Un 26 de mayo de 1880 se produjo lo que se conoce como la Batalla del Alto de la Alianza. en la que Chile derrotó a los ejércitos de Perú y Bolivia.
No es mi propósito narrar la historia al detalle, sino los hechos trágicos que impulsaron la victoria chilena en el Alto de la Alianza en Tacna y luego en Arica, durante la miserable guerra del guano y el salitre del siglo XIX.
Nicolás de Piérola, había dado un golpe de Estado, asumiendo como dictador la presidencia del Estado peruano.
Lizardo Montero, un distinguido marino comandaba las fuerzas peruanas en Tacna, al mando del Primer Ejército.
Para evitar una victoria de Montero sobre los chilenos, lo que le daría muchos bonos políticos, Piérola deja de enviarle armas, municiones, alimentos, ropa, dinero y todo tipo de suministros.
A Montero se suman los bolivianos, mal entrenados, pésimamente armados, y sin ningún deseo de combatir. Según el tratado de alianza defensiva Perú-Bolivia, el mando lo asume el comandante boliviano Narciso Campero.
La estrategia inicial era que los chilenos debían enfrentar al primer ejército peruano, debiendo ser atacados por sorpresa y por la retaguardia, por el segundo ejército peruano ,con sede en Arequipa, al mando del coronel Segundo Leiva.
Leiva, adicto a Piérola, recibe órdenes de demorar la marcha desde Arequipa hasta Tacna, así su ejército tarda un mes en aproximarse a Ilo, y al llegar detiene su marcha y retorna apresuradamente en pocos dias a Arequipa, sin haber realizado su cometido de atacar a los invasores chilenos.
Derrotado Montero en Tacna, los bolivianos huyen cobardemente a la serranía por segunda vez, para no participar más en la guerra, que duró unos años más.
En Arica comandaba el ejército peruano Francisco Bolognesi, quién no aceptó el pedido de rendición que le hicieron llegar los chilenos, esperando también la llegada del segundo ejército del coronel Leiva, lo que nunca ocurrió. Son incontables los telegramas de Bolognesi pidiendo que Leiva apure el paso, no conocía que Leiva había regresado a Arequipa declinando combatir.
En torno a Arica, no es muy clara la actuación del Ingeniero Teodoro Elmore quien según se dice, reveló a los chilenos la ubicación de las minas que protegían Arica, y los planos en detalle de las defensas peruanas. Debe esclarecerse la historia al respecto.
Hasta sus últimos momentos Bolognesi pensó que Leiva ya llegaba, por ello no se rinde.
Finalmente Bolognesi muere traicionado, siendo su ejército víctima del más cruel degollamiento al que fueron sometidos combatientes, rendidos y heridos, acto salvaje cometido por los crueles invasores chilenos.
Más que un héroe, Bolognesi fue una víctima de los propios peruanos.
Finalmente Bolognesi muere traicionado, siendo su ejército víctima del más cruel degollamiento al que fueron sometidos combatientes, rendidos y heridos, acto salvaje cometido por los crueles invasores chilenos.
Más que un héroe, Bolognesi fue una víctima de los propios peruanos.
La Tragedia y la miseria rodearon el desenvolvimiento de la guerra en Tacna y Arica.
Las malas acciones de Nicolás de Piérola, del coronel Segundo Leiva, y del Ingeniero Teodoro Elmore, convirtieron lo que pudo ser una victoria peruana y el fin de la guerra, en una sucia derrota.
Debe señalarse que el Estado peruano jamás investigó ni sancionó las condenables actuaciones de los peruanos y el 2° ejército que actuaron contra los ejércitos del Perú en Tacna y Arica, algo que debe realizarse.
Estamos seguros que si Bolognesi hubiera conocido que Leiva no iba a llegar nunca, hubiera preferido la rendición, porque sabía que sólo, la victoria era imposible, y él no era un suicida y menos un criminal. (jlhurtadov)