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jueves, 5 de febrero de 2015

Mario Vargas Llosa es Marqués del Reino de España

Rey Juan Carlos I y Marqués de Vargas Llosa

El 4 de febrero del 2011, el Rey Juan Carlos I de España otorgó al escritor peruano Mario Vargas Llosa el título nobiliario de Marqués, denominándose en adelante Marqués de Vargas Llosa. 

La designación fue consignada en el Boletín Oficial del Estado (BOE) que publica la concesión efectuada por parte de Su Majestad el Rey de España. 

Don Juan Carlos justificó la concesión del título nobiliario a Mario Vargas Llosa destacando su "extraordinaria contribución" a la lengua y literatura españolas, "apreciada universalmente". 

El Rey de España otorga estos títulos en virtud del artículo 62 de la Constitución Española, que le atribuye el "conceder honores y distinciones con arreglo a las leyes". 

De acuerdo con lo dispuesto por el Rey, el título de Marqués otorgado al escritor peruano pasará también a sus herederos, siguiendo lo establecido en la normativa española sobre títulos nobiliarios. 

El título nobiliario de Marqués se ubica por debajo del título de Duque y por encima del de Conde.

miércoles, 29 de diciembre de 2010

Mario Vargas Llosa presidirá Consejo Artístico del Teatro Real de Madrid


El escritor peruano español Mario Vargas Llosa presidirá el Consejo Artístico del Teatro Real de Madrid, que contará con 10 personalidades relevantes de la cultura, y que guiará la nueva etapa de este espacio cultural, informó Gregorio Marañón, presidente del patronato, quien, además, liderará el Consejo Económico.

Su funcionamiento entrará en vigor a partir de enero, tras ser aprobado en el primer patronato del año a propuesta de la junta directiva, señala el diario El País.

"El Teatro Real, al igual que las otras grandes instituciones culturales del Estado (español) , debe disponer de una gestión autónoma y profesionalizada, al margen de las cambiantes circunstancias políticas de cada momento. Eso le permitirá disponer del horizonte de estabilidad necesario para llevar a cabo con eficacia un proyecto cultural y artístico ambicioso", dijo el presidente del patronato.

Los nuevos consejos se centrarán en diferentes asuntos. "El artístico estará compuesto por personas relevantes del mundo de la cultura que no tengan relaciones contractuales ni compromisos con el mundo de la ópera, ni con el teatro. Se trata más de pensar tendencias y grandes cuestiones que otra cosa. Será de gran ayuda para el director artístico, Gerard Mortier".

El económico tendrá cometidos más prácticos y complementará la actividad de la Junta de Protectores, que preside Alfredo Sáenz, consejero delegado del Santander, y de la que forman parte representantes de 60 empresas españolas y multinacionales. Muy necesario para tiempos difíciles.

"Se ocupará de diversos temas: desde el rediseño de los presupuestos generales a la política de precios. Es necesario encontrar una vía intermedia, pagar el precio de la calidad sin que ello sea disuasorio para la incorporación de nuevos públicos, sobre todo jóvenes", asegura Marañón.

Así como del primer consejo todavía no se ha perfilado su composición -estará formado por gente de las letras, las artes plásticas, el teatro o el cine-, en el segundo entrarán, además de Sáenz, Marañón y Miguel Muñiz, director general del teatro, personalidades del mundo de la economía como Rodrigo Rato, hoy presidente de Caja Madrid; Francisco González, presidente del BBVA, o Javier Gómez Navarro, encargado de las Cámaras de Comercio.

La constitución de estos consejos, prevista ya en los estatutos con los que se reabrió el teatro en 1997, ha causado sus tiranteces en el pasado. "No ha sido fácil. En la anterior etapa, el antiguo director musical, Jesús López Cobos amenazó con dimitir si se formaban. Fue la primera vez de las tres que quiso marcharse desde que se le comunicó que no le renovaríamos su contrato". No llegó a tanto y finalizó el compromiso que le vinculaba al teatro hasta 2010.

Lo importante es que la crisis no merme la calidad de los nuevos montajes. Aunque el presupuesto para nuevas producciones se ha reducido un 20%, de 17 a 14 millones de euros. "Hemos huido en todo momento de recurrir a los apoyos públicos. Creemos que en épocas como esta hay que ser solidarios con los esfuerzos de austeridad".

sábado, 11 de diciembre de 2010

Vargas Llosa recoge el Nobel de Literatura


Mario Vargas Llosa ha recogido el Premio Nobel de Literatura en la Academia Sueca de las manos del rey Carlos Gustavo.

   En la ceremonia, que ha estado presidida por la familia real sueca, el escritor peruano-español ha sido definido por la Academia como un "ciudadano de mundo, un poeta y un historiador", heredero de la tradición de los grandes clásicos literarios del siglo pasado.

   El pasado martes, Vargas Llosa reconoció que detesta "toda forma de nacionalismo", una ideología caracterizada, en su opinión, por su carácter "provinciano y excluyente", que "recorta el horizonte intelectual y disimula en su seno prejuicios étnicos y racistas".

   En su discurso, titulado Elogio de la lectura y la ficción, el Nobel de Literatura subrayó el papel de la lectura y los libros en su vida, desde que aprendió a leer con cinco años en Bolivia. "Es la cosa más importante que me ha pasado en la vida", subrayó el autor.

   Asimismo, Mario Vargas Llosa censuró las democracias "populistas y payasas" y, por otra parte, rindió homenaje a sus grandes maestros en el mundo de la literatura, entre los que citó a Gustave Flaubert, William Faulkner, Miguel de Cervantes, Charles Dickens y Lev Tolstoi.

DENTRO DEL LABERINTO

   A su vez, hace una semana, el escritor fue nombrado Hijo Adoptivo de Madrid en la Casa de la Villa de la localidad, debido, en palabras del alcalde Alberto Ruiz-Gallardón, a su "compromiso intelectual" contra los totalitarismos y a su esencia "auténticamente liberal".

   En declaraciones a los medios, el escritor peruano aseguró que esperaba "recuperar su rutina después del 10 de diciembre", recobrando, de esta forma, su sistema de trabajo después de varias semanas de "verdadera locura" y de "presión mediática" constante.

   "En estas últimas semanas, mi vida ha sido un laberinto y una verdadera locura, con todos los compromisos y, sobre todo, con la presión mediática, que es hasta abrumadora, mucho más de lo que yo hubiera podido imaginar", aseguró el escritor sin perder la sonrisa.

   El 7 de octubre, el secretario de la Academia Sueca, Peter Englund, pronunció el nombre de Mario Vargas Llosa ante los medios y, dos meses después, el escritor podrá retomar su labor. El autor peruano presentó en noviembre su última novela, El sueño del celta.

   A lo largo de su dilatada carrera, Mario Vargas Llosa ha recibido diversos galardones nacionales e internacionales, entre los que figuran el Premio Internacional Rómulo Gallegos 1967, el Premio Cervantes 1994 y el Premio Ortega y Gasset de Periodismo 1999.








Videos:  http://www.youtube.com/user/JPNKobe

jueves, 7 de octubre de 2010

Peruano Mario Vargas Llosa gana el Premio Nobel de Literatura 2010


El escritor peruano y una vez candidato presidencial Mario Vargas Llosa, quien relató historias sobre la lucha por el poder, ganó el premio Nobel de Literatura 2010, informó el jueves el comité que otorga el galardón.

El comité dijo en un comunicado que Vargas Llosa recibió el premio "por su cartografía de estructuras de poder y sus mordaces imágenes de la resistencia individual, sublevación y derrota".

Vargas Llosa, quien hizo su aparición internacional en 1966, es el primer ganador del Nobel de Literatura latinoamericano desde que Octavio Paz lo recibió en 1990.

Su obra se construye sobre sus experiencias de vida en Perú a fines de la década de 1940 y 1950. Vargas Llosa se presentó como candidato a la presidencia de Perú en 1990, pero perdió con Alberto Fujimori, quien más tarde tuvo que dejar el país y fue condenado por varios delitos.

"Es un autor extraordinario y uno de los grandes autores del mundo de habla hispana", dijo a Reuters Peter Englund, del comité del Nobel.

"Es una de las personas detrás del 'boom' de la literatura latinoamericana de los '60 y '70 y ha continuado trabajando y desarrollándose", agregó.

Vargas Llosa, quien ha dado conferencias y enseñado en universidades en América Latina, Estados Unidos y Europa, es también un notable periodista y ensayista, dijo el comité.

El premio de 10 millones de coronas suecas (1,5 millones de dólares) fue el cuarto entregado este año, después de los de Medicina el lunes, Física el martes y Química el miércoles.

Reuters - Simon Johnson
(Redacción Estocolmo _46 8 700 1017. Editado en español por Lucila Sigal)


Más sobre Mario Vargas Llosa

Jorge Mario Pedro Vargas Llosa (Arequipa, Perú, 28 de marzo de 1936), más conocido como Mario Vargas Llosa, es un escritor peruano nacionalizado español y uno de los más importantes novelistas y ensayistas en lengua española de su tiempo y Premio Nobel de Literatura 2010, por su "cartografía de las estructuras del poder y sus mordaces imágenes sobre la resistencia, la sublevación y la derrota individual".

Vargas Llosa subió a la fama en la década de 1960 con novelas como La ciudad y los perros (1962), La casa verde (1965), y la monumental Conversación en La Catedral (1969). Aún continúa escribiendo prolíficamente en una serie de géneros literarios, incluyendo crítica literaria y periodismo. Entre sus novelas se cuentan comedias, novelas policiacas, novelas históricas y políticas. Varias de ellas, como Pantaleón y las visitadoras (1973) y La Tía Julia y el Escribidor (1977), han sido adaptadas y llevadas al cine.

Muchas de las obras de Vargas Llosa están influidas por la percepción que tiene el escritor de la sociedad peruana y por sus propias experiencias como peruano. Sin embargo, de forma creciente ha expandido su repertorio y tratado temas que son de otras partes del mundo. No obstante, Mario Vargas Llosa ha residido en Europa (España, Inglaterra y Francia) la mayor parte de su tiempo desde 1958, en el inicio de su carrera literaria, recibiendo la nacionalidad española en julio de 1993, de modo que en su obra se percibe también una fuerte influencia europea. (wikipedia)



Más sobre los premios Nobel

El Premio Nobel (pronunciación /noˈbɛ:l/)1 se otorga cada año a personas que hayan hecho investigaciones sobresalientes, inventado técnicas o equipamiento revolucionario o hayan hecho contribuciones notables a la sociedad.

Los premios se instituyeron como última voluntad de Alfred Nobel, inventor de la dinamita e industrial sueco. Nobel firmó su testamento en el Club Sueco-Noruego de París el 27 de noviembre de 1895. Se sentía culpable por su responsabilidad como empresario enriquecido a través de una industria productora de dinamita cuyo principal mercado era la minería, pero también la guerra. Esta puede haber sido la motivación principal de su afamado testamento, quizás unida a la costumbre de la época de realizar acciones para hacer trascender su nombre al morir.

La primera ceremonia de entrega de los Premios Nobel en Literatura, Física, Química y Medicina se celebró en la Antigua Real Academia de Música de Estocolmo (Suecia) en 1901. Desde 1902, los premios los entrega el Rey de Suecia. Inicialmente, el rey Óscar II no estaba de acuerdo en dar el premio a extranjeros, pero se dice que cambió de idea al darse cuenta del enorme potencial publicitario para el país.

Los premios se conceden en una ceremonia celebrada anualmente en la Sala de Conciertos de Estocolmo, siguiendo el banquete en el Ayuntamiento el 10 de diciembre, fecha en que Alfred Nobel murió.

La entrega del Premio Nobel de la Paz se realiza en Oslo, Noruega. Los nombres de los laureados, sin embargo, suelen anunciarlos en octubre los diversos comités e instituciones que actúan como tribunales de selección de los premios.

Al mismo tiempo que se entregan los diplomas se entrega un importante premio económico, actualmente unos 10 millones de coronas suecas (algo más de un millón de euros). La finalidad de esta suma es evitar las preocupaciones económicas del laureado, para que así pueda desarrollar mejor sus futuros trabajos, promoviendo así el desarrollo de la cultura, la ciencia y la tecnología alrededor del mundo.

Los diversos campos en los que se conceden premios son los siguientes:
Física (decidido por la Real Academia Sueca de Ciencias)
Química (decidido por la Real Academia Sueca de Ciencias)
Fisiología o Medicina (decidido por el Instituto Karolinska)
Literatura (decidido por la Academia Sueca)
Paz (decidido por el Comité Nobel Noruego del Parlamento Noruego)
Economía, creado en 1968 por el Sveriges Riksbank (Banco Central de Suecia). Oficialmente se llama Premio Banco de Suecia en Ciencias Económicas en Memoria de Alfred Nobel. (wikipedia)

domingo, 21 de febrero de 2010

El arte de mecer – escribe Mario Vargas llosa


Esta mañana, a la hora del almuerzo, escuché a mi hija Morgana contar los cuentos que les cuenta, a ella y a Stefan, su marido, la compañía de Cable Mágico para justificar su demora en instalarles el sistema de televisión por cable. Les juran que irán esta tarde, mañana, mañana en la tarde, y nunca van. Hartos de tanto cuento, han decidido pasarse a la competencia, Direct TV, a ver si es más puntual.

Lo ocurrido a Stefan y Morgana me ha tenido varias horas recordando la maravillosa historia de "Ventilaciones Rodríguez S.A." que viví y padecí cerca de 12 meses, aquí en Lima, hace la broma de 30 años. Nos habíamos comprado una casa en el rincón de la ciudad que queríamos, frente al mar de Barranco, y un arquitecto amigo, Cartucho Miró Quesada, me había diseñado en toda la segunda planta el estudio de mis sueños: estantes para libros, un escritorio larguísimo de tablero muy grueso, una escuadra de sillones para conversar con los amigos, y una chimenea junto a la cual habría un confortable muy cómodo y una buena lámpara para leer.

Las circunstancias harían que la pieza más memorable del estudio fuera, con el tiempo y por imprevistas razones, la chimenea. Era de metal, aérea y cilíndrica y Cartucho la había diseñado él mismo, como una escultura. ¿Quién la fabricaría? Alguien, tal vez el mismo Cartucho, me recomendó a esa indescriptible empresa de apelativo refrigerado: "Ventilaciones Rodríguez S.A.". Recuerdo perfectamente aquella tarde, a la hora del crepúsculo, en que su propietario y gerente, el ingeniero Rodríguez, compareció en mi todavía inexistente estudio para firmar el contrato. Era joven, enérgico, hablador, ferozmente simpático. Escuchó las explicaciones del arquitecto, auscultó los planos con ojos zahoríes, comentó dos o tres detalles con la seguridad del experto y sentenció: "La chimenea estará lista en dos semanas".

Le explicamos que no debía apurarse tanto. El estudio sólo estaría terminado dentro de mes y medio. "Ése es su problema", declaró, con un desplante taurino. "Yo la tendré lista en quince días. Ustedes podrán recogerla cuando quieran".

Partió como una exhalación y nunca más lo volví a ver, hasta ahora. Pero juro que su nombre y su fantasma fueron la presencia más constante y recurrente en todos los meses sucesivos a aquel único encuentro, mientras el estudio se acababa de construir y se llenaba de libros, papeles, discos, máquinas de escribir, cuadros, muebles, alfombras, y el hueco del techo seguía allí, mostrando el grisáceo cielo de Lima y esperando a la chimenea que nunca llegaba.

Mis contactos con "Ventilaciones Rodríguez S.A." fueron intensos, pero sólo telefónicos. En algún momento yo llegué a contraer una pasión enfermiza por la secretaria del ingeniero Rodríguez, a quien tampoco nunca vi la cara ni conocí su nombre. Pero recuerdo su voz, sus zalamerías, sus pausas, sus inflexiones, su teatro cotidiano, como si la hubiera llamado hace media hora. Hablar con ella cada mañana, los cinco días hábiles de la semana, se convirtió en un rito irrompible de mi vida, como leer los periódicos, tomar desayuno y ducharme.

"¿Qué cuento me va usted a contar hoy día, señorita?", la saludaba yo.

Ella nunca se enojaba. Tenía la misma irresistible simpatía de su jefe y, risueña y amable, se interesaba por mi salud y mi familia antes de desmoralizarme con el pretexto del día. Confieso que yo esperaba ese instante con verdadera fascinación. Jamás se repetía, tenía un repertorio infinito de explicaciones para justificar lo injustificable: que pasaban las semanas, los meses, los trimestres y la maldita chimenea nunca llegaba a mi casa. Ocurrían cosas banales, como que el señor de la fundición caía presa de una gripe con fiebres elevadas, o verdaderas catástrofes como incendios o fallecimientos. Todo valía. Un día, que yo había perdido la paciencia y vociferaba en el teléfono como un energúmeno, la versátil secretaria me desarmó de esta manera:

"Ay, señor Vargas Llosa, usted riñéndome y amargándose la vida y yo desde aquí estoy viendo el cielo, le digo".

"¿Cómo que viendo el cielo? ¿Qué quiere usted decir?".

"Que se nos ha caído el techo, le juro. Anoche, cuando no había nadie. Pero no es ese accidente lo que me da más pena, sino haber quedado mal con usted. Mañana le llevamos su chimenea sin falta, palabra".

Un día tuvo la extraordinaria sangre fría de asegurarme lo siguiente:

"Ay, señor Vargas Llosa, usted haciéndose tan mala sangre y yo viendo desde aquí su chimenea linda, nuevecita, partiendo en el camión que se la lleva a su casa".

Mentía tan maravillosamente bien, con tanto aplomo y dulzura, que era imposible no creerle. Al día siguiente, cuando la llamé para decirle que no era posible que el camión que me traía la chimenea se demorara más de veinticuatro horas en llegar de la Avenida Colonial de Lima hasta Barranco (no más de 10 kilómetros) se sobrepasó a sí misma, asegurándome en el acto, con acento afligido y casi lloroso:

"Ay, usted no se imagina la desgracia terrible que ocurrió: el camión con su chimenea chocó y ahora el chofer está con conmoción cerebral en el Hospital Obrero. Felizmente, su chimenea no tuvo ni un rasguño".

La historia duró más de un año. Cuando la chimenea llegó por fin a la casa de Barranco ya casi nos habíamos acostumbrado al hueco del techo por el que, un día, una paloma distraída se extravió y aterrizó en mi escritorio. Lo más divertido -o trágico- del final de este episodio fue que a la chimenea bendita sólo pudimos usarla una sola vez. Con resultados desastrosos: el estudio se llenó de humo, todo se ensució y yo tuve un comienzo de asfixia. Nunca más intentamos encenderla.

Aquella secretaria mitológica de "Ventilaciones Rodríguez S.A." era una cultora soberbia de una práctica tan extendida en el Perú que es poco menos que un deporte nacional: el arte de mecer. "Mecer" es un peruanismo que quiere decir mantener largo tiempo a una persona en la indefinición y en el engaño, pero no de una manera cruda o burda, sino amable y hasta afectuosa, adormeciéndola, sumiéndola en una vaga confusión, dorándole la píldora, contándole el cuento, mareándola y aturdiéndola de tal manera que se crea que sí, aunque sea no, de manera que por cansancio termine por abandonar y desistir de lo que reclama o pretende conseguir. La víctima, si ha sido "mecida" con talento, pese a darse cuenta en un momento dado que le han metido el dedo a la boca, no se enoja, termina por resignarse a su derrota y queda hasta contenta, reconociendo y admirando incluso el buen trabajo que han hecho con ella. "Mecer" es un quehacer difícil, que requiere talento histriónico, parla suasoria, gracia, desfachatez, simpatía y sólo una pizca de cinismo.

Detrás del "meceo" hay, por supuesto, informalidad y una tabla de valores trastocada. Pero, también, una filosofía frívola, que considera la vida como una representación en la que la verdad y la mentira son relativas y canjeables, en función, no de la correspondencia entre lo que se dice y lo que se hace, entre las palabras y las cosas, sino de la capacidad de persuasión del que "mece" frente a quien es "mecido". En última instancia, la vida, para esta manera de actuar y esta moral, es teatro puro. El resultado práctico de vivir "meciendo" o siendo "mecido" es que todo se demora, anda mal, nada funciona y reina por doquier la confusión y la frustración. Pero ésa es una consideración mezquinamente pragmática del arte de mecer. La generosa y artística es que, gracias al meceo, la vida es pura diversión, farsa, astracanada, juego, mojiganga.

Si los peruanos invirtieran toda la fantasía y la destreza que ponen en "mecerse" unos a otros, en hacer bien las cosas y cumplir con sus compromisos, éste sería el país más desarrollado del mundo. ¡Pero qué aburrido!
(El País – España)

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