lunes, 14 de octubre de 2019

Virreinato del Perú: Manuel de Amat y Junyent - Marqués de Castellbell - XXXI Virrey del Perú (Remake)

Virrey Manuel de Amat y Junient

Manuel de Amat y Junyent Planella Aymerich y Santa Pau, Barcelona, 1704 — Barcelona, 14 de febrero de 1782 - Marqués de Castellbell.

Fue un Mariscal de Campo de España, Virrey del Perú (1761-1776). 

Nació en el seno de una aristocrática familia española. Hijo de Josep de Amat y de Planella (primer marqués de Castellbell) y de Maria Anna Junyent y Vergós (hija del primer marqués de Castellmeià). 

Demostró tener dotes castrenses desde muy joven, participando en 1719 en acciones bélicas contra los franceses en Aragón. 

A los 17 años ingresó en la Orden de Malta y marchó a la isla como caballero permaneciendo en ella cuatro años. 

Sirvió en las guerras de África y por ello obtuvo el mando del Regimiento de los Dragones de Sagunto. Destacó en la batalla de Bitonto (Reino de Nápoles, 25 de mayo de 1734) con el contingente que al mando del conde de Montemar derrotó a las tropas austríacas de Visconti y Traun, en la guerra de sucesión de Polonia y sobresalió en el asedio de Gaeta (1734). 

En su carrera militar llegó a alcanzar el máximo grado de mariscal de campo. 

Pasó a América cuando en 1755 fue nombrado Gobernador y Presidente de la Real Audiencia de Chile. Recorrió todo el país y mandó construir varias fortificaciones en la costa y en la frontera mapuche, como Santa Bárbara, y fundó poblaciones junto a ellas, como Hualqui, Nacimiento y Talcamávida. Convocó parlamentos con los mapuches, primero en el Salto del Laja (1758) y después en Santiago (febrero de 1760), con el fin de garantizar la seguridad de las comunicaciones entre Chiloé y Concepción, pero finalmente sólo consiguió un acuerdo parcial. En Santiago, emprendió importantes obras públicas y tareas administrativas, como la prolongación de los tajamares del río Mapocho, un mercado en la Plaza de Armas, la reestructuración de la Real Universidad de San Felipe (1757), y la organización, el 12 de octubre de 1758, del primer cuerpo de policía chileno, el cual se llamó "Dragones de la Reina", denominación que mantuvo hasta 1812 cuando pasó a llamarse "Dragones de Chile". 

Al término de su mandato, pidió que se le hiciera un Juicio de Residencia, del cual salió favorecido. 

Fue promovido a Virrey del Perú en 1761, ocupando así el máximo cargo del Imperio Español en América.

Ejercía también como Presidente de la Real Audiencia de Lima.

Llegó a la Ciudad de los Reyes el 12 de octubre de 1761 y tomó posesión del cargo en diciembre del mismo año. 

En su gobierno se dio la Guerra de los Siete Años entre España e Inglaterra; por ello Amat tomó medidas de seguridad para asegurar la defensa de los litorales del virreinato, especialmente para proteger las zonas costeras y puertos de Chiloé, Concepción, Valdivia, Valparaíso, las islas Juan Fernández, Lima, el Callao y Guayaquil. Los planes de fortificación preveían la construcción de castillos, refuerzo de murallas, construcción de cuarteles, etc. Además creó nuevos cuerpos del ejército, entre ellos la Compañía de Dragones. 

Como Virrey también mandó hacer la relación o tipología de la población: enumeración y descripción de diferentes grupos étnicos de América del Sur. 

En el marco eclesiástico, apoyó a la división y jurisdicciones eclesiásticas en el Virreinato (actualmente Bolivia, Chile y Perú): arquidiócesis, diócesis, provincias, repartos, parroquias, etc. y promovió asignaciones, ingresos y vías para su financiación. 

Fue un virrey constructor. Hizo varias obras de infraestructura en Lima, las que aún existen y pueden ser visitadas: 


-La Alameda de Acho 

-Alameda de los Descalzos

-Plaza de Acho

-Quinta Presa, 

-Fortaleza del Real Felipe,

-Torre de la Iglesia de Santo Domingo

-Iglesia de las Nazarenas

-Paseo de Aguas

La tradición dice que esta última obra la hizo en honor a la mujer de la que quedó prendado y totalmente enamorado, Micaela Villegas, apodada luego por sus detractores como la Perricholi (la perra chola).

Fue dueño de la Quinta del Prado, una señorial vivienda en el centro de Lima.

Teniendo conocimiento de los descubrimientos de James Cook en la Polinesia, organizó tres expediciones a las Islas de la Sociedad. 

Su gobierno fue favorable a la corona en cuanto que aumentó considerablemente las remesas. 

En 1773 fue condecorado por el rey Carlos III con la Orden de San Jenaro. 

A fines de su gobierno, en 1776, se le hizo el Juicio de residencia, del cual salió favorecido. 

En 1776 regresó a Barcelona, donde mandó construir un suntuoso palacio en La Rambla, luego conoció a Maria Francesca de Fiveller y de Bru, con quien se casó el 3 de junio de 1779.

Muere el 14 de febrero de 1782.


¿Quien Fue la Perricholi?


La Perricholi en una reciente caracterización de la gran actriz peruana Melania Urbina - No existen imágenes de la real Perricholi

María Micaela Villegas y Hurtado de Mendoza (Lima, 28 de septiembre de 1748 - Lima, 16 de mayo de 1819), conocida como La Perricholi, fue una famosa actriz de teatro peruana.

Fue una de las mujeres más célebres del espectáculo del siglo XVIII.

Existe la historia fuertemente arraigada, que nació en el pueblo de Tomayquichua (departamento de Huánuco) donde existe una casa que afirman fue su residencia. Aunque no hay pruebas que apoyen esta tradición y se ignora cual fue el origen de la misma, muchos autores la dan por cierta, entre ellos Enrique López Albújar y Ricardo Palma. Sin embargo, en todos los documentos legales que existen sobre Micaela Villegas se señala que era natural de la ciudad de Lima y así lo declara ella misma en su testamento.

Según consta en su partida de bautismo hallada en la iglesia San Sebastián ―en Lima―, nació el 28 de septiembre de 1748 (aunque no especifica dónde). Fue la primera de los seis hijos que tuvieron Joseph Villegas y Arancibia (arequipeño) y María Teresa Hurtado de Mendoza y de la Cueva (limeña). Poco se sabe de su niñez, su familia era de condición modesta y vivieron en el barrio del Rímac. Aprendió a leer y escribir, cosa poco común para las mujeres de la época, haciéndose aficionada a las obras de Lope de Vega y Calderón de la Barca. Gustaba también del canto y danza, y de temprana edad mostró vocación por el teatro, aun cuando ese oficio era considerado como indigno e impropio para una mujer.

A los 15 años debutó en el Coliseo de Comedias, propiedad de Maza, conocido actor y empresario teatral, quien la protegió y enseñó el oficio teatral. El teatro era su pasión, y antes de cumplir 20 años, su talento, y elocuencia la convirtieron en la actriz de moda. Dotada de imaginación ardiente y fácil memoria recitaba con suma gracia romances caballerescos y escenas cómicas. Todos los días el teatro se abarrotaba de público, era muy admirada y su fama trascendió los límites del virreinato. 

En esa época inició un romance que duró 14 años con el sexagenario virrey don Manuel Amat y Junyent, que se convirtió en la relación más escandalosa del siglo XVIII. Amat la hizo su amante y el centro de la vida social limeña. En 1769 tuvieron un hijo al que llamaron Manuel. 

Micaela Villegas propició muchas de las construcciones que Amat realizó en su gobierno: la Alameda de los Descalzos, el bello palacete La Quinta de Presa, que era la casa solariega de la aristocrática familia Carrillo de Albornoz y Bravo de Lagunas Marqueses de Montemar y Monteblanco; el Templo de las Nazarenas, que albergaría la imagen del Señor de los Milagros, de la cual era devota; El Paseo de Aguas, que fue construido para impresionarla. 

La tradición cuenta que cuando el vierry le declaró su amor, ella le respondió que lo aceptaría si él pusiera la Luna a sus pies; entonces el virrey mandó construir el Paseo de Aguas, acordonado por unos arcos de estilo francés y al centro una amplia fuente donde se reflejaba el cielo, y en una noche de luna llena la llevó al borde de la fuente, diciéndole: «Hoy pongo la Luna a tus pies». 

El apelativo Perricholi es atribuido al virrey Amat, pero existen varias historias respecto al significado del mismo. Dicen que Amat la llamaba en la intimidad «peti-xol» que en catalán significa ‘pequeña joya’; se dice también que el término «pirri» era usado en aquella época como diminutivo, por lo que «pirri-choli» o «petit-choli» significaría cariñosamente ‘cholita’. Sin embargo la historia más conocida no tiene nada de romántica y es probable que haya sido difundida por los numerosos enemigos que tenía el virrey: se cuenta que en una acalorada pelea entre los amantes, Amat la llamó enfurecido «perra chola», que en su acento catalán sonaba a «perri choli». El incidente trascendió fuera del palacio y la alta sociedad limeña ―que no le tenía mucho aprecio― comenzó a llamarla «La Perricholi» para humillarla. 

 "Miquita", como la llamaba cariñosamente Amat, gustaba de exhibirse públicamente junto al virrey y provocar la envidia en la nobleza virreinal limeña. Su carácter impulsivo protagonizó no pocos escándalos: en una ocasión abofeteó a un actor en medio de una representación teatral ante las pifias del público. Este hecho hizo que Amat se separara de ella por espacio de dos años, durante los cuales ella se alejó del teatro, finalmente, se reconciliaron y un mes después volvería a las tablas en la representación más aplaudida de toda su carrera. 

Sus caprichos eran tan impredecibles como sus arranques de generosidad. Uno de los episodios más conocidos de su vida fue el celebrado paseo que dio en una fastuosa carroza con enchapes de plata durante la fiesta de la Porciúncula, situación que tomó ribetes de escándalo, pues este privilegio solo pertenecía a miembros de la aristocracia. De regreso a su palacete se topó con el humilde párroco de la Iglesia de San Lázaro quien portaba el Santo Sacramento y se dirigía a pie a casa de un moribundo. Avergonzada de su frivolidad, bajó del carruaje y se arrodilló frente al sacerdote rogándole que lo usara para llegar a su destino; luego regaló la valiosa carroza a la Parroquia. 

En 1776, Amat fue cesado como virrey del Perú y regresó a España, dejándole una generosa pensión y varias propiedades. 

En 1788 se despidió de los escenarios y adquirió el Real Coliseo de la Comedia asociándose con Vicente Fermín de Echarri con quien se casaría en 1795. Desde entonces llevó una vida tranquila y dedicada a la administración del teatro. Trece años más tarde, quedó viuda. 

 A la muerte de Amat en España, su hijo Manuel viajó a la Península para reclamar la herencia como su único hijo, pero debido a su condición de ilegitimidad no tuvo éxito.

Sus últimos años los dedicó a la oración, vistiendo el hábito de las Carmelitas y realizando muchas obras de caridad que hicieron olvidar a los limeños los escandalosos años de su juventud, motivando un auténtico afecto a su persona. 

Micaela Villegas murió en su casa de la Alameda Vieja el 16 de mayo de 1819 a la edad de 71 años. Su sepelio fue sencillo según ella misma lo pidió y dejó como herederos de sus bienes a su hijo Manuel y su nieta mayor Tomasa. Fue enterrada en la Iglesia de la Recoleta de San Francisco y la noticia de su deceso fue registrada por los principales diarios de la época. (datos: Wikipedia)

Alameda de los Descalzos

Paseo de Aguas

Plaza de Toros: Acho

Fortaleza del Real Felipe


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