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viernes, 24 de septiembre de 2021

El Conde de Lemos, Santa Rosa, y el Señor de los Milagros - Época de Nobles y Santos



Pedro Antonio Fernández de Castro Andrade y Portugal, (Madrid, 1632 - † Lima, 1672); X Conde de Lemos, VII Marqués de Sarria, III Duque de Taurisano, fue el  XXVII Virrey del Perú en el período 1667 - 1672. 


El rey Carlos II lo nombra Virrey de Perú en 1666. 


El 9 de noviembre de 1667 llega al puerto de El Callao y hace su entrada en Lima, tomando posesión de su cargo el 21 de noviembre como nuevo Virrey del Perú. 



El Conde y su consorte, la Condesa Ana Francisca de Borja y Doria, fueron importantes auspiciadores de la canonización de Santa Rosa de Lima, ante la Corte de España y por esa intermediación en el Vaticano. 


El 12 de febrero de 1668 Rosa fue beatificada. La comunicación oficial llegó a Lima el 18 de enero de 1669. 


El Conde y la Condesa recibieron, el 15 de junio de 1670, en el puerto de El Callao la escultura de la Beata Rosa de Lima, enviada desde el Vaticano, obra del escultor Melchor Caffa. 


Con ocasión de su beatificación, su féretro de madera fue reemplazado por uno de plata, costeado por la Condesa. 


Por requerimiento de la regente española Mariana de Austria, el 11 de agosto de 1670, Rosa fue nombrada Patrona de las posesiones españolas en América y Filipinas. 


Rosa fue convertida en Santa el 12 de abril de 1671 por el Papa Clemente X. 


Rosa fue la primera mujer nacida en América en ser consagrada como santa católica.
 

Durante el gobierno del Conde de Lemos, se produjeron hechos religiosos prodigiosos, ante los intentos de borrar la imagen del Señor de los Milagros por considerarlo un culto clandestino y reprobable. 


Las reuniones para venerar la imagen eran los viernes por la noche, alumbrados por las llamas de cera; los devotos llevaban flores, perfumando el ambiente con el sahumerio, entonando plegarias acompañándose de arpa, cajas y vihuelas. 


Con el tiempo, se fue incrementando la peregrinación. Muchas veces se produjeron hechos de índole distinta a las prácticas religiosas. 


Viendo con malos ojos todos estos hechos el Párroco de San Sebastián, José Laureano de Mena, hace de conocimiento al virrey Conde de Lemos, don Pedro Antonio Fernández de Castro para que intervenga como autoridad, prohíba las reuniones, y de la orden irrevocable de borrar al Cristo, ya que, según su criterio, estaba fuera de los cultos religiosos.


El Virrey trasladó la solicitud a la máxima autoridad eclesiástica que era en ese momento el Provisor y Vicario General Esteban de Ibarra, por haber fallecido el Arzobispo Pedro de Villagomez. Este envió el 4 de septiembre al sitio al promotor Fiscal del Arzobispado José Lara y Galván, Laureano de Mena y el Notario Juan de Uría, quienes verificaron la existencia de la imagen del Cristo Crucificado, una concurrencia de unas doscientas personas que entonaron el salmo miserere «Tibi soli peccavi» y la presencia del sacristán de la Parroquia de San Marcelo José de Robledillo, a quien José Lara le llamó la atención de autorizar con su presencia tal tipo de reuniones, se armó un tumulto en que los congregados en el lugar rodearon a los representantes eclesiásticos que se vieron obligados a abandonar el lugar.


Esteban Ibarra dictaminó que se prohibiesen tales reuniones y que se borrase la imagen, por lo cual entre el 6 y el 13 de septiembre de 1671, se constituyó al lugar un comité especial dispuesto por el Promotor Fiscal del Arzobispado José Lara y Galán, un notario, posiblemente el mismo Juan de Uría, un pintor indígena de brocha gorda y el capitán de la guardia del Virrey, Pedro Balcázar, escoltado por dos escuadras de soldados para el caso que se produjesen desmanes por la cantidad de curiosos y vecinos que rodeaban el lugar. 


El primero en intentarlo fue el pintor que al momento de subir por la escalera hacia la imagen comenzó a sentir temblores y escalofríos, teniendo que ser atendido, intentó de nuevo proseguir con su tarea, pero al subir otra vez, fue tal su impresión que bajó raudamente y se alejó asustado del lugar sin concretar el encargo. El segundo hombre, se acercó a la imagen, pero algo vio en ella que le hizo desistir de raspar la imagen. El tercero, fue un soldado real de ánimo más templado, éste subió, pero bajó rápidamente explicando luego que cuando estuvo frente a la imagen, vio que ésta se ponía más bella y que la corona de espinas se tornaba verde. 


Ante la insistencia de las autoridades por borrar la imagen, la gente manifestó su disgusto y comenzó a proferir grandes voces, en vista de lo cual el virrey y el vicario Ibarra decidieron revocar la orden y el Vicario Ibarra autorizó su culto. 


En una visita del virrey y su esposa, éste impresionado por lo que vio, encargó a Manuel de Escobar y Fray Diego Maroto la construcción de una ermita. El 14 de septiembre de 1671 se ofició la primera misa en ella ante las altas autoridades eclesiásticas y civiles, fecha que coincide con el día de La Exaltación de la Cruz, comenzándose a difundir el culto y a llegar de diferentes lugares numerosos fieles, comenzándolo a llamar al crucificado Santo Cristo de los Milagros, o de Las Maravillas. 


El Virrey fallece en Lima, el 6 de diciembre de 1672. Su cuerpo fue sepultado en la Iglesia de Nuestra Señora de Desamparados siendo su corazón depositado a los pies de la imagen de Nuestra Señora de los Desamparados, en la Iglesia que ayudó a construir. Cuando la antigua Iglesia de Nuestra Señora de los Desamparados, detrás de Palacio de Gobierno, fuera demolida en 1938 el corazón del Conde de Lemos fue llevado a la Iglesia de San Pedro y puesto en un nicho entre los altares de San Francisco de Borja y San Luis Gonzaga. El resto de su cuerpo fue trasladado a su ciudad natal. (datos: fuentes varias)

domingo, 13 de enero de 2019

Virreinato del Perú: Melchor de Liñán y Cisneros - Conde de la Puebla de los Valles - 21° Virrey del Perú

Melchor de Liñán y Cisneros - Conde de la Puebla de los Valles
21º Virrey del Perú


Melchor de Liñán y Cisneros (Torrelaguna, 19 de diciembre de 1629 - Lima, Virreinato del Perú, 28 de junio de 1708), fue un clérigo secular y político español que sirvió en distintos cargos administrativos en los territorios de América.

Fue Obispo de Santa Marta (1664-67) y de Popayán (1667-71), Gobernador y Capitán General del Nuevo Reino de Granada (1671-75) y Presidente de la Real Audiencia de Santafé de Bogotá (1671-74), Arzobispo de La Plata (Charcas) (1675-76), VIII Arzobispo de Lima (1678-1708) y XXI Virrey del Perú (interino, 1678-1681). 

Oriundo de la villa de Torrelaguna, en el arzobispado de Toledo, fue hijo de Francisco de Liñán de Cisneros e Isabel González. Estaba emparentado con el gran cardenal de los Reyes Católicos, Francisco Jiménez de Cisneros. 

En la Universidad de Alcalá de Henares estudió Artes y Teología, doctorándose en esta última materia. Luego de recibir las órdenes sacerdotales, ofició de cura en las villas de Santa María de Buitrago y de Torrelaguna. En 1660 pasó a la villa y corte de Madrid, donde tuvo a su cargo la parroquia de San Salvador, en la que se mantuvo hasta 1664. Al mismo tiempo ejerció como Calificador del Santo Oficio. Su desempeñó en tales responsabilidades le sirvió de trampolín para pasar a América investido de las más altas dignidades. 

El 30 de agosto de 1664 fue nombrado Obispo de Santa Marta en el Nuevo Reino de Granada (actual Colombia), tomando posesión de su sede el 18 de enero de 1665. El 22 de junio de 1666 fue promovido al Obispado de Popayán, tomando posesión el 20 de octubre de 1667 como obispo electo. 

El 5 de diciembre de 1670 la Corona le nombró Gobernador y Capitán General interino de Nueva Granada y Presidente de la Real Audiencia de Santafé, cargos que asumió el 2 de junio de 1671.

Continuaba siendo gobernador de Nueva Granada, cuando la Santa Sede lo designó como Arzobispo de La Plata, en la provincia de Charcas (actual Bolivia) (15 de septiembre de 1671). 

El 14 de diciembre de 1676, Liñán y Cisneros fue promovido a la arquidiócesis de Lima, vacante entonces por la muerte del arzobispo fray Juan de Almoguera. 

Por entonces el virrey Conde de Castellar era víctima de acusaciones calumniosas que motivaron a que la corte lo cesara del gobierno y encomendara al arzobispo Liñán el mando interino del Virreinato (8 de marzo de 1678). 

Liñán se convirtió así en el vigésimo primer virrey del Perú, cargó que asumió el 7 de julio de 1678. 

Por primera vez asumía un arzobispo el mando del virreinato peruano, aunque sólo a título interino. 

Su gobierno duraría un breve período de tres años y cuatro meses (1678-1681).  
La máxima preocupación del virrey-arzobispo se concentró en la protección de los indìgenas. 

A su gestión le correspondió aplicar la Recopilación de Leyes de Indias, que fue promulgada el 18 de mayo de 1680. Un año antes Liñán había prohibido la esclavitud de los indios apresados en la guerra de la frontera de Chile. 

Como prueba de su buena administración de la Real Hacienda, Liñán remitió a España la cantidad de 2.164.080 pesos, a los que se sumó el envío de 150.000 pesos en calidad de donativos de los comerciantes limeños con motivo del matrimonio del rey Carlos II (a quien la posteridad recuerda con el apelativo de “El Hechizado”). 

Los franciscanos de origen criollo y peninsular protagonizaron en 1680 disturbios entre sí tanto en Cuzco como en Lima. Los franciscanos criollos (es decir, nacidos en América) se oponían en el Cuzco al nombramiento de prelados venidos de España. Los más recalcitrantes fueron trasladados a Lima, donde desencadenaron violentos incidentes, los que obligó al virrey a usar la fuerza armada para restablecer el orden. 

Mediante cartas y edictos pastorales reformó la vida en los conventos de monjas a fin de salvaguardar el orden y la moral. Dispuso que en cada uno de los monasterios no hubiese más de 80 a 100 monjas y 50 donadas, visto el número considerable de mujeres que solían encerrarse. 

Por entonces llegaron a Lima las noticias de las beatificaciones de Francisco Solano (25 de enero de 1675) y Toribio de Mogrovejo (28 de junio de 1679), ambos ilustres personalidades de origen español pero que habían florecido en suelo peruano (Mogrovejo había sido el segundo Arzobispo de Lima). Las fiestas celebratorias se realizaron en Lima 23 de abril de 1679 y el 27 de abril de 1680, respectivamente. El virrey-arzobispo cuidó la solemnidad de las ceremonias. 

Por lo demás, su actuación como prelado se caracterizó por el desprendimiento y la austeridad. 

Liñan entregó el gobierno virreinal a su sucesor, Melchor de Navarra y Rocafull, Duque de la Palata, el 20 de noviembre de 1681, y al cabo de un mes la correspondiente memoria o Relación de su administración. 

Fue premiado con el nombramiento honorario de consejero de Su Majestad y con el título de Conde de la Puebla de los Valles, que renunció en favor de su hermano José de Liñán y Cisneros. 

Finalizado su interinato virreinal, Liñán siguió residiendo en Perú en su calidad de Arzobispo de Lima. 

Murió el 28 de junio de 1708, a la edad de 78 años. 

En total ocupó la sede arquiepiscopal limeña 30 años, 4 meses y 3 días, siendo el más largo período de un arzobispo de Lima en toda la historia virreinal. 

Su cadáver reposa en un sepulcro colocado al lado del Evangelio mayor de la iglesia parroquial del Sagrario, que él construyó a su costa después del terremoto de 1687. (Datos: Wikipedia)








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sábado, 12 de mayo de 2018

Virreinato del Perú: Luis Jerónimo Fernández de Cabrera y Bobadilla - IV Conde de Chinchón - 14° Virrey del Perú

Luis Jerónimo Fernández de Cabrera y Bobadilla - 4° conde de Chinchón y 14° Virrey del Perú.

Luis Jerónimo Fernández de Cabrera y Bobadilla (Madrid, 1589 – ib., 28 de octubre de 1647), fue el cuarto conde de Chinchón y 14° Virrey del Perú.

Fue tesorero general del Consejo de Aragón entre 1612 y 1627 y virrey del Perú desde 1629 hasta 1639. 

Nació en Madrid en 1589, perteneciente a una familia cercana al trono español. Sus padres fueron Diego Fernández de Cabrera y Mendoza, tercer conde de Chinchón, e Inés Pacheco, hija del marqués de Villena y duque de Escalona Diego López Pacheco, y de Luisa Bernarda de Cabrera y Bobadilla, tercera marquesa de Moya.

De la época de su mandato como Virrey del Perú datan:

-El hallazgo de grandes reservas mineras de plata en Cerro de Pasco

-El descubrimiento de la propiedades de la quina o corteza del árbol Quino, para el combate de la fiebre.

Al concluir su mandato como virrey en 1639, Cabrera regresó a España, donde llegó a ser consejero de Estado. 

Acompañó al rey Felipe IV en las campañas militares de Navarra, Aragón y Valencia. 

Contrajo matrimonio dos veces: la primera con Ana Osorio Manrique, hija de los marqueses de Astorga, con quien no tuvo sucesión; la segunda con Francisca Enríquez de Rivera con quien tuvo un único hijo, Francisco, que le sucedió en sus títulos nobiliarios. (Daos: Wikipedia)

viernes, 1 de diciembre de 2017

Virreinato del Perú: Diego Fernández de Córdoba y López de las Roelas - I Marqués de Guadalcázar y Conde de las Posadas - 13º Virrey del Perú

Diego Fernández de Córdoba y López de las Roelas
I Marqués de Guadalcázar y Conde de las Posadas

Diego Fernández de Córdoba y López de las Roelas, I marqués de Guadalcázar y conde de las Posadas (Sevilla, 1578 – Guadalcázar, Córdoba, 6 de octubre de 1630), fue Virrey del Perú del 25 de julio de 1622 al 14 de enero de 1629. 

Nació en Sevilla, hijo de Francisco Fernández de Córdoba y Manrique, IX señor de Guadalcázar, y de Francisca Melgarejo de las Roelas. 

En 1598, a la edad de 20 años, recorrió Centroeuropa como Embajador para traer a España a Margarita de Austria-Estiria, hija del archiduque Carlos II de Austria y esposa del rey Felipe III, siendo honrado con el título de marqués de Guadalcázar en 1609. 

Se casó con la dama noble alemana Mariana Riederer de Paar y Ahahim (†25 de febrero de 1619), nacida en la ciudad de Paar en Baviera. Tuvo tres hijos.

Como virrey del Perú, Diego Fernández de Córdoba reformó el sistema fiscal y acabó con las luchas entre familias rivales que ensangrentaban el virreinato, sobre todo en la ciudad de Potosí.

También defendió Lima de los ataques piratas, incluidos los de Jacques L'Hermite, un comerciante y almirante neerlandés, conocido por sus viajes alrededor del globo con la Flota de Nassau (1623–1626), y por su ataque a El Callao en 1624, viaje en el que perdió la vida. 

A Fernández de Córdoba se debe el inicio de la construcción de la catedral de Lima.

También se le atribuye la fundación de la ciudad de Santa Catalina de Guadalcázar, actual ciudad de Moquegua, capital del departamento del mismo nombre.

En 1629, Diego Fernández de Córdoba renunció a su cargo y regresó a España, donde murió al año siguiente en su palacio de Guadalcázar en la villa de su nombre, a la edad de 52 años. Fue enterrado en la iglesia de Nuestra Señora Virgen de la Caridad y Santísimo Sacramento de la Salud en Guadalcázar. (Datos: Wikipedia y otras fuentes)

miércoles, 25 de octubre de 2017

Virreinato del Perú: Juan de Mendoza y Luna - Marqués de Montesclaros - 11º Virrey del Perú - Un Grande de España

 
Juan de Mendoza y Luna - Marqués de Montesclaros


Juan de Mendoza y Luna, (Guadalajara, España, Enero de 1571 - Madrid, ibid., 9 de octubre de 1628), de la Casa de los Mendoza, III Marqués de Montesclaros y administrador de las provincias españolas en América. 

Fue el undécimo Virrey del Perú en el período de 1607 a 1615.

Juan de Mendoza y Luna era el hijo póstumo del II Marqués de Montesclaros. Fue criado por su madre, Isabel Manrique de Padilla. 

Se distinguió al servicio del ejército del Duque de Alba en la campaña portuguesa, como un Capitán de lanceros. 

Por sus servicios, le concedieron el honor de ser Caballero de la Orden de Santiago en 1591. 

Fue Gobernador de Sevilla y nombrado Virrey de la Nueva España (México) el 19 de mayo de 1603.

Acompañado de su esposa, Ana de Medoza (también conocida como Ana Messía),​ llegó a México el 27 de octubre del mismo año. A poco de su llegada, en Agosto de 1604, una inundación asoló a la Ciudad de México, por lo que propuso el traslado de la capital a Tacubaya. Ante lo costoso del plan, pues los palacios virreinales no se podían abandonar, pues su construcción era muy cara, ordenó una serie de obras para el desagüe de las lagunas de la Ciudad de México (desagüe de Huehuetoca, que no fue terminado hasta el mandato de su sucesor), de forma que se evitasen nuevas inundaciones. También mandó empedrar las calles de la Ciudad de México, construir un acueducto para el abastecimiento de agua potable desde las fuentes de Chapultepec al centro de la ciudad (que no sería finalizado tampoco durante su mandato) y una serie de calzadas que de la Ciudad de México llevaban a Guadalupe, San Cristóbal, San Antonio Abad, Chapultepec y otras. 

Terminó su gobierno en México el 2 de julio de 1607, embarcándose en Acapulco, con destino a Lima, pues había sido nombrado en el más alto cargo del Imperio Español en América, Virrey del Perú.


Durante su mandato como Virrey del Perú, que comenzó desde el 21 de diciembre de 1607, realizó muchas obras:

-Incrementó la flota

-Mandó realizar el primer censo de Lima

-Construyó el Puente de Piedra sobre el río Rímac. (Subsiste hasta la actualidad)

-Construyó la Alameda de los Descalzos. (Subsiste hasta la actualidad)

-Se hizo conocido por su protección a los indígenas.

-Durante su mandato se descubrió una mina de mercurio en Huancavelica. 

Terminó su gobierno el 18 de diciembre de 1615 y regresó a España.

Llegó a España en 1616, siendo nombrado Consejero de Estado y de Guerra del Rey, Gobernador del Consejo de Hacienda, también de Aragón y alto funcionario en el Tribunal. 

El rey Felipe IV lo hizo "Grande de España" (*). 

(*) La Grandeza de España es la máxima dignidad de la nobleza española en la jerarquía nobiliaria, pues está situada inmediatamente después de la de príncipe de Asturias y de la de infante de España —el primer título reservado al heredero del rey de España y el segundo a sus demás hijos e hijas y a los vástagos del príncipe de Asturias

lunes, 9 de octubre de 2017

Virreinato del Perú: Gaspar de Zúñiga y Acevedo - Conde de Monterrey - 10º Virrey del Perú

 
Gaspar de Zúñiga y Acevedo - Conde de Monterrey
 - 10º Virrey del Perú
Gaspar de Zúñiga y Acevedo, 05 de noviembre de 1595-26 de octubre de 1603.

Virrey del Perú del 08 de diciembre de 1604 al 10 de febrero de 1606

Nació en Monterrey, castillo del municipio de Monterrey, provincia de Orense, en 1560 y falleció en Lima el 10 de febrero de 1606.

Noble español de la Casa de Zúñiga, V conde de Monterrey, señor de Biedma, Ulloa y de la casa de la Ribera, pertiguero mayor de Santiago de Compostela, virrey, gobernador y capitán general del reino del Perú, presidente de la Real Audiencia de la Ciudad de los Reyes (Lima).

Hijo de Jerónimo de Zúñiga Acevedo y Fonseca, IV conde de Monterrey, señor de Biedma, Ulloa y de la casa de la Ribera, pertiguero mayor de Santiago de Compostela, y de su esposa Inés de Velasco y Tovar, hija de Juan de Velasco y Tovar, marqués de Berlanga, y de su esposa Juana Enríquez de Ribera. A la muerte de su padre en 1563 lo vino a heredar y fue V conde de Monterrey. Se casó en 1583 con Inés de Velasco y Aragón, hija de Iñigo Fernández de Velasco, VI conde de Haro, IV duque de Frías, Condestable de Castilla, y de su esposa Ana Ángela de Aragón y Guzmán. 

Las capitulaciones entre el conde de Monterrey y el duque de Frías, sobre el matrimonio de sus hijos Gaspar e Inés fueron otorgadas en 1563. Gaspar e Inés tuvieron en su matrimonio varios hijos entre ellos a su primogénito Pedro Jerónimo, que murió joven, por lo que vino a heredarlo su hermano menor Manuel de Acevedo y Zúñiga, casado con Leonor de Guzmán, hija de Enrique de Guzmán, II conde de Olivares, y de María Pimentel de Fonseca y Zúñiga (hermana de Gaspar), Inés de Zúñiga y Velasco casada con Gaspar de Guzmán y Pimentel, conde-duque de Olivares, válido del rey Felipe IV, María de Zúñiga y Aragón, que murió soltera y Catalina de Fonseca y Zúñiga, monja en el Convento de Santa Cruz de Valladolid.

Gaspar estudió en Monterrey en el colegio de los jesuitas fundado por su abuelo Alonso de Zúñiga y Acevedo Fonseca, III conde de Monterrey. A la edad de dieciocho años, decidió en 1578 dar ayuda al rey Felipe II, con sus tropas gallegas pagadas a su costo, en acciones militares en la frontera de Portugal, reduciendo a la obediencia del rey Felipe II dieciocho villas.​ Gaspar con sus tropas gallegas junto con las de su primo Francisco de Zúñiga y Sotomayor, IV duque de Béjar y Plasencia, y los ejércitos reales al mando de Fernando Álvarez de Toledo, III duque de Alba de Tormes, participaron en la revista a la entrada al Portugal, que hizo el rey Felipe II, en Cantillana cerca de Badajoz, el día 15 de junio de 1580.

Gaspar defendió con sus tropas gallegas el puerto de la Coruña cuando fue atacado por el corsario inglés Francis Drake en 1589. Gaspar tuvo que litigar en 1594 con su pariente Fernando de Castro y Andrade, Conde de Lemos, ante el Consejo Real de Castilla por un trámite del pleito sobre los bienes de la Casa de Ulloa. 

El rey Felipe III lo nombró el 19 de mayo de 1603 virrey, gobernador y capitán general del reino de Nueva Castilla (Perú) así como presidente de la Real Audiencia de Lima.

Habien ejercido com Virrey, esperó en México la llegada de su sucesor Juan de Mendoza y Luna, marqués de Montesclaros, quien vino acompañado por su esposa y a quienes el 4 de octubre de 1603 los recibió en Otumba con gran pompa.


Arribó a Paita - Perú el 24 de mayo y por diversas causas, enfermedad y mal tiempo se vio obligado a proseguir el viaje por tierra, no obstante lo fatigoso de las jornadas y el 14 de julio salió en dirección a Lima, en agosto pasaba por Lambayeque y en octubre salía de Trujillo, en noviembre pasó unos días en Huaura y, finalmente, después de haberse entrevistado con su antecesor, Luis de Velasco y Castilla - Marqués de Salinas, hizo su entrada oficial en Lima el 8 de diciembre de 1604. ​ El cabildo de Lima hizo postergar las fiestas, que de costumbre se celebraban al advenimiento del nuevo virrey, por tener que realizarse un auto de fe el 13 de marzo de 1605 (reos de poca consideración, que no fueron quemados). 

Las fiestas en honor del conde de Monterrey se celebraron con corrida de toros y juego de cañas el 15 de abril y los estudiantes del colegio de San Pablo le dieron recibimiento el 29 de julio del mismo año. 

El 25 de noviembre de 1604 fuertes temblores de tierra causaron en la provincia de Arequipa graves daños. Conociendo el conde de Monterrey, la emigración de indios, que por temor huyeron de sus pueblos, a consecuencia de los grandes estragos y repetidos temblores que causó la erupción del volcán Huaynaputina en 1600 en la provincia de Arequipa, comisionó al licenciado Juan Antonio de Rivero y Alderete para que dé un informe sobre los daños ocurridos y para que consiga buscar los prófugos, hacer que regresen con sus familias y trabajen en la reconstrucción de sus pueblos.

​ El conde de Monterrey, envió una nave a la isla de Galápagos para rescatar a diez naufragados, que habían permanecido allí dos años de penurias. La nave trajo a los rescatados en noviembre de 1605 a Lima.

Mandó crear el Tribunal de Cuentas con los fueros y preeminencias de la Contaduría Mayor de Castilla. El Tribunal quedó organizado en febrero de 1607. 

Se erigió el obispado de Santa Cruz de la Sierra en 1605.

Se fundaron en Lima los monasterios de la recoleta de Belén, de religiosos mercedarios, la recolección de Santa María Magdalena, de religiosos dominicanos y el colegio de San Ildefonso, de la orden de San Agustín.

Se fundó el 29 de septiembre de 1606 la villa de San Miguel de Ibarra en el Ecuador. Esta villa debía de servir de enlace entre Quito y Pasto, así como entre Quito y la provincia de Esmeralda. 

San Felipe de Austria de Oruro en Bolivia se fundó el primero de noviembre de 1606. La villa situada en un centro minero creció rápidamente. 

Descubrimiento y Toma de Posesión de Australia:

Ordenó la expedición para el descubrimiento de las islas Indias Australes en el Mar del Sur cumpliendo los deseos del rey Felipe III manifestadas en su nombramiento. Puso la expedición al mando del Capitán Mercante y cabo Pedro Fernández de Quirós, asistido por el Capitán de Marina Don Diego de Prado y Tovar al mando de la nao San Pedro y San Pablo, 60 toneladas, de Luis Báez de Torres al mando de la nao Almiranta San Pedrico, 40 toneladas, y de Pedro Bernal al mando de una lancha inglesa, Los Reyes Magos, lista en caso de desembarco. Las tres naves llevaban sesenta, cuarenta y doce marineros respectivamente, entre castellanos, portugueses y flamencos.​ Los tres navíos llevaban el matelotaje necesario para su éxito en cuanto a agua, alimentos y armas. Fueron a bordo también seis religiosos franciscanos, Fray Martín de Bonilla como comisario de estos. Salió del Callao con gran solemnidad el 21 de diciembre de 1605. El papa Clemente VIII había concedido tres años antes indulgencias a los expedicionarios. Tras la travesía del Pacífico Quirós muestra más interés por el comercio con Manila que por el descubrimiento y conspira para cambiar la dirección de la expedición hacia el nordeste cuando ésta apercibía signos de aproximarse a tierra firme, a latitud 26. Esta tierra firme estaba evidenciada por signos tales como las nubes continentales, por el tipo de tormentas y por la manera de ponerse del sol en lo que sería el Sur de Nueva Caledonia. Este cambio en contra de lo acordado en consejo de oficiales y la ira por haber utilizado parte de los toneles destinados al agua para mercar con vino en Manila provoca el motín y la separación tras haber explorado las Islas del Espíritu Santo (Vanuatu). Posteriormente Quirós vuelve desposeído de mando a Acapulco en la nao capitana. Diego de Prado y Luis Báez de Torres continúan la empresa. Navegan por la costa de Nueva Guinea, que cartografían y a la que bautizan Magna Margarita en honor a la reina. Posteriormente navegan hacia la tierra firme de la que han tenido ya evidencias cuando navegaban en latitud 26°. Cuando son conscientes de que se trata de tierra firme toman posesión de lo que creen un nuevo continente, lo bautizan Austrialia del Espíritu Santo, en honor a la Casa de Austria. Encuentran numerosas poblaciones de tez relativamente clara y bastante organizados, Diego de Prado los denomina canacs. La acogida es a veces pacífica y a veces violenta. La expedición muestra mucha cautela de no agredir gratuitamente a los indígenas. Así mismo, descubren evidencias de la presencia mercante esporádica de comerciantes chinos. De Prado anota todos los indicios de riqueza mineral, vegetal y animal. Cuando han recorrido decenas de leguas de costa en lo que sería Queensland vuelven al norte, evitando las barreras de arrecifes ("baxos" en el relato). Capturan a algunos indígenas para cristianizarlos en Manila, pero no pudieron establecerse definitivamente en ellas. La expedición continúa por el estrecho de Tovar, rebautizado por los navegantes ingleses como Estrecho de Torres, por Nueva Guinea y Borneo, donde cruzan los primeros indígenas lusófonos que les indican la cercanía a tierra explorada. En Manila, el gobernador parece retrasar la noticia del descubrimiento por intereses comerciales y celos a una nueva tierra que haría sombra a Filipinas, mientras tanto, Quirós inunda la secretaría de Estado de relatos ficticios para ganar favores reales, pues era consciente de la existencia de tierra firme austral. 

Pese a las cartas, relatos, mapas y envío de un indígena al Rey, la Administración Pública Española entierra en los archivos el descubrimiento y toma de posesión de Australia. En aquellos años se predecía que la talla de las Indias Australes fuese similar a la de América, por lo que es posible que la Administración se encontrase sin recursos para emprender otra colonización. 

Gaspar de Zúñiga nunca conocerá el resultado de esta expedición que financió, pues el descubrimiento acaece en 1608. El cambio de Virrey en Perú ha podido influir también en el desenlace de la historia. Báez de Torres continuará sirviendo a la Marina de manera discreta, Diego de Prado y Tovar, volverá por Goa, Ormuz, peregrinando a Alepo y de nuevo en barco vía Malta hasta llegar a Madrid, se ordenará monje y se encerrará en el convento de San Basilio de Madrid, calle del Desengaño, hoy desaparecido. 

Los exploradores ingleses del siglo XVIII conocían el relato de Torres y lo respetaban como precursor. El estandarte de Diego de Prado, una Cruz de Malta sobre fondo blanco figura hoy en la bandera del Estado australiano de Queensland.

También ordenó la expedición a las tierras de los mojos en el oriente del Alto Perú (hoy Bolivia). 

​ Hizo intensificar la minería, en especial la explotación de las minas de azogue, tan importantes en aquella época, por servir el azogue para la extracción de plata y oro.

Promulgó ordenanzas para asegurar la buena calidad de las obras de artesanía, impedir el monopolio y conseguir artesanos capacitados en el ejercicio de su arte y de buena fama.

​ La prosperidad de los mestizos y mulatos en la América fue muy notoria en esta época. El virrey conde de Monterrey se vio obligado a redactar ordenanzas prohibiendo los atuendos de lujo a las mulatas, la posesión de armas a los mulatos y, además, prohibiendo que fueran de acompañantes de personas de calidad más de dos. 

Estas ordenanzas fueron en Nueva España años más tarde, en 1612, ampliadas por su sucesores y se extendieron a los negros, filipinos y chinos. El conde de Monterrey, virrey del Perú fue muy piadoso, su honradez era acrisolada. Con su patrimonio cubrió las deudas del Estado. A pesar de su quebrantada salud visitaba iglesias, repartía en limosna y actos de caridad todas sus rentas. 

Los Santos de Lima:

En su época vivieron en Lima ejemplares de piedad y religiosidad como el arzobispo Toribio de Mogrovejo, Isabel Flores de Oliva, Martín de Porras, que fueron santificados por la Iglesia Católica. 

Virrey Honrado, Justo y Generoso:

El conde de Monterrey recibió el apodo el Virrey de los Milagros. El cronista indio Felipe Guamán Poma de Ayala atestigua que el conde de Monterrey daba limosna a los pobres, favorecía a los indios, honraba a los incas y caciques, y castigaba a los corregidores, encomenderos y españoles quienes maltrataban a los indios.

Falleció en Lima el 10 de febrero de 1606 después de una larga y penosa enfermedad que lo obligó a guardar cama por más de 2 meses, que pasó en la hacienda la Granja, de los padres dominicanos, situada en Limatambo.

Los costos de su entierro fueron cubiertos por la Real Audiencia al no haber dinero en la casa del virrey conde de Monterrey y se lo enterró en la iglesia de San Pedro de la Compañía de Jesús. Sus restos fueron trasladados a España en mayo de 1607 por el padre Alonso Mesías, quien fue elegido procurador en Roma, y sepultados en la iglesia del Colegio de los Jesuitas, castillo de Monterrey, situado en Verín, Galicia, fundada por su abuelo Alonso.

Su reputación de hombre honesto era tan grande que nadie propuso que se llevara a cabo el Juicio de Residencia, que normalmente se hacía al virrey saliente cuando dejaba el gobierno. 

La Real Audiencia de Lima en su carta del 28 de febrero de 1606 informa al rey Felipe III la muerte del virrey, conde de Monterrey, manifestando que su gobierno fue uno de los más justos y prudentes que han gozado estos Reinos y que el conde de Monterrey fue un personaje de gran talento y singulares virtudes de piedad y justicia, y las demás, que sin duda le hicieron uno de los grandes y más importantes ministros que V.M. ha tenido.

Por real cédula de Felipe III, fechada el 11 de mayo de 1608 en Aranjuez, en reconocimiento a los servicios prestados a la Corona de España por el conde de Monterrey, se concedieron a sus herederos un repartimiento en el Perú, con una renta de seis mil ducados. (datos: Wikipedia)

jueves, 1 de junio de 2017

Virreinato del Perú: Gobernador Cristóbal Ramírez de Cartagena

Estandarte del Virreinato del Perú

Cristóbal Ramírez de Cartagena (Corona española, ... - Lima, 1594) fue un licenciado en leyes y político español que estuvo provisionalmente a cargo del gobierno interino del Virreinato del Perú, como presidente de la Real Audiencia de Lima, de 1583 a 1585.

Llegó a Lima como Relator de la Real Audiencia. Como esta institución no contaba aún con un reglamento orgánico, hizo un registro de las ordenanzas que la regían.

En 1560, al iniciarse el gobierno del virrey Conde de Nieva, fue sometido a juicio de residencia junto con otros magistrados y funcionarios de la Real Audiencia de Lima, quedando finalmente exento de todo cargo.

En 1567 pasó a la Real Audiencia de Quito como oidor pero al año siguiente se le ordenó volver a Lima, donde asumió la función de fiscal. 

En 1573 ascendió a oidor y adoptó una actitud prudente en las relaciones de la Audiencia limeña con el virrey Francisco Álvarez de Toledo, pero protestó ante el Rey cuando aquel clausuró el colegio máximo regentado por los jesuitas en 1579.

Por ese mismo tiempo entabló juicio de residencia al oidor Pedro Sánchez de Paredes por haber casado a su hijo de tres años con una niña de nueve, única hija de un rico encomendero. 

 Cuando falleció el virrey Martín Enríquez de Almansa, el 12 de marzo de 1583, Ramírez ya era Presidente de la Real Audiencia de Lima, por lo que debió encargarse interinamente del gobierno del Virreinato del Perú, que ejerció hasta la llegada del nuevo virrey.

El gobierno de la Audiencia de Lima presidido por su oidor decano Cristóbal Ramírez de Cartagena y cuya autoridad abarcaba los territorios de las Audiencias de Quito, Charcas y Panamá, se desenvolvió no sin alguna oposición de la de Charcas, cuyos miembros aducían que no estaban sujetos a su jurisdicción. El mismo Rey tuvo que enviar nuevas cédulas para dejar en claro la sujeción de dichos organismos a la Audiencia de Lima. 

Componían la Audiencia, además de su Presidente, los doctores Martín López de Recalde y Francisco Arteaga de Mendiola, y el licenciado Álvaro de Carvajal que hacía de Fiscal. Poco después se incorporaron el doctor Alonso Criado de Castilla y el licenciado Juan Bautista de Monzón. 

El hecho que la Audiencia se hiciese cargo del gobierno del Virreinato tenía sus inconvenientes, no solo porque le distraía de su principal cometido, que era administrar justicia, sino por las incorrecciones que cometieron sus miembros en la provisión de cargos y corregimientos. Se otorgaron cargos a quienes no correspondían y el licenciado Monzón cayó en nepotismo, de manera tan escandalosa, a tal punto que, tras la llegada del nuevo virrey, tuvo que ser remitido a España.

Otros acontecimientos en este período fueron: Por iniciativa del Concilio limense convocado por el Arzobispo de Lima Toribio de Mogrovejo se introdujo la imprenta en Lima, siendo la primera de América del Sur, pues México ya contaba con ella desde 1536. Para tal efecto se trajo desde México al impresor turinés Antonio Ricardo. El primer impreso fue una Pragmática de los Diez Días del Año, estatuto que imponía en los actos de la vida civil la corrección introducida en el Calendario (reforma gregoriana). El segundo fue un libro de catecismo acordado en el Concilio para facilitar la labor evangelizadora: Doctrina Cristiana y Catecismo (1584). Se estableció también la Caja de Censos de Indias. (Datos: Wikipedia)

sábado, 1 de octubre de 2016

Imperio Inca: Cápac Yupanqui - 5° Inca del Perú

Cápac Yupanqui - 5° Inca del Perú

Cápac Yupanqui fue el quinto inca del Perú, llegó al trono mediante un golpe de estado contra su primo Tarco Huamán, quien había estado destinado originalmente para ser inca.

Fue hijo de Curu Yaya, hermana de Mayta Cápac. Para asegurar el trono mandó matar a 9 hermanos de Tarco Huamán y a otros les hizo jurar lealtad. 

Sorprendentemente, fue más benevolente con Tarco Huamán, a quién mandó a gobernar a los conquistados señoríos de Anta y Cuyo. 

Se estima que nació en el año 1320 en Cuzco y murió en 1350, otros dicen que nació en 1276 y murió en 1321. Fue su padre el Inca Mayta Cápac, su hijo Inca Roca y su nieto el Inca Yahuar Huaca. Tuvo como abuelo al Inca Lloque Yupanqui.



Se casó con Mama Cahua, una doncella emparentada con los Yupanqui, y así fundó el Ayllu llamado Apo Mayta Panaca. Su tótem fue, como el de Mayta Cápac, el ave Indi o halcón. 

Se dice que dejo 80 hijos, entre legítimos e ilegítimos. Y al igual que sus antecesores, su preocupación fundamental se aplico a mantener la posesión del valle del Cuzco, e ir sometiendo a las tribus que en las primeras invasiones habían actuado como aliadas. 

Capác Yupanqui, después de dominar algunos brotes de rebelión en el Sur, se dedicó a seguir las huellas de su padre, avanzando hacía Arequipa retornó al Cuzco sometiendo a los Omahuas y Aymaraes. 

El general Auqui Tito, hermano del Emperador, con 20,000 hombres quedó encargado del sojuzgamiento de los Cotoneras y Cotabambas en las márgenes del río Apurímac.

Cruzó la Cordillera de los Andes y redujo a la obediencia imperial a las tribus de los valles de Acarí, Lomas, Quilca, Camaná y Caravelí. 

Se dirigió al altiplano, collao, sometiendo a los Cochabambas. Atravesó el Desaguadero en balsas y conquistó a los Charcas. 

Sus victorias le valieron para conseguir la adhesión pacífica de varias etnias como los quechuas de Abancay, que buscaron su ayuda para defenderse de los fieros chancas de Andahuaylas. Con el prestigio ganado en la región consiguió que el rey de los ayamarcas, Tocay Capac, le conceda en matrimonio a su hija Curi Hilpay, iniciándose un periodo de paz entre ambos pueblos vecinos.

Cápac Yupanqui armó otra expedición contra los belicosos Chancas, los más encarnizados enemigos de los Quechuas. Avanzó sobre Limatambo, Curahuasi, Abancay, las provincias de los Soras y Rucanas, agrandando inmensamente el Imperio con la anexión de Nazca. 

Cápac Yupanqui nunca se enfrentó al poderoso estado Chanca, pues murió envenenado antes de que éstos llegaran al Cuzco.  (Datos: Wikipedia y otras fuentes)

lunes, 26 de septiembre de 2016

Virreinato del Perú: Francisco de Toledo - Conde de Oropesa - 5° Virrey del Perú

Francisco de Toledo - 5° Virrey del Perú

Francisco de Toledo, Conde de Oropesa, (10 de julio de 1515 Oropesa, España—1584, Sevilla) fue el quinto Virrey del Perú (1569 -1581). 

Su padre fue el tercer conde de Oropesa, descendiente del rey Alfonso XI de Castilla y de Doña Leonor Núñez de Guzmán. Por parte de su madre era primo tercero del emperador Carlos V. 

En 1535, Francisco de Toledo se unió a la Orden de Alcántara, una orden religiosa-militar. 

Durante casi veinte años, estuvo al servicio del emperador Carlos V en el ejército en Flandes e Italia. 

Él era un amigo íntimo del emperador y llego a presenciar su muerte en 1558. 

Fue nombrado virrey del Perú por el rey Felipe II después de servir como mayordomo en la corte real. 

Recibió la misión de proteger los intereses reales contra los colonos rebeldes y al mismo tiempo, poner fin a la sublevación de los nativos. 

Durante su mandato, Toledo se hizo cargo del gobierno e implementó muchas reformas:

-Centralizó la autoridad real y el dominio español en el Virreinato, disminuyendo el poder de la encomenderos, a los que redujo a servidores obedientes de la corona. 


En el año 1573, el virrey Toledo promulgó las "Ordenanzas del Perú para un buen gobierno". Este conjunto normativo tuvo una importancia trascendental en la historia del Perú virreinal. Todo esta construcción legal se basaba en que el virrey era el centro de la administración del virreinato, quien era poseedor de un poder absoluto y actuaba como el único representante del rey de España. Estas ordenanzas, conocidas también como "Ordenanzas de Toledo", que fueron redactadas por los juristas Juan de Matienzo y Juan Polo de Ondegardo, reglamentaron todo aspecto de la vida virreinal: vida de las ciudades, cabildos, impuestos, administración de justicia, trabajo agrícola, minería, comercio, defensa. Tal fue la importancia de las Ordenanzas del Perú que Álvarez de Toledo pasó a la posteridad con el calificativo de el Solón Virreinal o el Solón del Perú. En esas disposiciones se articulaba minuciosamente la vida cívica, laboral, pública y hasta aspectos de la vida privada de la población nativa, a fin de coordinar su desarrollo con la fórmula estatal implantada por la corona española. Es muy digno de destacar que con el propósito de que ese sistema normativo no se apartara de las costumbres tradicionales.

-Trabajo muy fuerte para convertir a los indígenas y darles una formación religiosa. Añadió nuevas leyes y decretos reales con relación a los indios y sus tierras, y reunió a los indígenas en reducciones para facilitar el cobro de tributos y adoctrinamiento. 

-Trató de adaptar las estructuras políticas y sociales de los incas a la vida en el virreinato. 

-Toledo cambió el antiguo sistema de mita, que se había transformado de servicio público obligatorio en una forma de abusivo trabajo forzoso indígena. En sus reformas de la mita, estableció que no más de una séptima parte de la población masculina de un pueblo podía ser reclutado, no podían ser obligados a trabajar lejos de sus pueblos natales, y tenían derecho a una compensación por su trabajo. Estas reformas fueron llamados "Las reformas de Toledo". 

Sin embargo, la explotación de los encomenderos y el tributo de la mita llevaron a una catástrofe demográfica de los indígenas que sucumbieron a las enfermedades y explotaciones inhumanas a las que eran expuestos por los encomenderos.

Francisco de Toledo encargó a Pedro Sarmiento de Gamboa la tarea de escribir crónicas de la época prehispánica en el Perú, mediante la recopilación de información proveniente de los sobrevivientes de esa época. La obra de Sarmiento se considera una fuente muy importante de información sobre ese período. 

El Virrey quería demostrar que los incas fueron conquistadores por la fuerza y que su imperio era dirigido por tiranos, lo que justificaba la labor de España que se presentaba como la libertadora. 

En el Gobierno de Francisco de Toledo ocurrieron también los siguientes hechos:

-En 1570, se estableció la inquisición en el Perú.

-En 1573, Jerónimo Luis de Cabrera fundó la ciudad de Córdoba, en la actual Argentina.


-En 1574, se fundaron las ciudades de Tarija y Cochabamba en la actual Bolivia.


-Se hizo un censo detallado para describir los diferentes grupos étnicos y su situación económica


-Construyó fortificaciones en la costa para la protección de los puertos contra los piratas. 


-Estableció la Armada del Mar del Sur en el puerto de El Callao.


-Acuño las primeras monedas para el Perú y América del Sur.


-Atendiendo al pedido de los pobladores de Chile que enfrentaban la hostilidad de los indios araucanos, fue enviado a esa región un ejército de 250 soldados al mando del general Rodrigo de Quiroga. Este partió del Callao en abril de 1572, pero no logró ninguna victoria decisiva sobre los indios. Quiroga fue después nombrado Gobernador de Chile, cargo que mantuvo hasta su muerte, en 1580.


El Virrey, hizo una extensa gira de inspección por el territorio del virreinato que ocupaba casi toda Sudamérica, viajo más de 8 mil kms en más de cinco años. 

Su visita de inspección le había convencido de que había muchos abusos de poder por parte de los encomenderos, lo que necesitaba corrección y muchas fallas en la maquinaria gubernamental que necesitaban ser atendidas.


En su gobierno se produjo la ejecución del último inca de Vilcabamba, Túpac Amaru I en 1571. Fue condenado por el asesinato de sacerdotes en Vilcabamba, acto del que se dice era inocente. Clérigos católicos, convencidos de su inocencia, imploraron de rodillas, para que el Inca sea enviado a España para tener un juicio en lugar de ser ejecutado, lo que no se aceptó. El rey de España, Felipe II, desaprobó la ejecución del Inca Tupac amaru I.


Toledo hizo enemigos por las reformas que aplicó. El anterior virrey, Lope García de Castro, era uno de ellos. García de Castro era ahora un miembro del Consejo de Indias, desde el cual se opuso a la mayoría de las reformas de Toledo. También, Algunos de los españoles en el Perú se opusieron al virrey a causa de la pérdida de algunos de sus privilegios. Sin embargo, los ingresos reales de Perú enviados a España aumentaron. Los cuentas fueron equilibradas por primera vez en quince años, la recaudación de impuestos se regularizó, y los ingresos de las minas de plata aumentaron. 


Su salud se hallaba entonces quebrantada por el mal de gota y los cálculos vesiculares. Sin embargo,  realizó muchas obras públicas en Lima como canalizaciones de aguas, construcción de diques y puentes sobre el río Rímac, hospitales y escuelas en la zona de Lima y sus alrededores, además de la reconversión de la Universidad de San Marcos y el deslinde de poderes con la Audiencia y con la Inquisición.


Sus continuos enfrentamientos con funcionarios eclesiásticos y civiles y su mal estado de salud, le obligaron a solicitar varias veces su cese, el que fue continuamente rechazado, hasta que, vista las repetidas denuncias que llegaban a la corte, Felipe II decidió relevarle del cargo de Virrey, eligiendo en su reemplazo a Martín Enríquez de Almansa, por cédula del 26 de mayo de 1580.


Álvarez de Toledo permaneció en el cargo hasta la llegada del nuevo virrey, pero no esperó a que éste entrara en Lima, y el 1º de mayo de 1581 salió del Callao rumbo a España, vía Panamá. Su apuro se debía a la incomodidad que le generaría la posibilidad de un juicio de residencia ante la llegada del nuevo virrey, tomando como pretexto la urgencia en alcanzar la flota que esperaba en Nombre de Dios y que había de conducirlo a España junto con la plata destinada a las arcas reales.


Tres días después el nuevo virrey desembarcaba en el puerto, contrariado por lo que consideró una descortesía de Álvarez de Toledo.


Tras un viaje de cinco meses, Álvarez de Toledo arribó a Lisboa, donde se hallaba entonces asentada la corte. Al presentarse ante el rey Felipe II éste no le brindó todo el reconocimiento que esperaba, en parte porque le reprochaba haber ordenado la muerte del inca rebelde de Vilcabamba, Túpac Amaru I, y la persecución de su familia. Se dice que las palabras de reproche del rey fueron textualmente: «Marchaos a vuestra casa, que yo os mandé al Perú no para matar reyes sino para servirlos».


Sin embargo, en la cédula por la cual se le reemplazaba, el rey hacía mención de lo bien que había servido Álvarez de Toledo durante los doce años que duró en el cargo.


En 1581 fue llevado de vuelta a España, allí lo encarcelaron hasta 1584. Murió por causas naturales. (Datos: Fuentes varias)

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