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viernes, 23 de junio de 2023

Los Irlandeses que lograron la Libertad del Perú - La Masacre de Corpahuaico

 




La Batalla de Corpahuaico fue un enfrentamiento ocurrido el día 3 de diciembre de 1824 en el Valle de Corpahuayco.


Cerca del pueblo de Matará, en el distrito de Acocro, provincia de Huamanga, Región Ayacucho, en Perú.


Se enfrentaron el Regimiento británico Los Rifles, que integraba las fuerzas del Ejército Unido Libertador del Perú EULP encabezado por Simón Bolivar...


...y el Ejército Real del Perú ERP, Comandado por el virrey La Serna


Fue durante la campaña de independencia del Perú que formaba parte del Imperio Español.


Ese día, el virrey al mando del ERP, estaba en neta persecución del EULP, el que huía por la quebrada de Corpahuaico en dirección a Huamanga. 


El general Valdés, del ERP, había realizado una marcha forzada toda la noche del 2 de diciembre, logrando dar alcance y atacar al EULP a las cuatro de la tarde del día 3.


Las divisiones de Cordova, La Mar y el general Sucre del EULP junto con su estado mayor pasaron con precipitación, casi huyendo, sin hacer un solo tiro.


En una actitud completamente opuesta, la retaguardia del EULP, formada por el regimiento británico Rifles se detuvo y enfrentó al ERP.


El regimiento Rifles era comandado por el coronel irlandés Arthur Sandes, e integrado mayormente por irlandeses.


Ellos asumieron una actitud distinta, mostrando coraje y entrega total.


Combatieron con bravura por largo tiempo sin recibir el apoyo de los regimientos sudamericanos.


En la batalla, muere un tercio del regimiento y queda el resto muy mal herido y sin atención en el campo de batalla.


Muere uno de sus comandantes, el mayor irlandés Thomas Duckbury, segundo al mando.


Si bien vence el ERP, como unidad militar queda imposibilitado de seguir enfrentando al EULP.


Había quedado sin municiones, carente de agua y alimentos, con los soldados exhaustos y muchos desertores.


Pero, también el EULP había quedado en incapacidad de presentar batalla pues había perdido a su columna vertebral, el regimiento Rifles.


Los Rifles eran los gestores de las victorias en la campaña bolivariana.


En esa situación, ambos bandos deciden llegar a un acuerdo.


El virrey capitulaba luego de una simulada batalla en Ayacucho.


Este acto, casi teatral, permitiría al virrey no ser enjuiciado y condenado en España si hubiesen visto que se rindió sin pelear.


Así se produce la "Capitulación de Ayacucho", suscrita por el jefe de estado mayor José de Canterac y el general Antonio José de Sucre el 9 de diciembre de 1824.


Con este instrumento termina la vigencia del Virreinato del Perú.


Por su acción heroica y decisiva en la Batalla de Corpahuaico, Simón Bolivar otorgó al Regimiento Británico Rifles el titulo de:


 "LIBERTADORES DEL PERÚ"


Honor a Arthur Sandes, los irlandeses y su glorioso regimiento Rifles, al que Perú le debe su independencia.


Resulta sorprendente que Perú no haya reconocido esta acción valerosa, ni rendido homenaje alguno a este glorioso regimiento.


Esperamos que el Perú rectifique y reconozca el título único que posee esta  unidad militar.


Y estreche relaciones con la República de Irlanda.


ARTHUR SANDES

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viernes, 10 de diciembre de 2021

PERÚ IGNORA A SUS VERDADEROS LIBERTADORES LOS IRLANDESES

 



La Batalla de Corpahuaico fue un enfrentamiento ocurrido el día 3 de diciembre de 1824 entre el Regimiento británico Los Rifles, que integraba las fuerzas de retaguardia del Ejército Unido Libertador del Perú EULP, y el Ejército Real del Perú ERP, durante la campaña de independencia del Perú.


Ese día, el virrey La Serna, al mando del ERP, estaba en neta persecución del EULP, el que huía por la quebrada de Corpahuaico en dirección a Huamanga. 


El general Valdés, del ERP, había realizado una marcha forzada toda la noche del 2 de diciembre, logrando dar alcance y atacar al EULP a las cuatro de la tarde del día 3.


Las divisiones de Cordova, La Mar y el general Sucre del EULP junto con su estado mayor pasaron con precipitación, casi huyendo, sin hacer un solo tiro.


En una actitud completamente opuesta, la retaguardia del EULP, formada por el batallón británico Rifles, comandado por el coronel irlandés Arthur Sandes, e integrado mayormente por irlandeses, detienen la marcha y enfrentan al poderosos ERP, al que combatieron con bravura sin recibir el apoyo de los batallones sudamericanos.


En la batalla, muere un tercio del regimiento y queda el resto mal herido, muriendo también uno de sus comandantes, el mayor irlandés Thomas Duchbury segundo al mando.


Si bien vence el ERP, como unidad militar queda imposibilitado de enfrentar al EULP porque había quedado sin municiones, carente de agua y alimentos, con los soldados exhaustos y muchos desertores.


Pero, también el EULP había quedado en incapacidad de presentar batalla pues había perdido a su columna vertebral, el regimiento Rifles, con el que conseguía victorias.


En esa situación, ambos bandos deciden llegar a un acuerdo, el virrey capitulaba luego de una simulada batalla en Ayacucho, un acto que le permitiría no ser enjuiciado y condenado en España si hubiesen visto que se rindió sin pelear.


Por su acción heroica y decisiva en la Batalla de Corpahuaico, Simón Bolivar otorgó al Regimiento Británico Rifles el titulo de:


 "LIBERTADORES DEL PERÚ"


Honor a Arthur Sandes y su glorioso Regimiento, al que Perú le debe su independencia.


ESPERAMOS QUE EL GOBIERNO DEL PERÚ RECTIFIQUE Y RECONOZCA EL TÍTULO DEL REGIMIENTO RIFLES, Y LOS PROCLAME COMO LOS VERDADEROS LIBERTADORES EN ACTO CONJUNTO CON EL GOBIERNO DE IRLANDA

ARTHUR SANDES

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CUMBRE ILUMINADA

VUELO ESPÍA SOBRE PERÚ





sábado, 27 de julio de 2019

Independencia del Perú: ¿Sabía usted que Perú pagó por servicios que no solicitó?



En Sudamérica, llámase proceso de independencia a la intervención de fuerzas de mercenarios pro británicos, cuyo objetivo era desplazar al imperio español y facilitar el dominio de la corona inglesa en el subcontinente.

Lima, como capital del Virreinato del Perú era el objetivo, derrotar al Ejército Real del Perú tenía alta prioridad para lograr la capitulación del Virrey.

Primero llegó José de San Martín con mercenarios argentinos y chilenos, pero fracasa. Proclama independencia un 28 de julio, pero las fuerzas militares reales estaban intactas. Se retira luego de un gran saqueo de Lima.

Luego viene Simón Bolívar con mercenarios venezolanos, colombianos y ecuatorianos, pero esta vez con un regimiento británico, el denominado “Rifles”, como su columna vertebral.

Gracias a los “Rifles”, que logran diezmar a las fuerzas reales en la Batalla de Corpahuaico, los mercenarios del norte logran la capitulación del virrey del Perú, luego de una ficticia y pre acordada Batalla de Ayacucho.

Por pretender luego convertirse en dictadura vitalicia, las fuerzas peruanas expulsan a los mercenarios de la denominada Gran Colombia de Simón Bolívar.

Pasó algún tiempo y los países de donde provenían los mercenarios pro británicos, solicitaron al Perú el pago por sus servicios en el proceso de “independencia”.

Y, ocurrió lo increíble, Perú aceptó y pagó sumas multimillonarias por servicios que nunca solicitó.

¿Y, por qué a Perú no le interesaba independizarse de España? Simplemente porque vivía su época de oro en todos los aspectos, era una nación prospera, con economía, artes, ciencias y modo de vida de primer mundo, a diferencia de los demás pueblos sudamericanos, verdaderas colonias, que vivían en el subdesarrollo. (jlhurtadov@gmail.com)

Capitulación luego de la "Batalla de Ayacucho"

¿Le gusta artículos como éste? Los encuentra en el libro Reflexiones Sobre Perú

martes, 18 de junio de 2019

División del Mar del Sur: Los refuerzos para el Ejército Real del Perú que no llegaron

El Recorrido de la División del Mar del Sur desde Cádiz a El Callao



En 1819, Fernando VII, frente a los movimientos emancipadores sudamericanos promovidos y financiados por Gran Bretaña decide enviar una división naval de refuerzo con destino al apostadero naval de El Callao.

Además de buques, la misión debería aportar soldados y oficiales, y también una cantidad indeterminada de plata acuñada para pagar a las tropas. 

El convoy partió de Cádiz el 11 de mayo de 1819 y estaba integrado por cuatro buques y 1400 hombres. Integraban, 2 poderosos navíos de guerra, uno el navío de línea San Telmo, al mando del capitán de navío Joaquín de Toledo y Parra, un buque de 74 cañones, que se hizo a la mar junto a otro buque de línea de 74 cañones, al mando de Antonio Tiscar y Pedrosa, el navío Alejandro I, botado en San Petersburgo en 1813, y que formaba parte de un lote de cinco navíos comprados a los rusos el año precedente por el Tratado de Madrid con el objeto de dotar a la maltrecha Armada de una mejor capacidad de combate. 

Los otros dos buques eran la fragata Prueba, de 55 cañones, construida en Ferrol en 1804, al mando de Manuel del Castillo, y la fragata mercante armada Primorosa Mariana, de 48 cañones, bajo el mando de Melitón Pérez del Camino. Toda la fuerza, bautizada como División del Mar del Sur, estaba al mando del brigadier Rosendo Porlier y Asteguieta, de origen limeño y veterano de Trafalgar. 

El Alejandro I tras su salida de puerto tuvo que volver a Cádiz porque sobre el Trópico de Cáncer se presentaron problemas de calafateado y vías de agua, salvándose así, probablemente, de un naufragio casi seguro. 

Desde el principio Porlier fue consciente del mal estado de los buques que comandaba: marino experto, conocedor de lo que implicaba el paso del Cabo de Hornos en esa época del año, hizo patente su descontento, despidiéndose del capitán de fragata Francisco Espeliús con las palabras: «Adiós Frasquito, probablemente hasta la eternidad».

La expedición se hizo a la mar el 11 de mayo de 1819. Hizo escalas en Río de Janeiro y Montevideo, alcanzando juntos el mar de Hoces a finales de agosto. Allí los buques encuentran una serie de fuertes temporales, típicos de aquellas latitudes, que les impiden adentrarse en el Cabo de Hornos y les obligan a derivar hacia el sur, en busca de condiciones más favorables. El tiempo empeora y los buques acaban separándose. 

El San Telmo es visto por última vez desde el Primorosa Mariana en mitad de un fuerte temporal el 2 de septiembre, alejándose hacia el sur con graves averías en el timón y la verga mayor, «sin haber podido remediar la primera y de más consideración, por la dureza que experimentaron en aquella altura». 

La posición anotada en el cuaderno de bitácora del Primorosa Mariana es 62 grados de latitud austral y 70 grados de latitud oeste, meridiano de Cádiz. 

El Primorosa Mariana consigue llegar maltrecho al puerto de El Callao el 9 de octubre, mientras que la Prueba arriba una semana después a Guayaquil, sin su verga mayor y con la mayoría de su tripulación enferma y desnutrida. 

Durante las siguientes semanas se esperó la aparición del San Telmo, escribiendo el jefe del Apostadero de El Callao, en su informe sobre la demora del buque: 

«...cabe dudar en que el navío pueda haber remontado el cabo y si lo hubiera conseguido es de recelar una arribada en los puertos de Chiloé o Valdivia a repararse de donde espero en breve noticias para participarle a V.E...».

Pero, nunca llegó.

Una vez confirmada la desaparición del buque con sus 644 tripulantes, el 6 de mayo de 1822 la Armada determina: 

 "En consideración al mucho tiempo que ha transcurrido desde la salida del navío San Telmo del puerto de Cádiz el 11 de mayo de 1819 para el Mar Pacífico y a las pocas esperanzas de que se hubiera salvado este buque, cuyo paradero se ignora, resolvió el Rey, que según propuesta del Capitán General de la Armada fuera dado de baja el referido navío y sus individuos..."

Apenas unos meses después de la pérdida del San Telmo, el capitán de navío británico William Smith, al mando del bergantín Williams, tocó tierra en la Antártida. Williams realizó numerosos viajes al continente antártico. En el cuarto de ellos localizó restos de un naufragio en la costa norte de la Isla Livingston, naufragio que identificó como de un navío español. Unos años más tarde, el también británico James Weddell, continuador de la labor de exploración de Smith, escribe —ya muerto éste— sobre el mismo pecio de la siguiente forma: «varias piezas de un naufragio fueron halladas en las islas del Oeste, en apariencia pertenecientes a un buque de 74 cañones, probablemente los restos de un buque de guerra español perdido cuando hacía el pasaje hacia Lima». 

Esto confirmaría que el San Telmo, si bien gravemente dañado, pudo ir a la deriva hasta los 61 grados de latitud sur, naufragando cerca de la costa.  (Datos: Wikipedia)

¿Y que pasaba en Sudamérica?: El 08 de septiembre de 1820 San Martín desembarca en la Bahía de Paracas con un ejército argentino/chileno pro británico, cuya misión era enfrentar al Ejército Real del Perú y desterrar al Imperio Español, pero no lo logró, a pesar de que éste no recibía los refuerzos necesarios. Habiendo fracasado en su intento el general argentino y su ejército se retiran del Perú el 20 de septiembre de 1822.

Muchas expediciones han tratado de localizar los restos del San Telmo pero no lo lograron. 

En la actualidad, Chema Amo, director general de la Fundación Polar Española, encabeza una nueva expedición. El cree que “las tres expediciones anteriores no lo hallaron”. “Encontraron madera en la zona donde las corrientes acumulan todo lo que flota". 

Dice, nuestra iniciativa parte de la hipótesis de que los testimonios de los marinos ingleses acerca de la arribada del San Telmo a la zona del cabo Shirreff [también islas Shetland del Sur] son fiables y que, por tanto, cabe localizar sus restos”. 

Añade: “A través de este proyecto se pretende sentar un precedente práctico a la incorporación de España a la gestión de sus buques de Estado naufragados en aguas exteriores e incorporar a nuestro país a las líneas de investigación arqueológica altamente tecnificada”. 

El proyecto reúne a un equipo multidisciplinar de especialistas en arqueología y teledetección subacuática, apoyados por expertos en navegación, geofísica y restauración “con el fin de localizar y documentar los restos del navío y de sus tripulantes, así como llevar a cabo la conservación a largo plazo de los hallazgos”. (Diario El País de España)

Navío San Telmo

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