jueves, 28 de abril de 2016

La Cultura Tiahuanaco o Tiahuanacota o Tiwanaku

Civilización Tiahuanaco o Tiahuanacota o Tiwanaku

La cultura o civilización pre inca denominada Tiahuanaco, se desarrolló a orillas del lago Titicaca. Según el arqueólogo Carlos Ponce Sanginés surgió alrededor del año 1.580 a. C. y se prolongó hasta el año 1.187 d. C.

El centro principal de esta cultura estuvo ubicado a una altitud de 3.842 m.s.n.m. 

Por su carácter expansivo Tiahuanaco abarcó parte de los territorios actuales de Perú y Bolivia pero principalmente se desarrolló en el altiplano boliviano. 

Tiahuanaco fue la cultura más longeva del área andina, por tanto la periodización evolutiva tuvo distintas teorías y postulados que han ido variando a lo largo de la historia.

La ciudad de tiahuanaco fue fundada aproximadamente en 1580 a. C., como una pequeña villa, y creció a proporciones urbanas entre el 300 y el 500, consiguiendo un importante poder regional en los Andes centrales. En su máxima extensión, la ciudad cubría aproximadamente 6 km², y tuvo un máximo de 40 000 habitantes. 

Colapsó repentinamente aproximadamente en el año 1187 d.C.. La ciudad fue abandonada y su estilo artístico se desvaneció.

Los orígenes de la civilización Tiahuanaco se remontan a las tradiciones Chiripa/Qaluyo y Pukará. Éstas sociedades heredan a Tiahuanaco su pensamiento ideológico que es reconocible a través de la influencia iconográfica;.

Existen evidencias de influencia Pukará en los rostros de felinos modelados, así como similitudes arquitectónicas y escultóricas. Por su parte la tradición «Yayamama» presente en Chiripa, es reconocible en el sitio de Khonkho Wankane de Tiahuanaco. Si bien Chiripa/Qaluyo y Pukará, tuvieron periodos de mayor complejidad artística antes que Tiahuanaco, éstos no tuvieron hegemonía sobre el valle del río Tiwanaku y su paso por la historia fue muy veloz.

Su economía se basaba en el cultivo de papa, que para su almacenaje era deshidratada en la forma que hoy se conoce como "chuño"; así mismo se cultivaba la oca. Uno de los elementos decisivos fue la domesticación de la llama lo que permitió el pastoreo; formaban caravanas que sirvieron para el intercambio de productos. La lana fue necesaria para la textilería y su carne servía de alimento. Mantenían un comercio suplementario a través del intercambio de flechas de obsidiana tan características de la cultura Wankarani. Se traía la sodalita para la manufactura de cuentas que utilizaban como ornamento; también se traía helio basalto de las canteras de Querimita. Se conocía el cinabrio, cuyo color rojo se utilizaba en los enterramientos. Se trabajaba el cobre incluyendo el vaciado. Asimismo se trabajaba el oro y la plata. 

En el periodo aldeano hay dos tipos de cerámica, uno de ellos -que tiene similitud con la Pucara- es incisa y pintada de color marrón, rojo y blanco sobre fondo castaño claro. Son notables las vasijas globulares decoradas con esta técnica, algunas presentan un felino con el cuerpo de perfil y el rostro humanoide de frente. Otras vasijas tienen forma de aves. El segundo tipo carece de pintura y algunas de sus piezas están modeladas en forma antropomórfica (figura humana).

En el siglo II, Tiahuanaco dejó de ser la aldea concentrada de los primeros tiempos para convertirse en una gran urbe ceremonial que tiene dos centros dominantes: el conjunto de Akapana con los edificios que la rodean y el Puma Punko situado al suroeste de Akapana. Ambos muestran la estructura doble de Tiwanako, que evidencian la visión propia de la sociedad andina, división que pervive hasta la llegada de los españoles y aun después. 

Todas las urbes andinas, incluyendo Cuzco, se dividían en dos: Anan (los de arriba) y Urin (los de abajo).

En el siglo VIII, Tiahuanaco se expande sobre la base de los enclaves preexistentes, tanto en la costa como en los valles interandinos; así mismo extiende su poderío sobre el altiplano y la sierra. Esta expansión fue posible gracias al dominio del bronce que le permitió una gran superioridad militar. La expansión se evidencia por la difusión de los símbolos y elementos Tiwanakotas, que aparece en la cerámica y los textiles de todo el ámbito conquistado. Esta expansión llega hasta el norte de Chile (San Pedro de Atacama) y muestra relaciones con la cultura de la Aguada de Argentina, deja su huella en los valles de Cochabamba y avanza por el oeste hasta Cerro Baúl, en la moderna Moquegua, donde entran en contacto con el imperio huari, con el que se relaciona económicamente e ideológicamente. 

Ante la caída del imperio huari en el siglo X, Tiahuanaco también entra en crisis. En el siglo XII el colapso es inevitable y en la región donde floreció Tiahuanaco surgen nuevos estados aimaras entre los que se destacan el reino colla y el reino lupaca. (Datos: Wikipedia)


Video: Enigmasdeamerica








viernes, 8 de abril de 2016

La Enigmática Estela de Raimondi

Estela de Raimondi

La Estela de Raimondi es un monolito o escultura pétrea con uno de sus lados decorado en plano relieve.

Se trata de una losa de granito de 1,98 metros de alto por 74 centímetros de ancho y 17 centímetros de grosor,

Pertenece a la Civilización o Cultura Chavín, la que existió en un período anterior al Imperio Inca.

Fue descubierta en la zona denominada Chavín de Huántar, provincia de Huari, Región Huaraz, la que fue uno de los principales centros religiosos y culturales del hemisferio occidental. 

La escultura representa a un ser mítico, al cual se relaciona con el dios Wiracocha de la cultura Tiahuanaco ,ya que también sujeta dos varas o bastones. 

Fue bautizada como Estela de Raimondi en homenaje al naturalista y geógrafo italiano Antonio Raimondi, quién puso en relieve su importancia e  impulsó su traslado a Lima para su estudio y mejor conservación.

En la actualidad, la Estela de Raimondi se encuentra en el Museo Nacional de Arqueología, Antropología e Historia del Perú.

Lo que representa el monolito aún es un enigma, existiendo diversas interpretaciones de su significado:

-Julio C. Tello: Según su criterio, la imagen representaba a un dios jaguar coronado con una enorme mitra o tocado ritual, y sería un antecedente del dios Viracocha, por los dos báculos que lleva en las manos. 

-Max Uhle, consideró que las expresiones iconográficas del monolito derivaban del estilo nazca e interpretó a la figura como un felino-hombre, de cuya cabeza se desprende una escolopendra o tal vez un milpiés con sus patas estilizadas en forma de bastones o culebras. 

-Federico Kauffmann Doig sostiene que se trata de un dios humanizado con atributos combinados de felino y de ave de rapiña. Según su punto de vista, lo que para Uhle era una escolopendra y lo que para Tello una mitra, se trata en realidad de alas y plumas estilizadas que deben verse como prolongación de la espalda de la divinidad, a manera de capa. En otras palabras, el cuerpo superior que se ve encima de la cabeza del dios sería en realidad su espalda desplegada, provista de alas estilizadas. Kauffmann ha denominado a esta divinidad como piscoruna-pumapasim (en quechua: hombre-ave con boca atigrada). Este “felino volador” estaría relacionado con el culto al agua y la invocación a la fertilidad, de tanta importancia en las civilizaciones agrícolas del Perú. (Datos: Wikipedia)


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