jueves, 5 de abril de 2018

El Glorioso Ejército Real del Perú

Ejército Real del Perú

El Ejército Real del Perú, fue la agrupación militar organizada por las autoridades españolas del Virreinato del Perú para hacer frente al proceso de insurrección independentista que a principios del siglo XIX convulsionó al Imperio Español.

En documentos españoles se le conocía como Ejército del Perú,​ haciendo referencia al ejército de esa dependencia territorial.

En el Virreinato del Río de la Plata, a su ejército se le denominaba Ejército Auxiliar del Perú.

Los jefes realistas le llamaban Ejército Real del Perú o, abreviadamente, Ejército Real, sin embargo durante el trienio liberal se denominó Ejército Nacional. 


El término Ejército Español, era utilizado por los republicanos independentistas para antagonizar a su enemigo.

En las referencias independentistas también se encuentra el sobrenombre de Ejército Godo en relación al antiguo pueblo indoeuropeo que pobló la España peninsular.

Las tropas reales en el Perú se componían principalmente de peruanos, entiéndase por tales a los habitantes del Virreinato del Perú.

El ERP estaba organizado en batallones y milicias según su lugar de procedencia o casta, siendo así que existían unidades de negros y mulatos, como el batallón de Pardos de Arica y de mestizos e indígenas organizados según sus pueblos de origen como el escuadrón de caballería miliciana Dragones de Tinta. 

Sin embargo la necesidad de cubrir las bajas y refundir en una sola distintas unidades hacían que la evolución de muchos de los cuerpos realistas de línea terminasen como una amalgama de castas, clara expresión de la realidad social peruana. 

Étnicamente la masa de las tropas reales la formaban la Casta de indígenas mestizos, los cuales eran reclutados con preferencia sobre los indígenas tributarios, los negros esclavos o los criollos, y en general del resto de tejido económico productivo del país. 

En el contexto socio-cultural de la época la masa mestiza se componía en su mayoría de quechua hablantes los cuales no dominaban el español, lo que ha llevado a algunos autores a afirmar que el ejército realista estaba compuesto casi en su totalidad por indígenas.

El ejército real estaba formado inicialmente por unidades veteranas (permanentes) y de milicias (movilizadas), los primeros eran soldados a tiempo completo, generalmente de dotación (Fortificaciones) como el Real de Lima, mientras que los segundos se levantaban en caso de necesidad militar. Las milicias podían ser de dos tipos: urbanas o provinciales. Las milicias urbanas, estaban limitadas más bien a la defensa de una localidad concreta y tenían componentes más irregulares. Las milicias provinciales en cambio, eran capaces de desplazarse a distancia, y tuvieron un papel protagónico y un destacado desempeño, de tal manera que sentaron las bases para la consolidación de una fuerza regular propia (como los regimientos de Línea del Cuzco o de Arequipa) y que dieron lugar a una sucesión de victorias militares, como la obtenida por el brigadier José Manuel Goyeneche en la batalla de Guaqui. 

La infantería se dividía en batallones los que eventualmente podían agruparse con uno o dos adicionales para constituir un regimiento, cada batallón contaba con 6 u 8 compañías en las que a su vez formaban 100 soldados en promedio aunque esta cifra nominal solía variar. De las compañías que formaban un batallón al menos una debía ser de granaderos y otra de cazadores, ambas llamadas de "Preferencia", siendo las seis restantes de fusileros. Las compañías de Preferencia de varios regimientos podían agruparse en batallones mixtos de solo Granaderos o Cazadores en una disposición táctica ad hoc para una batalla, como sucedió por ejemplo en la Batalla de Cancha Rayada (1818). 

Las características de estos soldados de eran las siguientes: -Los Granaderos: eran escogidos entre los hombres de mejor conducta y constitución física, generalmente los más altos y fornidos del batallón, constituían una fuerza de choque y recibían su nombre de las granadas de mano que originalmente usaban en los combates aunque su uso en la época era ya casi anecdótico. Su distintivo original eran las birretinas o gorros de piel de oso negro aunque lo costoso y escaso de este material hacía que fuera reemplazado también por pieles negras de perro, mono o cabra. En un punto del campo de batalla yacían más de 30 granaderos realistas, y por la posición que tenían sus cadáveres se conocía que habían hecho una valerosa resistencia, y perecido casi al mismo tiempo en la formación que tenían á la cabeza de una columna. Memorias del general Miller, La batalla de Ayacucho.

Los Cazadores: eran soldados de infantería ligera, ágiles y de menor talla, adiestrados en tácticas de orden disperso o "guerrilla", en batalla eran usados como escaramuzadores o avanzadas. Se les entrenada como tiradores de preferencia y en algunos casos solían portar fusiles más livianos y de mayor precisión ("Rifles" cuyo cañón en su interior era rayado para dar al disparo mayor alcance y precisión). Su distintivo era el cuerno de caza que llevaban en el Chacó o bordado en la casaca. 

 Los Fusileros: constituían el núcleo de la infantería, la poca precisión de los fusiles de la época hacía que la infantería utilizara formaciones cerradas (codo a codo) disparando por salvas sobre la formación enemiga para maximizar el daño producido por sus descargas. En caso de ser atacados por la caballería formaban un cuadro, donde la primera fila esgrimía sus bayonetas y la segunda disparaba sobre los jinetes enemigos. Esta formación fue muy utilizada en el Alto Perú para repeler los repentinos ataques de los gauchos. 

Originalmente la caballería realista era toda de milicias y estaba formada por dragones, estos soldados eran una especie de infantería montada, armada de fusil y sable, que combatía tanto a pie como a caballo. La caballería de línea armada de carabinas y sables aparecería por primera vez en 1813 en el Alto Perú. 

Las unidades expedicionarias fueron utilizadas de base la creación de cuerpos de húsares, granaderos a caballo y lanceros. 

El arma de artillería se dividía en artillería de plaza y de campaña, la primera utilizaba piezas fijas y de mayor calibre, como las ubicadas en la fortaleza del Real Felipe en el Callao, la artillería de campaña se componía de piezas de montaña, obuses y morteros. Se trataba de armas más livianas y fáciles de transportar. 

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