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miércoles, 26 de agosto de 2020

José de San Martín: Al final solo varias proclamaciones de independencia


El 21 de agosto de 1820 se embarcó en Valparaíso la Expedición Libertadora del Perú bajo la bandera de la Expedición Libertadora. Contaba con un ejército de 4.118 efectivos. El 7 de septiembre la Expedición Libertadora arribó a las playas del Paracas, en la bahía de Pisco, en la actual Región Ica. El desembarco en Paracas se inició el 8 de septiembre de 1820 y continuó los días siguientes. San Martín instaló su cuartel en Pisco.

El 15 de septiembre de 1820, el virrey del Perú, Joaquín de la Pezuela, proclamó la restauración de la Constitución de Cádiz de 1812, y envió una carta a San Martín ofreciéndole entrar en negociaciones, teniendo como base la nueva situación política peninsular. San Martín aceptó, y a partir del día 25 de septiembre, los delegados de San Martín y del virrey se reunieron en las Conferencias de Miraflores las que concluyeron el 4 de octubre sin llegar a ningún acuerdo.

El 23 de octubre de 1820 la Expedición Libertadora se reembarcó con destino norte, pasando frente al Callao. El 9 de noviembre, la Expedición Libertadora arribó al puerto de Huacho (a 170 km al norte de Lima), donde desembarcó. Al frente de su ejército, San Martín avanzó hasta el poblado vecino de Huaura, donde estableció su cuartel general. Fue en Huaura donde por primera vez San Martín proclama la independencia del Perú, en noviembre de 1820, desde un balcón que hasta hoy se conserva como joya histórica.

El 4 de junio de 1821, el virrey La Serna se entrevistó personalmente con San Martín en la hacienda Punchauca, situada a unos 25 km al norte de Lima, en el actual distrito de Carabayllo. Delegados de ambos continuaron en los siguientes días estas Conferencias de Punchauca, pero al igual que lo ocurrido en las conferencias de Miraflores, no se llegó a algún acuerdo trascendente.

Lima se vio amenazada por el avance del ejército libertador y el acoso de montoneras, grupos armados mayormente conformadas por hombres andinos.

El 5 de junio de 1821, el virrey La Serna anunció a los limeños que abandonaría Lima y dejaría una fuerza al mando de José de la Mar para que resistiera en el Callao, al amparo de la Fortaleza del Real Felipe. 

El poderoso Ejército Real del Perú, al mando del general Canterac, deja Lima y enrumba a la sierra, el 25 de junio de 1821. 

A comienzos de julio de 1821 se vivía en Lima una tremenda escasez de alimentos, debido al asedio de las montoneras, que cortaron las vías de comunicación con el exterior. Bajo el temor al pillaje o rebeliones de esclavos, San Martín ingresa en la ciudad.

Las avanzadas del Ejército Libertador ingresaron a Lima el 9 de julio de 1821. El mismo San Martín hizo su ingreso en la noche del día 12 y dos días después lo hizo todo su Ejército.

A pedido de San Martín, los "notables" de Lima se reunieron en Cabildo Abierto, con el propósito de jurar la Independencia. La firma del Acta de Independencia del Perú tuvo lugar el 15 de julio de 1821. Unos 300 ciudadanos firmaron el Acta ese día.

Al momento de su separación de España, Perú contaba con poco más de un millón de habitantes. Los indios eran más de la mitad, un 58%; los mestizos el 22%; y los negros, en su mayoría esclavos, el 4% de la población; la gente de “color libre” también bordeaba el 4%. Los blancos, tanto peninsulares como criollos, eran poco más del 12% y vivían básicamente en la costa y en algunas ciudades del interior como el Cuzco o Huamanga. Lima tenía unos 64 mil habitantes.

El sábado 28 de julio de 1821, en una ceremonia pública muy solemne, el generalísimo José de San Martín enunció la célebre proclamación de la Independencia del Perú. Primero lo hizo en la Plaza Mayor de Lima, después en la plazuela de La Merced, luego, en la plaza Santa Ana, frente al Convento de los Descalzos y finalmente en la plaza de la Inquisición (hoy plaza Bolívar). Según testigos de la época, presenciaron la ceremonia más o menos 16.000 personas.

Tras proclamar la independencia del Perú, San Martín asumió el mando político y militar de los departamentos libres del Perú, bajo el título de Protector, según decreto del 3 de agosto de 1821. Su gobierno se llamó el Protectorado del Perú. Dio al estado peruano su primera bandera y escudo, su himno nacional, su moneda, su administración primigenia y sus primeras instituciones públicas. 

Por su parte, el virrey José de la Serna trasladó su cuartel general al Cuzco, amparado por el poderoso Ejército Real del Perú que estaba intacto.

El 27 de diciembre de 1821, San Martín convocó por primera vez a la ciudadanía con el fin de que eligiera libremente un Congreso Constituyente, con la misión de establecer la forma de gobierno que en adelante regiría al Perú, así como una Constitución Política adecuada.

Mientras tanto, la corriente libertadora caribeña, al mando de Bolívar, avanzaba hasta la región de Quito, al norte del Perú. La libertad de Quito quedó sellada en la Batalla de Pichincha librada el 24 de mayo de 1822. 

La Entrevista de Guayaquil se produce el 26 de julio de 1822, en ella San Martín y Bolivar discutieron no se sabe bien de que asuntos, pero luego de ella San Martín decide retirarse del Perú.

El 20 de septiembre de 1822 se instaló el primer Congreso Constituyente del Perú, compuesto por 79 diputados (elegidos) y 38 suplentes (para los territorios que aún se hallaban ocupados por los realistas, es decir, el sur peruano). 

Ante este Congreso, San Martín renunció al protectorado y se dispuso a abandonar el Perú. 

Como Presidente del Congreso fue elegido el diputado por Arequipa, Francisco Javier de Luna Pizarro, clérigo liberal.

El Congreso entregó el poder ejecutivo a tres de sus miembros, que conformaron un cuerpo colegiado denominado la Suprema Junta Gubernativa (presidida por el general José de La Mar e integrada por Manuel Salazar y Baquíjano y Felipe Antonio Alvarado). Esta Junta entró en funciones el día 21 de septiembre de 1822. (Datos: Wikipedia)

Mientras tanto Bolivar y su ejército caribeño, reforzado por un regimiento de élite británico que le daría la victoria, iniciaban su ingreso al Perú esta vez por el norte.
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Artículo patrocinado por BBSE Best Books Spanish Edition

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sábado, 27 de julio de 2019

Independencia del Perú: ¿Sabía usted que Perú pagó por servicios que no solicitó?



En Sudamérica, llámase proceso de independencia a la intervención de fuerzas de mercenarios pro británicos, cuyo objetivo era desplazar al imperio español y facilitar el dominio de la corona inglesa en el subcontinente.

Lima, como capital del Virreinato del Perú era el objetivo, derrotar al Ejército Real del Perú tenía alta prioridad para lograr la capitulación del Virrey.

Primero llegó José de San Martín con mercenarios argentinos y chilenos, pero fracasa. Proclama independencia un 28 de julio, pero las fuerzas militares reales estaban intactas. Se retira luego de un gran saqueo de Lima.

Luego viene Simón Bolívar con mercenarios venezolanos, colombianos y ecuatorianos, pero esta vez con un regimiento británico, el denominado “Rifles”, como su columna vertebral.

Gracias a los “Rifles”, que logran diezmar a las fuerzas reales en la Batalla de Corpahuaico, los mercenarios del norte logran la capitulación del virrey del Perú, luego de una ficticia y pre acordada Batalla de Ayacucho.

Por pretender luego convertirse en dictadura vitalicia, las fuerzas peruanas expulsan a los mercenarios de la denominada Gran Colombia de Simón Bolívar.

Pasó algún tiempo y los países de donde provenían los mercenarios pro británicos, solicitaron al Perú el pago por sus servicios en el proceso de “independencia”.

Y, ocurrió lo increíble, Perú aceptó y pagó sumas multimillonarias por servicios que nunca solicitó.

¿Y, por qué a Perú no le interesaba independizarse de España? Simplemente porque vivía su época de oro en todos los aspectos, era una nación prospera, con economía, artes, ciencias y modo de vida de primer mundo, a diferencia de los demás pueblos sudamericanos, verdaderas colonias, que vivían en el subdesarrollo. (jlhurtadov@gmail.com)

Capitulación luego de la "Batalla de Ayacucho"

¿Le gusta artículos como éste? Los encuentra en el libro Reflexiones Sobre Perú

lunes, 3 de octubre de 2016

¿La Independencia de Perú se Obtuvo Gracias a los Ayacuchos?

Capitulación de Ayacucho

Después de la batalla de Ayacucho, los derrotados del ejército del virrey regresaron a España. El 2 de enero de 1825 el virrey La Serna se embarcó rumbo a España en la fragata francesa Ernestina, junto con los mariscales Valdés, Villalobos, Maroto y otros. Días después el teniente general Canterac embarcó hacia España con Las Heras. 

Una vez llegados a la península fueron acusados de traidores y cobardes. Fernando VII y sus consejeros no podían explicarse de otra manera la derrota sino achacándoles la responsabilidad de la catástrofe. 

Desde ese momento se conoce como «ayacucho» a todo aquel que, en el último momento «arruga» y no enfrenta con gallardía y valentía las batallas cruciales. 

La capitulación ha sido llamada por el historiador español Juan Carlos Losada como "la traición de Ayacucho" y en su libro "Batallas decisivas de la Historia de España" afirma que el resultado de la batalla estaba pactado de antemano.

El historiador señala al mariscal de campo Juan Antonio Monet como el encargado del acuerdo. Afirma que este general se presentó en el campamento enemigo a las 08:00 horas del 9 de diciembre; allí conversó con el general Córdoba, mientras sus oficiales confraternizaban con oficiales independentistas. 

Losada afirma que la batalla fue una comedia urdida por los generales españoles, perdida toda esperanza de recibir refuerzos desde la Metrópoli, sin fe en una victoria sobre los rebeldes independentistas, imposibilitados para firmar la paz sin reconocer la independencia del virreinato, y defraudados por el fracaso de los liberales constitucionalistas en España y por el regreso del absolutismo, pues los generales y oficiales españoles del virrey La Serna no compartían la causa de Fernando VII, un monarca acusado de felón y tiránico, símbolo del absolutismo.

Dice el historiador que los generales urdieron la comedia para regresar a España en calidad de vencidos en una batalla, no como traidores que se rindieran sin luchar. 

Por ello afirma que “los protagonistas guardaron siempre un escrupuloso pacto de silencio y, por tanto, sólo podemos especular, aunque con poco riesgo de equivocarnos”. 

Una capitulación, sin batalla, se habría juzgado indudablemente como traición. (Datos: fuentes varias)

martes, 5 de enero de 2016

José de San Martín y Simón Bolivar ¿Libertadores o Abanderados de los Ingleses?

Video: ROdelUru

Diversas evidencias llevan a pensar que los llamados "Libertadores de América" José de San Martín, y Simón Bolivar, no actuaron con ese objetivo, sino como abanderados de Inglaterra y con la finalidad de destruir el poder español y permitir así el libre ingreso de Inglaterra en Sudamérica.

Al servicio de Inglaterra, Bolivar y San Martín cumplieron sus planes, recibiendo de los ingleses su total apoyo financiero, también armas, adiestramiento y regimientos militares con oficiales y soldados británicos que se constituyeron en la columna vertebral de las "fuerzas libertadoras".

Ambos eran masones y recibieron de las logias inglesas todo su respaldo.

En la última etapa de su trabajo, San Martín y Bolivar confluyen en el Perú, sede del poder español en Sudamérica. Al retirarse, lo dejan totalmente destruido, saqueado y en estado caótico.

viernes, 20 de marzo de 2015

La Conspiración Inglesa que Impulsó la Independencia de Sudamérica

Gran Logia de Inglaterra

Los países que ahora constituyen Sudamérica eran parte del Imperio Español, cuyo principal exponente era el Virreinato del Perú.

Ningún país fuera del Imperio Español podía comercializar con sus colonias en Latinoamérica, Filipinas etc.

Inglaterra, entonces con una economía deprimida, empieza un proceso para romper el dominio español sobre Latinoamérica, lo que le permitiría expandir su comercio.

Aparecen entonces en escena, primero Francisco de Miranda, y luego Simón Bolivar, José de San Martín, y Bernardo O´higgins.

Ellos van a Londres donde son instruidos, impulsados y financiados para llevar a cabo el plan inglés de romper el vínculo de España y sus colonias.

Los 4 fueron masones integrantes de la Gran Logia Inglesa que apoyó la conspiración Inglesa contra España.

Los 4 "libertadores" en realidad fueron agentes de la monarquía británica que trabajaron para los fines de ésta.

Al empezar los levantamientos en Venezuela el líder del grupo Francisco de Miranda fue traicionado por Bolivar quién lo señaló y entregó al ejército realista. Miranda, fue llevado a España donde murió en una cárcel.

De esta manera, Bolivar usurpa el liderazgo "independentista" y recibe honores que no le corresponden.

Es necesario recordar que la columna vertebral del "ejército independentista" de Bolivar fue el Regimiento Rifles integrado totalmente por británicos.

Recomendamos ver el siguiente video:

Video: ROdelUru

lunes, 17 de noviembre de 2014

Bandos en Lucha por la Captura del Virreinato del Perú

Fernando VII

En el año 1820 España entra en una crisis política por la sujeción del rey Fernando VII, y la restauración de la Constitución Liberal, apoyada por el general Rafael de Riego, quien subleva la expedición de 20 mil soldados destinados al Río de la Plata para auxiliar a los realistas de América. 

Esto acaba para siempre con las expediciones de refuerzos de España, que desde entonces no se aprestaron para ningún lugar de América. 

En septiembre de 1820, José de San Martín y su ejercito desembarcan en la bahía de Pisco, en el Virreinato del Perú.

En Perú, el virrey Pezuela queda desacreditado y debilitado por la expedición a Lima de José de San Martín. 

El virrey absolutista es derrocado finalmente por el general José de la Serna el 29 de enero de 1821 en el golpe militar de Aznapuquio, quien proclama su adhesión a la Constitución liberal española, siendo luego reconocido como Virrey.

El 28 de julio de 1821, José de San Martín proclama la independencia de Perú. Recibe luego el nombramiento de Protector del Perú con autoridad civil y militar.

Entre los días 26 y 27 de julio de 1822 se realiza la Entrevista de Guayaquil, donde se reúnen San Martín y Bolívar, teniendo como tema principal la liberación del Perú, principal baluarte realista en Sudamérica. 


Tras una conversación privada, cuyo contenido no se conoce, cedió a Bolívar la iniciativa y conclusión de la campaña libertadora. 

El Gobierno de José de San Martín duró desde el 3 de agosto de 1821 hasta el 20 de septiembre de 1822.

El congreso creado por San Martín designa una Junta de Gobierno. Posteriormente cesa a esta Junta y designa a José Bernardo de tagle - Marqués de Torre Tagle, como primer presidente de Perú. Luego por presión militar designa casi enmediatamente a José de la Riva Agüero y Sanchez Boquete como Presidente de Perú. Esto genera una disputa por el poder que termina con el apresamiento y deportación de Riva Agüero. Mientras tanto el marqués de Torre Tagle queda como figura decorativa frente a Simón Bolivar.

Los independentistas comenzaron en Cerro de Pasco una prometedora campaña para derrotar al Ejército Real del Perú mandado por el virrey La Serna. 

Pero los realistas, bajo una sólida subordinación militar, destruyen sucesivos ejércitos independentistas. 

El primero en la Batalla de Ica, comandado por los patriotas Domingo Tristán y Agustín Gamarra. Un año después en las campañas de Torata y Moquegua aniquilan a la Expedición Libertadora dirigida por Rudecindo Alvarado. 

El año 1823 termina con la inesperada destrucción de otro ejército patriota comandado por Andrés de Santa Cruz y Agustín Gamarra, en otra campaña abierta sobre Puno, que comenzó con la batalla de Zepita, que ocupó la ciudad de La Paz el 8 de agosto, consiguiendo llegar a Oruro en el Alto Perú. 

El virrey La Serna termina la campaña de Zepita desbandando a las tropas aisladas de Santa Cruz y recuperando Arequipa tras batir a Antonio José de Sucre, quien reembarcó a los colombianos el 10 de octubre de 1823, salvándose con sus tropas pero perdiendo lo mejor de su caballería. 

Finalmente, lo que restaba de optimismo se apagaba por las acusaciones de traición contra los presidentes peruanos José de la Riva Agüero y José Bernardo de Tagle. 

Riva Agüero deportó diputados del Congreso del Perú y organizó un congreso paralelo en Trujillo, y luego de ser declarado reo de alta traición por el Congreso del Perú fue desterrado.

Por otro lado, José Bernardo de Tagle, Marqués de Torre Tagle, buscaba firmar una paz sin batallas con el virrey La Serna, para lo cual fue a entrevistarse con los realistas. 

Este acto fue considerado por Simón Bolívar como traición. 

José Bernardo de Tagle encontró refugio con los realistas en la asediada fortaleza de El Callao. 

En Argentina las cosas no marchaban bien, el historiador Rufino Blanco Fombona dice "Todavía en 1824 Bernardino Rivadavia pacta con los españoles, estorbando así la campaña de Ayacucho":

El 4 de julio de 1823, Buenos Aires concluyó una tregua con los comisionados españoles (Convención Preliminar de Paz (1823) que le obligaba a mandar negociadores a los demás gobiernos sudamericanos para que pueda tener efecto la misma.

Se estipulaba que las hostilidades cesarían 60 días después de su ratificación y subsistiría durante un año y medio, mientras se negociaría un tratado definitivo de paz y amistad. 

Con este motivo se reunieron en la ciudad de Salta Juan Gregorio de Las Heras con el brigadier Baldomero Espartero, sin alcanzar acuerdo alguno. 

El 10 de enero de 1824 se le ordenó a Olañeta: Advierto a V.E. que no debe disponer ninguna expedición en dirección alguna sobre las provincias sin expresa orden mía pues además de que en Salta están reunidos para tratar de negociar, el General Las Heras por parte del Gobierno de Buenos Aires y el Brigadier Espartero por la de este superior Gobierno. 

Rivadavia creía que el proyecto establecería la paz y paralizó el esfuerzo de las autoridades de Salta sobre el Alto Perú, negando auxilios y retirando los puestos avanzados, dañando la causa del Perú. 

Al respecto, el historiador y militar de origen irlandés Daniel Florencio O'Leary opinó que con esa tregua "Buenos Aires se ha retirado implícitamente de la contienda", y que "el Gobierno de Buenos Aires pacta con los españoles, con perjuicio de la causa americana".

El 1 de enero de 1824 Bolívar cae gravemente enfermo en Pativilca. En esas fechas llegó a Lima Félix Álzaga, ministro plenipotenciario de las Provincias Unidas del Río de la Plata para solicitar al Perú su adhesión a la tregua la que fue rechazada por el Congreso Peruano. 

Al comenzar el año 1824, todo el ejército realista del Alto Perú se sublevó junto al caudillo absolutista español Pedro Antonio Olañeta contra el Virrey del Perú, tras saberse que en España había caído el gobierno Constitucional. 

Efectivamente, el monarca Fernando VII de España y sus partidarios absolutistas, recuperaban el gobierno apoyados por 132 mil soldados franceses del ejército de la Santa Alianza, que ocupará España hasta 1830. 

Rafael del Riego muere ahorcado el 7 de noviembre de 1823 y los propulsores del movimiento liberal son ajusticiados, marginados o exiliados de España. 

El 1 de octubre de 1823 el monarca decreta la abolición de todo lo aprobado durante los tres años de gobierno constitucional, lo que anulaba el nombramiento de La Serna como Virrey del Perú. El alcance de la purga sobre los constitucionales del Virreinato del Perú parecía infalible.

El 4 de febrero de 1824 se subleva el acuartelamiento del Callao compuesto por el total de la infantería argentina de la Expedición Libertadora, junto con algunos chilenos, peruanos y colombianos: cerca de 2 mil hombres, que además se pasaron a los realistas, enarbolando el pabellón español y entregando las fortalezas del Callao. 

El regimiento de granaderos a caballo de los Andes también se amotinó en Lurín el 14 de febrero, dos escuadrones se dirigieron al Callao para unirse a sublevados, pero al saber que se habían pasado a los realistas, un centenar de ellos con los jefes del regimiento se dirigieron a Lima para unirse a Bolívar.

El Sitio de El Callao prolongó la guerra hasta 1826, además inmediatamente desembocó en la ocupación de Lima por Canterac, y se afirma que en mayo de 1824 con una acción militar contra Bolívar "habrían dado el último golpe a la independencia de esta parte de América".

Bolívar, en comunicación con Olañeta, aprovechó el desmontaje del aparato defensivo realista para "movernos en todo el mes de mayo contra Jauja", y enfrentarse a José de Canterac aislado en Junín el 6 de agosto de 1824. 

Dio comienzo entonces una incesante persecución con la consecuente deserción de 2.700 realistas, que seguidamente engrosaban las filas independientes. Finalmente el 7 de octubre de 1824, con sus tropas a las puertas del Cuzco, Bolívar entregó al general Sucre el mando del nuevo frente de batalla, que recorría el curso del río Apurímac, y se retiró a Lima para tomar de la capital más empréstitos para sostener la guerra en el Perú, y recibir una división colombiana de 4.000 hombres despachada por Páez que no llegaría sino después de Ayacucho. 

La desintegración del cuerpo de observación de Canterac obligó a La Serna a llevar desde Potosí a Jerónimo Valdés, quien acudió a marchas forzadas con sus soldados. Reunidos los generales realistas, y a pesar de las muestras de sincera adhesión del Cusco, el virrey descartó un asalto directo por la falta de instrucción de sus milicias, aumentadas mediante reclutas masivas obligatorias de campesinos unas semanas antes. Por el contrario intentó cortar la retaguardia de Sucre a través de maniobras de marchas y contramarchas, que se sucedieron desde el Cusco hasta el encuentro en Ayacucho, a lo largo de la cordillera andina. 

De esta forma, los realistas buscaron un golpe de mano que obtuvieron el 3 de diciembre en la batalla de Corpahuaico o Matará, donde a costa de tan solo 30 hombres ocasionaron al ejército libertador más de 500 bajas y la perdida de buena parte del parque y la artillería. Pero Sucre y su estado mayor lograron mantener la organización de la tropa e impidieron al virrey explotar ese éxito local. Aún a costa de sensibles pérdidas en hombres y material Sucre mantuvo al Ejército Unido en repliegue ordenado, y siempre situado en posiciones aseguradas, de difícil acceso como el campo de Quinoa. 

In the service of the Republic of Peru del general Guillermo Miller, éste ofrece la visión de los independentistas. El Ejército Independentista se nutrió de buena parte de la experiencia militar del siglo: el batallón Rifles del ejército de Colombia, el que se encontraba compuesto por tropas mercenarias europeas, que en su mayoría eran voluntarios británicos

También se encontraban entre sus filas veteranos de la Independencia española, norteamericana, y Guerras de Independencia Hispanoamericana hasta casos como el del mayor de origen alemán Carlos Sowersby, veterano de la batalla de Borodino contra Napoleón Bonaparte en Rusia

Por la extrema dureza de las condiciones de una campaña en la cordillera andina, ambos ejércitos quedaron con el número de sus tropas seriamente reducidas por enfermedad y deserción, y que igualmente se focalizó en milicias carentes de instrucción militar o la recluta formada de prisioneros enemigos. 

Los jefes realistas habíanse posicionado en las alturas del cerro Condorcunca (en quechua: cuello de condor), una buena posición defensiva que no podían sostener dado que en menos de cinco días se verían obligados a retirarse por la hambruna de la tropa, lo que equivalía a la dispersión de su ejército y una segura derrota por la próxima llegada de refuerzos de Colombia, motivo por el cual se vieron impulsados a tomar una decisión desesperada: la batalla de Ayacucho daba comienzo. 

El número de soldados naturales de España que combatieron en Ayacucho ha sido acotado por los mismos testimonios posteriores a la contienda. En el año 1824 los europeos combatiendo en todo el virreinato ascendían a 1.500 según el brigadier García Camba, mientras que según el comisario regio Diego Cónsul Jove Lacomme el número total de europeos era de 1.200, y de los que solo 39 hombres formaban en la división del Alto Perú.

Para el 9 de diciembre, día en que se libró la batalla de Ayacucho, y de acuerdo a publicaciones posteriores, los europeos en el ejército del virrey aproximadamente eran 500 hombres según García Camba, mientras que Bulnes cita 900 "desde el virrey al último corneta", apoyándose en el diario del capitán Bernardo F. Escudero y Reguera, oficial del Estado Mayor de Valdés. Pero el testimonio del general Jerónimo Valdés le refuta corroborando la cifra de 500 hombres "de soldado a jefe". Del número referido de prisioneros realistas capturados tras la batalla de Ayacucho, 1.512 eran americanos, mientras que 751 eran españoles, con lo que se deduce que el número de combatientes peninsulares al mando del virrey La Serna puede estar en torno a esa cifra.

La Batalla de Ayacucho fue el último gran enfrentamiento dentro de las campañas terrestres de las guerras de independencia hispanoamericanas (1809-1826) y significó el final definitivo del dominio colonial español en América del sur. 

La batalla se desarrolló en Ayacucho el 9 de diciembre de 1824. 

La victoria de los independentistas supuso la desaparición del contingente militar realista más importante que seguía en pie, sellando la independencia del Perú con una capitulación militar que puso fin al Virreinato del Perú. 

La capitulación de Ayacucho

"Don José Canterac, teniente general de los reales ejércitos de S. M. C., encargado del mando superior del Perú por haber sido herido y prisionero en la batalla de este día el excelentísimo señor virrey don José de La Serna, habiendo oído a los señores generales y jefes que se reunieron después que, el ejército español, llenando en todos sentidos cuanto ha exigido la reputación de sus armas en la sangrienta jornada de Ayacucho y en toda la guerra del Perú, ha tenido que ceder el campo a las tropas independientes; y debiendo conciliar a un tiempo el honor a los restos de estas fuerzas, con la disminución de los males del país, he creído conveniente proponer y ajustar con el señor general de división de la República de Colombia, Antonio José de Sucre, comandante en jefe del ejército unido libertador del Perú". 

Es el tratado firmado por el jefe de estado mayor realista, Canterac, y el general Sucre al concluir la batalla de Ayacucho, el mismo 9 de diciembre de 1824. 

Sus principales consecuencias fueron varias: 

-El ejército realista bajo el mando del virrey La Serna renunciaba a seguir la lucha. 

-La permanencia de los últimos soldados realistas en las fortalezas del Callao. 

-La República del Perú debió saldar la deuda económica y política a los países que contribuyeron militarmente a su independencia

Bolívar convocó desde Lima al Congreso de Panamá, el 7 de diciembre, para la unidad de los nuevos países independientes. El proyecto fue ratificado únicamente por la Gran Colombia. Cuatro años más tarde la Gran Colombia, a causa del deseo personal de muchos de sus generales y de la ausencia de una visión unitaria, terminaría dividiéndose en las naciones que forman actualmente. 

La capitulación de Ayacucho, ha sido llamada por el historiador español Juan Carlos Losada como “la traición de Ayacucho” y en su obra Batallas decisivas de la Historia de España (Ed. Aguilar, 2004), afirma que el resultado de la batalla estaba pactado de antemano. 

El historiador señala a Juan Antonio Monet como el encargado del acuerdo: “los protagonistas guardaron siempre un escrupuloso pacto de silencio y, por tanto, sólo podemos especular, aunque con poco riesgo de equivocarnos” (Pág. 254). 

Una capitulación sin batalla se habría juzgado indudablemente como traición. Los jefes españoles, de ideas liberales, y acusados de pertenecer a la masonería al igual que otros líderes militares independentistas, no siempre compartían las ideas del rey español Fernando VII, monarca considerado tiránico además de ser firme sostenedor del absolutismo. 

Por el contrario el comandante español Andrés García Camba refiere en sus memorias cómo, los oficiales españoles apodados más tarde “ayacuchos”, fueron injustamente acusados a su llegada a España: “señores, con aquello se perdió masónicamente” se les dijo acusatoriamente, -“Aquello se perdió, mi general, como se pierden las batallas”, respondieron los veteranos de la batalla. 

El 4 de diciembre de 1836 el parlamento español autoriza a sus gobiernos para que, no obstante los artículos de la Constitución promulgada en Cádiz en el año de 1812, puedan concluir tratados de paz y amistad con todos los nuevos estados de la América española, sobre la base del reconocimiento de su independencia, y renuncia de todo derecho territorial ó de soberanía. 

España no renunció formalmente a la soberanía de sus posesiones continentales americanas hasta 1836. Debido a distintos desencuentros España firma el tratado con Perú recién el 14 de agosto de 1879 mediante la firma en París del Tratado de Paz y Amistad España-Perú, por parte de España lo hace el Marqués de Molíns y Mariano Roca de Togores, y por el Perú, Juan Mariano de Goyeneche y Gamio, Conde de Guaqui.

España envía como su primer embajador en Lima a Emilio de Ojeda. (Datos: Wikipedia y otras fuentes)

viernes, 6 de abril de 2007

José de San Martín y la Independencia de Perú


José de San Martín y Matorras

El 8 de septiembre de 1820 luego de independizar Chile de la Corona Española , el General José de San Martín y su ejército desembarcan en el puerto peruano de Pisco haciendo retroceder al ejército realista, que se repliega a la zona de Sierra.

La expedición estaba constituida por alrededor de 4,500 hombres, pertenecientes al Ejército Libertador de los Andes y al Ejército de Chile, de los cuales 1,600 eran marinos, los que fueron transportados en ocho navíos de guerra y dieciséis transportes.

El virrey español Pezuela, jefe del ejército realista, tenía bajo su mando a unos 20.000 soldados, distribuidos por todo el virreinato, de los cuales la mayor parte defendía Lima; tratando de ganar tiempo para reunir a todos los soldados, plantea una salida diplomática al conflicto, que finalmente no llegó a ningún acuerdo aceptable para San Martín. Éste envía inmediatamente una división al mando del general Juan Antonio Álvarez de Arenales hacia Lima, por la ruta de la sierra, para propiciar la insurrección de las poblaciones a lo largo de su trayecto.

San Martín sigue con la flota y en los primeros días de noviembre desembarca en la localidad de Huacho, donde fortifica su posición e inicia su estrategia para sitiar definitivamente Lima.

El 29 de enero de 1821 se sublevan altos oficiales realistas contra el virrey Pezuela, quien es derrocado y sustituido por el general José de La Serna, que será nombrado virrey del Perú por la corona; quien propone a San Martín nuevas negociaciones diplomáticas; éstas finalmente fracasan debido a que la propuesta definitiva del General era la independencia del Perú.

El sitio de Lima se prolongó por algunos meses y en el mes de marzo arribó al Perú el capitán Manuel Abreu, enviado por el rey de España como emisario pacificador, sin ninguna consecuencia favorable para los independentistas y San Martín decide iniciar nueva estrategia y envía dos ejércitos, uno al mando del general Guillermo Miller, para desembarcar en las costas del sur y otra al mando del general Arenales, hacia a la sierra.

San Martín deja Huacho y desembarca en Ancón, estrechando el cerco a Lima. A la vez, inicia negociaciones de paz, que se realizan en la hacienda de Punchauca, cerca de Lima, a fines de abril, mediante sus delegados Guido, García del Río y José Ignacio de la Rosa y los del virrey La Serna; Abreu, Manuel de Llano y Mariano Galdiano. Las negociaciones fracasan nuevamente.

El alzamiento del regimiento realista Numancia -integrado por venezolanos- a favor de la independencia, le abre las puertas de Lima a San Martìn, obligando a La Serna a abandonar la ciudad el 5 de julio, internándose en la sierra.

San Martín ocupa Lima y reúne a Cabildo Abierto el 15 de julio. El día 28 de Julio San Martín declara la independencia de Perú y es nombrado Protector del Perú con autoridad civil y militar.

Ese mismo año fundó la Biblioteca Nacional del Perú a la cual donó su colección personal de libros y creó la Orden El Sol del Perú. Gobierna el Perú desde el 3 de agosto de 1821 hasta el 20 de septiembre de 1822.

Durante su protectorado recibe un pedido de ayuda del general Antonio José de Sucre, lugarteniente de Simón Bolívar, para la campaña en Ecuador. San Martín envía soldados que participaron en las victorias de Riobamba y Pichincha, que garantizaron la rendición de los realistas en Quito.

Entre los días 26 y 27 de julio de 1822 se realiza la Entrevista de Guayaquil, donde se reúne con Bolívar, teniendo como tema principal la liberación del Perú, principal baluarte realista español en Sudamérica, cediendo a éste la iniciativa y conducción de la campaña libertadora. Poco después decide retirarse de todos los cargos y volver a su país.

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