Felipe Huamán Poma de Ayala - Autorretrato |
La gran obra de Huamán Poma es la titulada literalmente "El Primer nueva coronica y buen gobierno", un documento de 1189 páginas.
Este libro sigue siendo la más larga crítica sobre el dominio colonial español escrito por un súbdito indígena durante el periodo colonial.
Fue escrito entre 1600 y 1615 y dedicado al rey Felipe III de España.
En esta obra, describe las injusticias del régimen colonial y sostiene que los españoles fueron colonos extranjeros en el Perú. «Es nuestro país», dijo, «porque Dios nos lo ha dado a nosotros».
El rey nunca recibió el documento.
La «Crónica» es muy notable en muchos aspectos:
-Despliega una fusión brillante de la escritura y dibujos de líneas finas (392 páginas del libro consisten de dibujos a página completa).
-Expresa la opinión de un noble provinciano sobre la conquista, mientras que la mayoría de otros puntos de vista indígenas de la época colonial proceden de la nobleza del Cuzco, la antigua capital de los Incas.
-Utiliza con frecuencia palabras y frases quechuas dentro de este trabajo mayoritariamente español, lo que proporcionó a los expertos material para aprender más sobre el idioma quechua.
Huamán Poma propuso una nueva dirección para el gobierno del Perú:
Un «buen gobierno» que se basaría en las estructuras sociales y económicas Incas, la tecnología europea, y la teología cristiana, adaptada a las necesidades prácticas de los pueblos andinos.
Escribe que los gobiernos incas trataban a sus súbditos mucho mejor que los españoles y le pide al Rey Felipe instaurar indios en puestos de autoridad.
Es importante señalar que, a pesar de que rechaza la dominación española, no rechaza al rey español. Durante este tiempo, los monarcas eran vistos generalmente como descendientes de Dios y siendo extremadamente católico, Huamán Poma tiene al monarca español en la más alta consideración.
En su escrito, no sólo quiere proponer cambios en la sociedad, sino además denunciar las injusticias contra los indios no percibidas por el rey quien, como representante de Dios, de haberlas conocido no las habría permitido.
El manuscrito de la «Corónica» se ha mantenido en la Biblioteca Real de Dinamarca, al menos desde principios de los años 1660, aunque sólo se hizo público en 1908, cuando fue descubierto por el erudito alemán Richard Pietschmann. Una edición retocada fue producida en París en 1936, por Paul Rivet. En 1980, una transcripción crítica del libro, basado en la autopsia del manuscrito más que en el facsímil de 1936, fue publicado por John Murra y Rolena Adorno, (con la colaboración de Jorge Urioste) bajo el título Felipe Guamán Poma de Ayala, Nueva Crónica y Buen gobierno (México D.F.: Siglo XXI). Un facsímil digital de alta calidad del manuscrito original fue publicado en línea en 2011 por la Biblioteca Real Danesa, con Rolena Adorno como editor académico.
Felipe Guamán Poma de Ayala nació probablemente en Huánuco, ya que él mismo afirmó en sus manuscritos ser descendiente de una noble familia Yarowilca, originaria de esa zona.
Sus apellidos, Huamán Poma, provienen de las palabras quechuas waman y puma, halcón y puma, nombres totémicos en quechua (asociados a los dioses tutelares de la tierra y del cielo).
Fue hijo presumiblemente de Martín Huamán Mallqui y Juana Chuquitanta (llamada Cusi Ocllo), noble descendiente del Inca Túpac Yupanqui.
Se crió con los españoles, por lo que él se consideraba de origen latino.
Según algunos documentos del siglo XVI, Huamán Poma sirvió como traductor del quechua para funcionarios coloniales durante la década de 1560-70. Entre los funcionarios para los que trabajó estuvieron el oidor Alberto de Acuña, conocido como el «Abogado General de los Indios», nombrado por el virrey García Hurtado de Mendoza en 1589. También sirvió de traductor al oidor Pedro Arteaga Mendiola en la visita a las minas de Huancavelica en 1588.
Asimismo, estuvo al servicio de don Juan Pérez de Gamboa, corregidor de Huancavelica y luego visitador de las tierras del Cusco, Huamanga, Huancavelica, Vilcabamba, Castrovirreyna y Jauja en 1587.
Estuvo también al servicio del oidor de la Real Audiencia de Lima, Alberto de Acuña, puesto desde el cual dicho personaje envió un documento al rey de España en 1598, en el que coincide en varios puntos de sus recursos con las quejas que escribió el cronista Huamán Poma; otras veces existen puntos en abierta contradicción entre las visiones de Huamán Poma y el oidor Acuña, vale decir que ambas personas conocían sus planteamientos y propuestas en abordar los asuntos en favor de los indígenas. Por intermedio de Acuña, el cronista Huamán Poma se habría documentado de varios asuntos internos de la administración colonial: por ejemplo, de las residencias de los virreyes Francisco de Toledo y Hurtado de Mendoza y las visitas efectuadas a las minas y población nativa en la época toledana y en 1585. (Datos: Wikipedia)