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jueves, 17 de septiembre de 2020

Juicio de Residencia - Buena práctica que debe retornar a las naciones de América Latina


El juicio de residencia fue un procedimiento judicial del derecho castellano, que consistía en que al término del desempeño del funcionario público se sometían a revisión sus actuaciones y se escuchaban todos los cargos que hubiese en su contra. El funcionario no podía abandonar el lugar donde había ejercido el cargo, ni asumir otro hasta que concluyese este procedimiento. 

Generalmente el encargado de dirigir el proceso, llamado juez de residencia, era la persona ya nombrada para sucederle en el cargo. 

Las sanciones eran variables, aunque frecuentemente consistían en multas.

El juicio de residencia tuvo en la administración del Virreinato del Perú una gran importancia, y comprendía a toda clase de funcionarios, desde virreyes y presidentes de Audiencia, gobernadores, hasta alcaldes y alguaciles.

Todos los virreyes, representantes directos del rey de España, debían pasar su juicio de residencia antes de que tomara posesión del cargo su sucesor.

En este largo proceso se analizaba el grado de cumplimiento de las instrucciones recibidas a lo largo de su mandato y durante seis meses se investigaba su labor, reuniendo numerosa información a través de diferentes testigos. Otra de las fórmulas empleadas por la Corona para controlar a sus funcionarios, incluido el virrey en su calidad de presidente de la audiencia, era a través de la inspección conocida con el nombre de visita. Efectuada por un Veedor, nombrado para el caso por el rey, tenía como fin conocer los abusos cometidos por las autoridades, proponiendo las reformas necesarias.

Toda autoridad que termina de ejercer un cargo debe ser sometida a un juicio de residencia, es decir, las autoridades no se pueden mover de su lugar físico mientras dure una investigación en relación del desempeño. 

Este juicio es sumario y público. Terminado el juicio, si era positivo, la autoridad podía transitar libremente; en cambio, si había cometido cargos, errores o ilegalidades, podía ser sancionado con una multa o la prohibición de por vida de un cargo público.

Lamentablemente, esta buena práctica para frenar la corrupción, fue suspendida luego del proceso de independencia.

Las nuevas repúblicas que nacieron en América Latina al culminar el mandato del Imperio Español a través de los virreinatos, dejaron de practicar los juicios de residencia.

En esta situación, la corrupción avanzó y se instaló en la mayoría de gobiernos de los países de Latinoamérica.

Actualmente, no hay país en la región libre de corrupción la que muchas veces nace en los propios presidentes y congresistas del país.

Por ello, es necesario que retorne esta buena práctica virreinal.

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sábado, 14 de diciembre de 2019

El Juicio de Residencia: Buena práctica contra la corrupción de los gobernantes que debe retornar



El juicio de residencia fue un procedimiento judicial del derecho castellano, que consistía en que al término del desempeño del funcionario público se sometían a revisión sus actuaciones y se escuchaban todos los cargos que hubiese en su contra.


El funcionario no podía abandonar el lugar donde había ejercido el cargo, ni asumir otro hasta que concluyese este procedimiento


El juicio de residencia tuvo en la administración del Virreinato del Perú una gran importancia, y comprendía a toda clase de funcionarios, desde virreyes y presidentes de Audiencia, gobernadores, hasta alcaldes y alguaciles. 


Todos los virreyes debían pasar un juicio de residencia antes de que tomara posesión del cargo su sucesor, y no podían regresar a España hasta concluir éste.


En el proceso se analizaba el grado de cumplimiento de las instrucciones recibidas a lo largo de su mandato y durante seis meses se investigaba su labor, reuniendo numerosa información a través de diferentes testigos.


Toda autoridad que terminaba de ejercer su cargo debía ser sometida al juicio de residencia, es decir, las autoridades no se podían mover de su lugar físico mientras duraba la investigación con relación a su desempeño.


El juicio era sumario y público. 


Con el fin del Virreinato del Perú, terminó también esta buena práctica, lo que dio lugar a un aumento significativo de la corrupción en los ya más de 200 años del período republicano.


Con la actual corrupción generalizada en Perú y Latinoamérica se impone el restablecimiento de los juicios de residencia, la buena práctica que se aplicó en el Virreinato del Perú.


Los casi 3 siglos del período virreinal fueron la época de oro del Perú,


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