lunes, 20 de septiembre de 2021

PEDRO DE LA GASCA: El mejor gobernante que ha tenido el Perú




En 1542 la Corona española promulgó las Leyes Nuevas, ideadas por Bartolomé de las Casas en un esfuerzo por proteger a los indígenas de los abusos; dichas leyes establecían la supresión de las encomiendas y de todo trabajo forzado de los indios. Se creó también el Virreinato del Perú y la Real Audiencia de Lima. Fue elegido como primer virrey del Perú Blasco Núñez Vela.



Pronto llegaron a la corte desde el Virreinato del Perú las noticias sobre el levantamiento de Gonzalo Pizarro (hermano de Francisco Pizarro, el conquistador, que fuera asesinado por los Almagristas luego de la muerte de Diego de Almagro -socio de la conquista- por los pizarristas), que se había sublevado junto a otros encomenderos contra las Leyes Nuevas y el gobierno del primer virrey de Perú Blasco Núñez Vela. 



Ante la disyuntiva de mandar al Perú a un letrado negociador o a un militar con experiencia, se decidió por la primera opción, y el escogido por el emperador Carlos V fue el licenciado Pedro de la Gasca. 



El 16 de febrero de 1546, La Gasca es nombrado Presidente de la Real Audiencia de Lima con amplias facultades en lo civil y en lo eclesiástico, y tres meses más tarde, el 26 de mayo, se embarcó en Sanlúcar de Barrameda, rumbo al Perú. 



Pasó por Santa Marta (en la costa atlántica de la actual Colombia) donde se enteró de la muerte del virrey Blasco Núñez Vela a manos de los rebeldes gonzalistas. 



Llegó a Nombre de Dios (costa atlántica del istmo de Panamá), el 27 de julio del mismo año, sin más bagaje que su breviario y sus cédulas en blanco. Sus únicas armas eran los plenos poderes que había recibido del emperador, para premiar y castigar. 



Ya en Panamá, asumió formalmente la Presidencia de la Audiencia, el 13 de agosto.



Su talento diplomático no tardó en mostrarse, al lograr la adhesión del general Pedro de Hinojosa y los demás jefes de la armada pizarrista, quienes en recompensa fueron perdonados por su rebeldía, así como la promesa de obtener luego ricas encomiendas de indios. Se le adhirieron luego Sebastián de Benalcázar, Pedro de Valdivia, el oidor Pedro Ramírez, el contador Juan de Cáceres y Lorenzo de Aldana, enviado del mismo Gonzalo Pizarro. 



Contactó también con el capitán realista Diego Centeno, quien salió de su escondite para presentar otro frente de guerra a Gonzalo Pizarro en el sur, aunque sería derrotado en la batalla de Huarina, el 20 de octubre de 1547. Pero esta victoria sería la última de Pizarro; sus mismos oficiales y soldados fueron paulatinamente abandonándole para sumarse al ejército realista encabezado por La Gasca. 



En abril de 1547 La Gasca partió de Panamá con una flota de dieciocho navíos, y tras dificultosa travesía, desembarcó en el puerto de Manta (actual costa de Ecuador). Prosiguió su ruta a lo largo de la costa hasta llegar a la desembocadura del río Santa (en el actual departamento de Ancash en Perú), y de allí se internó hacia la cordillera andina. Asentó su campamento primero en Jauja y después en Andahuaylas, acogiendo varios contingentes de soldados, muchos de los cuales eran desertores del bando gonzalista. 



La Gasca insistió en ofrecer la paz a Gonzalo Pizarro a cambio de su rendición, pero no recibió respuesta.



Con los refuerzos militares que recibió desde Guatemala, logró sumar 700 arcabuceros, 500 piqueros y 400 jinetes, todos bajo el mando del capitán Alonso de Alvarado. 



El esperado encuentro con las fuerzas de Gonzalo Pizarro se produjo en la pampa de Jaquijahuana, cerca del Cuzco, el 9 de abril de 1548. Pero no hubo batalla pues los gonzalistas se pasaron uno a uno al bando de La Gasca; entre los primeros desertores se encontraban el capitán Sebastián Garcilaso de la Vega (padre del historiador) y el oidor Diego Vásquez de Cepeda. 



Gonzalo Pizarro, Francisco de Carvajal y otros principales cabecillas rebeldes fueron capturados en el mismo campo y sometidos a proceso sumario. 



Cuarenta y ocho rebeldes fueron condenados a la pena de muerte, entre ellos Pizarro y Carvajal, y muchos otros recibieron como castigo azotes, destierro, trabajo en las galeras y confiscación de bienes. 



Se procedió luego al denominado Reparto de Guaynarima (16 de agosto de 1548), donde La Gasca distribuyó 1.300.000 pesos en rentas o encomiendas entre sus soldados, dejando a muchos descontentos, por no recibir nada o creer que se les daba muy poco. 



Luego, La Gasca se dedicó a realizar un reordenamiento general en la administración del Virreinato del Perú. 



Concibió la necesidad de formar una aristocracia de encomenderos que constituyeran el núcleo de la sociedad virreinal, sustentada en la mano de obra indígena, pero bajo el control político y económico de la Corona, cuya preponderancia consideraba de suma importancia consolidar. 



En su período de gobierno de un año y medio (1548-1550) dictó varias medidas con el propósito de garantizar la solidez del poder central: La reorganización del manejo de la Hacienda pública, que fue su mayor preocupación, pues las guerras y perturbaciones políticas habían disminuido la recaudación de las rentas fiscales. Mandó distribuir nuevas marcas para la acuñación de metales en las casas de fundición de Charcas, Cuzco, Arequipa, Lima, Trujillo y Quito. Su interés primordial fue la recaudación de la mayor cantidad de metales preciosos para el fisco, y en esto se vio favorecido por el auge de las minas de plata de Potosí, descubiertas recientemente. En julio de 1549 llegó a Lima procedente de Charcas un fabuloso cargamento de 3.771 barras de plata. Solo se perdió una barra que cayó en el mar por descuido de un marinero. Dicha cantidad se incrementó con otras aportaciones provenientes de Arequipa, Cuzco y otras poblaciones, de modo que La Gasca podía llevar a España un cargamento valorado en más de un millón de pesos. 



El asentamiento de la administración judicial, se inició con la implantación del sistema de los corregimientos como primera instancia judicial, con jurisdicción en los distritos pertenecientes a cada una de las ciudades y con unos oficiales llamados corregidores, que en un primer momento fueron elegidos entre los vecinos de las mismas. Asimismo, el 29 de abril de 1549 se instaló definitivamente la Real Audiencia de Lima, máximo cuerpo administrativo-judicial del Virreinato, con los oidores Andrés de Cianca, Melchor Bravo de Saravia, Pedro Maldonado y Hernando de Santillán, nombrándose Fiscal al licenciado Juan Fernández. Como Presidente, La Gasca asistió a sus sesiones, aunque solo para velar por los intereses de la Corona.



Otras disposiciones y medidas que tomó La Gasca fueron las siguientes: Dio disposiciones a favor de la sufrida población indígena. Moderó los tributos, suprimió la esclavitud, prohibió los trabajos demasiado pesados, y obligó que toda labor fuera pagada con salario justo. 



Aunque no logró llevar a cabo muchos de sus planes en ese sentido, sugirió por escrito al virrey que venía en su reemplazo los proyectos que debería realizar. Señaló la necesidad de imponer tasas sobre los tributos que los indios comunes daban a sus curacas o caciques, de reducir o agrupar en pueblos a la población indígena, que por entonces vivía muy dispersa en todo el territorio, y señaló también la necesidad de que los yanaconas o sirvientes indios tuviesen un régimen laboral más estable. 



Promovió expediciones de conquista y de población en los confines del virreinato: Dio permiso para que partieran expediciones de conquista o “entradas” a zonas todavía inexploradas en la región selvática del norte peruano colindante con Quito, como la dirigida por Diego de Palomino a la región de Chuquimayo (río Mayo-Chinchipe), que fundó Jaén de Bracamoros (1549); la de Hernando de Benavente a Macas; la de Alonso de Mercadillo al valle de Yaquiraca donde fundó Zamora de los Alcaides. 



Otras expediciones fueron encomendadas a Pedro de Valdivia y Juan Núñez de Prado con rumbo a Chile y Tucumán, respectivamente. 



Hizo regresar al capitán Ñuflo de Chaves que venía del Paraguay hacia el Perú, enviado por Irala; y asignó la jornada del Paraguay a Diego Centeno, que se frustró. Se fundaron nuevas ciudades como Nuestra Señora de la Paz en el Alto Perú, por Alonso de Mendoza (20 de octubre de 1548). 



Fomentó la utilización del camino del río de La Plata hacia el Perú, al considerarlo como una eficaz alternativa frente a las dificultades que ofrecía la ruta a través del istmo de Panamá. Entre otras resoluciones cabe mencionar sus ordenanzas sobre el laboreo de minas, la captura y reducción de esclavos cimarrones, la visita y despacho de navíos en el puerto de Lima. 



El 27 de enero de 1550, considerando cumplida su labor, emprendió el retorno a España, llevando para el Rey un extraordinario cargamento de casi dos millones de escudos en metales preciosos. Dejó el gobierno en manos de la Audiencia de Lima presidida por Andrés de Cianca. En el istmo de Panamá sofocó la rebelión que los hermanos Hernando y Pedro Contreras habían promovido en la provincia de Castilla del Oro o Tierra Firme, de cuyo gobierno se habían apoderado violentamente con el plan de desposeer a España del Perú, rehacer el imperio incaico y ceñirse su corona. 



La Gasca continuó su viaje a España, arribando a Sevilla en septiembre del año 1550.

  

En reconocimiento a sus brillantes servicios, Pedro de la Gasca fue premiado con la dignidad de Obispo. Primero recibió por auspicio de Carlos V la dignidad episcopal de Palencia, que llevaba anexo el Condado de Pernia (1551). Luego fue promovido al rango de Obispo y Señor de Sigüenza, ya en tiempos de Felipe II (1562). 



Falleció el 13 de noviembre de 1567, a los 74 años de edad, siendo sepultado en la Iglesia de Santa María Magdalena de Valladolid en un sepulcro en alabastro obra del escultor romanista Esteban Jordán. 



Es necesario remarcar, como ejemplo de civismo, que a Pedro de la Gasca nunca lo tentó el poder ni la riqueza del Perú, y retornó a España sin más posesión que su vestimenta y su breviario. 



Enviado al Perú sin ninguna fuerza armada, solo con amplios poderes para perdonar y castigar a los rebeldes, retornó a España una vez cumplida brillantemente su misión, que consistió nada menos que la de retornar al seno de la Corona española al riquísimo Virreinato del Perú. 



Condujo a España un impresionante cargamento de metales preciosos, venciendo todo peligro que un viaje de ese tipo entrañaba. 



De otro lado los indios quedaron muy agradecidos por las disposiciones que había dado a favor de ellos, y sintieron mucho su partida. 



El Inca Garcilaso de la Vega, lo describe: “Pero lo que la naturaleza le negó de los dotes del cuerpo se los dobló en los del ánimo… pues redujo un Imperio, tan perdido como estaba el Perú, al servicio de su Rey”. (Datos: Fuentes varias)






domingo, 12 de septiembre de 2021

Batalla de Moquegua: El Ejército del Perú Vence al Ejército Libertador del Sur - El fin de las hordas independentistas del sur vencedores en Argentina y Chile

GENERAL JOSE DE CANTERAC - EJERCITO DEL PERU 

"La jornada desgraciada de Moquegua ha concluido con el ejército de Chile, i solamente quedan algunas reliquias que en nuestro país podrán organizarse. El batallón número 4 ha quedado con 300 i pico de plazas, el número 5 con 60 i tantas, el número 2 con 80. No hemos recibido un recluta porque no los hai en abundancia, i los pocos que vienen son para el ejército del Perú."

Carta del general Pinto a O'Higgins fechada en Bellavista el 11 de abril de 1823"


La Batalla de Moquegua fue un encuentro bélico de la guerra de independencia del Perú, que tuvo lugar el 21 de enero de 1823 en las inmediaciones de la villa de Moquegua, capital del departamento del mismo nombre.


Durante este enfrentamiento el Ejército Libertador del Sur ELS al mando del general argentino Rudecindo Alvarado fue completamente destruido por el Ejército Real del Perú ERP al mando del general José de Canterac. 


Significó un fatal descalabro para los independentistas, de los 4 300 hombres del ELS que partieron desde Lima a Moquegua solo retornaron 1 mil 500.


Tras la batalla de Torata el ejército unido habíase retirado a la villa de Moquegua con la intención de reorganizar sus fuerzas, por el lado realista no se pensaba dejar escapar una victoria que se tenía como segura de tal manera que tras recibir los refuerzos de la división del general José de Canterac, el ERP pasó a la ofensiva.


A las 8 a.m. del día 21 de enero el ERP avistó al ELS que imposibilitado de continuar la retirada había formado en batalla teniendo su izquierda apoyada en las casas de Moquegua y extendiendo su línea en la prolongación de un barranco a trechos escarpado y pedregoso, el camino de herradura que atravesaba el barranco y que constituía el centro de la línea del general Alvarado había sido convenientemente protegido por su artillería no así la derecha de su línea formada por una árida elevación que se encontraba desguarnecida.


Para atacar, el general en jefe José de Canterac formó al ejército real en dos divisiones, la primera a órdenes del brigadier Valdés debía marchar ocultándose tras una colina por la derecha enemiga, atravesar el barranco y posicionarse de la elevación mencionada a fin de flanquear a los independentistas mientras que él junto al general Monet al mando de la segunda división avanzarían de frente en columnas paralelas buscando concentrar el fuego enemigo y permitir a Valdés ocupar la posición indicada.


Tan pronto como la división de Canterac se puso a tiro principió la batalla y los independentistas concentraron todos sus esfuerzos en atacar a las fuerzas que tenían enfrente. Al descubrir Alvarado la rápida marcha de Valdés sobre su flanco derecho destacó una guerrilla apoyada por un batallón para interceptarlo pero el batallón del Centro que mandaba Espartero, quien solicitó combatir a pesar de tener un brazo en cabestrillo, batió y dispersó las fuerzas enemigas permitiendo que el resto de la división realista se posicionara en la derecha del ejército unido.


Al advertir esta ventaja, Canterac ordenó avanzar en guerrilla a los batallones Burgos y Cantabria quienes sufrieron numerosas bajas mientras la altura permitió a la artillería patriota utilizar su metralla. Parte de la caballería del ERP formada por los granaderos de la guardia cargó sobre la artillería logrando apoderarse de sus piezas pero perdiendo 50 individuos en el ataque entre ellos a su comandante Manuel Fernández.


Flanqueada su posición por la división de Valdés y coronadas las alturas del barranco por los batallones de Monet al promediar la una de la tarde el ELS se dispersó abandonando desordenadamente el campo a excepción de la caballería rioplantense. A esta, que estaba formada por los granaderos a caballo de San Martín, bajo las órdenes del comandante Juan Lavalle, se les ordenó cubrir la retirada cuando la caballería del ERP dirigida por Francisco Solé se lanzó en persecución de los dispersos. Los granaderos cargaron sobre la caballería del ERP deteniéndola y logrando evitar que los infantes fueran cercados y pudieran alejarse. Varias veces repitió el regimiento esta acción. Finalmente, superados en número, fueron en su mayoría sableados o capturados. De los 400 hombres que componían el cuerpo solo quedaron 180 cuando la caballería del ERP detuvo la persecución.


"A favor de una ventaja que ofrecía el terreno los bizarros granaderos de los Andes cargaron a los cazadores montados y resistidos y rechazados por estos fueron la mayor parte de aquellos acuchillados y rendidos, acabando casi así el regimiento mas justamente afamado que hasta entonces habían tenido los independientes"

    General español Andrés García Camba 5​


    "Aquí dejo de existir el famoso regimiento de los andes que formaba el principal nervio de la caballería enemiga, y que tanto se había hecho respetar en Chile, en el Perú y en Quito por su buena disciplina y por su extraordinario valor..."

    Historiador español Mariano Torrente6​


"El balance de la batalla fue desastroso para los republicanos, quienes tuvieron 700 hombres muertos y más de 1000 fueron hechos prisioneros. Del lado realista sufrieron particularmente los lances del combate el batallón Cantabria y el primer escuadrón de granaderos de la guardia, que perdió la mitad de sus soldados, entre ellos a su comandante Fernández: «Uno de los oficiales de mayores esperanzas del ejército realista». Las bajas totales del Ejército Real del Perú ERP ascendieron a 150 muertos y 250 heridos."​


Las noticias de Moquegua llegaron a Lima el 3 de febrero causando gran consternación entre los republicanos. Para tratar de reparar este desastre militar, la Junta Gubernativa ordenó el alistamiento general de ciudadanos desde la edad de 15 años y se dispuso de igual manera que fueran reclutados para el ejército la tercera parte de los esclavos de la capital y la quinta parte de quienes residían fuera de las murallas. También se impusieron cupos en víveres y dinero para sostener la guerra y se dictaron otras medidas de urgencia. Sin embargo esto no impidió que se generara una honda crisis política que culminó con el Motín de Balconcillo, primer golpe militar de la historia republicana del Perú, el cual supuso la proclamación de José de la Riva Agüero como Presidente de la República.


Por otra parte la batalla de Moquegua significó el fin del ejército unido chileno-argentino o Ejército Libertador del Sur que cruzara los Andes, liberara Chile y a cuya cabeza proclamara don José de San Martín la independencia peruana el 28 de julio de 1821. En adelante dejaría de existir como una fuerza efectiva de combate, tras la sublevación del Callao únicamente 80 granaderos de los Andes continuarían combatiendo en el bando patriota hasta la batalla de Ayacucho.


VICTORIA PERUANA SOBRE LAS HORDAS DEL SUR


Para el Ejército Real del Perú la campaña fue no solo una gran victoria militar, sino también moral, que fortaleció al partido realista. Sus soldados en los días siguientes a la batalla entonaban una copla que se hizo famosa: «Congresito ¿cómo estamos con el tris-tras de Moquegua? De aquí a Lima hay una legua ¿Te vas?, ¿Te vienes?, ¿Nos vamos?» Y, efectivamente, tras el Motín de Balconcillo, el Congreso Constituyente «se fue». Lima fue reconquistada, tras ser abandonada por los independentistas, el 18 de junio y las tropas entrarían ante los vivas de la población que simpatizaba con la causa realista. Por sus distinguidas acciones, fueron ascendidos al grado superior los oficiales Jerónimo Valdés y José de Canterac, entre otros. 

viernes, 10 de septiembre de 2021

Yamnayas: Los grandes conquistadores de Europa - Una historia que podría ser la tuya.



Recientes estudios genéticos revelan que un violento contingente humano –los yamnayas– originario de las estepas asiáticas se expandió por toda Europa y cambió la cultura, las costumbres y la propia población del continente en el Neolítico.


El icónico monumento megalítico de Stonehenge, en el suroeste de Gran Bretaña, fue erigido hace unos 4.500 años. La intención original de su construcción sigue siendo objeto de controversia, pero ahora sabemos que no tardó en convertirse en un recordatorio de un pueblo desaparecido. En el plazo de unos pocos siglos, casi todos los británicos originarios, desde la costa sur de Inglaterra hasta el extremo norte de Escocia, habían sido barridos del mapa por forasteros llegados desde fuera de las islas. No está muy claro ni cómo ni por qué los bretones pudieron desvanecerse tan deprisa, pero empieza a dibujarse el cuadro de la gente que los reemplazó. El último aluvión de migrantes europeos del final de la Edad del Cobre e inicios de la del Bronce fue un grupo de pastores y ganaderos llamado yamnaya o yamna que ocupaba las estepas del norte de Eurasia, desde el mar Negro hasta las montañas del Cáucaso. Su destino no fue solo Gran Bretaña.


Hace entre 5.000 y 4.000 años, ellos y sus descendientes colonizaron importantes franjas de Europa y dejaron un legado genético que persiste hasta nuestros días. Su llegada coincidió con una serie de profundos cambios sociales y culturales. Las prácticas funerarias variaron, apareció una nueva clase de guerreros y hubo un significativo aumento de la violencia, en ocasiones brutal. “Estoy convencido de que debió de producirse algún tipo de genocidio”, dice Kristian Kristiansen, arqueólogo danés de la Universidad de Gotemburgo (Suecia). Mientras él y otros expertos tratan de recomponer su historia, una pregunta flota en el aire: ¿fueron los yamnayas los mayores asesinos de la historia?

 

Tenían una tecnología más desarrollada y trajeron consigo enfermedades nunca vistas en los territorios que hoy conforman Europa. Los yamnaya, cuyo nombre significa literalmente "hoyo" en ucraniano, suelen ser conocidos por algunos arqueólogos como "la cultura de los túmulos". Un nombre más que apropiado para esta tribu, originaria de los territorios comprendidos entre los mares Negro y Caspio y pertenecientes a Rusia en la actualidad.


Según un nuevo estudio de la Escuela de Medicina de Harvard, los yamnaya habrían invadido la Península Ibérica hace 4.500 años. Sus autores afirman que tras su llegada, la línea genética masculina preexistente desapareció. Fueron los hombres colonizadores quienes dejaron descendientes en los territorios que hoy conforman España y Portugal.


Los europeos actuales son la suma de tres grandes migraciones. La primera, hace 37.000 años, se produjo tras la llegada de unos cazadores en el paleolítico superior, tal y como determinó este estudio de Nature en 2016. La segunda provenía de la actual Turquía. Los nómadas que migraron eran agricultores en las estepas de la actual región de Anatolia. La tercera corresponde a la invasión del pueblo yamnaya.


Los resultados de la investigación, conducida por el genetista David Reich, han sido adelantados en el congreso científico New Scientist Live en Londres. Reich pretende completar el trabajo que desarrolla en su libro Who We Are and How We Got Here: Ancient DNA and the New Science of the Human Past ('Quiénes somos y cómo llegamos hasta aquí: El antiguo ADN y la nueva ciencia del pasado humano)'.


En la conferencia del pasado 22 de septiembre, recogida en este artículo, se defiende la "conquista violenta" por parte de los yamnaya en la Península Ibérica. Reich llegó a esta conclusión tras descubrir "un reemplazo completo del cromosoma Y" en la línea genética hispano-lusa. El estudio cree que la gran mayoría de los hombres nativos fueron asesinados o sometidos a condiciones de esclavitud. Tan solo sobrevivieron las mujeres, afirma el artículo científico, quienes perpetuarían la línea genética de estos íberos primitivos... mediante los hijos de los yamnaya.


Pionero en este campo, el científico arroja algo de luz sobre ciertos enigmas, como el origen y la expansión de las lenguas indoeuropeas. También aprovecha para denunciar los abusos cometidos en nombre de los orígenes históricos o genéticos. Reich menciona a los nazis, y reconoce que ciertas ideologías tratarán de aprovechar sus descubrimientos.


Sin embargo, algunos colegas de Reich disienten. En 2015 su equipo ya avanzaba algunas de las conclusiones publicadas actualmente. David W. Anthony, un arqueólogo que participó en ese estudio, afirmaba entonces que la expansión de los yamnaya por Europa fue pacífica. En este reportaje de The New York Times defendía que "no fue como Atila y los hunos, asesinando a todo el mundo en cuanto llegaban". Anthony cree que lo más probable es que los yamnaya "encontrasen algún tipo de oposición a largo plazo", durante un par de siglos. Parece inevitable, concluye, que finalmente las barreras culturales convergiesen.


Pero los yamnaya no se limitaron a colonizar la Península Ibérica. El 90% de los genes de Gran Bretaña, 4.500 años atrás, fueron reemplazados por la llegada de la tribu asiática. No tuvieron que esforzarse demasiado: las enfermedades que trajeron y el cambio climático vigente -entre el 6000 y el 2500 a.C se sucede un período cálido conocido como el Hipsitermal- hicieron la mayor parte del trabajo.


Además, la tecnología empleada por los yamnaya era más avanzada: ya contaban con la rueda y con animales domesticados. "Este pueblo se expande por un territorio enorme: desde Mongolia, pasando por Hungría hasta llegar al interior de Europa. Representan la principal contribución [a la genética] de los europeos actuales", afirma Reich.


El genetista se consolida así como una figura de referencia respecto al análisis del ADN prehistórico. En 2017 recibió el premio Dan David de Arqueología y Ciencias Naturales por sus descubrimientos en las mezclas genéticas entre neandertales y nuestra especie. (Datos: Fuentes Diversas)


Si usted es parte del haplogrupo R-M269, esta podría ser parte de su historia.

viernes, 3 de septiembre de 2021

Los apellidos quechuas que fueron convertidos al castellano durante el Virreinato del Perú

 

Lira y Arguedas

En la revista “Tradición”, N° 21, 1958, Cusco, el sacerdote Jorge A. Lira escribe sobre “Los apellidos indígenas”, y da cuenta de haber hallado un Auto de Visita español, según el cual se obligó a los indígenas con apellidos quechuas difíciles de pronunciar a cambiarlos por su traducción al español. 


Kkallo a Lengua, 

Wassi a Casas,

Willka a Santos, 

Punku a Puerta,

Aukka a Guerra,

Killa a Luna,

Tikka a Flores o De la Flor,

Mayu a Ríos,

Wayllas a Prado o Del Prado,

Kkocha a Laguna. 

Muya a Moya, 

Willka a Vilca,

Taphya a Tapia,

Ch’akun a Chacón,

Haramillu a Jaramillo,

Kiruka a Quiroga,

Kamachu a Camacho,

Kkollantis a Collantes,

Kkalle a Calle,

Muntuya a Montoya,

Missa a Meza,

Mat’u a Matto,

Yahuar a Yabar,

Pachicu a Pacheco,

Siwayllus a Zevallos o Ceballos,

Tamayu a Tamayo,

Uchuwa a Ochoa,

Xespe a Quispe


Los portadores de estos apellidos quedan en duda sobre su origen, si español o quechua, porque existen en ambos lados.

martes, 31 de agosto de 2021

Ministro de Cultura visita y aprueba proyecto de aeropuerto internacional de Chincheros - Cuzco

 .

Ciro Gálvez


El ministro de Cultura, Ciro Gálvez Herrera, llegó al distrito de Chinchero (Cusco) para conocer la situación del proyecto del aeropuerto internacional que allí se edificará y dialogar con autoridades y representantes de las comunidades indígenas.


Allí pudo conversar directamente con el alcalde de Chinchero, Luis Héctor Cusicuna; el presidente de la Comisión de Cultura y Patrimonio Cultural del Congreso de la República, Alex Flores; la congresista Katy Ugarte, y directivos de las comunidades indígenas del distrito cusqueño.


Antes de iniciar el recorrido, el ministro dijo:


“Cusco es el centro del mundo, por eso se debe mantener la cultura, es el último bastión. Venir al Cusco es un orgullo, un honor; es el ombligo del mundo. Si los cusqueños no van a recuperar nuestra identidad, el Perú no va a tener destino. Acá se debe dar el gran renacimiento del Perú originario; así, todo va a ir bien. Mientras sea ministro, jamás les voy a fallar”


“El aeropuerto está bien, pero se debe mantener el paisaje natural para el turismo vivencial. Que las edificaciones alrededor no rompan la armonía del paisaje. No [hay que] urbanizarlo todo. [Por] el hecho de [man]tener [el] paisaje natural, no se les va a privar de los servicios básicos. Todos los peruanos tenemos derecho al agua y desagüe. El pensamiento de los incas decía que hay que hacer obras, pero sin descuidar el paisaje natural”


Los representantes de la comunidad señalaron su conformidad con la construcción del aeropuerto y el ministro pidió cuidar el paisaje natural.


El ministro de Cultura informó que retornará a la ciudad del Cusco el 2 de setiembre, para participar en un encuentro con las comunidades campesinas, que se desarrollará en la explanada de Sacsayhuamán. (Datos: Agencia Andina)



............................................

CUMBRE ILUMINADA

PAPERBACK


También en versión Ebook bajo el título de 5 MIL AÑOS

jueves, 26 de agosto de 2021

El virrey más virrey del Perú: Melchor de Navarra y Rocafull - Duque de la Palata - 22° Virrey




Precedido de gran renombre y de inmenso prestigio y fortuna, efectuó su entrada en Lima el 20 de noviembre de 1681, siendo recibido por el Cabildo con pompa regia, bajo palio y pisando sobre barras de plata.


Instalado en palacio, desplegó el lujo de un pequeño monarca, implantó la etiqueta y refinamientos de una corte, y pocas veces se le vio en la calle sino en carruaje de seis caballos y con lucida escolta. 


Ningún virrey vino provisto de autorizaciones más amplias para gobernar; pero también ninguno fue más que él sagaz, laborioso, justificado, enérgico y digno del puesto. 


Ninguno -escribe un historiador- habría podido decir con más razón que él a los que trataran de oponérsele en nombre de las leyes divinas y humanas: «Dios está en el cielo, el rey está lejos y yo mando aquí.» 


El duque de la Palata fue en el Perú punto menos que el rey; pero fue punto más que todos los virreyes sus antecesores. 


Sólo él pudo meter en vereda a las Audiencias de Panamá, Quito, Charcas y Chile, reprimiendo sus abusivos procedimientos. 


Los piratas tenían alarmado el país con sus extorsiones y desembarcos en Guayaquil, Paita, Santa, Huaura, Pisco y otros lugares de la costa, y con el continuo apresamiento de naves mercantes que con caudales iban a Panamá o a la feria del Portobelo. El virrey empezó por ahorcar en Lima a cuanto pirata encontró en la cárcel, siendo uno de ellos el célebre Clerk, que por salvar del suplicio se había fingido sacerdote, exhibiendo papeles con los que pretendió probar que se llamaba fray José de Lizárraga. 


En seguida equipó las flotas, que después de diversos combates obligaron a los filibusteros a abandonar el Pacífico. De regreso para el Callao, entró una de las victoriosas flotas en la rada de Paita, y hallándose el almirante de paseo en tierra, estalló la santabárbara de la nave capitana, salvando únicamente dos hombres de los cuatrocientos que la tripulaban. imagen Fue entonces cuando para defensa de Lima, amagada durante todo el siglo XVII por los piratas, se decidió a complacer a los vecinos amurallando la ciudad. En menos de tres años y con un gasto que no llegó a setecientos mil pesos, se levantaron catorce mil varas de gruesos muros con catorce baluartes.


Datan también de esta época la fundación de la casa de Moneda, a la que hicieron mucha oposición los mineros de Potosí; la de los monasterios de Trinitarias y Santa Teresa, y la del beaterio del Patrocinio. 


El de Navarra y Rocafull vino a relevar al virrey arzobispo Liñán Cisneros, quien quiso continuar gozando de las mismas prerrogativas y fueros de virrey, siendo la principal la de usar coche de seis mulas con cocheros descubiertos. Opúsose el de la Palata, y desde entonces anduvo el arzobispo quisquilloso con el nuevo gobernante. Este dictó en 20 de febrero de 1684 unas sabias y justísimas ordenanzas poniendo las peras a cuarto a los curas explotadores de los infelices indios. El arzobispo clamoreó en el púlpito contra las ordenanzas, empleando lenguaje virulento; mas el duque resolvió que, mientras el venerable predicador no diese satisfacción, no asistieran tribunales y corporaciones a fiestas de catedral. Aunque los canónigos fueron a palacio a dar explicaciones al virrey, éste no aceptó excusas, y el día de la fiesta de San Fernando se marchó al Callao. El entredicho entre el jefe civil y el eclesiástico produjo gran escándalo; y arrepentido el bilioso arzobispo puso fin a él, saliendo en su coche a recibir al virrey cuando éste regresaba del Callao. La reconciliación por parte del Sr. Liñán y Cisneros no fue sincera; pues dos años más tarde volvió a predicar presentando al virrey como enemigo de la Iglesia y como hombre que, con su ordenanza en daño de la bolsa de los curas, atraía sobre Lima el castigo del cielo. 


Desde enero de 1687 frecuentes temblores tenían acongojados a los habitantes de Lima; pero en la madrugada del 20 de octubre hubo uno tan violento que derrumbó muchas casas y los vecinos corrieron a refugiarse en las plazas y templos. A las seis de la mañana se repitió el sacudimiento, que fue ya un verdadero terremoto, pues vinieron al suelo los edificios que habían resistido al primer temblor. Juan de Caviedes, el gran poeta limeño de ese siglo, nos pinta así los horrores de este cataclismo, de que fue testigo:


 «¿Qué se hicieron, Lima ilustre, tus fuertes arquitecturas de templos, casas y torres como la fama divulga? No quedó templo que al suelo no bajase, ni escultura sagrada de quien no fueran los techos violentas urnas». 


Entre otras, la torre de Santo Domingo se desplomó, matando mucha gente. Todo era confusión y pánico, y sólo el virrey tenía serenidad de espíritu para tomar acertadas providencias en medio de la general tribulación. 


El 15 de agosto de 1689 fue el duque de la Palata relevado con el conde de la Monclova. Permaneció un año más en Lima, atendiendo a su juicio de residencia, y terminado éste se embarcó para España. Al llegar a Portobelo se sintió atacado de fiebre amarilla y murió el 13 de abril de 1690. (Partes de texto  de Ricardo Palma)

.................................................

CUMBRE ILUMINADA

EBOOK




jueves, 12 de agosto de 2021

La Cantuta es la flor que siempre ha representado al Perú

 

La Cantuta - Cantua buxifolia, fue la flor del Imperio Cuzqueño o de los Incas


Continuó siendo la flor del Virreinato del Perú


Y actualmente es la Flor de la República del Perú











.......................................................

CUMBRE ILUMINADA

EBOOK


TAMBIEN EN VERSION IMPRESA
BAJO EL TITULO DE


Noticias e Información que no se puede perder