El Virrey de Perú Manuel de Amat y Junyent y Micaela Villegas Representación Teatral en Lima de Melania Urbina y Alberto Isola |
María Micaela Villegas y Hurtado de Mendoza (Lima, 28 de septiembre de 1748 – Lima, 16 de mayo de 1819), fue una famosa actriz de teatro en el Virreinato del Perú.
Fue una de las mujeres más célebres del siglo XVIII, antecedente de las grandes divas del espectáculo.
Según consta en su partida de bautismo hallada en la iglesia de San Sebastián en Lima, nació el 28 de septiembre de 1748, no especifica dónde.
Fue la primera de los seis hijos que tuvieron Joseph Villegas y Arancibia y María Teresa Hurtado de Mendoza y de la Cueva.
Aprendió a leer y escribir, cosa poco común para las mujeres de la época, haciéndose aficionada a las obras de Lope de Vega y Calderón de la Barca. Gustaba también del canto y danza, y de temprana edad mostró vocación por el teatro, aun cuando ese oficio era considerado como indigno e impropio para una mujer.
A los 15 años debutó en el Corral de Comedias, propiedad de Maza, conocido actor y empresario teatral, quien la protegió y enseñó el oficio teatral.
El teatro era su pasión, y antes de cumplir 20 años, su talento, y elocuencia la convirtieron en la actriz de moda. Dotada de imaginación ardiente y fácil memoria recitaba con suma gracia romances caballerescos y escenas cómicas. Todos los días el teatro se abarrotaba de público, era muy admirada y su fama trascendió los límites del virreinato.
En esa época inició un tórrido romance con el sexagenario virrey don Manuel Amat y Junyent, que se convirtió en la relación más sonada del siglo XVIII. Amat la hizo su amante y el centro de la vida social limeña.
Micaela Villegas propició muchas de las construcciones que Amat realizó en su gobierno:
la Alameda de los Descalzos;
el bello palacete La Quinta de Presa, que era la casa solariega de la aristocrática familia Carrillo de Albornoz y Bravo de Lagunas, Marqueses de Montemar y Monteblanco;
el Templo de las Nazarenas, que albergaría la imagen del Señor de los Milagros, de la cual era devota;
El Paseo de Aguas, que fue construido para impresionarla.
La tradición cuenta que cuando el virrey le declaró su amor, ella le respondió que lo aceptaría si él pusiera la Luna a sus pies; entonces el virrey mandó construir el Paseo de Aguas, acordonado por unos arcos de estilo francés y al centro una amplia fuente donde se reflejaba el cielo, y en una noche de luna llena la llevó al borde de la fuente, diciéndole: «Hoy pongo la Luna a tus pies».
Sobre el difundido apelativo de Perricholi existen varias historias respecto al significado del mismo:
-Amat la llamaba en la intimidad «peti-xol» que en catalán significa ‘pequeña joya’
-El término «pirri» era usado en aquella época como diminutivo, por lo que «pirri-choli» o «petit-choli» significaría cariñosamente ‘cholita’.
- La historia más conocida no tiene nada de romántica y es probable que haya sido difundida por los numerosos enemigos que tenía el virrey: se cuenta que en una acalorada pelea entre los amantes, Amat la llamó enfurecido «perra chola», que en su acento catalán sonaba a «perri choli». El incidente trascendió fuera del palacio y la alta sociedad limeña –que no le tenía mucho aprecio a Micaela Villegas– comenzó a llamarla «La Perricholi» para humillarla.
No existe ningún retrato de ella, solamente descripciones muy entusiastas, como la de José Antonio Lavalle y otras menos halagadoras como la de Ricardo Palma, pero todas coinciden en hacerla dueña de una gracia y encanto sin igual.
"Miquita", como la llamaba cariñosamente Amat, gustaba de exhibirse públicamente junto al virrey y provocar la envidia en la nobleza colonial limeña.
En 1776, Amat terminó su período como virrey del Perú y regresó a España, dejándole una generosa pensión y varias propiedades. Micaela se quedó en Lima con su hijo, y tuvo que enfrentar los ataques de los enemigos del exvirrey.
En 1788 se despidió de los escenarios y adquirió el Real Coliseo de la Comedia asociándose con Vicente Fermín de Echarri con quien se casaría en 1795. Desde entonces llevó una vida tranquila y dedicada a la administración del teatro. Trece años más tarde, quedó viuda.
A la muerte del exvirrey Amat en España, su hijo Manuel viajó a la Península para reclamar la herencia como único hijo, pero debido a su condición de ilegitimidad regresó sin éxito a Lima, donde se casó en 1810.
Sus últimos años se dedicó a la oración, vistiendo el hábito de las Carmelitas y realizando muchas obras de caridad que hicieron olvidar a los limeños los libertinos años de su juventud, motivándoles un auténtico afecto a su persona.
Micaela Villegas murió en su casa de la Alameda Vieja el 16 de mayo de 1819 a la edad de 71 años. Su sepelio fue sencillo según ella misma lo pidió y dejó como herederos de sus bienes a su hijo Manuel y su nieta mayor Tomasa. Fue enterrada en la Iglesia de la Recoleta de San Francisco y la noticia de su deceso fue registrada por los principales diarios de la época. (Datos: Wikipedia)
Virrey del Perú Manuel de Amat y Junyent |
Paseo de Aguas de Lima - Construido por el Virrey Manuel de Amat y Junyent |