Morro de Arica - Después de la Batalla |
La defensa de Arica contaba con poco más de 1600 hombres al mando del coronel Bolognesi. La ciudad era defendida en el mar por el monitor Manco Cápac, al mando del capitán de fragata José Sánchez Lagomarsino.
Bolognesi: Arica. 30 de mayo de 1880. "Esfuerzo inútil. Tacna ocupada por el
enemigo. Nada oficial. Arica se sostendrá muchos días y se salvará si
Leiva jaquea al enemigo aproximándose a Sama y se une con nosotros".
El 1 de junio, el escuadrón Carabineros de Yungay se aproximó a Chacalluta,
siendo capturados los ingenieros Teodoro Elmore y Pedro Ureta, después inutilizan el sistema de minas que defendían el morro. Ese mismo
día, desertó de las fuerzas peruanas el coronel Agustín Belaúnde, jefe del batallón Cazadores de Piérola, siendo declarado traidor a la patria.
Bolognesi: "Apure Leiva, resistiremos".
El 2 de junio comenzaron a llegar las fuerzas chilenas por ferrocarril, ocupando Chacalluta y el valle de Azapa.
Bolognesi: Arica. 2 de junio de 1880. "Enemigo todas armas trasladadas trenes.
Encuéntranse acampados dos leguas esta plaza. Esperamos mañana ataque.
Resistiremos".
El 5 de junio, el general Baquedano envió al mayor José de la Cruz Salvo como parlamentario frente a las tropas que defendían Arica para intimar la rendición de la plaza, realizándose el siguiente diálogo:
- Bolognesi: Le oigo a usted.
- Salvo: Señor, el General en Jefe del Ejército de Chile, deseoso de evitar un derramamiento inútil de sangre, después de haber vencido en Tacna al grueso del Ejército aliado, me envía a pedir la rendición de esta plaza, cuyos recursos en hombres, víveres y municiones conocemos.
- Bolognesi: Tengo deberes sagrados que cumplir y los cumpliré hasta quemar el último cartucho.
- Salvo: Entonces está cumplida mi misión.
Bolognesi: "Apure Leiva"
En la tarde del 6 de junio, el coronel
chileno Pedro Lagos envió al ingeniero peruano Teodoro Elmore, quien
estaba prisionero, para que hablara con el coronel Bolognesi y pedirle
la rendición. Bolognesi descalificó a Elmore como parlamentario. Elmore regresó al campamento chileno a
las 23.
El capitán de fragata José Luis Sánchez Lagomarsino, comandante del monitor Manco Cápac, para evitar que su buque cayera en manos chilenas, lo echó a pique cerca de la isla del Alacrán, terminando de hundirse a las 8:42.
En el morro, el coronel Bolognesi intentó hacer volar las minas, pero estando saboteado, el mecanismo no funcionó.
Los artilleros de la batería baja del morro
se retiraron a la cima, haciendo volar uno de sus cañones. Fue en ese
momento de la lucha en el morro que murieron el teniente coronel Ramón Zavala, jefe del batallón Tarapacá Nº 23, y el teniente coronel Benigno Cornejo, segundo jefe de ese batallón, quedando herido en un brazo el teniente coronel Roque Sáenz Peña. Luego murieron, cuando estaban reunidos los oficiales y jefes peruanos, el coronel Bolognesi, comandante general de Arica y el capitán de navío Juan Guillermo Moore, jefe de las baterías del Morro. El coronel Alfonso Ugarte, comandante general de la 8.ª división peruana, tomó el pabellón peruano y se lanzó sobre el precipicio. Los peruanos lograron hacer volar dos cañones Parrott de las baterías del Morro y en el asta murió el sargento mayor Armando Blondel.
Finalmente, los chilenos toman el morro, muere su comandante, el teniente coronel Juan José San Martín.
Soldado chileno Alberto del Solar. Diario de campaña: "La plaza fuerte de Arica, último baluarte peruano, con su morro
colosal y sus minas de dinamita, sus baterías flotantes y todo el
material del ferrocarril cayeron, como Tacna, en nuestro poder, después
de una reñidísima refriega en que la guarnición, compuesta de más de dos
mil hombres, la división del coronel Bolognesi, se decidió a
sucumbir antes que rendirse".
Tras el combate, las fuerzas chilenas ocuparon la plaza. Soldados chilenos dispersos asesinaron a numerosos prisioneros peruanos a las puertas de la iglesia de la ciudad y cometieron destrozos y saqueos. Entre
las víctimas civiles estuvo el comerciante italiano Santiago Carniglia
asesinado en su tienda. Asimismo, más de 300 cadáveres de combatientes peruanos fueron arrojados al mar desde la cima del morro.
La lancha torpedera Alianza logró escapar al norte. La lancha fue perseguida por los buques chilenos Cochrane y Loa,
hasta que la tripulación de la lancha varó su embarcación y la hizo
volar en cabo Picata por la tarde.
Según el parte del general Baquedano, las bajas
chilenas en la batalla fueron 475 muertos y heridos, mientras que las
peruanas ascendieron a 700 muertos y 1328 prisioneros (entre estos
últimos, los heridos).
Sin embargo, la relación nominal de prisioneros peruanos tras la batalla ascendió a 766 hombres,
entre los cuales se incluye a los 127 tripulantes del monitor Manco
Cápac, siendo que los prisioneros de la guarnición serían tan solo 639
sobre un total de 1901. Basándose en otras publicaciones chilenas de la
época, el historiador chileno Sergio Villalobos señala que los prisioneros peruanos en Arica fueron aproximadamente 700 individuos, cifra que se aproxima a la relación nominal de estos y que contradice lo expresado por Baquedano.
Según el corresponsal del diario
chileno "El carro rápido", los peruanos tuvieron 900 muertos y 200
heridos, siendo la proporción entre estos mucho mayor a la de las bajas
chilenas.
Finalmente, según publicación del Instituto de Estudios
Histórico-Marítimos del Perú, las bajas peruanas pueden considerarse
aproximadamente en 900 muertos, 200 heridos y 700 prisioneros. (Datos: Wikipedia)
¿Y el coronel Segundo Leyva? ¿Y el II Ejército del Sur?
Así lo describieron a Leiva: "Nada hizo sino huir, sin que nadie le persiguiera, al
saber el descalabro de Tacna y perder en su fuga más de la mitad de la
fuerza". Calificativos muy duros y que jamás fueron corregidos porque
las evidencias impidieron hacerlo.
Se debe tener presente que tardó de 25 a 30 días en trasladarse desde Arequipa al punto máximo de aproximación a las fuerzas de Tacna que fue la "Cuesta del Bronce", pero de ese lugar retornó a su punto de partida y "sin que nadie le persiguiera", en solo 14 días.
Se debe tener presente que tardó de 25 a 30 días en trasladarse desde Arequipa al punto máximo de aproximación a las fuerzas de Tacna que fue la "Cuesta del Bronce", pero de ese lugar retornó a su punto de partida y "sin que nadie le persiguiera", en solo 14 días.
Bolognesi fue la víctima de Leiva, a quién esperó hasta el último momento.
Si Leiva llegaba, el ataque en pinza hubiera resultado y la historia sería otra. Los chilenos hubieran sido derrotados en Tacna o en Arica.