa o la prohibición de por vida de un cargo público.

Lamentablemente, esta buena práctica para frenar la corrupción, fue suspendida luego del proceso de independencia.

Las nuevas repúblicas que nacieron en América Latina al culminar el mandato del Imperio Español a través de los virreinatos, dejaron de practicar los juicios de residencia.

En esta situación, la corrupción avanzó y se instaló en la mayoría de gobiernos de los países de Latinoamérica.

Actualmente, no hay país en la región libre de corrupción la que muchas veces nace en los propios presidentes y congresistas del país.

Por ello, es necesario que retorne esta buena práctica virreinal.

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De una mirada a Goo Boo SE:

martes, 19 de noviembre de 2019

El Conflictivo Collasuyo


El Collasuyo o territorio de los Collas, fue una de las provincias en que se dividió el Imperio Inca o Tawantinsuyo.

Fue el mayor y el más austral de los suyos o provincias del Imperio, se extendía al sur de Cuzco (Perú), desde los Andes y el altiplano de Bolivia, hasta la ribera norte del río Maule (Chile), y desde las costas del Pacífico hasta los llanos de Santiago del Estero (Argentina).

Los reinos aimaras, con fuertes lazos culturales entre ellos, fueron llamados por los incas con el nombre genérico de collas.

Hacia 1450 fueron invadidos por las fuerzas del inca Pachacútec, quien conquistó el altiplano, después de grandes combates. 

El Collasuyo crece después hacia el sur con intervenciones de los incas Túpac Yupanqui y Huayna Cápac.

Los incas llevaron la cultura y el desarrollo a los pueblos que hoy son parte de Bolivia, Chile, Paraguay y Argentina.

Por el contrario, el Imperio Inca tuvo que enfrentar continuas revueltas en el Collasuyo, enviando sus ejércitos a combatirlas y restablecer el orden.

Con la llegada del Imperio Español, el Collasuyo pasa a formar parte del Virreinato del Perú que tenía a Lima como capital.

Al igual que los incas, los españoles llevaron a esas tierras cultura y desarrollo, pero no pudieron evitar los desórdenes y conflictos internos entre collas.

Para sofocar y restablecer el orden, fueron enviados desde Lima, en varias oportunidades, numerosos regimientos del Ejército Real del Perú.

En la actualidad, el espíritu conflictivo del Collasuyo se mantiene, estamos viendo como Bolivia y Chile han generado conflictos autodestructivos imparables con severos atentados contra la vida y la infraestructura física de las ciudades.


LIBROS SUGERIDOS SOBRE PERU:
Ya no existen ni el Imperio Inca, ni el Virreinato del Perú, entonces la solución a los conflictos se hace mucho más difícil porque depende de cada país colla.

Nos preguntamos ¿en el futuro será necesario restablecer una organización como el Tawantinsuyo o Virreinato del Perú con capacidad de actuación en la Sudamérica Castellana?.

Mientras tanto, en la actualidad, Perú está obligado a mantener una importante fuerza militar con capacidad suficiente como para afrontar en cualquier momento conflictos destructivos generados en el Collasuyo actual que podrían sobrepasar sus fronteras. (jlhurtadov@gmail.com)

miércoles, 16 de marzo de 2016

El Legado de Destrucción que Dejaron en Perú José de San Martín y Simón Bolivar

Corbeta HMS Beagle
Nave que Transportaba a Charles Darwin

José de San Martín primero, con tropas argentinas y chilenas y luego Simón Bolivar con un núcleo británico al que se sumaron soldados de Venezuela, Colombia y Ecuador, fueron los grupos que se concentraron en Perú para destruir Lima, el Virreinato del Perú y proclamar la "independencia", algo que la mayoría de peruanos no quería, porque formaban parte de la población más avanzada del continente.

Todos estos ejércitos se retiran del Perú, dejando a Lima y todo el país destruido, en un caos absoluto y con sus arcas vacías producto del saqueo que sufrieron. 

11 años después de la capitulación de Ayacucho, en 1835, el famoso naturalista ingles Charles Darwin, arriba al puerto de El Callao en la corbeta Beagle, en la cual realizaba uno de sus viajes de investigación. 

Leyendo la siguiente reproducción del diario de viaje de Darwin en el que narra lo que vió durante su estadía en Lima, podemos conocer el estado desastroso de la ciudad, situación que se proyectaba a las provincias peruanas, panorama de destrucción que se constituye en el legado independentista de José de San Martín y Simón Bolivar a los peruanos.

En el siguiente texto "Darwin en Lima", tomado de un artículo del historiador peruano Héctor López Martinez, publicado en el diario El Comercio de Lima, el científico inglés describe lo que encontró en Lima y El Callao:

"En su diario de viaje, verdadera joya de informaciones, Darwin anota que el Beagle echó el ancla en el Callao el 19 de julio de 1835 y permaneció en el puerto durante seis semanas. Eran días de caos y guerra en el marco de la Confederación Perú-Boliviana. El invierno se mostraba con toda su crudeza. “Espesa capa de nubes cubre siempre las tierras —observa Darwin— , de tal modo que durante los dieciséis primeros días no vimos más que una vez la Cordillera detrás de Lima. Vistas en lontananza estas montañas, elevándose unas detrás de otras a través de las nubes, presentan hermosísimo espectáculo”. Darwin describe nuestra limeña garúa “que embarraba las calles y mojaba las ropas”, a la cual llama “rocío peruano”. Observa que una lluvia abundante crearía una catástrofe, “puesto que las techumbres de las casas son planas y hechas sencillamente de barro endurecido (adobes)”. Lima, en suma, no le gustó. Relata la abundancia de enfermos de fiebres palúdicas, que no distinguían entre naturales y extranjeros. Cree que esta enfermedad la causan las miasmas —efluvios o emanaciones nocivas del aire, suelo o agua— teoría muy difundida en ese tiempo, según recuerda el notable médico e historiador Henry E. Sigerist en su libro “Civilización y enfermedad”. Darwin anota que en la costa del Perú el calor no es excesivo y por eso las fiebres no son tan perniciosas. Respecto de nuestra situación política, Darwin señala que “ningún Estado de Sudamerica ha sido castigado por la anarquía como el Perú desde la declaración de su independencia”. Desgraciadamente tenía razón. La lucha caudillesca entre Santa Cruz, Gamarra, Orbegoso y Salaverry parecía no tener fin. Este último, mediante decreto, le había declarado “guerra a muerte” a Santa Cruz y Darwin pudo ver que las tropas formadas en la plaza mayor durante el Te Deum de Fiestas Patrias no enarbolaban nuestra bandera bicolor sino los pabellones negros de Salaverry. Darwin describe a Lima como una ciudad casi en ruinas. “No están pavimentadas las calles, y por todas partes se ven en ellas montones de inmundicias, arrojadas de las casas, en las cuales los gallinazos negros, tan domesticados como nuestras gallinas, buscan los pedazos de carne podrida”. Darwin opina que Lima, “en lo antiguo”, ha debido ser una ciudad espléndida. “El extraordinario número de iglesias con que cuenta —concluye el naturalista inglés— le da todavía hoy un carácter original, sobre todo cuando se la ve desde breve distancia”. Darwin visitó y exploró también la isla San Lorenzo y algunas huacas que suponemos estaban en el actual Miraflores o en Maranga. Cuando las describe podemos percibir que nada escapa a su interés y, de inmediato, tomaba apuntes con el objeto de poder estudiar más detenidamente los detalles que llamaron su atención. Al momento de reanudar su viaje a bordo del Beagle, el joven naturalista da rienda suelta a su incomodidad y, como despedida, lanza duros epítetos contra el Callao y sus habitantes. Ciertamente Darwin no tuvo el menor interés de tomar contacto con nuestras gentes, conocer su carácter y costumbres. Era un científico que en ningún momento se apartó del objetivo de su largo y fructífero viaje." (Datos: Reflexiones desde Perú - reflexionesdeperu.blogspot.com)

sábado, 5 de diciembre de 2015

Los Aportes Recíprocos entre España y el Perú durante el Virreinato

Lima Capital del Virreinato del Perú
Imagen: www.todocoleccion.net

Siempre se dice que los españoles vinieron al Perú solamente para hacer fortuna a través del oro y la plata que eran enviados en grandes cantidades por casi 3 siglos con destino al rey de España y también en beneficio propio.

Se dice también, que en cambio los ingleses que llegaron a norteamérica fueron a quedarse trabajando la tierra.

Ambas afirmaciones pueden tomarse como ciertas solamente si se miran en forma parcializada y negativa.

Lo cierto es que España aportó mucho durante los 3 siglos en que el imperio español dominó en Perú y Sudamérica.

¿Que trajeron los españoles durante el Virreinato del Perú?

-La religión católica

-El idioma castellano - hablado y escrito

-El Caballo

-La rueda

-El ganado vacuno, ovino y porcino

-Los sistemas de cultivo

-La vid, el vino y el vinagre

-El carro con ruedas, la polea y el torno de alfarería impulsado por una rueda.

-Vegetales comestibles como los garbanzos, las lentejas, el arroz, las almendras, las lechugas, las espinacas, las acelgas, las berenjenas, los ajos, las cebollas, las pasas, el azúcar y el limón.

-El hierro, el acero y la metalurgia.

-Las técnicas de navegación transoceánicas, la ballestina (un instrumento marítimo utilizado para determinar la altura de los astros), el astrolabio, el cuadrante, la cartografía y la brújula marina.

-La imprenta y el papel

-Los talleres de arte y metalúrgicos avanzados

-Las armas de fuego

-La pólvora

-La organización física y administrativa de los pueblos.

-Las viviendas y edificaciones según arquitectura vigente en Europa

-Los hospitales y farmacias

-Las escuelas

-Las universidades

Las profesiones

-La organización del Estado, el ejecutivo, el legislativo, el judicial.

-Las artes: Pintura, ebanistería, alfarería, escultura, baile, teatro etc

-Música, danzas, canto que se mantienen hasta la actualidad convertidos en folklore de los pueblos andinos incluyendo los vestidos de la época del virreinato, hoy algo adaptados a los gustos de los pueblos.

-La comida, que hoy es parte de la fusión gastronómica peruana que destaca en el mundo.

Pero también Perú aportó:

-El oro y la plata que financiaron al reino de España

-La papa o patata, que es hoy uno de los principales alimentos de los españoles.

-El cacao y el chocolate

-El maiz

-El algodón

-El frijol o alubia

-El pallar o judía

-El tomate

En los 3 siglos que estuvo vigente el Virreinato del Perú vinieron a Perú españoles del más alto nivel incluyendo a aquellos con diversos títulos de nobleza que lograron ubicar al Perú en la Epoca de Oro de su historia, siendo Lima la ciudad más destacada de Sudamérica, por su población con grandes personajes y los mejores inmuebles, obras de arte, libros, joyas etc., con un elevado nivel de vida que era superior a cualquier otra ciudad del subcontinente.

Algo también muy importante, fue la estabilidad otorgada por los virreyes que lograron poblaciones ordenadas y cumplidoras de la ley.

No es cierto que los españoles vinieron solo a sacar oro y plata, también tomaron posesión y trabajaron las tierras aplicando las mejores tecnologías de la época. Muchos de estos españoles se instalaron definitivamente en Perú trayendo a sus familias o casándose con mujeres del lugar dando origen a un fuerte mestizaje.

Lamentablemente, con la llegada de la república todo lo ganado se perdió, entrando a una etapa oscura de la que Perú recién está saliendo, cuando se van a cumplir en el 2021, 2 siglos desde el fin del virreinato

Podemos afirmar que la balanza de los aportes recíprocos fue muy positiva para Perú (jlhurtadov)

jueves, 26 de enero de 2012

El Virreynato del Perú - la Posesión Más Importante de la Corona Española

Virreinato del Perú

El Virreinato del Perú fue una entidad territorial integrante del Imperio español situado en América del Sur, establecida por la Corona española durante toda la era de su dominio en el Nuevo Mundo, entre los siglos XVI y XIX.

Tras la conquista del Perú, los conquistadores entraron en una guerra civil, por lo que el rey Carlos I, por medio de la Real cédula firmada en Barcelona el 20 de noviembre de 1542, suprimió las gobernaciones de Nueva Castilla y de Nueva Toledo y creó el virreynato del Perú. 

Éste comprendió en un inicio y durante casi 200 años, gran parte de Sudamérica y el istmo de Panamá, bajo diversas formas de control o supervigilancia de sus autoridades; sin embargo, a lo largo del siglo XVIII, y hasta la independencia de esas zonas respecto del poder español, correspondió a lo que hoy en día son territorios que forman parte de las Repúblicas de Argentina, Uruguay, Paraguay, Bolivia, Colombia, Chile, Ecuador , Panamá y Perú.

A principios del siglo XIX, el virreynato del Perú, se ha denominado la posesión más importante de la Corona española al tratarse de una de sus más importantes fuentes de riqueza. 

El virreynato peruano durante el proceso de independencia hispanoamericana se convirtió en el último bastión y centro contrarevolucionario en América del Sur, obligando a José de San Martín a abandonar su empresa emancipadora tras establecer la República del Perú, hasta que bajo la división partidista, y sin auxilios de España, el virreynato sucumbió finalmente en las campañas de Simón Bolívar.

En lo militar el virreynato del Perú financió y apoyó militarmente, por medio del envío de soldados y provisiones desde el Perú, las campañas contra los mapuches en la Guerra de Arauco que se extendió por gran parte del período colonial, solamente en el año 1662 fueron enviados 950 soldados y 300.000 pesos para los gastos de guerra, de igual manera del virreynato peruano partían las directivas generales para la conducción de la campaña como fue la que envió el virrey Príncipe de Esquilache ordenando una guerra defensiva contra los indios y la prohibición del servicio personal de éstos. 

La fortificación del puerto del Callao y la manutención de una fuerza naval para defender las colonias próximas de incursiones de corsarios y piratas fue también responsabilidad de los sucesivos virreyes del Perú.

Historia

Antecedentes

Con la entrada de los españoles en la ciudad del Cuzco en 1534, concluyó la conquista militar del Perú, llevada a cabo por Francisco Pizarro y dio comienzo el desarrollo del asentamiento colonial en el área dominada hasta ese momento por el Imperio inca o Tahuantinsuyo. 

Así, durante el reinado del rey de España, Carlos I, por real cédula firmada en Barcelona el 20 de noviembre de 1542, se creaba el virreynato del Perú, eliminando las gobernaciones sudamericanas incluida la Gobernación de Nueva Castilla, otorgada a Pizarro.

Establecimiento del Virreinato

El 20 de noviembre de 1542, el monarca español Carlos I de España firmó en Barcelona por Real Cédula las llamadas Leyes Nuevas, un conjunto legislativo para las nuevas colonias americanas entre las cuales dispuso la creación del Virreynato del Perú en reemplazo de las antiguas gobernaciones de Nueva Castilla y Nueva León al tiempo que la sede de la Real Audiencia de Panamá fue trasladada a la Ciudad de los Reyes, Lima.

"yten ordenamos y mandamos que en las provincias o rreynos del peru rresida vn visorrey y vna audiencia rreal de quatro oydores letrados y el dicho visorrey presida en la dicha abdiencia la qual rresidira en la cibdad de los rreyes por ser en la parte mas convenible porque de aqui adelante no ha de aver abdiencia en panama."

Leyes Nuevas

El flamante virreynato comprendió de un espacio extenso comprendido entre Panamá y Chile, de norte a sur, a excepción de la actual Venezuela y, hacia el este, hasta la Argentina, con la excepción del Brasil, que pertenecía a Portugal.

Fue su primer virrey Blasco Núñez Vela, nombrado por real cédula del 1 de marzo de 1543. Sin embargo no pudo ejercer la autoridad real debido a los enfrentamientos entre los partidarios de Francisco Pizarro y Diego de Almagro, por el dominio del Perú, pereciendo asesinado por Gonzalo Pizarro. 

El asesinato de la primera autoridad del rey produjo mucha consternación en España, entonces la corona dispuso castigar severamente a quien había atentado contra el virrey, el representante del rey en territorios conquistados. Para ello, Carlos I envió a Pedro de la Gasca, con el título de Pacificador para solucionar esta situación. Ya en el Perú, La Gasca, seguro de haber infundido la semilla de la traición entre los partidarios de Gonzalo Pizarro, se enfrentó al conquistador, cerca del Cuzco, en 1548, Gonzalo Pizarro vio a sus capitanes pasarse al bando de la Gasca y la derrota para él resultó aplastante. Conducido a la ciudad del Cuzco fue ejecutado por delito de alta traición al rey. 

Unos años después, en 1551, fue nombrado virrey Antonio de Mendoza y Pacheco, luego de haber ejercido el cargo en el virreynato de Nueva España. Tras casi 40 años de desorden administrativo, el virreynato peruano encontró a un eficiente conductor en Francisco de Toledo quien, entre 1569 y 1581, logró establecer el marco político-administrativo que regiría por muchos años en el Perú colonial.

El gobierno de Toledo

Apenas llegado a tierras peruanas, Francisco de Toledo se informó de todo cuanto había sucedido en el virreynato y de cuales fueron las políticas seguidas hasta ese momento. Reconoció la inexistencia de un adecuado sistema tributario, pues no había un registro del total de habitantes del virreinato. Toledo realizó varias visitas generales a distintas partes del virreynato y, por primera vez, se tuvo registro de los recursos humanos y naturales del Perú. Tras saber el número de posibles tributarios, estableció las reducciones: pueblos indígenas en los que se agrupaba a un número de alrededor de 500 familias. Así se sabía con exactitud la cantidad de tributo que debían entregar.

Francisco de Toledo impulsó la distribución del trabajo indígena por medio de la mita. Mediante el empleo de ésta, el virrey Toledo proveyó de mano de obra a las minas de Potosí (productora de plata) y Huancavelica (de la que se extraía azogue, necesario para la purificación argentífera), logrando así convertir al Perú en uno de los centros más importantes de producción de plata en el mundo.

Francisco de Toledo sentó las bases del virreynato peruano pues logró la ordenación administrativa y política de todo el amplio territorio del Perú.

El ciclo de la Plata

Entre 1580 y 1650, el sistema económico mercantilista se implanta definitivamente en el Perú con el surgimiento de la gran minería gracias a la explotación de las vetas argentíferas de Potosí mediante amalgamación con el azogue de Huancavelica.

Las Reformas Borbónicas

En el siglo XVIII, destacaron las figuras de los virreyes que introdujeron las Reformas Borbónicas, medidas impuestas por la Casa de Borbón, especialmente Manuel de Amat y Junyent, que gobernó entre 1761 y 1776, Manuel de Guirior (1776-1780), Agustín de Jáuregui (1780-1784) y Teodoro de Croix (1784-1790), destinadas a revitalizar la administración colonial con actuaciones como la incorporación del sistema de intendencias. 

Con ellos se intentó profesionalizar el gobierno, sustituyendo las inoperantes figuras de los corregidores y los alcaldes mayores, dedicando especial interés a todo lo relacionado con la hacienda.

La reorganización territorial llevada a cabo a lo largo del siglo XVIII, implicó desmembrar dos vastas regiones del virreinato peruano para conformar con ellas otros dos nuevos virreynatos: el Virreynato de Nueva Granada en 1717, restaurado en 1739 tras un periodo de supresión, y luego el Virreynato del Río de la Plata creado en 1776. Estas pérdidas de territorio supusieron la pérdida de protagonismo del Virreynato del Perú como centro económico de España en Sudamérica.

La posterior política económica de los Borbones, que permitió el comercio directo entre los puertos españoles y diversos puertos de las colonias sudamericanas (Maracaibo, Guayaquil, Arica, Valparaíso, etc.) redujeron el tráfico comercial a través del puerto del Callao y afectaron las rentas del Virreynato, que tras la separación del Río de la Plata quedó confinado a las rutas comerciales secundarias del Océano Pacífico, mientras que el tráfico comercial más lucrativo (del Océano Atlántico) quedaba bajo dominio de los puertos de Buenos Aires o Cartagena de Indias, fuera de la influencia del virreynato peruano.

La ciudad de Lima, antaño principal ciudad de Sudamérica y poseedora de una vida cortesana y comercial comparable a la de la propia Madrid, perdió gran parte de su antigua riqueza en la segunda mitad del siglo XVIII, a lo cual se unió la continua merma de los ricos depósitos de plata de Potosí que habían sustentado la economía virreynal durante dos siglos, hasta que todo el territorio del Alto Perú (actual Bolivia) quedó unido al virreynato rioplatense en 1776. Los últimos años del siglo XVIII, si bien generaron una administración colonial más eficiente y un mejor manejo de los recursos del virreynato en beneficio de España, mostraron un serio declive de la riqueza general del virreynato peruano.

En el siglo XIX, el virrey José Fernando de Abascal y Sousa hizo del virreynato del Perú el baluarte, reducto y centro de la contrarrevolución en favor de la monarquía; desde este virreynato se contuvo la revolución argentina, se reconquistó Chile, se sofocó los levantamientos de Quito y se debeló todo intento revolucionario en el propio virreynato, en este sentido se dice que se reprimió toda manifestación de signo independista en las colonias de España en América del Sur.

Sin embargo Guayaquil se proclama estado independiente en 1820 y recibe la ayuda colombiana de Bolívar, y tras la liberación de Chile el general argentino José de San Martín organiza una expedición militar que ocupó Lima en 1821, y seguidamente el 28 de julio de ese mismo año se proclama la República del Perú. 

La capital virreynal fue trasladada al Cuzco y el virreynato español del Perú se mantuvo en los territorios no independizados hasta el año 1824, en que terminó oficialmente con la capitulación del virrey José de la Serna e Hinojosa ante las fuerzas militares de Antonio José de Sucre en la Batalla de Ayacucho. La guerra sin embargo continuaría con el Combate de Tumusla y en el asedio y bloqueo del puerto peruano del Callao y más allá hasta su conclusión en el año 1826 con la Campaña de Chiloé y la rendición de la Fortaleza del Real Felipe. (wikipedia)



Conferencia sobre el Virreinato del Perú a cargo de Bosco Amores, profesor de Historia de América de la Universidad del País Vasco.

jueves, 12 de abril de 2007

El Virreinato del Perú


Virreinato del Perú


Mientras los españoles afianzaban su posición en las tierras del Incario y los nativos, liderados por Manco Inca, se refugiaban en Vilcabamba, convertido en eje de la resistencia a los invasores, en 1542 fue creado por orden real el virreinato del Perú.

La ciudad de Lima fue la sede del gobierno virreinal y acogió el 15 de mayo de 1544 al primer virrey del Perú, Blasco Núñez de Vela. La tarea de este funcionario chocó con los intereses de los encomenderos que, encabezados por Gonzalo Pizarro, se habían alzado en el Cuzco contra las Leyes Nuevas.

La guerra civil costó la vida al flamante virrey y sólo a partir de 1555, mandato del Virrey Andrés Hurtado de Mendoza, el Perú comenzó a vivir una etapa de mayor tranquilidad y prosperidad.

La nueva unidad política era más extensa en superficie que el virreinato de México. Abarcaba todo el continente sudamericano, excepto el Brasil portugués, las Guayanas y la costa del Caribe en Venezuela.


El ámbito del virreinato del Perú incluyó, en principio, la mayoría de las gobernaciones suramericanas. No obstante, el poder directo del virrey se manifestó sobre Lima, Charcas y Quito, pues éstas no tenían gobernador político. Mientras tanto, Panamá, Chile y el Río de la Plata eran territorios regidos por presidentes-gobernadores (autoridad máxima de una gobernación que cuenta con una Real Audiencia), que además eran capitanes generales, por tratarse de tierras de guerra. En consecuencia, actuaban con plena autonomía política dentro de la esfera del virreinato.

Quizás una de las particularidades más significativas del Perú estuvo en la temprana explotación de los metales preciosos, cuyo centro más importante fue el cerro rico de Potosí descubierto por los españoles en 1545. Estas riquezas permitieron a Lima un amplio predominio en América que, sin embargo, después del auge indiscutido del siglo XVI y parte del XVII, declinó y atravesó por un período de decadencia en el transcurso del último siglo colonial.

Finalmente, a lo largo del siglo XVIII, el virreinato del Perú sufrió un paulatino desmembramiento territorial que dio origen a los virreinatos de Nueva Granada y del Río de la Plata.

Libros Recomendados:


-Reflexiones Sobre Perú


-Vuelo Espía Sobre Perú




Virrey Andrés Hurtado de Mendoza

Virrey Blasco Núñez de Vela

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Casa de Aliaga

Palacio de Torre Tagle


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