Unos documentos españoles del siglo XVII expuestos en una biblioteca australiana demuestran lo cerca que estuvo el rey Felipe III de enviar una expedición para reclamar la isla de Australia para la Corona de España.
La biblioteca estatal de Nueva Gales del Sur exhibe los trece memoriales que el explorador Pedro Fernández de Queirós, de origen portugués, envió durante años al monarca para solicitar financiación. "Podríamos haber sido españoles, tener su cocina y hablar su idioma", declaró a la cadena ABC Alex Byrne, rector de la biblioteca, situada en el sureste del país oceánico.
Dos nuevos documentos, adquiridos a un coleccionista privado por unos 800.000 dólares (600.000 euros), fueron mostrados al público por primera vez este jueves, junto a los once que ya poseía la institución australiana, y permanecerán expuestos hasta febrero del 2014. "Los documentos eran altamente confidenciales, así que, cuando uno fue filtrado a los espías, la rivalidad (de otros reinos) aumentó", indicó Byrne durante el acto de inauguración.
Las misivas muestran el empecinamiento de Queirós para que la Corona española sufragara una expedición después de que el explorador se topara en el Pacífico con una tierra "de maravillosas especias, nuez moscada y canela". "Allí hay madera para construir barcos para la armada de su majestad y gente a la que podemos cristianizar antes de que los protestantes lleguen", escribió Queirós al Monarca en uno de los pedidos.
Previamente, en 1603 el marino partió desde el puerto de El Callao en Perú acompañado de tres naves con la intención de encontrar Terra Australis.
Tres años más tarde, Queirós arribó a una isla bautizando su descubrimiento con el nombre de "Austrialia (que combina las palabras 'Austral' y 'Austria', la casa a la que pertenecía el rey) del Espíritu Santo", al ser el primer europeo en pisar "aquellos lejanos territorios".
El portugués -por entonces las actuales Portugal y España pertenecían a la Corona española- regresó a Madrid en 1607 para solicitar a la Corte Real la financiación de una nueva expedición.
El aventurero fue tomado en la corte por loco, aunque durante siete años no cejó en su empeño y continuó escribiendo memoriales a Felipe III relatando su viaje y pidiendo otra oportunidad.
"Durante esos siglos, ellos tenían menos conocimiento que cuando nosotros mandamos una nave espacial a Marte o más allá (...). Imaginaban que habría monstruos por los mares, así que Queirós pretendía persuadir al rey para que pusiera dinero en una aventura muy peligrosa", apuntó el bibliotecario.
En los actuales libros y enciclopedias de historia se concede el descubrimiento de Australia al marino holandés, Willem Janszoon. Patrick Francis Moran, arzobispo de Sídney desde 1884 a 1911, ha sido uno de los principales defensores de las teorías que apuntan a que Queirós fue el primer europeo en llegar a Australia al asegurar que el primer asentamiento español, llamado Nueva Jerusalén, se encontraba cerca de Gladstone, en el estado de Queensland.
Tras años de insistencia, Felipe III accedió a financiar la expedición de Queirós, quien finalmente fue enviado a Panamá, donde falleció en 1614 antes de iniciar la expedición en busca de las tierras australes. "Podría haber sido un mundo diferente, ¿verdad?, y quién sabe hacia dónde habría ido, pero, supongo, estas son las peculiaridades de la historia", sentenció el experto bibliotecario.(diario La Vanguardia)