martes, 6 de enero de 2015

Los 4 Santos Católicos del Virreinato del Perú

VIRREINATO DEL PERU


En el Virreinato del Perú surgieron 4 santos católicos que marcaron la vida religiosa en Latinoamérica.

Ellos fueron:

.Santo Toribio de Mogrovejo 16/11/1538 - 23/03/1606

.Santa Rosa de Lima 30/04/1586 - 24/08/1617

.San Martín de Porres 9/12/1579 - 3/11/1639

.San Juan Macías 2/03/1585 - 16/09/1645

En el Virreinato del Perú y en todo lo que hoy se llama América Latina no aparecieron más santos hasta siglos después.




SANTO TORIBIO DE MOGROVEJO


Toribio Alfonso de Mogrovejo y Robledo (Mayorga, 16 de noviembre de 1538 - Zaña, Reyno del Perú, 23 de marzo de 1606). Eclesiástico español. Santo de la Iglesia católica y segundo Arzobispo de Lima. Misionero y organizador de la Iglesia católica en el virreinato del Perú. 

Sus padres, Luis de Mogrovejo y Ana de Robledo y Morán, de las casas de Villapadierna y Mogrovejo, pertenecían a la nobleza española. 

A los doce años, Toribio fue enviado por sus padres a estudiar a Valladolid. Después de algunos años, deseando estudiar Derecho civil y eclesiástico, se trasladó a la Universidad de Salamanca. Allí recibió la influencia de su tío Juan de Mogrovejo, profesor en dicha Universidad y en el Colegio Mayor de San Salvador en Oviedo. 

Habiendo sido invitado por Juan III, Rey de Portugal, a enseñar en la ciudad de Coimbra, Juan de Mogrovejo llevó consigo a su sobrino, y ambos residieron algunos años en la Universidad de esa ciudad. 

De vuelta a Salamanca, su tío falleció poco después del regreso. Toribio resolvió seguir la carrera de éste, llegando a ser profesor de leyes en la Universidad de Salamanca, donde su erudición y virtud le llevaron a ser designado como Gran Inquisidor de España. 

El emperador Felipe II al conocer sus cualidades le propuso al Papa Gregorio XIII su nombramiento como Arzobispo de Lima, sucediendo a Jerónimo de Loayza. En marzo de 1579, recibió el nombramiento para el cargo por parte del Papa Gregorio XIII. Como ni siquiera era sacerdote, habiendo recibido dispensa papal para la recepción de las diversas órdenes menores, fue ordenado en Granada y poco después, recibió la consagración episcopal en Sevilla. 

Finalmente, en septiembre de 1580 embarcó con destino a su sede episcopal, donde llegó en mayo del año siguiente. Lo acompañó su hermana, Grimanesa de Mogrovejo y el esposo de ésta, Francisco Quiñones, quien llegó a ser corregidor y alcalde de Lima. En marzo de 1579, Gregorio XIII lo nombró arzobispo de Lima en virtud a una cédula de presentación del rey. 

Llegó al puerto de Paita,(Perú), en mayo de 1581 e inició su trabajo como misionero viajando a Lima a pie, bautizando y enseñando a los nativos. 

Al llegar a Lima, como Arzobispo, tomó posesión de su sede el viernes 12 de mayo de 1581, se dedicó a lograr el progreso espiritual de sus fieles. La ciudad había quedado sin Arzobispo durante seis años, de 1575 a 1581 y estaba en una grave decadencia espiritual con un sistema en que el régimen de patronato facultaba a los Virreyes a intervenir en asuntos eclesiásticos, dando origen a frecuentes disputas entre el poder espiritual y el temporal, por lo cual los conquistadores cometían muchos abusos y los sacerdotes no se atrevían a corregirlos. Muchos para excusarse del mal que estaban haciendo, decían que "esa era la costumbre". Toribio de Mogrovejo les respondía que "Cristo es verdad y no costumbre". y empezó a atacar fuertemente todos los vicios y escándalos. Las medidas que tomó contra los abusos que se cometían, le atrajeron muchas persecuciones y atroces calumnias. Sin embargo, prefirió callar y solía decir: "Al único que es necesario siempre tener contento es a Nuestro Señor". 

Toribio de Mogrovejo se destacó por su fuerza de trabajo. Su generosidad lo llevaba a repartir a los pobres todo lo que poseía. Un día al regalarle sus camisas a un necesitado le recomendó: "Váyase rápido, no sea que llegue mi hermana y no permita que Ud. se lleve la ropa que tengo para cambiarme" Son abundantes los testimonios de su caridad, entrega y desinterés total por lo material: antes de poner su firma a cualquier decreto que lo requiriese, anteponía la palabra "gratis". En una ocasión, cuando se desató una terrible peste en la ciudad que causó innumerables muertos y enfermos, muchos de ellos pobres que abarrotaban los hospitales, le mandó decir a su cuñado que gastase todo su dinero en socorrerlos y que si faltaba, que pidiese prestado que luego él lo devolvería. En otra ocasión, un altercado gravísimo entre dos nobles limeños terminó con la condena a muerte de uno de ellos. Sólo el perdón del otro, que los ruegos de medio Lima no consiguieron, podía salvar de la ejecución al condenado. Ya a punto de realizarse el ajusticiamiento, el arzobispo de Lima fue a buscarlo, se arrodilló a los pies del ofendido y suplicó por su perdón como si fuera para él mismo obteniéndolo.  

Fue beatificado el 28 de junio de 1679 por el Papa Inocencio XI, mediante su Bula "Laudeamus" y canonizado el 10 de diciembre de 1726 por el Papa Benedicto XIII, mediante su Bula "Quoniam Spiritus".


LA ODISEA DE DARIO EN PERU - PARTES 1 Y 2 - SPANISH EDITION


SANTA ROSA DE LIMA


Santa Rosa de Lima O. P. (Lima, Perú, 30 de abril de 1586 - Lima, 24 de agosto de 1617) fue una Mística terciaria dominica . 

Fue la primera santa de América, excelsa Patrona de Lima, del Perú (desde 1669), del Nuevo Mundo y Filipinas (desde 1670). 

Además, es Patrona de institutos educativos, policiales y armados: Universidad Católica Santa Rosa (en Venezuela), Policía Nacional de la República del Perú y de las Fuerzas Armadas de Argentina. 

Nacida en el siglo XVI como Isabel Flores de Oliva, fue hija de Gaspar Flores, arcabucero natural de Baños de Montemayor, municipio de la provincia de Cáceres (España). Así lo asegura la placa en la casa de los Flores, la cual aún se conserva en dicho pueblo cacereño. En 1545, Gaspar salió de España, después de pasar por Puerto Rico y Panamá, que formaban parte del virreinato de Nueva España, llegó al Perú en 1547, como soldado del Pacificador Pedro de la Gasca, quien restableció la Real Audiencia en 1549, recuperando el dominio de la Corona tras la usurpación del poder por Gonzalo Pizarro, gobernante del Perú entre 1544-1548. Gaspar Flores fue nombrado arcabucero el 9 de marzo de 1557, por don Andrés Hurtado de Mendoza, tercer virrey del Perú entre 1556-1561. 

El 1 de mayo de 1577, se casó, en Lima, con la criolla limeña María de Oliva y Herrera, apellidos procedentes de Aragón. Ese mismo año servía de arcabucero en la guarda del V Virrey Francisco de Toledo (1569-1581). 

Debido a problemas económicos de la familia, trabajaba el día entero en el huerto y solía bordar con gran esmero para diferentes familias de la ciudad y así ayudar al sostenimiento de su hogar. 

A pesar de todo, se encontraba conforme con su forma de vida y no hubiera tratado de cambiarla si no hubiera sido por la insistencia de sus padres en casarla. Rosa resistió durante más de diez años y finalmente hizo voto de virginidad ante la imagen del "doctorcito" para confirmar su resolución. 

Al cabo de unos años ingresó en la Tercera orden de Santo Domingo a imitación de santa Catalina de Siena. A partir de entonces se recluyó prácticamente en la ermita que ella misma construyó, con ayuda de su hermano Hernando, en un extremo del huerto de su casa. Sólo salía para visitar el templo de Nuestra Señora del Rosario y atender las necesidades espirituales de los indígenas y los negros de la ciudad. También atendía a muchos enfermos que se acercaban a su casa buscando ayuda y atención, creando una especie de enfermería en su casa. 

Murió a los treinta y un años de edad en las primeras horas del 24 de agosto de 1617, fiesta de San Bartolomé, como ella misma lo profetizó y cuenta el padre Leonardo Hansen. 

El día de sus exequias y entierro, los devotos se abalanzaban sobre su cuerpo para arrancarle la vestimenta en busca de un recuerdo, aclamándola como santa. 

Hoy sus restos se veneran en la Basílica de Nuestra Señora del Rosario de Lima (Santo Domingo), con notable devoción del pueblo peruano y de América que visita la Capilla dedicada a su culto en el Crucero del Templo dominicano. 

Su entierro fue uno de los más notables que vivió la ciudad de Lima. En la casa de la familia De la Maza se formaron grandes multitudes para contemplar a Rosa. El gentío hubo de esperar a su traslado hacia la Iglesia del Rosario. Al traslado acudieron el virrey, el Cabildo Secular y Eclesiástico, las órdenes religiosas presididas por la orden de Santo Domingo de Guzmán, los oidores y personas notables. Hubo de requerirse la fuerza de la guardia del virrey para impedir que Rosa fuera desvestida por los devotos que deseaban llevar alguna reliquia. A pesar de ello, tuvieron que cambiarle tres veces los hábitos e incluso en el traslado algún irreverente seccionó uno de sus dedos del pie. 

En el lecho de muerte, Gonzalo de la Maza hizo retratar el rostro de Rosa. A su efecto llamó al pintor italiano Angelino Medoro, quien realizó el primer testimonio de su apariencia física. 

La devoción del pueblo se excedió a tal punto, que en pocos años tuvieron que retirarla de la Cripta y colocarla en la Iglesia del Rosario. 

En 1634 se presentó a Roma la causa de Beatificación. La beatificación se realizó en el Convento Dominico de Santa Sabina en Roma, en 1668. 

Fue canonizada por Clemente X el 12 de abril de 1671, proclamándola por "Principal Patrona del Nuevo Mundo". 

En Lima, Roma, España y todos los países de América y Europa, se celebraron fiestas suntuosas en honor de la primera Santa natural de América. 

Los Pontífices en sus respectivas Bulas la proclamaron santa con el nombre de "Rosa de Santa María", y que posteriormente hubo de convertirse en Rosa de Lima, nombre toponímico común a muchos santos en el orbe cristiano. 

La tradición cuenta que el Papa Clemente X, luego de oír los argumentos sobre su canonización dijo: "¡Hum! ¡Patrona y Santa! ¿Y Rosa? que llueva flores sobre mi escritorio si es verdad", y la respuesta al instante fue una fragante lluvia de rosas sobre la mesa del Papa quien en ese momento procedió a la canonización.




SAN MARTIN DE PORRES


San Martín de Porres Velázquez O.P. (Lima, 9 de diciembre de 1579 – 3 de noviembre de 1639) fue un fraile peruano de la orden de los dominicos. 

Es el primer santo mulato de América.

Conocido también como "el santo de la escoba" por ser representado con una escoba en la mano como símbolo de su humildad. 

Martín de Porres o Porras fue hijo de un hidalgo burgalés, caballero de la Orden de Alcántara, Juan de Porres (según algunos documentos, el apellido original fue Porras) natural de la ciudad de Burgos, y de una negra liberta (horra), Ana Velázquez, natural de Panamá que residía en Lima. 

Su padre no podía casarse con una mujer de su condición, porque era muy pobre, lo que no impidió su amancebamiento con Ana Velázquez. Fruto de esta relación nació Martín y, dos años después, Juana, su única hermana. 

Martín de Porres fue bautizado el 9 de diciembre de 1579 en la Iglesia de San Sebastián en Lima.

Se formó como auxiliar práctico, barbero y herbolista. 

En 1594, a la edad de quince años, y por invitación de Fray Juan de Lorenzana, famoso dominico, teólogo y hombre de virtudes, entró en la Orden de Santo Domingo de Guzmán bajo la categoría de "donado", es decir, como terciario por ser hijo ilegítimo (recibía alojamiento y se ocupaba en muchos trabajos como criado). 

Así vivió 9 años, practicando los oficios más humildes. Fue admitido como hermano de la orden en 1603. Perseveró en su vocación a pesar de la oposición de su padre, y en 1606 se convirtió en fraile profesando los votos de pobreza, castidad y obediencia 

De todas las virtudes que poseía Martín de Porres sobresalía la humildad, siempre puso a los demás por delante de sus propias necesidades. En una ocasión el Convento tuvo serios apuros económicos y el Prior se vio en la necesidad de vender algunos objetos valiosos, ante esto, Martín de Porres se ofreció a ser vendido como esclavo para ayudar a remediar la crisis, el Prior conmovido, rechazó su ayuda. 

Ejerció constantemente su vocación pastoral y misionera; enseñaba la doctrina cristiana y fe de Jesucristo a los negros e indios y gente rústica que asistían a escucharlo en calles y en las haciendas cercanas a las propiedades de la Orden ubicadas en Limatambo. La situación de pobreza y abandono moral que estos padecían le preocupaban; es así que con la ayuda de varios ricos de la ciudad - entre ellos el virrey Conde de Chinchón, que en propia mano le entregaba cada mes no menos de cien pesos - fundó el Asilo y Escuela de Santa Cruz para reunir a todos los vagos, huérfanos y limosneros y ayudarles a salir de su penosa situación. 

Martín siempre aspiró a realizar vocación misionera en países alejados. Con frecuencia lo oyeron hablar de Filipinas, China y especialmente de Japón, país que alguna vez manifestó conocer. 

Fue frugal, abstinente y vegetariano. Dormía sólo dos o tres horas, mayormente por las tardes. Usó siempre un simple hábito de cordellate blanco con una capa larga de color negro. Alguna vez que el Prior lo obligó a recibir un hábito nuevo y otro fraile lo felicitó, Martín, risueño, le respondió: “pues con éste me han de enterrar” y efectivamente, así fue.

A la edad de sesenta años, Martín de Porres cae enfermo y anuncia que ha llegado la hora de encontrarse con el Señor. La noticia causó profunda conmoción en la ciudad de Lima. Tal era la veneración hacia este mulato, que el Virrey Luis Jerónimo Fernández de Cabrera y Bobadilla, Conde de Chinchón, fue a besarle la mano cuando se encontraba en su lecho de muerte pidiéndole que velara por él desde el cielo. Martín solicitó a los dolidos religiosos que entonaran en voz alta el Credo y mientras lo hacían, falleció. Eran las 9 de la noche del 3 de noviembre de 1639 en la Ciudad de los Reyes, capital del Virreinato del Perú. 

Toda la ciudad le dio el último adiós en forma multitudinaria donde se mezclaron gente de todas las clases sociales. Altas autoridades civiles y eclesiásticas lo llevaron en hombros hasta la cripta, doblaron las campanas en su nombre y la devoción popular se mostró tan excesiva que las autoridades se vieron obligadas a realizar un rápido entierro. 

En la actualidad sus restos descansan en la Basílica y Convento de Santo Domingo en Lima, (Perú) junto a los restos de santa Rosa de Lima y san Juan Macías en el denominado "Altar de los Santos Peruanos". 

Fue beatificado por el Papa Gregorio XVI, franqueando las barreras de una anticuada y prejuiciosa mentalidad. El Papa Juan XXIII que sentía una verdadera devoción por Martín de Porres, lo canoniza en la Ciudad del Vaticano el 6 de mayo de 1962.




SAN JUAN MACIAS


LA ODISEA DE DARIO EN PERU - PARTES 1 Y 2 - SPANISH EDITION

San Juan Macías fue un religioso y santo dominico español que evangelizó el Perú desde 1620.

Nació en la Ribera del Fresno, Extremadura el 2 de marzo de 1585 y murió en Lima - Perú el 16 de septiembre de 1645. 

Hoy tiene innumerables fieles que visitan su imagen en el altar principal de la Basílica de Nuestra Señora del Rosario o de Santo Domingo y en el año 1970 se levantó un templo parroquial en su nombre en el distrito de San Luis (Lima). 

Fueron sus padres Pedro de Arcas y Juana Sánchez, por lo que su nombre debió ser Juan de Arcas Sánchez. El cambio de nombre se debe fundamentalmente a que las tierras de pastoreo eran llamadas "las Macías" y a los pastorcitos "los Macías". Por eso es que se le conoce como Juan Macías o Juan Pastorcillo. 

Se sabe que quedó huérfano desde los cuatro años y medio y bajo el cuidado de un tío que lo dedicó al pastoreo. Cuentan que a la edad de 8 años, una noche de Navidad, Juan interrumpió la conversación de sus parientes para decirles que se marcharía. Luego conoce a un comerciante con el que trabajó y con él hace un primer viaje a América. Llegó primero a Cartagena de Indias (Colombia) luego al Reino de Nueva Granada, pasando por Pasto y Quito (Ecuador), para llegar finalmente al Virreinato del Perú donde se quedaría hasta su muerte. 

Su primera acción al llegar a Lima fue indagar sobre la Orden de Predicadores, indicando que se proponía ingresar a ella para servir a Dios de acuerdo a la voz que escuchó a los 20 años que le ordenaba venir al Perú. 

Su extrema bondad lo hacía frecuentemente repartir lo poco que tenía entre los pobres, hacía labor social y apoyaba a la Orden de Predicadores como hermano lego en el convento de dominicos de Santa María Magdalena donde finalmente fue admitido y luego el 23 de enero de 1622 tomó los hábitos. Un año después hizo los votos definitivos el 25 de enero de 1623. 

San Juan Macias, fue amigo íntimo de San Martín de Porres y coetáneo de Santa Rosa de Lima. Fueron los tres santos Dominicos que, en el siglo XVII animaron la vida Cristiana de la ciudad de Lima. 

Ya en el convento, San Juan Macías marcó su vida en la profunda oración, la penitencia y la caridad, pero debido a ello sufrió una grave enfermedad por la cual tuvo que ser intervenido en una peligrosa operación. Sin embargo, nunca descuidó a los más necesitados a quienes desde el portón del monasterio ayudaba. Era frecuente ver a los mendigos, los enfermos y los desamparados de toda Lima que acudían buscando consuelo. La clase alta, a quienes se les llamaba "pobres vergonzantes" tampoco era ajena a sus consejos, incluso el propio Virrey Toledo y la nobleza de Lima acudían a él. 

Su extrema humildad y respeto hacia sus semejantes era notoria. Daba de comer a sus pobres puesto de rodillas y a las mujeres jamás las miraba, fijando la vista en el suelo. Siempre trató de evitar cualquier tipo de tentación. 

Cuentan las crónicas que una noche un fuerte temblor de tierra sorprendió a Lima. Mientras los fieles rezaban el oficio en el coro, San Juan Masías oraba en la capilla de Nuestra Señora del Rosario. El primer sacudón hizo que los religiosos salgan presurosos a refugiarse en el jardín del claustro, pero el escuchó una voz que lo detuvo, el contó que era la Bienaventurada Virgen María y se quedó porque se sintió protegido. Finalmente quedó sano y salvo y el templo casi íntegro.

En 1678, en el Convento de Santo Domingo, Francisco Ramírez, novicio de 20 años de edad, con el objeto de limpiar su celda, levantó un pesado baúl, sin recordar que padecía de una hernia inguinal. El esfuerzo provocó el estrangulamiento de la misma por lo que se requería la intervención correspondiente, en ese entonces desconocida. Los facultativos, tras examinar al paciente, diagnosticaron un fatal desenlace por lo que le administraron los santos óleos. El Prior del Convento, R.P. Nicolás Ramírez, puso en manos del enfermo un pequeño cuadro de Fray Juan Macías, fallecido hacía 33 años, indicándole rezar pidiendo que intercediese por él. Los frailes dejaron al enfermo rezando y cayeron dormidos. Al retornar, tuvieron la sorpresa de encontrar al novicio incorporado y libre de dolencia. Este milagro fue autenticado por los frailes que presenciaron este hecho, siendo uno de los 2 que sirvieron para que el Papa Clemente XIII lo declare Venerable el 27 de febrero de 1763. 

Otro milagro tras su muerte fue la multiplicación del arroz, cuando una monja dominica recordó su nombre en voz alta cuando faltaba el cereal para los pobres, éste de pronto comenzó a aumentar desmesuradamente en la olla. Este hecho fue reconocido como milagro oficial. 

Sesenta años de edad contaba fray Juan Macías cuando le visitó la enfermedad que le llevaría a la tumba. El médico que le asistía había perdido toda esperanza de recuperación, y el propio fray Juan Macías se daba cuenta que le había llegado la hora de partir de este mundo al Padre, para entrar en la contemplación definitiva de aquellos, "Cielos nuevos y tierras nuevas" que, en repetidas ocasiones había visitado fugazmente en compañía de su venerable amigo San Juan Evangelista. En aquel trance supremo, de cara a la verdad absoluta que es Dios contó a los religiosos de su convento, los favores que Dios le había regalado en su vida, desde su niñez hasta aquel momento, y cómo le había hecho gozar de la visión de su santa gloria en repetidas ocasiones. No me olvide, hermano, y encomiéndame a Dios, le rogó fray Juan de la Torre, su amigo. "Padre mío, donde la caridad es más perfecta, cree su reverencia que me habría de olvidar? Le doy mi palabra: allá le seré mejor amigo de lo que le fui acá", le respondió. A otro que le recomendaba a sus pobres, le contestó: "Con que tengan a Dios les sobra todo; y para su consuelo, les queda el hermano Dionisio de Vilas y otros buenos amigos que no les harán faltar lo necesarios. Juan Quezada, benefactor de los pobres, llegó también hasta su lecho para pedirle que no se olvidara de él y de su esposa. "Olvidarme? En el corazón le llevó bien asentado, y también a la señora doña Sebastiana, su mujer". ¡Qué esperanza la que nos diste fray Juan. Cumple lo que dijiste! La hora señalada por Dios, ha llegado. Es la hora de la despedida definitiva. Fray Juan Macías se lo advierte a los hermanos, que lo acompañan: "Ahora, sí. Es llegada mi hora. Que se haga en mí la voluntad del Señor". Siguiendo la costumbre de aquellos tiempos, los religiosos de la comunidad se dirigen procesionalmente a la habitación de fray Juan, acompañando el Santo Viático. Fray Juan se sienta, con la ayuda de sus hermanos y, por última vez, recibe con todo fervor la santa comunión. Después de unos minutos de oración, en profundo recogimiento, el prior le administra el sacramento de la Unción de los Enfermos, en medio de salmos e himnos que los religiosos cantan invocando el perdón y la misericordia de Dios. Cuando los hermanos cantaban la tierna plegaria "Salve Regina", con la que los Dominicos despiden a sus hermanos de este mundo, fray Juan Macías entregaba su alma al Creador. Eran las 6:45 pm, del día 16 de septiembre de 1645. 

Con la muerte de fray Juan Macías se inició una nueva etapa de veneración de su memoria: Su sepulcro comenzó a ser visitado por mucha gente. Treinta y seis años después de su muerte, los restos de fray Juan Macías fueron trasladados a un ataúd de cedro y, para sorpresa de todos los presentes, lo hallaron incorrupto. Ahora mismo, se pueden apreciar los restos de fray Juan Macías, disecados, más no corruptos. 

Fue beatificado por el Papa Gregorio XVI, el 22 de octubre de 1837. El Papa Pablo VI lo canonizó el 28 de septiembre de 1975. 

(Datos: Wikipedia)

domingo, 4 de enero de 2015

Batalla de Corpahuaico: La Ultima y Más Importante Batalla por la Independencia de Perú

Regimiento Rifles - Voluntarios Británicos

En marzo y abril de 1823, el regimiento Rifles, integrado totalmente por voluntarios británicos contratados por  Bolivar, fue enviado a Perú como parte de la fuerza expedicionaria independentista dirigida por el general Sucre.

Bajo el comando del coronel Arthur Sandes, el regimiento Rifles sería el que permitiría, con su extraordinaria actuación durante todo el proceso independentista, la victoria sobre las tropas realistas.

Su momento de gloria llegó en Corpahuayco, zona localizada en Cangallo-Ayacucho, el 3 de diciembre de 1824. 

El ejército del Virrey atacó la retaguardia de los independentistas, cuando las fuerzas de Sucre estaban cruzando un río. 

La peor parte del asalto cayó sobre el Regimiento Rifles que opusieron una tenaz resistencia. 

Con fuerza y en inferioridad numérica, el Regimiento logró detener el avance de los realistas el tiempo suficiente como para permitir que la avanzada del ejército independentista logre escapar. 

Este gran sacrificio del Regimiento Rifles significó:

.300 muertos, incluyendo al mayor Thomas Duckbury, el segundo al mando.
.200 heridos y prisioneros.

.En cambio los realistas tuvieron 30 militares afectados entre muertos y heridos.

Con esta acción, Sandes y los británicos del glorioso Regimiento Rifles salvaron la vida de Sucre y del resto del ejército independentista que integraban venezolanos, colombianos, peruanos y de otras nacionalidades de sudamérica.

No habría habido ninguna victoria en Ayacucho, 6 días después, el 09 de diciembre 1824, si no hubiera sido por la valentía y destreza de los Rifles.

Como un homenaje a su demostrada valentía durante la campaña, Sandes fue ascendido a general de brigada y el Regimiento Rifles recibió el título de 'Libertadores del Perú'.

La Batalla de Corpahuayco ha permanecido siempre oculta, en vez de ser la más resaltada en la campaña de independencia de Perú.

Perú está en deuda con Arthur Sandes y con el Regimiento Rifles verdaderos actores de la independencia peruana.

Los realistas tenían la victoria asegurada en Ayacucho, pero quedaron con serios problemas de desabastecimiento de municiones, y sus tropas, formadas por indigenas, estaban totalmente carentes de alimentos y agua. Por su lado, los independentistas habían perdido la élite y columna vertebral de su ejército. Por esta razón, según historiador español, ambos bandos llegaron a un preacuerdo en momentos previos a Ayacucho, donde se desarrolló solo una ficción de batalla.

Teorías conspirativas sobre la batalla de Ayacucho

La capitulación ha sido llamada por el historiador español Juan Carlos Losada como "la traición de Ayacucho" y en su obra Batallas decisivas de la Historia de España (Ed. Aguilar, 2004), afirma que el resultado de la batalla estaba pactado de antemano. El historiador señala a Juan Antonio Monet como el encargado del acuerdo: “los protagonistas guardaron siempre un escrupuloso pacto de silencio y, por tanto, solo podemos especular, aunque con poco riesgo de equivocarnos” (Pág. 254). Una capitulación sin batalla se habría juzgado indudablemente como traición. Los jefes españoles, de ideas liberales, y acusados de pertenecer a la masonería al igual que otros líderes militares independentistas, no siempre compartían las ideas del rey español Fernando VII, un monarca firme sostenedor del absolutismo.

miércoles, 31 de diciembre de 2014

Arthur Sandes y el Regimiento Rifles los Verdaderos LIBERTADORES DEL PERU

Arthur Sandes - Comandante del Regimiento Rifles "Libertadores del Perú"

Sandes, Arthur (1793-1832), comandante del Regimiento Rifles en las guerras de independencia de América del Sur, nació en 1793 en Dublín, Irlanda.

Participó en la batalla de Waterloo en Bélgica. Dejó el ejército británico en 1815 y dos años más tarde se unió regimiento del coronel Federico Campbell de Cazadores (rifles). 

Esta era una unidad reclutada en Londres para el servicio en Venezuela por Luis López Méndez, representante de Bolívar. 

Los Rifles embarcaron hacia Venezuela en enero de 1818 como parte de la "Expedición de los cinco coroneles" de 800 hombres, pero resultaron prácticamente disueltos en las Indias Occidentales, antes de llegar al campo de batalla. No había barcos fácilmente disponibles y tampoco dinero para honrar las falsas promesas hechas en Londres. Ocurrieron además, enfermedades mortales, duelos, renuncias y deserciones.

Cuando su hijo Duncan (un oficial en servicio en su unidad) murió de una fiebre, el coronel Campbell había tenido suficiente. Él renunció a su cargo y regresó a Inglaterra acompañado de su segundo hijo, que había caído enfermo. 

El comandante Robert Piggot, un irlandés, asumió el mando y finalmente llegó a Angostura el 23 de julio de 1818. pero deja el ejército poco después a causa de su mala salud. 

Fue sucedido por el teniente coronel Arturo Sandes, el que comandará el regimiento Rifles en todo el resto de la guerra independentista.

Los Rifles lucharon con bravura en todos los teatros de operaciones. La columna vertebral de los británicos y los irlandeses se mantuvo constante y se aseguró su continuidad. 

El Regimiento Rifles, fue la más destacada y eficaz unidad militar del ejército de Bolívar. 

Después de su servicio en los llanos venezolanos durante el primer semestre de 1819, los Rifles fueron parte de la fuerza expedicionaria que en los llanos y los Andes obteniendo la liberación de la zona central de Colombia. 

El Regimiento estuvo presente en Gameza donde Sandes fue herido dos veces y en Boyacá donde logró una gran victoria sobre la artillería española.

Poco después de esta batalla, estalló una epidemia en el ejército independentista. El Teniente Coronel Sandes cayó gravemente enfermo pero afortunadamente logró recuperarse.

Durante 1820 y 1821, Sandes llevó su Regimiento en operaciones continuadas en el norte de Colombia y Venezuela. 

Se distinguió en las batallas de Ciénaga (10 noviembre 1820) y Carabobo (24 de junio 1821). Por desgracia, el clima resultó ser más letal que los realistas y el regimiento se redujo considerablemente en número por una epidemia que estalló en la provincia de Santa Marta, en octubre 1821. 

Los Rifles fueron al sur y lucharon contra los españoles en 07 de abril 1822 en un lugar llamado Bomboná, una batalla que fue uno de los mejores momentos de la unidad. En este hecho de armas, los rifles flanquearon las posiciones realistas y después de una carga feroz de bayoneta los obligaron a retirarse del campo. 

Después de la batalla, Bolivar recompensó a los Rifles 'y entre las promociones estruvo el ascenso de Sandes de teniente coronel a coronel. También el Regimiento fue rebautizado 'Rifles de Bomboná, primero de la Guardia "y todos sus miembros fueron galardonados con la ' Orden de los Libertadores", una de las pocas ocasiones durante la guerra en la que se otorgó esta condecoración a una unidad completa. 

Arthur Sandes, ya de 29 años de edad, había ascendido de capitán a coronel en sólo cuatro años, una mejora meteórica.

Después de Bomboná, Sandes y los Rifles participaron en la represión de la rebelión liderada por Benito Boves en Pasto y jugaron un papel clave en las batallas de Taindala y Yacuanquer en diciembre de 1822. 

En marzo y abril de 1823, el regimiento fue enviado a Perú como parte de la fuerza expedicionaria independentista dirigida por el general Sucre.

Practicamente fue Sandes y el regimiento Rifles los que materializaron la victoria final sobre los realistas.

Su momento de gloria llegó en Corpahuayco el 3 de diciembre de 1824. Como parte de las operaciones que llevaron a la decisiva batalla de Ayacucho, el ejército realista y el ejército independentista estaban realizando contínuas maniobras.

Los realistas atacaron la retaguardia, cuando las fuerzas de Sucre estaban cruzando un río. La peor parte del asalto cayó sobre los rifles que opusieron una tenaz resistencia. 

Con fuerza y en inferioridad numérica, el Regimiento logró detener el avance de los realistas el tiempo suficiente como para permitir que el grueso del ejército independentista logre escapar. 

Este gran sacrificio del Regimiento Rifles significó la muerte de 200 de sus miembros, incluyendo al mayor Thomas Duckbury, el segundo al mando. Otros 500 resultaron gravemente heridos, capturados o desaparecieron en acción. 

Sandes y los británicos del glorioso Regimiento Rifles salvaron la vida de Sucre y del resto del ejército independentista que integraban venezolanos, colombianos, peruanos y de otras nacionalidades de sudamérica.

No habría habido ninguna victoria en Ayacucho el 09 de diciembre 1824, 3 dias después de Corpahuayco, si no hubiera sido por la valentía y destreza de los Rifles.

Como un homenaje a su demostrada valentía durante la campaña, Sandes fue ascendido a general de brigada y el Regimiento Rifles recibió el título de 'Libertadores del Perú'.

Sandes se quedó en Perú como parte de la guarnición de la Gran Colombia, siendo posteriormente expulsado del país en enero de 1827, cuando Lima derrocó al gobierno pro-bolivariano y se deshizo de sus tropas. 

Fue nombrado Comandante General de Guayaquil en diciembre y en 1828 luchó en la guerra entre Perú y la Gran Colombia. Después de organizar la defensa del puerto, Sandes dirigió una de las dos divisiones grancolombianas en la batalla de Portete de Tarqui el 27 de febrero de 1829, donde obtuvo la victoria que decidió el resultado de la guerra.

Habiéndose restaurado la paz, Sandes fue nombrado Gobernador del Departamento del Azuay y se estableció en Cuenca. Murió en esta ciudad el 6 de septiembre 1832 y fue enterrado en un convento carmelita. 

La Batalla de Corpahuayco ha permanecido siempre oculta, en vez de ser la más resaltada en la campaña de independencia de Perú.

Perú está en deuda con Arthur Sandes y con el Regimiento Rifles verdaderos actores de la independencia peruana.

Los realistas tenían la victoria asegurada en Ayacucho, pero quedaron con serios problemas de desabastecimiento de municiones, y sus tropas, formadas por indigenas, estaban totalmente carentes de alimentos y agua. Por su lado, los independentistas habían perdido la élite de su ejército. Por esta razón, según historiador español, ambos bandos llegaron a un preacuerdo en momentos previos a Ayacucho, donde se desarrolló solo una ficción de batalla.

lunes, 15 de diciembre de 2014

Boliviamar - Mal Terminal Después de 22 Años


En el año 1992, Perú y Bolivia celebraron los convenios de IIo, y en el 2010, un protocolo complementario a dichos convenios. 

Según los convenios de Ilo de 1992, Perú ofrece a Bolivia: 

a- una zona franca Industrial en Ilo, de 163,5 has, por 50 años 

b- una zona franca turística de playa en Ilo, denominada Boliviamar, por 99 años. 

El 19 de octubre del 2010 se establece un protocolo complementario y ampliatorio a los convenios de Ilo, el que incluye: 

a- La zona franca Industrial a favor de Bolivia se transforma en una zona franca industrial y económica especial (zofie), manteniendo invariable su ubicación, así como su extensión de 163,5 hectáreas; 

b- La zona franca turística (ZFT) pasa a denominarse Marbolivia, con una extensión que es objeto de ampliación hasta alcanzar un total de 358,8 has. 

c- ambas zonas francas son concedidas por un plazo de 99 años computables a partir de la fecha de la entrada en ejecución del Protocolo. 

Asimismo, con el Intercambio de Notas del 1° de octubre del 2012 se perfeccionaron los acuerdos anteriores con la finalidad de preservar la soberanía peruana en sus mares, sin perjuicio de los beneficios comerciales otorgados a Bolivia. 

Así, se ha establecido que el derecho de navegación en aguas jurisdiccionales peruanas por buques de la armada boliviana se realizará de conformidad con lo dispuesto por la Constitución Política del Perú. 

De este modo, los navíos de dicha armada quedarán sujetos al mismo tratamiento que otorga el ordenamiento jurídico peruano a cualquier barco de bandera extranjera. 

Igualmente, en IIo se establecería la Escuela Nacional de Marina Mercante “Almirante Miguel Grau” que contará con un anexo destinado a la capacitación de cadetes navales y/o mercantes de la Armada boliviana. Esta sede se regirá por las leyes peruanas y estará bajo la dirección de oficiales de la Marina de Guerra del Perú. En ella, la capacitación que recibirán los cadetes bolivianos será sólo en materia de navegación marítima. 

Los documentos de este convenio Perú Bolivia están pendientes de aprobación por el pleno del congreso peruano. 

Cabe señalar que la actual actitud conflictiva y hostil del presidente boliviano para con Perú, es posible que detenga y ponga en rigurosa evaluación este convenio y sus protocolos; se trata de evitar posibles conflictos futuros que puedan ser generados por un Gobierno extranjero problemático ya con ciertos derechos sobre territorio peruano. 

En todo caso, Boliviamar es un concepto que Bolivia podría acordar con Chile para aplicarlo en lo que fuera su territorio hasta 1879, en vez de estar reclamando una soberanía que nunca tendrá.

viernes, 12 de diciembre de 2014

LO QUE QUEDO DEL BAP HUASCAR al concluir el Combate de Angamos - 8 de octubre 1879

BAP HUASCAR - réplica del pequeño blindado peruano

¿Cómo era el HUASCAR? veamos la descripción del historiador chileno Benjamín Vicuña Mackena: "Las frecuentes, atrevidas y sobre todo impunes excursiones del "Huáscar" en las costas de Chile comenzaban a producir en el ánimo del país un sentimiento de rubor parecido al de la estupefacción, y en el cerebro de sus mandatarios una emoción semejante al vértigo. Era imposible someterse por más largo tiempo a aquella perenne vergüenza y soportar que un buque mal marinero y tres veces menos guerrero que cualquiera de nuestros blindados, viniese a manera de capricho o de mofa a retarnos en nuestros propios puertos".

En el Combate de Angamos, durante la Guerra del Guano y el Salitre de 1879 entre Chile y Perú, toda la escuadra chilena, muy moderna y potente, tuvo que ser reunida para enfrentar a un pequeño barco de guerra de Perú, el HUASCAR.

El HUASCAR cercado no se rindió y dió batalla hasta que quedó totalmente destruído, momento en el cual se dispuso su hundimiento, acción frustrada por la llegada de chilenos.


Lo que quedó del HUASCAR a la vista de los que lo abordaron al término del combate:


-Galvarino Riveros Cárdenas, comandante en jefe de la escuadra chilena, el día del combate naval de Angamos. 

“Huáscar hecho pedazos. Miguel Grau murió en combate. La tripulación del blindado peruano resistió heroicamente”. 


Z. Freire, corresponsal del diario "El Mercurio" en el reporte a su sede en Santiago de Chile. 

“Pintar la escena de desolación y carnicería que ofrecía la cubierta y el entrepuente del Huáscar al finalizar su resistencia es tarea más difícil que suponerla. La cubierta era invadida por los heridos a quienes se traía arriba con objeto de sacarlos de la atmósfera pesada y cargada de humo que abajo se repiraba. Lo que una vez fueron cámaras, salones y camarotes, eran ahora un hacinamiento de madera trozada, ropa despedazada, miembros humanos, sangre y cascos de granadas en horrible confusión; los pasillos de la torre estaban sembrados con los restos de marineros muertos en ella o manejando las cigüenas con que se le hace girar, y por cualquier parte del buque o donde se volviera la vista no se presentaban sino ejemplos de los efectos increíbles producidos por la explosión de las granadas Palliser de los blindados”. 


Teniente Teodoro B. Mason del USS "Pensacola" que participó en la inspección al Huáscar luego del combate naval de Angamos. 

“Prácticamente no había una yarda cuadrada de las partes altas del Huáscar que no hubiera sido alcanzado por alguna clase de proyectil. Sus torres estaban casi destruidas, sus botes idos, […]. Abajo la escena era mucho más terrible. En todas partes había muerte y destrucción causada por los enormes proyectiles enemigos. Dieciocho cuerpos fueron retirados de la cabina y la torre estaba repleta con los restos de dos grupos de artilleros”. 


Edwin B. Penton, británico, tripulante del "Almirante Cochrane", uno de los encargados de llevar el buque peruano a Valparaíso luego del combate naval de Angamos.

“Lo primero que vieron nuestros ojos fueron trozos de cubierta, pedazos de madera, hierro, proyectiles rotos y numerosos artículos, todos mezclados con los cuerpos de los muertos, los moribundos y los heridos […] algunos sin cabeza, otros sin brazo, otros sin pierna y algunos sólo troncos, algunos con sus ropas quemadas, otros con los botones de sus chaquetas desprendidos, quemados por efecto de los proyectiles. Este desagradable espectáculo era igualmente malo tanto abajo como en la cubierta, cuerpos que yacían a montones, encima, a lo largo y cruzados uno con el otro entre los escombros, tal como cayeron. En un grupo al extremo posterior de la nave yacían siete hombres formando un montículo, quienes habían sido muertos por efecto de una granada explosiva que había atravesado la nave. Estos hombres estaban atendiendo la rueda de manejo del barco. El hombre de encima no tenía cabeza. A cualquier parte que íbamos, en cubierta, abajo, en la torre, en el cuarto de máquinas y en todas partes, encontramos cadáveres que habían caído en diferentes actitudes, un horror de describir. Aparte de los heridos, en la parte más alta, yacía un hombre muerto al que bajamos y que había sido acribillado mientras que atendía los titraelleurs, no obstante esa parte estaba protegida en su alrededor por placas de hierro. Estas visiones tremendas superan toda descripción”.  (Datos: Wikiquotes)


ESTA ES LA RELACION DE LA HEROICA TRIPULACION DEL BAP HUASCAR

Tripulación del HUASCAR el 08 de Octubre de 1879

Estado Mayor 

Contralmirante AP Miguel Grau Seminario 
Capitán de Fragata AP Manuel Melitón Carvajal Ambulodegui 
Sargento Mayor AP José M. Ugarteche. 

Oficiales de Guerra 

Capitán de Corbeta AP Elías Aguirre Romero 
Teniente Primero AP Diego Ferré 
Teniente Primero AP José Melitón Rodríguez 
Teniente Primero AP Pedro Gárezon 
Teniente Segundo AP Enrique Sixto Palacios Mendiburu 
Teniente Segundo AP Gervasio Santillana 
Teniente Segundo AP Fermín Diez Canseco Coloma 
Alférez de Fragata AP Ricardo Herrera 
Capitán de Infantería AP Mariano Bustamante 
Capitán AP Manuel Arellano. 

Oficiales Mayores 

Cirujano Mayor Santiago Távara 
Cirujano de 1ª. Clase Felipe M. Rotalde 
Contador Juan Alfaro

Practicante de Medicina José I. Canales. 

Alumnos Aspirante de Marina Carlos B. Tizón 
Aspirante de Marina Federico Sotomayor 
Aspirante de Marina Manuel Elías Bonnemaison 
Aspirante de Marina Conrado Villavisencio 
Aspirante de Marina Manuel Villar 
Aspirante de Marina Domingo Valle Riestra 
Aspirante de Marina Daniel S. Rivera 
Aspirante de Marina Brener E. Bueno. 

Maquinistas 

Primero Tomás Juan Wilkins, 
Segundo Tomás W. Hughes, 
Tercero Ricardo Trennemann, 
Cuarto Henry Lewer, Ernesto Molina, Archibald Mac Callum, 
Ayudante de Máquina Augusto Matheus. 

Oficiales de Mar 
Primer Contramaestre Nicolás Dueñas, 
Primer Condestable Charles Mc Carthy, 
Primer Condestable Williams Leonard, 
Segundo Condestable José Celedón, Buzo José Hilario Morales, 
Primer Guardián Tiburcio Ríos, 
Primer Guardián Federico Noguera, 
Primer Guardián Andrés Romano, 
Segundo Guardián Francisco Sena, 
Primer Carpintero Luis Landa, 
Segundo Carpintero Ignacio Martínez, 
Segundo Carpintero Etesse Yebes, 
Primer Calafate José del Carmen Gómez, Herrero Williams Michel, 
Maestro de Víveres Manuel Mejía, 
Despensero Rafael Hurtado, 
Cocinero de Segunda Cámara José Salas, 
Cocinero de Equipaje Eduardo Ford, 
Mayordomo de Segunda Cámara Manuel Pineda, 
Bocafragua Ramón Tejeda, 
Cabo de Luces Andrés Riglos, 
Farmacéutico José Flórez. 

Artilleros Contratados James Anderson, Jorge Mathison, Robert Rundle, Francisco M. Maze, Alfredo Strund, Atanasio Bayosopolos, Manuel Georgiades, Williams Burns, John Grand, Manuel Panay, Eduardo Price, George Harris, Albert Avenell, Eduardo Perry, Michel Murphy, Henri Otto, John Baker, Daniel Mc Carthy, John Devine, George Smith, James Dobins, Federico Meiggs, Charles Bex, John Dunnet, Alberto Huerta, Samuel Varnisch. 

 Artilleros 

Atanacio Catojeras, Tomás Proaño, José Gómez, Francisco Spiel, José del Carmen Hernández, Julio Felippe, Julio Pablo, John Henry Hill, John Price, Enrique Verguesse, Álvaro Trelles, Gregorio Cabezudo, John Lumby, James Ward, Eleodor Dávila, Algel Quesquén, Henry Smith, Tomás Salazar, Faustino Colán, Juan Chunga. 

Marineros 

Aniceto Rivas, Pedro Unánue, Máximo Rentería, Nicolás Bonilla, José Suárez, Santos Beltrán, Pedro Rodríguez, José Velásquez, Aparicio Robles, Juan Manuel Cruz, Mercedes Carrasco, José Félix Torres, Andrés Araujo, Jacinto Medina, Manuel Maldonado, Tomás Esteves, Mariano Portales, Lorenzo Villarosa, Feliciano Gonzáles, Tomás Godos, Anselmo Cambas, José Aniceto, Manuel Piminchumo, Francisco Cáceres, Ventura Díaz, Nicolás Pérez, Alcides Gutiérrez, José Valdivia, Juan García, Manuel Ucañan, Juan Aguirre, José Calvo, Williams Mc Carthy. 

Grumetes 

Francisco Aguilar, Dámaso León, Arturo Masías, Alberto Medina, Miguel Valcárcel, Basilio Rocavado, José Mantilla, Manuel Fianco, Williams Norris, Saturnino Mejía, José S. Contreras, Juan Sifuentes, Lizardo Eizaguirre, Francisco Arciniega. 

Cabos de Fogoneros 

James Mc Carthy, John Johnson, Adolfo Mayer, Charles Stevenson, John Richardson. 

Fogoneros 

Alexandre Monroe, Eduardo Graham, Gregorio Alzamora, Ramón Galicia, Carmen Vásquez, Tomás Furton, Lino Urias, Andrés Mc Call, Isidro Alcibar, Manuel Verdesoto, Joseph Chambers, John Donovan, Apolinario Salazar, Bruno Gómez, John Caley, Manuel Balvino, José Guerra, George Williamson, John Boom. 

Carboneros 

Alexandre Flenton, José Morales, Toribio Astudillo, Juan Dávila, Nieves Espinoza, Cipriano Gómez, Williams Martín, José Vallesillas, Gabino Noé, Manuel Huamanchumo. 

Columna Constitución 

Soldados: Segundo Calderón, Basilio Chávez, José Menchola, Quiterio Gallardo, José Cortéz, Juan Chunga, Modesto Ruidias, Clemente Luna, José Estrada, José Rivera, Juan Villareal, Vicente Jiménez, Isidro Orué, Manuel Águila, Isidro Quiroz, Eusebio Gómez, Darío San Jinez. 

Batallón Ayacucho Nº 3 

Sargento Primero Francisco Retes, Sargento Segundo Miguel Salazar, Sargento Segundo Apolinario Galiano, Sargento Segundo Silverio Chuquiconsa, Cabo Primero Justo Payva, Cabo Primero Manuel López, Cabo Segundo José M. Estéban, Cabo Segundo Anacleto Alarcón, Cabo Segundo Fidel Calvo, Corneta José Vargas, Tambor Agustín Salas, Soldados: Mariano Unga, Fidel Talavera, Pedro Zevallos, Benito Fernández, Hipólito Beltrán, Guillermo Barrios, José Calderón, Celestino Valdivia, Tomás Flores, Mariano Zegarra, Pablo Soto, Mariano Vilcahuamán, Manuel Borja, Víctor Vargas, Ambrosio Fernández, Narciso Castillo, Francisco Gutiérrez y Faustino Falconí.

lunes, 8 de diciembre de 2014

Británicos del BATALLON RIFLES Autores de la Independencia de Venezuela, Colombia, Ecuador, Perú y Bolivia

Batallón Rifles - Voluntarios Británicos

El Batallón Rifles fue una unidad militar integrada por voluntarios de la Gran Bretaña, que fueron actores y autores principales del proceso de independencia de Venezuela, Colombia, Ecuador, Perú y Bolivia.

La participación decisiva de los británicos de este prestigiado batallón, en las batallas durante el proceso de emancipación de España, fue increíblemente menospreciada y mantenida oculta por Bolivar y los actores venezolanos y grancolombianos a quienes sirvieron y facilitaron los lauros de los que ahora gozan.

La unidad formó parte de la "Legión británica" que combatió al servicio de Bolívar, y le dió la victoria.

El Batallón Rifles fue creado el 13 de agosto de 1818 con los rifleros británicos al mando de Robert Piggot. 

El número de combatientes británicos fue creciendo gradualmente:

-El 19 de abril de 1819 se le unió otro contingente británico al mando de Arthur Sandes. 

-Trasladado al Apure se le reúne otro contingente británico más, al mando del coronel Campbell. 

-Posteriormente suma otra plantilla de oficiales británicos al mando de MacDonald. 

-Otro nuevo contingente de tiradores británicos al mando de Johann von Uslar se unen al batallón para abrir la campaña de Nueva Granada de 1819. 

La unidad participa en las batallas de Gameza, Pantano de Vargas y Boyacá, donde su primera compañía toma prisionero al brigadier José María Barreiro. 

En Santa Fe de Bogotá estaba al mando de Sandes, y formado por ocho compañías cuyos comandantes eran 1º Ramírez, 2º Wrigth, 3º Duxbury, 4º Philam, 5 °Fatherstonetaugh, 6ºLoedell, 7º Mogassi, 8º Romero. 

Luego se trasladó a combatir a Santa Marta, Rio Hacha y Maracaibo, sufriendo muchas bajas en su lucha contra las guerrillas de indios Guajiros. 

Participó en las decisivas campañas de Carabobo y Puerto Cabello. 

En 1822 el Batallón Rifles es seleccionado por Bolivar para actuar en las Campañas del Sur y se traslada a combatir en Popayán. 

El 7 de abril tiene una participación destacada en la batalla de Bomboná. Continua combatiendo en la insurrección de Pasto. 

El batallón se traslada luego via Quito a Guayaquil donde embarca al Perú el 12 de abril de 1823 con diez compañías

Participa en las campañas de Junín y Ayacucho y en la batalla de Corpahuaico tuvo su acción más destacada, a costa de su sacrificio, muriendo la mitad de los hombres de su batallón, entre ellos sable en mano el mayor Duxbury.

Su jefe Arthur Sandes fue ascendido a brigadier general. 

El 9 de diciembre, en la batalla de Ayacucho, los restos del batallón quedaron en reserva, empleándose cada compañía según se iba precisando su refuerzo en el combate. 

Sigue su camino al Cuzco, La Paz y finalmente Arequipa donde queda acantonado todo el año, reconstituyendo seis compañías. 

Se embarca al Callao en septiembre de 1826, sublevándose allí en 1827. 

Finalmente se traslada a Guayaquil donde en 1828 queda al mando de William Harris, pero como un cuerpo insubordinado, y padeciendo una importante deserción que deja el batallón con 350 plazas. 

El batallón es rehabilitado durante la guerra entre la Gran Colombia y Perú, y termina participando en la batalla del Portete de Tarqui, el 27 de febrero de 1829, destacando en esa batalla su capitán George Lack. 

Tarqui fue el último campo de batalla del Rifles original, con voluntarios británicos, donde desapareció totalmente. 

Solo a partir de este momento el Batallón Rifles fue completamente integrado con personal venezolano remanente, saliendo en dirección a Popayán una nueva unidad completamente venezolana. 

 En 1830 el batallón es disuelto en San Carlos quemando su oficialidad las banderas laureadas de Bomboná y Ayacucho. 

Divisa de este cuerpo legendario: "El primero en el combate, el último en el cuartel". (datos: Wikipedia)

¡HONOR Y RECONOCIMIENTO A LOS COMBATIENTES BRITANICOS DEL BATALLON RIFLES!

¡AGRADECIMIENTO DEL PERU A LOS BRITANICOS DEL BATALLON RIFLES AUTORES DE SU INDEPENDENCIA!

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