Manuel Pardo y Lavalle - Presidente de Perú - 1872/1876 |
Manuel Pardo fue el Primer Presidente Civil del Perú elegido constitucionalmente por la voluntad popular. Gobernó en el período 1872 - 1876.
En esa época la política de solidaridad continental, que antaño auspiciara el presidente peruano Ramón Castilla, se hallaba en crisis.
Perú iba perdiendo paulatinamente su superioridad marítima en el Pacífico, mientras que Chile la iba ganando y demostraba tendencias de expansionismo territorial hacia el norte de sus fronteras. Estaba en curso un conflicto de Chile con Bolivia originado por la riqueza salitrera existente en el desierto de Atacama.
En esa convulsa situación el Gobierno de Manuel Pardo comete una barbaridad y suscribe el 6 de febrero de 1873 un Tratado de Alianza entre el Perú y Bolivia, de carácter estrictamente defensivo.
Firmaron este documento el ministro plenipotenciario boliviano Juan de la Cruz Benavente y el ministro de Relaciones Exteriores del Perú José de la Riva Agüero y Looz Corswarem (hijo del prócer de la Independencia).
Según el tratado:
"Las altas partes contratantes se unen y ligan para garantizar mutuamente su independencia, su soberanía, y la integridad de sus territorios respectivos, obligándose en los términos del presente Tratado, a defenderse de toda agresión exterior, bien sea de otros u otros estados independientes, o de fuerza sin bandera que no obedezcan a ningún poder reconocido".
El tratado sólo tenía aplicación y cumplimiento si alguno de los dos países era atacado. No era para atacar a algún país vecino, como maliciosamente han afirmado y siguen afirmando los chilenos, para justificar las planificadas agresiones que cometieron.
Si nadie atacaba al Perú o a Bolivia, no tenía aplicación. Solo se hizo efecto cuando Chile invadió Bolivia en 1879.
Fue un error que este tratado tuviera el carácter de secreto, pues el gobierno chileno ya lo conocía desde el momento en que fue firmado, a través de los espías que infiltró en Perú.
Aprobado el tratado por el Congreso del Perú y por el de Bolivia, se empezó a gestionar la adhesión de Argentina, que también se encontraba en litigios de frontera con Chile, por la posesión de la Patagonia.
El gobierno argentino de Domingo Faustino Sarmiento aceptó el tratado y lo sometió al Congreso de su país para su aprobación, pero allí se entrampó ante la negativa del Senado, donde predominaban los opositores de Sarmiento. Al final, el gobierno argentino optó por zanjar sus diferencias con Chile de manera diplomática.
La alianza quedó entonces reducida a Bolivia y Perú. En términos prácticos, Perú asumía toda la carga de la defensa porque Bolivia militarmente no significaba nada.
Las erróneas leyes de Pardo estancando primero y nacionalizando después las salitreras de Tarapacá, causaron también el desagrado de la alta clase chilena, ya que muchos de sus miembros, sumados a grandes inversores británicos tenían capitales invertidos en la explotación del salitre en Tarapacá, territorio peruano.
Esta fue razón principal y más importante para que los inversionistas principalmente británicos impulsaran y apoyaran los planes chilenos de expansión y conquista de esos territorios.
Fueron durante los años del gobierno de Pardo cuando llegaron a aguas chilenas desde el Reino Unido los modernos y potentes buques acorazados Cochrane y Blanco Encalada.
Pese a que la marina peruana quedaba en inferioridad de poderío frente a su par chilena, Pardo, increíblemente, no hizo nada para contrarrestar esta situación. No realizó esfuerzo alguno para superar la falta de fondos originado en el desastre económico dejado por sus antecesores los gobiernos militares corruptos.
Pardo detuvo el repotenciamiento de las dos armas de la defensa nacional, el Ejército y la Marina.
La gestión que, según el historiador Jorge Basadre, había iniciado el presidente Balta para adquirir dos navíos blindados a imitación de Chile, no fue continuada por Pardo. En cuanto al Ejército, Pardo lo redujo a menos de 3 mil efectivos.
Mientras tanto, Chile realizaba una carrera armamentística con miras a llevar adelante su política expansionista a instancias británicas. En 1874 y 1876, llegaban desde Gran Bretaña a Valparaíso las fragatas blindadas Almirante Cochrane, y su gemela Blanco Encalada, con las que Chile se posesionaba claramente como la única potencia naval en el pacífico sudamericano.
Los biógrafos de Manuel Pardo no omiten decir que instado porque el Perú se armase y reforzase su escuadra, mandando construir en Inglaterra dos blindados como lo había hecho Chile, dijo a los que le interpelaban:
"El Perú tiene dos poderosos blindados y ellos no son sino su alianza con Bolivia y la Argentina".
Los bolivianos huyeron despavoridos hacia el altiplano al inicio de los enfrentamientos bélicos.
La crisis económica peruana dificultó la compra de navíos blindados y material bélico en general, y Manuel Pardo permaneció pasivo frente a ello, tomando en cambio el equivocado camino de formar alianza con un país desarmado y caótico y con otro relajado y no guerrero.
Fue el miserable estado de la marina de guerra y del ejército peruano lo que alentó a Chile, a instancias del Reino Unido, a desatar la guerra, con un claro objetivo:
Apropiarse de territorios ricos en salitre y guano que constituían la riqueza de la época
Asesinato de Manuel Pardo - 1878
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