lunes, 27 de julio de 2020

Cultura Ichma


Pachacamac

La Cultura o Civilización Ichma floreció en la costa central del Perú, en parte del actual departamento de Lima, entre los años 900 y 1470 de la era cristiana.

Su principal centro ceremonial fue Pachacámac, donde construyeron un templo en honor a la deidad del mismo nombre, cuyos restos se pueden apreciar aún, bien conservados.

Ichma era el nombre original de la divinidad adorada en Pachacámac.

Pachacámac es un vocablo compuesto de origen quechua que significa «el hacedor del mundo».

Abarcó los valles medio y bajo de los ríos Lurín y Rímac, en la costa central de la actual provincia de Lima, en parte del territorio donde antaño floreció la cultura Lima. 


Las fuentes históricas hablan de una etnia ichma que dominó dichos valles hasta la época incaica; sin embargo, los datos arqueológicos disponibles muestran diversos estilos en la cerámica y variadas expresiones en la arquitectura, por lo que es posible que el término ichma agrupara en realidad a varios curacazgos que tenían características distintas.

Aunque aún no ha sido bien definido el territorio Ichma, se afirma que por el sur llegaron hasta el valle de Mala. 

La civilización tenía como centro a Pachacámac, ya para entonces un antiguo centro administrativo-ceremonial, el cual fue ampliado grandemente con la construcción de las llamadas pirámides de adobe con rampa. Este santuario era sede de una divinidad muy venerada por su oráculo, cuyo prestigio desbordaba los límites ichma. Hacia allí acudían en romería los habitantes de los valles costeños e incluso los de las serranías, para hacer consultas al dios. El ídolo del dios estaba tallado en madera y resguardado en una pequeña cámara. Su prestigio habría de mantenerse a lo largo del periodo inca, prolongándose hasta la conquista española.

Principales centros Ichma:

En el valle de Lurín: Pachacámac, principal centro ceremonial. Otros poblados: Maracuyá, Pampa de Flores, Jacinto Grande, Mal Paso, Molle, Manchay Alto, Huaycán, Chontay y Avillay.

En el valle del Rímac: Armatambo; Maranga (en el sector llamado la ciudadela de tapia, donde destacan las huacas de Tres Palos, Cruz Blanca, San Miguel, La Cruz, La Palma); Mateo Salado; Mangomarca; Fortaleza de Campoy; Huaca Huantille en Magdalena del Mar; Huaca San Borja, entre otros.

Estructura Política

Los Ychma dominaban a diversos curacazgos ubicados en los valles de Lurín y Rímac. Dichos curacazgos eran los de Sulco (Surco), Guatca, Lima, Maranca (Maranga) y Callao. Formarían una especie de confederación, aunque sobre ello no se tiene información suficiente.

Estructura Social

Al igual que otras culturs de la costa central peruana, la masa de la población estaba dividida de acuerdo a su especialización: pescadores, agricultores, comerciantes, artesanos. En la cúspide de la pirámide social estaban, obviamente, los señores o nobles que conformaban la clase dirigente

Economía

Las principales actividades económicas eran la agricultura, la pesca y el comercio de los productos excedentes. Aprovecharon y mejoraron la excelente red de canales o acequias heredada de la cultura Lima, con la que ganaron extensas áreas para el cultivo. El valle de Lima era muy fértil y daba las subsistencias a una crecida población. Los grandes recintos ceremoniales, además de su función religiosa, servían como grandes almacenes de productos alimenticios y como centros de fabricación de productos suntuarios.



Contexto histórico

Hacia el 900 d. C. el Imperio Huari o Wari entró en franca decadencia. En su lugar surgieron expresiones culturales regionales, que inauguraron una nueva etapa en la historia andina. En los valles de Lurín y el Rímac, en el actual departamento de Lima, surge ichma o Ichimay. Los grandes poblados de la época anterior, situados en zonas alejadas de la costa (como Cajamarquilla), fueron abandonados para dar preeminencia a nuevos asentamientos más vinculados al litoral, como Pachacámac y Armatambo. También Maranga, la otrora capital de la cultura lima, volvió a tener importancia, elevándose un complejo de pirámides al sur del antiguo asentamiento.

Al norte de Ichma se extendía Collique, que dominaba el valle del Chillón y la zona de Carabayllo y llegaba hasta Quivi (Quives actual). Es posible que se haya forjado una alianza entre ambos para contener las constantes invasiones de etnias de la sierra, como la de los yauyos y chacllas. 

Hacia 1470 d. C. se produjo la irrupción de los incas, supuestamente bajo al mando del príncipe Túpac Yupanqui (el Sapa Inca era entonces Pachacútec), quien anexó toda esa región a la órbita del Tahuantinsuyo. Sin embargo, las autoridades locales se mantuvieron, previo juramento de obediencia al Inca del Cuzco, y el santuario de Pachacámac mantuvo su prestigio e importancia, siendo ampliado por los mismos incas, aunque estos impusieron su propio estilo arquitectónico, elevando un templo del Sol y un Acllahuasi.

La población de Ichma debió ser muy grande; sólo en el valle bajo del Rímac debieron vivir más de 150 mil personas, pues según las crónicas, los incas organizaron la región en tres hunos; cada huno abarcaba a diez mil familias, según la meticulosa organización decimal inca.

Arquitectura

Importantes expresiones arquitectónicas de los ichmas son sus pirámides truncas construidas con adobes, aunque algunas están sostenidas por una base de piedra. En todas ellas se distingue un común patrón religioso. Estos monumentos tienen básicamente dos características:

El uso masivo del tapial, es decir de grandes adobes o adobones de barro apisonado, dejándose de lado la anterior técnica de los pequeños adobes o adobitos típicos de la cultura lima., y el uso de rampas. En el sitio de Pachacámac se han identificado 15 templos con rampas. En Maranga, situado en el valle de Lima, destacan las pirámides o huacas de La Palma y Tres Palos. La pirámide con rampa de Huaquerones parece también seguir el mismo patrón.

Dichas construcciones no solo cumplían funciones ceremoniales o religiosas, sino que también servían como almacén de productos alimenticios (maíz, ají, etc.) y como alojamiento de los artesanos que producían piezas de cerámica y tallas de madera, actividades realizadas en los sectores adyacentes a las pirámides. Tras la conquista inca las pirámides truncas con rampa cayeron en desuso y se impuso el estilo constructivo de los conquistadores.

La cerámica Ichma típica es de tipo ceremonial y doméstico, de pasta gruesa y de color rojo claro, decorada algunas veces con combinaciones negro-blanco y blanco-rojo, con un ornamento escultórico llamado "cara gollete", es decir, un rostro estilizado decorando el cuello o gollete de la vasija. Se incluyen motivos con figuras antropomorfas, ornitomorfas, ictiomorfas y zoomorfas. Es sencilla en forma de cántaros u ollas pequeñas para cocinar, platos y jarras. En algunos casos presenta decoración simple por medio de franjas pintadas de color blanco, crema o guinda sobre la superficie de los ceramios. Entre las vasijas ceremoniales destacan cántaros antropomorfos con representación de dignatarios ornamentados con orejeras y tembetá así como figurinas de aves, camélidos y mujeres desnudas. (Datos: Wikipedia y otras fuentes)






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