martes, 3 de marzo de 2020

El Legendario Buque Peruano Huáscar No Está en Talcahuano Chile

El Legendario BAP Huáscar

El Huáscar, legendario buque peruano conocido en el mundo entero, no se encuentra en Talcahuano - Chile, porque fue completamente destruido en un enfrentamiento con toda la moderna y poderosa escuadra chilena el 08 de octubre de 1879 en el denominado Combate de Angamos. 



La nave que exhiben los chilenos como "trofeo" es una réplica mal hecha y adaptada a las características de los buques chilenos de la época.

El "trofeo" de Talcahuano, más parece de Perú que de Chile, porque representa la valentía, el coraje de los marinos peruanos, liderados por Miguel Grau, que no se rindieron y se enfrentaron a toda una escuadra con el doble de potencia y capacidad naval. Es lo que admira la gente cuando lo visita. Gloria de Chile, ninguna.

Siendo el "trofeo" chileno un buque cualquiera, solo parecido al Huáscar, Perú esta pronto a contar con una réplica exacta y fidedigna del BAP Huáscar, la que se construiría en los afamados astilleros SIMA de El Callao.

¿Cómo quedó el Huáscar después del combate final? Veamos testimonios:

Benjamín Vicuña Mackena - historiador chileno:

"Las frecuentes, atrevidas y sobre todo impunes excursiones del "Huáscar" en las costas de Chile (6 meses) comenzaban a producir en el ánimo del país un sentimiento de rubor parecido al de la estupefacción, y en el cerebro de sus mandatarios una emoción semejante al vértigo. Era imposible someterse por más largo tiempo a aquella perenne vergüenza y soportar que un buque mal marinero y tres veces menos guerrero que cualquiera de nuestros blindados, viniese a manera de capricho o de mofa a retarnos en nuestros propios puertos".

-Galvarino Riveros Cárdenas, comandante en jefe de la escuadra chilena, el día del combate naval de Angamos, en reporte al Gobierno.

“Huáscar hecho pedazos. Miguel Grau murió en combate. La tripulación del blindado peruano resistió heroicamente”.

-Z. Freire, corresponsal del diario "El Mercurio" en el reporte a su sede en Santiago de Chile.

“Pintar la escena de desolación y carnicería que ofrecía la cubierta y el entrepuente del Huáscar al finalizar su resistencia es tarea más difícil que suponerla. La cubierta era invadida por los heridos a quienes se traía arriba con objeto de sacarlos de la atmósfera pesada y cargada de humo que abajo se respiraba. Lo que una vez fueron cámaras, salones y camarotes, eran ahora un hacinamiento de madera trozada, ropa despedazada, miembros humanos, sangre y cascos de granadas en horrible confusión; los pasillos de la torre estaban sembrados con los restos de marineros muertos en ella o manejando las cigüenas con que se le hace girar, y por cualquier parte del buque o donde se volviera la vista no se presentaban sino ejemplos de los efectos increíbles producidos por la explosión de las granadas Palliser de los blindados”.

-Teniente Teodoro B. Mason del USS "Pensacola" que participó en la inspección al Huáscar luego del combate naval de Angamos.

“Prácticamente no había una yarda cuadrada de las partes altas del Huáscar que no hubiera sido alcanzado por alguna clase de proyectil. Sus torres estaban casi destruidas, sus botes idos, […]. Abajo la escena era mucho más terrible. En todas partes había muerte y destrucción causada por los enormes proyectiles enemigos. Dieciocho cuerpos fueron retirados de la cabina y la torre estaba repleta con los restos de dos grupos de artilleros”.

-Edwin B. Penton, británico, tripulante del "Almirante Cochrane", uno de los encargados de llevar el buque peruano a Valparaíso luego del combate naval de Angamos.

“Lo primero que vieron nuestros ojos fueron trozos de cubierta, pedazos de madera, hierro, proyectiles rotos y numerosos artículos, todos mezclados con los cuerpos de los muertos, los moribundos y los heridos […] algunos sin cabeza, otros sin brazo, otros sin pierna y algunos sólo troncos, algunos con sus ropas quemadas, otros con los botones de sus chaquetas desprendidos, quemados por efecto de los proyectiles. Este desagradable espectáculo era igualmente malo tanto abajo como en la cubierta, cuerpos que yacían a montones, encima, a lo largo y cruzados uno con el otro entre los escombros, tal como cayeron. En un grupo al extremo posterior de la nave yacían siete hombres formando un montículo, quienes habían sido muertos por efecto de una granada explosiva que había atravesado la nave. Estos hombres estaban atendiendo la rueda de manejo del barco. El hombre de encima no tenía cabeza. A cualquier parte que íbamos, en cubierta, abajo, en la torre, en el cuarto de máquinas y en todas partes, encontramos cadáveres que habían caído en diferentes actitudes, un horror de describir. Aparte de los heridos, en la parte más alta, yacía un hombre muerto al que bajamos y que había sido acribillado mientras que atendía los titraelleurs, no obstante esa parte estaba protegida en su alrededor por placas de hierro. Estas visiones tremendas superan toda descripción”.

Honor a Grau y los tripulantes de esta nave gloriosa y eterna.


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miércoles, 26 de febrero de 2020

La Rebelión y Muerte de los Coroneles Gutiérrez


Hermanos Gutiérrez Ahorcados en las Torres de la Catedral de Lima



Faltaban pocos días para finalizar el mandato de Balta y producirse la ascensión al poder de Manuel Pardo quién fuera elegido presidente., cuando el 22 de julio de 1872 estalló la rebelión de los hermanos Gutiérrez, cuatro coroneles del Ejército Peruano, encabezados por Tomás Gutiérrez, entonces ministro de Guerra.

Tomás Gutiérrez, temeroso de que bajo un gobierno civil perdiesen los militares sus privilegios, y, al parecer, instigado por prominentes políticos, apresó al todavía presidente Balta y se autoproclamó Jefe Supremo de la República.

La armada peruana, entre cuyos oficiales se contaban marinos como Miguel Grau y Aurelio García y García, se pronunció contra el golpe militar de los Gutiérrez. 

El electo presidente Pardo se refugió en la embajada brasileña; por los techos pasó a una casa amiga, la del doctor Ygarza y luego huyó disfrazado de carretero de la ciudad, con rumbo al sur. Llegó hasta Chilca, donde debía recogerlo un buque de la escuadra, pero al no aparecer este, tomó un bote de pescador y se hizo llevar a alta mar, donde finalmente lo recogió Miguel Grau en el monitor Huáscar, pasando luego a la fragata Independencia donde permaneció protegido.

Durante el golpe de los Gutiérrez se produjo el asesinato del presidente Balta lo que disgustó al pueblo que decidió capturar a los golpistas, colgando a los Gutiérrez en las torres de la Catedral de Lima. Murieron así los 3 hermanos, los coroneles Gutiérrez.

Pardo retornó desembarcando en el Callao, dónde fue recibido en triunfo. 

Se trasladó a Lima, donde ante una muchedumbre impresionante, pronunció un discurso que comenzaba exactamente con estas palabras: 

"Habéis realizado una obra terrible; pero una obra de justicia" 

Pardo asumió el mando el 2 de agosto de 1872, día planificado desde un inicio, para un mandato de cuatro años, de acuerdo con la Constitución peruana de 1860. (Datos: Wikipedia y otras fuentes)



Tomás Gutiérrez


José Balta

Manuel Pardo

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martes, 18 de febrero de 2020

Nuestra Primera Colección de Textiles de las Culturas Pre Incas e Imperio Inca


Entre los diferentes aspectos en los que han destacado las civilizaciones pre incas, y el Imperio Inca, está la confección de preciosos diseños textiles.

Todo era trabajado con alta técnica y gran dedicación. Selección de la mejor materia prima, colores naturales hermosos, arduo y depurado trabajo lograron productos de alta calidad que duran hasta nuestros tiempos.



Esta es una selección de algunas piezas existentes en los museos de Lima. Pertenecen a las culturas Paracas, Mochica, Wari, Chancay, Imperio Inca, etc.





































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viernes, 31 de enero de 2020

1958: El Vínculo entre la Miss Universo Peruana y el Próximo Rey de España

Gladys Zender

En marzo de 1958, como parte de la Escuela Naval de España, el entonces príncipe Juan Carlos desembarcó en Lima a bordo del buque escuela Juan Sebastián Elcano. 

Tenía solo 20 años, y las autoridades de Perú quisieron recibir de la mejor manera al que sería el próximo rey de España.




Con tal fin, decidieron asignarle una acompañante que representara el top de la sociedad limeña, para que acudiera con él a los distintos actos a los que sería invitado.

La elegida fue Gladys Zender, quien el año anterior había hecho historia como la primera peruana e hispana en ganar el certamen de belleza mundial de Miss Universo.

La propia Gladys Zender recordaba este episodio en una entrevista con El Faro de Vigo en 2014:

"Lo conocí en 1958 durante una cena ofrecida en su honor cuando llegó a Lima a bordo del buque escuela Juan Sebastián Elcano. Tuve la suerte de ser la pareja oficial que acompañó al Rey Juan Carlos a esa cena. En los días que estuvo en Lima se organizaron numerosos actos y siempre fui invitada a acompañarlo. Entre los dos hubo buena química y establecimos una bonita amistad.

HISTORIA REAL VIVIENDO EN LA LIMA DE LOS 40 AL 60 (EBOOK SPANISH EDITION)


En su último libro de memorias "Se levanta la sesión, ¿quién manda de verdad?", el expresidente del Congreso de España José Bono cuenta que... una vez Juan Carlos I le contó que durante el largo viaje de vuelta a España, se entretuvo escribiendo cartas a Gladys Zender, y que aprovechando una escala en Panamá, se las entregó a uno de sus compañeros para que se las hiciera llegar a través de la embajada de España...pero el cónsul español decidió mandárselas en su lugar a Francisco Franco quién dispuso no enviarlas.

Siguió contándole que...:

"Una vez que regresé a España, fui a saludar a Franco, y el general me dijo: 'Alteza, hay que mejorar en ortografía, he visto muchas faltas en sus escritos'. Cuando me intenté justificar, Franco me respondió que no era una falta aislada, sino muchas, recordándome las ofensas al diccionario que se contenían en las cartas que dirigí a la peruana. Pasé vergüenza, y no he perdonado que el cónsul de España hiciera llegar aquellas cartas a Franco"

En la referida entrevista de El Faro de Vigo, Gladys Zender recordaba:

"Cuando se convirtió en Rey visitó en varias ocasiones Lima y ya junto a mi esposo Antonio Meier lo vimos cada vez que vino. Tuvimos la oportunidad de conversar muchas veces con él y recordar viejos tiempos". "La última vez que lo vi fue en 2008, durante la cumbre América Latina, el Caribe y la Unión Europea, cuando mi marido ya era alcalde de San Isidro". (Datos: revistavanityfair)

Juan Carlos de Borbón


lunes, 20 de enero de 2020

Historia Real Viviendo en la Lima de los 40 al 60


Historia Real Viviendo en la Lima de los 40 al 60, es la primera parte de "La Odisea de Darío en Perú" que es la descripción de los principales acontecimientos de la vida de Darío en este país, y particularmente en Lima.

Entre los años 40 al 60, Darío pasa por las etapas de niñez, adolescencia, juventud.

Se describe sus vivencias con su familia, en su barrio y distrito, luego en el nido, colegios, universidad, y escuela de post grado.

Terminada la universidad, encuentra su primer trabajo que lo extrae de Lima, contrae matrimonio, y luego retorna Lima luego para seguir sus estudios de post grado.

Aquí termina este libro, primera parte de "La odisea de Darío en Perú". La segunda parte, el segundo libro, empieza con el primer trabajo luego del postgrado, ya en una época más turbulenta.

Lo que se narra de Darío en este libro, es lo que pasaba un peruano de clase media en esa época, describiéndose claramente el ambiente que lo rodeaba. 

Es una historia real, en una época, en los años 40 al 60, cuándo las costumbres, ,el comportamiento de la gente, y la ciudad, eran mejores que las que siguieron en décadas posteriores.

Este libro, está a la venta en Amazon. Ingrese a la tienda por las puertas a continuación:

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viernes, 17 de enero de 2020

Las Misteriosas Momias de Nazca


By Konstantin Korotkov

En 2017, extrañas momias fueron encontradas en Nazca, cerca del pequeño pueblo de Palpa. 

El descubrimiento consiguió una gran atención y muchas opiniones contradictorias. 

El autor de este libro tuvo la suerte de ser parte de tal acontecimiento y, junto con el equipo de Gaia Company, fue uno de los primeros en ver a estos seres inusuales.

Investigadores de diferentes países han participado en su análisis desde el hallazgo y conseguido pruebas irrefutables sobre su autenticidad. 

El libro presenta las impresiones del autor tras sus viajes a Nazca, hechos científicos (proporcionados principalmente por especialistas rusos) y diferentes ideas que intentan descifrar el significado de todo esto. 

El texto va dirigido a una amplia gama de personas interesadas en nuevos conceptos y alternativas, así como a científicos profesionales que requieren una evidencia real para creer en ello.

Este magnífico y revelador libro está a la venta en Amazon. Ingrese a la tienda por la puerta a continuación:



lunes, 13 de enero de 2020

Virreinato del Perú: Joaquín de la Pezuela - Marqués de Viluma - XXXIX Virrey del Perú


Joaquín González de la Pezuela Griñán y Sánchez de Aragón Muñoz de Velasco (Naval, 1761 - Madrid, 1830) fue el XXXIX Virrey del Perú.

Noble, militar y político español, I marqués de Viluma. 

Tras derrotar al general rioplatense José Rondeau en la Batalla de Viluma o de Sipe Sipe,​ fue nombrado trigésimo noveno virrey del Perú (7 de julio de 1816 - 29 de enero de 1821) y capitán general de los Ejércitos.

Fue hijo de Juan Manuel de la Pezuela y Muñoz de Velasco y de Anna María Sánchez Capay. 

De familia hidalga oriunda de Santander, estudió en el Colegio de Artillería de Segovia y combatió en el sitio de Gibraltar y años más tarde contra Francia en Guipúzcoa y Navarra (1793-1794). 

En 1793, contrajo matrimonio en Santander (España) con Ángela de Ceballos y Olarría, con la cual tuvo a: María del Carmen González de la Pezuela y Ceballos (Tudela, 30 de octubre de 1794 - Madrid, 15 de febrero de 1858), 378.ª Dama de la Orden de las Damas Nobles de la Reina María Luisa, casada en Lima, el 25 de diciembre de 1819, con su pariente lejano Rafael de Ceballos-Escalera y Ocón, cuya descendencia obtuvo el Marquesado de Miranda de Ebro. Manuel González de la Pezuela y Ceballos (La Coruña, 1797 - 1876), II marqués de Viluma, casado y con descendencia. Juan Manuel González de la Pezuela y Ceballos (Lima, 16 de mayo de 1809 - Madrid, 1 de noviembre de 1906), I marqués de la Pezuela, grande de España en 1852, I conde de Cheste en 1864, I vizconde de Ayala, en Álava, por Cartas Patentes de Isabel II de España de 28 de septiembre de 1852, confirmadas el 31 de julio de 1865, capitán general de los Ejércitos, casado y con descendencia que se quedó extinta en 1923. Joaquina González de la Pezuela y Ceballos, casada con Mariano de Osorio. María Isabel González de la Pezuela y Ceballos (8 de julio de 1812 - ?), casada con Santiago de Tejada y Santa María. Juana de la Pezuela , casada con el Mariscal de Campo Juan Loriga y Reguera, en 1825.

En 1805 fue trasladado a América del Sur, donde ocupó cargos secundarios, y posteriormente el virrey del Perú José Fernando de Abascal y Sousa lo nombró Director de la Artillería Real, que reorganizó profundamente. 

Después de las derrotas que el Ejército realista del Alto Perú sufrió a manos del Ejército del Norte de las Provincias Unidas del Río de la Plata en las batallas de Tucumán y Salta, comandadas por el general patriota Manuel Belgrano, Joaquín de la Pezuela fue nombrado comandante del Ejército Real del Perú, sucediendo a José Manuel de Goyeneche. 

Partió del Callao en abril de 1813 y desembarcó en Quilca, desde donde pasó al Alto Perú, llevando consigo refuerzos y diez cañones medianos. 

Dedicó algunas semanas a reorganizar el ejército del Alto Perú, antes de hacer frente a los patriotas. Mientras el Ejército del Norte de las Provincias Unidas del Río de la Plata avanzaba hacia el Alto Perú, Pezuela se limitó a evitar en lo posible la ayuda que podría recibir de las guerrillas locales, las llamadas "Republiquetas". La victoria sobre una de estas guerrillas le permitió apoderarse de correspondencia que le reveló que el general Belgrano esperaba prontos refuerzos, por lo que se apresuró a atacarlo en la batalla de Vilcapugio el 1 de octubre. 

En un principio pareció que estaba siendo derrotado, pero la mala coordinación de las tropas independentistas y el sorpresivo contraataque de la caballería del coronel Saturnino Castro le dio la victoria. No obstante que logró apoderarse de la artillería y el parque, no pudo perseguir a su enemigo. Cuando finalmente pudo volver a atacar a Belgrano, este había logrado reorganizar su ejército, pero al frente del mismo esperó en una posición favorable elegida de antemano; Pezuela atacó desde un flanco, y obligó a su enemigo a cambiar de frente en medio de la batalla, derrotándolo por completo. 

El ejército independentista se retiró hacia San Salvador de Jujuy. Tras derrotar a algunas republiquetas, pero dejando otras a sus espaldas, Pezuela avanzó hacia el sur y ocupó la ciudad de Salta a fines de mayo de 1814. Pese al apoyo de algunos realistas locales, los gauchos de la región, organizados por Luis Burela y especialmente Martín Miguel de Güemes lo aislaron de la provincia y le quitaron la posibilidad de apoderarse de víveres. 

La victoria de las republiquetas de Vallegrande y Santa Cruz en la batalla de La Florida lo obligó a regresar hacia el norte, y la hostilidad de los gauchos, que capturaron o mataron 1.200 de sus hombres, le impidió dejar parte de su ejército en Salta o Jujuy. 

Fijó su cuartel general en Cotagaita, desde donde envió a su segundo jefe, el general Juan Ramírez Orozco, con más de la mitad de sus fuerzas, a aplastar la Rebelión del Cuzco, que había logrado controlar no sólo esa ciudad, sino también La Paz y Arequipa, entre otras. Cuando el general José Rondeau inició la Tercera expedición auxiliadora al Alto Perú, debió retirarse hacia el norte. El avance independentista fue tan lento que dio tiempo a Pezuela a recibir el ejército de Ramírez Orozco, que volvía victorioso desde el Cuzco, y algunos refuerzos venidos desde Chile, región que recientemente había sido reconquistada por los realistas. 

Tras rechazar exitosamente un ataque sorpresa en la batalla de Venta y Media, persiguió a Rondeau hasta las cercanías de Cochabamba; allí esquivó el esquema defensivo enemigo bajando por la peligrosa Cuesta de Viluma y derrotó a Rondeau en la Batalla de Sipe Sipe, llamada también Batalla de Viluma, el 29 de noviembre de 1815. 

Al año siguiente, el rey Fernando VII de España le otorgó el título de Marqués de Viluma y el rango militar de teniente general. 

En octubre de 1816 Joaquín de la Pezuela fue nombrado virrey del Perú, para suceder a José Fernando de Abascal, que había ocupado ese cargo durante diez años. 

Concentró sus esfuerzos en apoyar las expediciones hacia el norte de la actual Argentina de su sucesor en el mando del Ejército del Alto Perú, José de la Serna, y en apoyar a las fuerzas realistas de Chile. 

Tras la victoria del patriota general José de San Martín en la batalla de Chacabuco, envió a Mariano Osorio a Chile, donde este organizó un ejército para intentar reconquistar una vez más ese territorio. Pero cuando el general San Martín derrotó a Osorio en la batalla de Maipú retiró las fuerzas realistas de Chile y dejó que la causa del rey fuera defendida por guerrillas irregulares y por indígenas mapuches. 

Durante dos años se limitó a apoyar al ejército que operaba en el Alto Perú y a lanzar expediciones cada vez más débiles sobre Salta, mientras aguardaba el esperado ataque de San Martín desde Chile. Este finalmente se produjo el 8 de septiembre de 1820, cuando arribó a Paracas (Perú) la Expedición Libertadora del Perú. Desde allí, San Martín lanzó la Primera campaña de Arenales a la sierra del Perú que recorrió el territorio de sur a norte, mientras el resto del ejército se instalaba en Huaura. 

San Martín inició negociaciones con Pezuela, que no lograron éxito alguno, debido a que el jefe expedicionario proponía la independencia del Perú, lo que era inaceptable para el virrey. 

La exitosa campaña de la Sierra, la imposibilidad de expulsar a la escuadra de Thomas Cochrane de la costa peruana y la fidelidad del virrey Joaquín de la Pezuela al absolutismo provocaron su desprestigio, especialmente debido a que la mayor parte de los oficiales a sus órdenes eran liberales. 

El 29 de enero de 1821, los jefes liberales, dirigidos por el general José de la Serna, lo derrocaron por medio del llamado Pronunciamiento de Aznapuquio. Pezuela se embarcó inmediatamente hacia España, donde en 1825 fue nombrado Capitán General de Castilla la Nueva. Falleció en Madrid en 1830. (Datos:Wikipedia y otras fuentes)



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