martes, 8 de enero de 2008

Historia de la Pintura - Pancho Fierro

Pintura de Pancho Fierro

Pancho Fierro fue hijo de don Nicolás Fierro y de doña Carmen Palas, mulato de talento intuitivo, desarrollaría muy pronto su aptitud para representar sobre el papel objetos y personas. Y, en tanto que para ganar el sustento pintaba letreros comerciales y carteles de toros o moldeaba las rústicas figuras destinadas a los "nacimientos", sus mejores dotes de artista eran volcadas en acuarelas que retrataban tipos y costumbres de su época, y que han transmitido la imagen de un mundillo tan pintoresco como amable. Su técnica no es muy depurada, pero la gracia espontánea y el moderado humorismo con que presenta sus temas resaltan su originalidad y amenguan sus defectos.

Aunque no acostumbraba a firmar sus acuarelas, su nombre ha definido un estilo y una inspiración inconfundibles. Se calcula que llegó a pintar aproximadamente 1200 escenas de la vida limeña, las cuales ofrecería a la venta a través de la casa "Ricordi" y contaron con la demanda de los aficionados y entendidos del tema. Inclusive existieron otros artistas que las imitaron o plagiaron. La colección más conocida fue tomada por el literato Ricardo Palma, cuyos herederos la cedieron a la Municipalidad de Lima, y es la que en la actualidad se encuentra expuesta en el Museo de Arte.








jueves, 3 de enero de 2008

La Cultura Tiawanako

Cultura Tiahuanaco


El periodo del Segundo Horizonte Cultural Andino, abarca desde 800 d.C. hasta los 1200 años d.C., es decir, cuatro siglos, en que se desarrolla el presente horizonte cultural, en dos fases: la primera de desarrollo regional y la segunda de integración interregional.

El camino hacia el Gran Imperio de los Incas, está en marcha con el Primer Gran Horizonte Cultural con Chavín de Huántar y con este Segundo Gran Horizonte Cultural Tiawanako–Wari.

El Reino Tiahuanaco

El foco irradiador del Reino Tiwanaku, se encuentra hoy, en territorio boliviano a 21 kilómetros al sureste del Lago Titicaca. Otros centros administrativos Tiwanaku, fueron Lucurmata, Huancané y Pacchiri.

Hubieron gran cantidad de centros agrícolas, además. Sus centros clásicos de vivienda, Templete de Kalasasaya, la Pirámide de Akapana y Puma Punku, mostraban gigantescas e impresionantes obras arquitectónicas.

Uno de los grandes misterios por resolver de esta cultura, es de dónde salieron los enormes bloques de piedra con que hicieron sus esculturas, habida cuenta que no hay canteras en la zona.

La abundancia de pastos naturales, hizo que sus habitantes, basaran su economía en la ganadería de auquénidos, por lo que no desarrollaron una agricultura intensiva. El complemento dietético de vegetales, lo obtenían con el intercambio comercial.

Su cerámica fue polícroma, en donde el color predominante era el color naranja. Las vasijas, cántaros, vasos ceremoniales de boca ancha, tienen dibujos hechos con la técnica de precocción con representaciones de seres humanos, cóndores, felinos y serpientes.

Adoraron al Dios Viracocha o Dios de las Varas y se encuentra representado en su cerámica y en su escultura. Este dios con variaciones propias de cada cultura se encuentra en Caral, Chavin y otras culturas anteriores. Una de las más representativas es la Puerta del Sol. El dios Wiracocha, fue impuesto por los Tiwanaku en las regiones de Perú, Bolivia y Chile hacia el año 500 d.C. como waka tutelar.

La estratificación social, se basaba en tres estamentos:
1. La clase guerrera gobernante.
2. la clase media artesanal.
3. La clase popular formada por agricultores, pastores y pescadores.

Se podría decir que la primera industria alimentaria de lo que hoy es Perú y Bolivia, se desarrolló en Tiwanaku, ya que prácticamente industrializaron la producción de charqui para exportación. Como en todo el Ande y en todo el territorio del Perú, el sistema de intercambio, fue el trueque. La base de intercambio para el Tiwanaku, fue el charqui que cambiaban por otros productos que necesitaban en la sociedad tiwanaquense.

Tuvieron conocimientos importantes de meteorología y de los fenómenos climáticos ya que elegían sus épocas de siembra, de aporque y de cosecha. Cultivaron si bien no fue importante su agricultura, la papa, olluco, oca, mashua, etc.

Dada las condiciones climáticas y los fenómenos que se producían, en la Meseta del Collao, los jerarcas Tiwanaku, se proyectaron a la conquista de nuevos territorios con la finalidad de asegurar su supervivencia. Esta conquista se realizaba pacíficamente por tratados o por la fuerza, de manera semejante a como lo harían luego los incas.



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martes, 25 de diciembre de 2007

El Oro de los Incas

Francisco Pizarro


Para obtener su libertad, el Inca Atahualpa se comprometió a llenar una vez de oro y dos veces de plata y piedras preciosas, y hasta donde alcanzara su mano, la gran estancia donde estaba preso, poco antes de completar el rescate, Pizarro decidió no devolverle la libertad a Atahualpa y quedarse con el rescate. Los metales preciosos fueron traídos a Cajamarca desde todas partes del imperio.

Deseando obtener más oro y plata, unos meses más tarde los españoles decidieron enjuiciar a Atahualpa por idolatría, fratricidio, poligamia, usurpar el trono, incesto y no cumplir el rescate; fue condenado a la muerte en la hoguera, pena que el inca vio conmutada por la de garrote, al abrazar la fe católica antes de ser ejecutado, el 26 de julio de 1533. La noticia de su muerte dispersó a los pocos ejércitos quiteños que regresaban a sus tierras después de la ocupación del Cusco.

Se cree que Francisco Pizarro estuvo en contra de matar al Inca no solo por un aparente aprecio por él (en su crónica, Pedro Pizarro dice "yo vide llorar al Marqués"), sino porque el que de verdad deseaba su muerte era Diego de Almagro, ya que si se completaba el rescate, éste no llegaría a conseguir mucho oro para sí, dado que él no participó de la captura del Inca y, por tanto, recibiría una parte mínima del rescate.
(wikipedia).

Parte 1/3


Parte 2/3



Parte 3/3


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martes, 18 de diciembre de 2007

La Cultura Afroperuana



La inmigración de población africana se produjo como consecuencia de la llegada de los españoles. Los primeros africanos llegaron en condición de esclavos y como mano de obra gratuita; se produjo su explotación en actividades en el campo y esencialmente en la costa del Perú.

Estos negros de raza pura provenían de castas o naciones terranovas, sucumas, mandingas, cambundas, carabalíes, cangas, chalas, huachiries, congos, misangas, etc. Trajeron una cultura propia con creencias mágico-religiosas, mezcla de lo sagrado y lo pagano expresándolo en sus cantos, bailes, danzas y costumbres.

La primera oleada de negros constituyeron la servidumbre de las casas haciendas en los ingenios azucareros, en el cultivo del algodón, en las construcciones, etc. En este nuevo continente el primer idioma fue el samaracca o expresión congo-angoleña, posteriormente el lenguaje papiamento, combinación de habla negra en Jamaica donde predomina. Aparece el cleoque dialecto que resulta de la mezcla de la etnia negra de Haití y la replana del Perú, combinación de varios idiomas africanos mezclados con el español criollo.

En Chincha (al sur de Lima), el africano puro y sus descendientes fueron catequizados por los dominicos y jesuítas; ya como cristianos y bajo la dura realidad de trabajo, mimetizan sus creencias ancestrales y las articulan con los santos católicos, surgiendo así la patrona de los negros: la Virgen del Carmen.

Aglutinados en los galpones de las haciendas, germina la grandeza del arte negro de Chincha, sea de San José, San Regis, Alto Larán, Guayabo, Chamorro, Hoja Redonda, Chincha Baja. En el duro trabajo, en la fatiga, en la enfermedad, en la soledad, escriben décimas, panalivios, danzas, festejos, zamba, landó, alcatraz, inga, son de los diablos, agua de nieve, el cabe, la lagartija, el toromata, conga, zamacueca, etc. Así por más de cuatro centurias el negro chinchano crea para el Perú, atajo de pallitas, de negritos, negros creadores de la décima negra de pie forzado, artistas negros, grandes deportistas.

Historia
En 1502, llegaron los primeros esclavos negros de Africa a América. Fueron traídos para reemplazar la mano de obra indígena, que iba disminuyendo ostensiblemente en las colonias españolas. Entre 1492 y 1700, unos tres millones de africanos fueron sacados de sus tierras, de manera violenta, para ser esclavos de los conquistadores en América.


Eran traídos en buques especiales, llamados "Ataúdes" o "Tumbeiros". Estos nombres eran expresión de las características de tales expediciones mercantilistas, porque llegaban vivos a América sólo la mitad de los negros que habían salido de Africa. Venían enmarrocados (amarrados), apiñados en las bodegas de los buques, sin las mínimas condiciones de higiene, sin la adecuada alimentación; en estas condiciones aquellos negros eran presa fácil de enfermedades y epidemias.

En América, miles de negros esclavos fueron vendidos a los hacendados y citadinos españoles en los llamados mercados de trata. Para este fin eran exhibidos encadenados apenas arribaban mientras eran denigrantemente subastados. Los precios variaban de acuerdo al sexo, fortaleza, salud y edad. Una vez adquiridos pasaban a ser patrimonio de su amo, quien disponía de su destino y de su vida. Tenían un valor en dinero y pertenecían a alguien y los alimentaban para utilizarlos en faenas y servicios que el amo creyera conveniente. Si el amo quería deshacerse del esclavo, lo ofertaba en el mercado de trata de esclavos, poniendo un sobreprecio, para recuperar su inversión y sacar algún dividendo.

Vida miserable
Los esclavos vivían en las haciendas en barracas o barracones; en las ciudades, estas barracas estaban ubicadas en un rincón de los huertos o solares. Dichas barracas, como es de suponer, propendían al hacinamiento y la promiscuidad.

Las mujeres negras esclavas, en las haciendas y en los solares virreinales, fueron destinadas para labores domésticas. Sin embargo, muchas de ellas, en las haciendas, principalmente costeñas, hacían labores de campo, como por ejemplo, en los viñedos y algodonales, conocidas en este último caso, como "apañadoras".

Los varones efectuaban el trabajo más pesado tanto en las zonas urbanas como en las haciendas. Como por ejemplo, limpieza de excusados, galpones, porquerizas, caballerizas, etc.

Los amos retribuían este servicio gratuito con la vivienda y la alimentación que les proporcionaban. Los esclavos no podían salir de la propiedad del patrón y carecían de libertad. Al esclavo que infringía alguna norma, se le castigaba severamente, por lo que existieron varios sistemas de tortura. Sea cual fuere el castigo acordado para el esclavo rebelde, se cuidaban de no desfigurarlo, dado que, de ser así, su precio de venta en el mercado, disminuiría. Sin embargo, se tiene noticia de que al negro muy rebelde o cimarrón, le cortaban las orejas, lo castraban e incluso le cortaban las manos.

A fines del siglo XVII y principios del siglo XVIII, se formaron unas rancherías en los alrededores de la ciudad de Lima, como en Huachipa, Carabayllo, Monte Zambrano, etc. Fueron hechas por negros esclavos, que en busca de su libertad, habían preferido huir y rebelarse contra el opresor sistema. Estas rancherías en lo posible, se ubicaban en las zonas menos transitadas, con bosques para ocultarse de sus perseguidores.

Alrededor del año 1710, esas rancherías evolucionaron hasta convertirse en palenques. Los palenques, entonces eran asentamientos rurales de negros cimarrones, rebeldes.

Finalmente, el 3 de diciembre de 1854, el entonces presidente de Perú Ramón Castilla, mediante una ley dictada desde Huancayo decretó el fin de la esclavitud y la libertad plena de los negros.







Documental grabado en El Carmen (Chincha - Perú) que registra la tradición religiosa donde afrodescendientes realizan un ritual de zapateo en homenaje al Niño Jesus


lunes, 26 de noviembre de 2007

Perú Contacto con una Cultura Viva



En el video que presentamos se aprecia de manera integral las riquezas naturales, arqueológicas, urbanas, folkloricas, culinarias, y sociales, que distinguen al Perú del resto de países de Latinoamérica.

jueves, 15 de noviembre de 2007

El Pisco: Patrimonio Cultural del Perú



El pisco del Perú es una bebida alcohólica, de la familia de los brandy, perteneciente a una variedad de aguardiente de uvas. Se produce en el Perú desde fines del siglo XVI.


Es la bebida destilada típica del Perú, elaborada a partir de la uva, cuyo valor ha traspasado las fronteras del país, como lo atestiguan los registros de embarques realizados a través del puerto de Pisco hacia países de Europa y América desde el siglo XVII, tales como Inglaterra, España, Portugal, Guatemala, Panamá y a Estados Unidos de América, desde mediados del siglo XIX.

Es uno de los productos bandera peruanos y sólo se produce en los departamentos de Lima, Ica, Arequipa, Moquegua y en los valles de Locumba, Sama y Caplina del departamento de Tacna.
 Tomado de Wikipedia – 15/11/2007

sábado, 3 de noviembre de 2007

Batalla por Lima




Enero de 1536. La Ciudad de los Reyes, Lima, se preparaba para celebrar los primeros cuatro años de su fundación cuando una aterradora imagen provocó pánico en la escasa población de españoles, indios y esclavos.

Miles de guerreros del ejército rebelde de Manco Inca descendían del cerro San Cristóbal con gritos de guerra.

Mujeres y niños españoles huyeron hacia el puerto del Callao donde varias carabelas los esperaban para trasladarlos a Trujillo. En Lima, mientras tanto, el marqués Francisco Pizarro y decenas de españoles juraron defender hasta la muerte su ciudad.

Entre los defensores sobresalía el arma secreta del viejo conquistador: miles de indios huaylas, procedentes del actual departamento de Áncash, se sumaron a la defensa de la capital del Perú a pedido especial de Inés Huaylas Ñusta, concubina de Pizarro e hija del inca Huayna Cápac y de la curaca de Huaylas.

El feroz enfrentamiento se produjo muy cerca del río Rímac, en el actual Barrios Altos, y a pocas cuadras de la Plaza de Armas.

Los rebeldes cusqueños llevaron la peor parte. Además de enfrentar a los aguerridos indios huaylas (que se la tenían jurada a los cusqueños), tuvieron que enfrentar las cargas de la caballería española, el ataque de los perros de guerra y los mortales disparos de los arcabuceros de Pizarro. En pleno combate murió el general inca Ylla Topa, lugarteniente de Qusi Yupanqui, provocando el desbande de los atacantes.

En medio de la tragedia, un indio procedente del curacazgo de Puruchuco, aliado de los cusqueños, recibió el impacto de una mortal “pelota” lanzada por un arcabuz español.

Marzo del 2004. Entre decenas de fardos funerarios rescatados por el equipo dirigido por el arqueólogo peruano Guillermo Cox, en la zona de Huaquerones-Puruchuco, un grupo de 72 entierros llamaron la atención de los arqueólogos.

“A diferencia de la mayoría de los entierros, estos no estaban enfardados ni tenían ofrendas, los cuerpos fueron envueltos en simples mantas atadas con sogas, y fueron enterrados con apuro y casi en la superficie”, recuerda Cox.

Entre los esqueletos, uno llamó poderosamente la atención: el cráneo tenía el orificio de un disparo. “Estuve a punto de llamar a la Policía”, reveló Cox, pero cuando analizamos el cráneo pudimos comprobar que se trataba del impacto de una bala, “pero de un arma de fuego de hace cuatrocientos años, más precisamente de un arcabuz”.

Con el apoyo de un equipo de antropólogos físicos dirigido por Bárbara Moffet y el auspicio de la National Geographic Society, los arqueólogos peruanos realizaron exhaustivos análisis de cada uno de los cuerpos hallados en Puruchuco. “Cientos de análisis con rayos X, tomografías computarizadas y otros estudios científicos para demostrar que los cuerpos corresponden a guerreros locales que murieron durante la batalla por el cerco de Lima”, sostiene Cox.

Se trata del primer hallazgo de un indígena muerto con arma de fuego durante la conquista española. Los otros cuerpos también muestran signos de violencia.

“De los 72 individuos, poco más de la mitad muestra heridas de necesidad mortal hechas por armas indígenas, como hachas, porras, piedras lanzadas con huaracas; y sólo cinco tienen heridas de armas europeas”, revela el arqueólogo peruano. Otra sorpresa fue hallar el cuerpo de cinco mujeres jóvenes muertas a golpes de armas indígenas.

“Esto demostraría que los rebeldes llegaron a Lima con rabonas”, sostiene la historiadora María Rostworoski. Existe información de las mujeres que acompañaban a los guerreros, conocidas como “rabonas”, desde la época preínca. Sólo en las grandes conquistas, los incas prescindieron de las rabonas. Y ahora sabemos que durante la rebelión de Manco Inca volvieron a acompañar en la guerra a sus maridos. 



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