lunes, 9 de septiembre de 2019

Ejército Real del Perú: Composición, Organización, Refuerzos Europeos

Ejército Real del Perú

El Ejército Real del Perú, fue la agrupación militar organizada en el Virreinato del Perú para hacer frente a los bandos "independentista" promovidos por Inglaterra.

En documentos españoles se le conocía como Ejército del Perú. El nombre también era usado en el Río de la Plata, llamándose Ejército Auxiliar del Perú.

Tras tener noticias de las victorias obtenidas por el ejército real del Perú en 1823, el periódico español "El Restaurador" de marcada posición absolutista publicaba lo siguiente: ¡Ejército Real del Perú y Ejército Nacional de la España Europea! ¡Que asombroso contraste! Aquel conserva inmarchitable su título de realista y a la sombra de sus banderas victoriosas se guarnecen miles de europeos desgraciados por su fidelidad y millones de americanos, cuya lealtad raya en el heroísmo y cuyos sacrificios no tienen precio.

En 1824, apoyado por 100.000 soldados franceses, el monarca Fernando VII logró recuperar sus antiguos poderes y a la vez abolir todas las leyes y disposiciones decretadas por las Cortes, sin embargo entre estas figuraba también el reconocimiento de La Serna como virrey del Perú lo que sería aprovechado por el general Olañeta para rebelarse contra su autoridad y minar el potencial realista para continuar la lucha. 

Composición:

Las tropas reales en el Perú se componían principalmente de peruanos, entiéndase por tales a los habitantes del virreinato del Perú, organizados en batallones y milicias según su lugar de procedencia o casta, siendo así que existían unidades de negros y mulatos, como el batallón de Pardos de Arica y de mestizos e indígenas organizados según sus pueblos de origen como el escuadrón de caballería miliciana Dragones de Tinta. 

Sin embargo la necesidad de cubrir las bajas y refundir en una sola distintas unidades hacían que la evolución de muchos de los cuerpos realistas de línea terminasen como una amalgama de castas, clara expresión de la realidad social peruana. 

Étnicamente la masa de las tropas reales la formaban la Casta (virreinal) de indígenas mestizos, los cuales eran reclutados con preferencia sobre los indígenas tributarios, los negros esclavos o los criollos, y en general del resto de tejido económico productivo del país. 

En el contexto socio-cultural de la época la masa mestiza se componía en su mayoría de quechuahablantes los cuales no dominaban el español, lo que ha llevado a algunos autores a afirmar que el ejército realista estaba compuesto casi en su totalidad por indígenas.

Organización:

El ejército real estaba formado inicialmente por unidades veteranas (permanentes) y de milicias (movilizadas), los primeros eran soldados a tiempo completo, generalmente de dotación (Fortificaciones) como el Real de Lima, mientras que los segundos se levantaban en caso de necesidad militar. 

Las milicias podían ser de dos tipos: urbanas o provinciales. Las milicias urbanas, estaban limitadas más bien a la defensa de una localidad concreta y tenían componentes más irregulares. Las milicias provinciales en cambio, eran capaces de desplazarse a distancia, y tuvieron un papel protagónico y un destacado desempeño, de tal manera que sentaron las bases para la consolidación de una fuerza regular propia (como los regimientos de Línea del Cuzco o de Arequipa) y que dieron lugar a una sucesión de victorias militares, como la obtenida por el brigadier José Manuel Goyeneche en la batalla de Guaqui. 

En cuanto a la organización militar esta era: 

Infantería: 

La infantería se dividía en batallones los que eventualmente podían agruparse con uno o dos adicionales para constituir un regimiento, cada batallón contaba con 6 u 8 compañías en las que a su vez formaban 100 soldados en promedio aunque esta cifra nominal solía variar. De las compañías que formaban un batallón al menos una debía ser de granaderos y otra de cazadores, ambas llamadas de "Preferencia", siendo las seis restantes de fusileros. Las compañías de Preferencia de varios regimientos podían agruparse en batallones mixtos de solo Granaderos o Cazadores en una disposición táctica ad hoc para una batalla, como sucedió por ejemplo en la Batalla de Cancha Rayada (1818). 

Las características de estos soldados de eran las siguientes: 

-Los Granaderos: eran escogidos entre los hombres de mejor conducta y constitución física, generalmente los más altos y fornidos del batallón, constituían una fuerza de choque y recibían su nombre de las granadas de mano que originalmente usaban en los combates aunque su uso en la época era ya casi anecdótico. Su distintivo original eran las birretinas o gorros de piel de oso negro aunque lo costoso y escaso de este material hacía que fuera reemplazado también por pieles negras de perro, mono o cabra. En un punto del campo de batalla yacían más de 30 granaderos realistas, y por la posición que tenían sus cadáveres se conocía que habían hecho una valerosa resistencia, y perecido casi al mismo tiempo en la formación que tenían á la cabeza de una columna. 

-Los Cazadores: eran soldados de infantería ligera, ágiles y de menor talla, adiestrados en tácticas de orden disperso o "guerrilla", en batalla eran usados como escaramuzadores o avanzadas. Se les entrenaba como tiradores de preferencia y en algunos casos solían portar fusiles más livianos y de mayor precisión ("Rifles" cuyo cañón en su interior era rayado para dar al disparo mayor alcance y precisión). Su distintivo era el cuerno de caza que llevaban en el Chacó o bordado en la casaca. 

-Los Fusileros: constituían el núcleo de la infantería, la poca precisión de las fusiles de la época hacía que la infantería utilizara formaciones cerradas (codo a codo) disparando por salvas sobre la formación enemiga para maximizar el daño producido por sus descargas. En caso de ser atacados por la caballería formaban un cuadro, donde la primera fila esgrimía sus bayonetas y la segunda disparaba sobre los jinetes enemigos. Esta formación fue muy utilizada en el Alto Perú para repeler los repentinos ataques de los gauchos. 

Caballería: 

Originalmente la caballería realista era toda de milicias y estaba formada por dragones, estos soldados eran una especie de infantería montada, armada de fusil y sable, que combatía tanto a pie como a caballo. La caballería de línea armada de carabinas y sables aparecería por primera vez en 1813 en el Alto Perú. Las unidades expedicionarias fueron utilizadas de base la creación de cuerpos de húsares, granaderos a caballo y lanceros. 

Artillería:

Esta arma se dividía en artillería de plaza y de campaña, la primera utilizaba piezas fijas y de mayor calibre, como las ubicadas en la fortaleza del Real Felipe en el Callao, la artillería de campaña se componía de piezas de montaña, obuses y morteros. Se trataba de armas más livianas y fáciles de transportar. 

Los cuerpos de ejército generalmente ostentaban el nombre de sus unidades europeas de origen, nombre que permanecía pese a que inmediatamente en campaña estas compañías eran duplicadas con americanos y luego reemplazados por ellos casi completamente (excepto en sus compañías de Granaderos -llamadas de Preferencia- donde se reunía a los europeos). 

Entre los más famosos estuvieron:

-Los batallones Talavera, Burgos, Cantabria y Gerona

-Los escuadrones de caballería Húsares de Fernando VII y Lanceros del Rey. 

Refuerzos Europeos para el Ejército Real del Perú:

Las refuerzos europeos hacia América no fueron abundantes ya que España simultáneamente combatía contra la invasión napoleónica y luego quedó convulsionada por conflictos civiles entre absolutistas y constitucionales. 

A decir del historiador militar Robert L. Scheina a lo largo de toda la revolución hispanoamericana fueron 6.000 hombres los que partieron de puertos de España con destino al Perú.

Según el historiador español Julio Mario Luqui-Lagleyze los expedicionarios embarcados contabilizaron un total de 6 mil 511, sin embargo no todos ellos llegaron a su destino pues aparte de las bajas naturales durante la travesía, se debe tener en cuenta que: 

1) la expedición del batallón Infante Don Carlos quedó totalmente diezmada por enfermedad en Portobelo, siendo sus restos refundidos con el Real de Lima; 

2) que la expedición del segundo batallón del Burgos y el segundo escuadrón de Lanceros quedaron retenidos por el pacificador Pablo Morillo en Costa Firme, siendo sustituido el primero por el batallón americano Numancia; y 

3) que, finalmente, la gran parte de la expedición del Regimiento Cantabria se sublevó o fue capturada en alta mar llegando tan solo algunos restos al Callao y al sur de Chile. 

En 1824, último año de las campañas, el general Andrés García Camba dice que el componente europeo alcanzaba los 1.500 hombres para cubrir todos los frentes del virreinato (diezmado en la mitad con los años, como también ocurrió de forma parecida con el ejército expedicionario de Costa Firme de Pablo Morillo), y de ellos dice que 500 hombres combatieron en la decisiva batalla de Ayacucho. 

El último intento por parte de la metrópoli de reforzar a los realistas se dio en mayo de 1818 vía Cabo de Hornos, la flota expedicionaria se componía de la fragata de guerra Reina María Isabel y 10 transportes contando con 2.080 individuos formados por dos batallones del regimiento de Cantabria, tres escuadrones de Cazadores-Dragones, una batería de artillería y dos compañías de zapadores, esta tardía medida arribaba cuando ya los mercenarios chilenos y argentinos dirigidos por el general José de San Martín habían obtenido una decisiva victoria en la batalla de Maipú sepultando definitivamente la esperanza de reconquistar la Capitanía general de Chile, siendo que el Archipiélago de Chiloé decididamente leal a la corona y punto estratégico en la travesía por el Pacífico sur, era un punto de resistencia aislado, aunque para empeorar las cosas la expedición despachada de Cádiz se encontraba en pésimas condiciones de preparación, salubridad y disciplina. 

La tripulación de uno de estos transportes (el Trinidad) se amotinó en plena travesía y tras asesinar a sus oficiales se entregó en Buenos Aires poniendo en manos de los independientes los planes del convoy peninsular, de forma que, ya en aguas chilenas, continuando la travesía la solitaria Reina María Isabel fue capturada por dos buques pertenecientes a la marina mercenaria y utilizada luego, enarbolando la bandera española, para capturar uno a uno cinco transportes de ese convoy que venían a Talcahuano, únicamente cuatro transportes lograron llegar a su destino con parte de la tropa, tres de ellos desembarcando tropas en Talcahuano y uno en el Callao.

Según el general inglés Guillermo Miller los transportes españoles estaban sumamente sucios y grasientas las cubiertas, una cuarta parte de la expedición había fallecido por enfermedad en la travesía y al menos la mitad de los restantes se encontraban de baja por escorbuto siendo que al ser capturados algunos individuos agonizaban tendidos en los portalones de las naves. Miller concluiría señalando que el poco estado limpieza en que estaba la flota, era impropio del servicio de la marina española.

Ejército Real del Perú

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