martes, 28 de agosto de 2018

¿Quién fue la Perricholi?

Virrey Manuel de Amat y la Perricholi
interpretación teatral de
Alberto Isola y Melania Urbina

María Micaela Villegas y Hurtado de Mendoza (Lima, 28 de septiembre de 1748 – Lima, 16 de mayo de 1819), fue una famosa actriz de teatro en el Virreinato del Perú.

Fue una de las mujeres más célebres del siglo XVIII, antecedente de las grandes divas del espectáculo.  

Aprendió a leer y escribir, cosa poco común para las mujeres de la época, haciéndose aficionada a las obras de Lope de Vega y Calderón de la Barca. Gustaba también del canto y danza, y de temprana edad mostró vocación por el teatro, aun cuando ese oficio era considerado como indigno e impropio para una mujer. 

El teatro era su pasión, y antes de cumplir 20 años, su talento y elocuencia la convirtieron en la actriz de moda.

En esa época inició un tórrido romance con el sexagenario Virrey del Perú don Manuel Amat y Junyent, el que se convirtió en la relación más sonada del siglo XVIII. Amat la hizo su amante y el centro de la vida social limeña. 


Para satisfacer a Micaela Villegas, Amat realizó lindas construcciones: la Alameda de los Descalzos; el bello palacete La Quinta de Presa; el Templo de las Nazarenas, que albergaría la imagen del Señor de los Milagros, de la cual era devota y El Paseo de Aguas. 

Sobre el difundido apelativo de "Perricholi" existen varias historias respecto al significado del mismo:

-La historia más conocida no tiene nada de romántica y es probable que haya sido difundida por los numerosos enemigos que tenía el virrey: se cuenta que en una acalorada pelea entre los amantes, Amat la llamó enfurecido «perra chola», que en su acento catalán sonaba a «perri choli». El incidente trascendió fuera del palacio y la alta sociedad limeña –que no le tenía mucho aprecio a Micaela Villegas– comenzó a llamarla «La Perricholi» para humillarla. 

-Amat la llamaba en la intimidad «peti-xol» que en catalán significa ‘pequeña joya’

-El término «pirri» era usado en aquella época como diminutivo, por lo que «pirri-choli» o «petit-choli» significaría cariñosamente ‘cholita’.

En 1776, Amat terminó su período como virrey del Perú y regresó a España, dejándole una generosa pensión y varias propiedades. Micaela se quedó en Lima con su hijo.

martes, 21 de agosto de 2018

Virreinato del Perú: Pedro Alvarez de Toledo y Leiva - I Marqués de Mancera - 15° Virrey del Perú

Pedro Alvarez de Toledo y Leiva
1° Marqués de Mancera
15° Virrey del Perú

Pedro Álvarez de Toledo y Leiva (Úbeda, 1585 - Mancera de Abajo, 9 de marzo de 1654) fue un noble, político y militar español.

Fue el primer marqués de Mancera y VI señor de Mancera y de las Cinco Villas.

Fue el 15° Virrey del Perú entre los años 1639 a 1648.

Nació en la ciudad de Úbeda (Jaén) en el año 1585, siendo hijo de Luis Álvarez de Toledo y Mendoza, IV señor de Mancera en la provincia de Salamanca y Cinco Villas y comendador de Alange en la Orden de Santiago, y de Isabel de Leiva, hija de Sancho Martínez de Leiva, Virrey de Navarra, y de Leonor de Mendoza, hija de los señores de La Corzana. 

Desde muy joven sirvió a bordo de las galeras, con quince años ya se halló combatiendo en Italia (1600), y un año después en la campaña de Argel conducida por el príncipe Juan Andrea Doria. 

Al mando de cinco galeras concurrió a la defensa del estrecho de Gibraltar (1607), atacado por los moros. 

Fue miembro del Consejo colateral de Nápoles durante el virreinato de Antonio Zapata y Cisneros, y llegó a ser teniente general de las galeras de Sicilia (1622). 

Una vez en la corte, el rey Felipe IV le otorgó el título nobiliario de marqués de Mancera, el 17 de julio de 1623 y pasó a integrar el Consejo Supremo de Guerra. 

El 4 de agosto de 1631 fue designado gobernador y capitán general de Galicia, cargo que ocupó hasta 1637, cuando fue nombrado gobernador de Orán. 

Finalmente recibió el 24 de febrero de 1638 el cargo de Virrey del Perú, y empleó más de un año en los preparativos de viaje, pues salió de Cádiz el 20 de mayo de 1639. 


Tomó posesión del cargo como el quinceavo virrey del Perú el 18 de diciembre de 1639, y lo entregó a García Sarmiento de Sotomayor, II conde de Salvatierra el 20 de septiembre de 1648.

Ante las frecuentes incursiones de los piratas, y aconsejado por su experiencia militar, dispuso la fortificación del Callao (1640) levantando una muralla de 4 Km de largo, la erección de fuertes en Arica y Valdivia (isla Mancera, denominada así en su honor), y fortificó la defensa de Buenos Aires. 

Introdujo el uso del papel sellado (1641). 

Visitó las minas de azogue de Huancavelica (1645), para reformar su administración y asegurar el aprovisionamiento del metal.

Ordenó la explotación del mineral de Potosí. 

Dispuso la venta de tierras, y mediante su ejecución obtuvo 2 millones de pesos para la monarquía española. 

Atendió "la conservación, buen tratamiento y alivio de los indios". Reconoció que éstos tenían por enemigos a los corregidores, curas y caciques "atentos a enriquecerse de su sudor", los que ninguna preocupación mostraban por obedecer las providencias dictadas para amparar a aquellos. 

Para conocimiento de su sucesor preparó una relación del estado del gobierno del Perú (al parecer impresa en Lima hacia 1648). 

De vuelta en la corte, se retiró a su palacio de Mancera, donde murió el 9 de marzo de 1654. 

Familia:

Pedro Álvarez de Toledo y Leiva, I marqués de Mancera, se casó en primeras nupcias con Luisa Feijóo de Novoa y Zamudio, hija de Francisco de Novoa, y de Leonor de Zamudio Osorio, I marquesa de Belvís. En segundas nupcias se casó con María de Salazar Enríquez de Navarra, III señora del Mármol. Del primer matrimonio nació Francisca Álvarez de Toledo y Novoa, conocida también como Francisca María Álvarez de Toledo Osorio Feijóo de Novoa y Leiva, II marquesa de Belvís, I marquesa de Montalbo de (19.3.1630), y señora de las casas de Zamudio y Zugasti (un hijo de ésta, Pedro será el III marqués de Mancera y III conde de Gondomar). Del segundo matrimonio nacieron Antonio Sebastián Alvarez de Toledo Molina y Salazar, II marqués de Mancera y Antonia María Álvarez de Toledo Molina y Salazar. (Datos: Wikipedia)

lunes, 20 de agosto de 2018

¿Cuál es el contenido del escudo de la ciudad de Lima?

Escudo de Lima con el Aguila Bicéfala

El escudo de Lima se describe originalmente de la siguiente forma:

"Un escudo en campo azul, con tres coronas de oro de reyes, puestas en triángulo, y encima de ellas, una estrella de oro, la cual cada una de las tres puntas de dicha estrella toque a las tres coronas, y por orla unas letras de oro que digan: 'Hoc signum vere regum est', en campo colorado, y por timbre y divisa dos águilas negras de corona de oro de reyes, que se miren la una a la otra, y abrazen una I., y una K.(*), que son las primeras letras de nuestros nombres propios, y encima de estas dichas letras una estrella de oro, según aquí van figuradas y pintadas.​ La divisa en la bordura colorada (de gules) "Hoc signum vere regum est", que significa "Este es el verdadero signo de los reyes".

Según la historiadora María Rostworowski, tal apelativo fue impuesto en honor del emperador Carlos V del Sacro Imperio Romano Germánico y primero de España y de su madre, la reina Juana. Como la propia divisa de la bordura indica, la estrella es el verdadero signo de los reyes. 

Exterior al escudo se sitúan varias figuras. Sobre este, quedan situadas las iniciales "I" y "K", Ioana y Karolus (o Karl), que son los nombres de la reina de Juana I de Castilla (conocida como Juana la Loca) y su hijo, posterior rey Carlos I. Sobre las letras se sitúa una estrella, y "abrazándolas" dos águilas afrontadas, de sable, coronadas, que sujetan el escudo. El águila es un símbolo de de los reyes católicos, cuyo emblema era el Águila de San Juan. Fue empleado por Juana su hija, y también por Carlos I. El águila también es un símbolo imperial de Carlos I, puede representarse en dos cuerpos, o más a menudo, como un águila bicéfala, en representación del Sacro Imperio Romano Germánico del que fue su V titular. De hecho, durante un tiempo se utilizó para representar el escudo un águila bicéfala, que además se acompañó de otros símbolos, como una lima y las Columnas de Hércules.

(*) I de ioana por la reina Juana de Castilla y K de Karolus por Carlos V (también Carlos I)

sábado, 11 de agosto de 2018

Martín Hurtado de Arbieto Derrota al Ultimo Inca Túpac Amaru I

Túpac Amaru (Cusco, 1545-ib., 24 de septiembre de 1572), también conocido como Felipe Túpac Amaru, fue el cuarto y último inca de Vilcabamba. Hijo de Manco Inca, fue hecho sacerdote y guardián del cuerpo de su padre. En quechua, tupaq amaru significa ‘serpiente resplandeciente’. Índice 1 Adquisición 2 La guerra final con España 3 Captura de Túpac Amaru 4 Ejecución 5 Descendientes 6 Véase también 7 Notas al pie 8 Bibliografía 9 Enlaces externos Adquisición Túpac Amaru asumió como inca de Vilcabamba después de que su medio hermano el uari inca Titu Cusi Yupanqui muriera en 1570. Los incas creían que su medio hermano se había visto forzado a admitir a los sacerdotes misioneros en Vilcabamba y que los españoles lo habían envenenado. En estos tiempos los españoles todavía no estaban advertidos de la muerte del anterior uari inca y habían enviado rutinariamente dos embajadores para continuar con las negociaciones en curso. El último de ellos fue el conquistador Atilano de Anaya quien, tras cruzar el puente de Chuquisaca, fue capturado y ejecutado junto con su escolta por el general inca Curi Paucar.1​ Al ser confirmada esta noticia por el cura de Amaybamba, el nuevo virrey del Perú, Francisco Álvarez de Toledo, decidió someter por la fuerza al reino de Vilcabamba. Apelando a la justificación de que los incas habían roto «la inviolable ley de todas las naciones del mundo: el respeto a los embajadores», el virrey declaró formalmente la guerra el 14 de abril de 1572. La guerra final con España La expedición de conquista fue encargada al encomendero y regidor Martín Hurtado de Arbieto, como maestre de campo fue designado Juan Álvarez Maldonado y como alférez real y secretario Pedro Sarmiento de Gamboa. Las poderosas tropas a su mando estaban conformadas por varias piezas de artillería, 250 soldados españoles y 2500 nativos aliados, entre los cuales figuraban 1000 cañaris, enemigos mortales de la panaca de los incas rebeldes.2​ Para la defensa de Vilcabamba, el inca Túpac Amaru contaba con aproximadamente 2000 soldados de los cuales 600 o 700 eran guerreros anti (llamados chunchos por los incas del Cuzco), de quienes el fallecido Titu Cusi solía decir a los emisarios españoles, fingida o realmente, aun practicaban el canibalismo. Entre sus generales figuraban Hualpa Yupanqui, Parinango, Curi Paucar y Coya Topa.3​ Para atacar el baluarte inca, Hurtado de Arbieto dividió a su ejército en dos grupos, el primero de ellos bajo su mando directo atacaría por Chuquichaca mientras que la segunda columna, al mando de Arias de Sotelo, lo haría por Curahuasi. Se libraron gran cantidad de escaramuzas, pero la única gran batalla de la campaña tuvo lugar en Choquelluca, a orillas del río Vilcabamba. Los incas atacaron primero con mucho espíritu a pesar de estar solo ligeramente armados, pero los españoles y sus aliados indígenas lograron resistirlos; según Martín García Óñez de Loyola, los españoles llegaron a estar en un momento crítico a punto de ser arrollados por los guerreros incas, pero súbitamente estos abandonaron el combate tras ser arcabuceados y muertos sus generales Maras Inga y Parinango.4​ Un momento cumbre del combate se alcanzó con la pelea personal y a mano limpia entre el capitán inca Huallpa y el español García de Loyola, cuando el comandante español se hallaba en una situación desesperada por haber recibido varios golpes directos y encontrarse en riesgo de ser desabarrancado, uno de sus leales disparó traidoramente sobre la espalda del inca, matándolo y provocando un clima de indignación que reavivó el combate. Los cronistas españoles lo narraron así: Peleóse con gran porfía de una parte y otra, y Martín García de Loyola se vio en un evidentísimo peligro de la muerte porque estando peleando salió un indio enemigo de tan gran disposición de cuerpo y fuerza, que parecía medio gigante y se abrazó con él por encima de los hombros que no le dejaba rebullirse, pero socorrió le un indio amigo, de los nuestros, llamado Currillo, que llegó con un alfanje y le tiró una cuchillada a los pies, que se los derribó, y segundando otra por los hombros lo abrió de suerte que cayó allí muerto, y así, mediante este indio, se libró de la muerte el capitán Martín García de Loyola, que cierto fue hazaña digna de poner en historia el ánimo y presteza con que Currillo quitó la vida al medio gigante de dos cuchilladas, y salvó a su capitán. Crónica de Martín de Murúa5​ Tras esta batalla los españoles capturaron la ciudad y el palacio de Vitcos, al acercarse la expedición a la ciudadela de Tumichaca fueron recibidos por su comandante Puma Inga, quien rindió sus fuerzas y manifestó que la muerte del comisionado español Anaya había sido responsabilidad de Curi Paucar, y otros capitanes rebeldes a sus incas deseosos de la paz. El 23 de junio cayó ante la artillería española el último foco de resistencia inca, el fuerte de Huayna Pucará, que los nativos habían construido recientemente y se encontraba defendido por 500 chunchos flecheros. Los restos del ejército inca, ahora en retirada, optaron por abandonar Vilcabamba su última ciudad y dirigirse a la selva para reagruparse. El 24 de junio los españoles tomaron posesión de la misma cumpliendo Sarmiento con las solemnidades del caso, quien tras enarbolar el estandarte real en la plaza del poblado proclamó: "Yo, el capitán Pedro Sarmiento de Gamboa, alférez general de este campo, por mandato del ilustre señor Martín Hurtado de Arbieto, general de él, tomo posesión de este pueblo de Vilcabamba y sus comarcas, provincias y jurisdicciones". Acto seguido campeó tres veces el estandarte y a grandes voces dijo: «Vilcabamba, por don Felipe, Rey de Castilla y León.» Clavó el estandarte en la tierra y realizó las salvas de ordenanza. Acompañado de los suyos Túpac Amaru se había marchado el día anterior con dirección al oeste, dentro de los bosques de las tierras bajas. El grupo, que incluía a sus generales y a los miembros de su familia, se había dividido en pequeñas partidas en un intento de evadir la persecución. Grupos de soldados españoles y sus indios auxiliares fueron enviados para cazarlos trenzándose en sangrientas escaramuzas con la escolta del inca. Uno capturó a la esposa e hijo de Wayna Cusi. El segundo regresó. El tercero regresó también; lo hizo con dos hermanos de Túpac Amaru, otros parientes y sus generales. El uari inca y su comandante permanecieron sueltos. Captura de Túpac Amaru en 1572. Ilustración de Felipe Guamán Poma. Captura de Túpac Amaru A continuación un grupo de cuarenta soldados elegidos personalmente salieron en persecución de estos. Siguieron el río Masahuay durante 170 millas, donde encontraron un almacén inca con cantidades de oro y vajilla de los incas. Los españoles capturaron un grupo de chunchos y los obligaron a decirles lo que habían visto, y si habían visto al uari inca. Estos informaron que se había ido río abajo, en bote. Los españoles construyeron después 20 balsas y continuaron la persecución. Río abajo descubrieron que Túpac Amaru había escapado por tierra. Continuaron con la ayuda de los aparis, los cuales avisaron qué ruta habían seguido los incas e informaron que Túpac se veía ralentizado debido a que su mujer estaba a punto de dar a luz. Después de una marcha de 50 millas vieron una fogata alrededor de las nueve de la noche.[cita requerida] Encontraron al uari inca Túpac Amaru y a su mujer calentándose entre sí. Les aseguraron que no se les produciría ningún daño y asegurarían su rendición. Túpac Amaru fue apresado. Los cautivos fueron traídos de regreso a las ruinas de Urcos y juntos se encontraron en Cuzco el 30 de noviembre. Los vencedores también trajeron los restos momificados de Manco Cápac y Titu Cusi Yupanqui y una estatua de oro de Punchao, la más preciada reliquia del linaje inca que contenía los restos mortales de los corazones de los incas fallecidos. Estos objetos sagrados fueron luego destruidos.[cita requerida] Ejecución Los españoles hicieron varios intentos para convertir a Túpac Amaru al cristianismo pero se cree que estos esfuerzos fueron rechazados por un hombre muy fuerte, que estaba convencido de su fe. Los cinco generales incas capturados recibieron un juicio sumario en el que nada fue dicho en su defensa y fueron sentenciados a la horca. Varios de los que murieron de las severas torturas que recibieron fueron también colgados. El juicio del uari inca comenzó un par de días más tarde. Túpac Amaru fue condenado por el asesinato de los sacerdotes en Urcos, de los cuales fue probablemente inocente.6​ Fue sentenciado a la decapitación. Numerosos clérigos, convencidos de la inocencia de Túpac Amaru, suplicaron de rodillas al virrey que el líder inca fuera enviado a España para ser juzgado en vez de ser ejecutado. Un testigo ocular del día de la ejecución, el 24 de septiembre de 1572, lo recordaba montado en una mula con las manos atadas a su espalda y una soga alrededor del cuello. Otros testigos dijeron que había grandes masas de personas y que el uari inca estaba rodeado por cientos de guardias con lanzas. Frente a la catedral, en la plaza central de Cuzco, un patíbulo había sido erigido. Se dice que había entre 10 000 y 15 000 personas presentes. Túpac Amaru subió al patíbulo acompañado por el obispo de Cuzco. Mientras lo hacía, se dice en las fuentes que una multitud de indios [sic], que llenaron completamente la plaza, vieron el lamentable espectáculo de que su señor e inca iba a morir, ensordecieron los cielos, haciéndolos reverberar con sus llantos y lamentos (Murúa, 271) Como es relatado por Baltasar de Ocampo y fray Gabriel de Oviedo, prior de los dominicos en Cuzco, ambos testigos oculares, el inca levantó su mano para silenciar a las multitudes, y sus últimas palabras fueron:7​ Ccollanan Pachacamac ricuy auccacunac yahuarniy hichascancuta (‘Ilustre Pachacamac, atestigua como mis enemigos derraman mi sangre’) Túpac Amaru I El virrey Toledo comunicó al rey Felipe II la ejecución de Túpac Amaru, en una carta del 24 de septiembre de 1572, manifestándole lo que vuestra magestad manda acerca del Inga, se ha hecho8​ A decir de algunos historiadores,9​ cuando el virrey Toledo dejó su cargo para regresar a España fue recibido por el rey Felipe II con las siguientes palabras Podéis iros a vuestra casa, porque yo os envié a servir reyes, no a matarlos aludiendo a la ejecución de Túpac Amaru. Aunque estas hubieran sido efectivamente las palabras del monarca español, lo real y cierto es que éste mantuvo a Álvarez de Toledo en el cargo de Virrey del Perú por un extenso período, que se prolongó hasta 1581. Descendientes Cerca de cuarenta años después de que la conquista del Imperio inca hubiese comenzado con la ejecución de Atahualpa, esta concluyó con la ejecución de su sobrino. Con el fin de prevenir el resurgimiento del imperio y borrar todo rastro de su descendencia, la fuente de futuras generaciones reales fue prontamente expulsada por el virrey. Varias docenas de personas, incluyendo al hijo de tres años de Túpac Amaru, fueron desterradas a lo que hoy en día son México, Chile, Panamá y otros lugares distantes. Sin embargo, a algunos se les permitió finalmente retornar sus lugares de origen. Dos siglos después, uno de sus descendientes, José Gabriel Condorcanqui Túpac Amaru II, lideró un levantamiento indígena en 1780 contra la continua presencia española en América, siendo nombrado inca-rey.

jueves, 9 de agosto de 2018

¿Francisco Pizarro tuvo esposa y descendencia inca?


Busto de Francisca Pizarro
Palacio de la Conquista
Trujillo-Cáceres
España

Inés Huaylas Yupanqui (1518-1559), fue una ñusta o princesa inca, hermana de los incas Huáscar y Atahualpa.

Fue la primera esposa de Francisco Pizarro y personaje destacado en la Conquista del Perú.

Inés era hija del inca Huayna Cápac y, de la princesa Paccha Duchicela.

Contaba 18 años cuando fue llevada a Cajamarca, donde estaba prisionero Atahualpa. Éste se la dio como esposa a Pizarro, para congraciarse con él y ver si así obtenía su libertad.

Fue bautizada por el rito cristiano, donde se le impone el nombre de Inés, en recuerdo de una hermana de Francisco Pizarro, el apellido Huaylas se le dio por ser el lugar de donde procedía.

El viejo conquistador, la llamaba Pizpita, ella se sentaba a la mesa con Pizarro y era presentada como su esposa.

Fruto de su matrimonio, nació en diciembre de 1534, en Jauja, su hija primogénita Francisca Pizarro Yupanqui. A finales el año siguiente, Inés tuvo otro hijo, Gonzalo, que murió muy joven, en 1544. Estos dos hijos fueron reconocidos como legítimos por Real Cédula, dada en Monzón, (Huesca), el 12 de octubre de 1537, por parte del rey Carlos I. 

Cuando Manco Inca se subleva en el Cuzco en 1536, ella fue acusada de proporcionar información a los indigenas y de haber querido huir con cofres llenos de oro y plata. A raíz de esto surgen desavenencias entre ella y Pizarro, lo que les llevó a la separación. 

Francisco Pizarro se casa nuevamente, esta vez con Angelina Yupanqui, también hermana de Huáscar y de Atahualpa. De este segundo matrimonio, nació el tercer hijo de Francisco Pizarro, llamado Francisco Pizarro Yupanqui. 

Francisca Pizarro Yupanqui, fue enviada a España al morir su padre en 1541, donde se casó en Medina del Campo, (Valladolid), con su tío Hernando Pizarro, de avanzada edad, que en esos momentos estaba preso en el Castillo de la Mota, de Medina del Campo. 

Francisca Pizarro Yupanqui, mandó construir, junto con su esposo y tío, Hernando Pizarro, el Palacio de la Conquista en Trujillo, Cáceres, en el cual se incluyeron los bustos de ella, sus padres y esposo. (Datos: Wikipedia)




¿Quién fue Inés Huaylas Yupanqui?


Inés Huaylas Yupanqui
Busto en el Palacio de la Conquista
Trujillo de Extremadura - España

Inés Huaylas Yupanqui, fue una princesa de la realeza Inca, con los siguientes vínculos familiares:

-Nieta de: Inca Túpac Yupanqui

-Hija de: Inca Huayna Cápac

-Hermana de los Incas: Huáscar y Atahualpa

-Esposa de: Francisco Pizarro, Conquistador del Perú

-Madre de:

.Francisca Pizarro Yupanqui
.Gonzalo Pizarro Yupanqui

-Hermana de: Angelina Yupanqui (segunda esposa de Francisco Pizarro)

-Tía de: Francisco Pizarro Yupanqui (hijo de Francisco Pizarro y Angelina Yupanqui)


miércoles, 1 de agosto de 2018

¿Cuántos golpes de estado ha sufrido el Perú en el siglo XX durante la etapa republicana?


9 golpes de Estado, liderados mayormente por oficiales del Ejército Peruano, ha sufrido Perú en el siglo XX, durante la etapa republicana.

Golpes que significaron solo abusos, robos y retroceso económico, y que solo generaron nuevos millonarios surgidos de la apropiación de dinero del Estado peruano.

- 1914: Óscar R. Benavides derroca a Guillermo Billinghurst. 

- 1919: Augusto B. Leguía derroca a José Pardo y Barreda. 

- 1929: Luis Miguel Sánchez Cerro derroca a Augusto B. Leguía. 

- 1948: Manuel A. Odría derroca a José Luis Bustamante y Rivero. 

- 1962: Ricardo Pérez Godoy derroca a Manuel Prado Ugarteche. 

- 1963: Nicolás Lindley López derroca a Ricardo Pérez Godoy. 

- 1968: Juan Velasco Alvarado derroca a Fernando Belaúnde Terry. 


- 1975: Francisco Morales Bermúdez derroca a Juan Velasco Alvarado. 

- 1992: Auto-golpe. Alberto Fujimori disuelve el Congreso de la República. 

Debe remarcarse que los golpes de estado, significaron para Perú un retraso en su avance hacia el desarrollo, y la expansión sin control de múltiples actos de corrupción.

En el ranking mundial de golpes de estado, Perú ocupa el 2° lugar, precedido solo por Tailandia en el puesto n° 1. Una vergüenza. (Datos: Fuentes varias)

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