Hijo y sucesor del Inca Pachacútec, el más grande soberano incaico.
Asumió el correinado entre los 15 y 20 años (entre 1456 y 1461). Luego, tras la muerte de su padre, se hizo cargo absoluto del poder. Tendría poco más de 30 años.
Como Inca empleó la mayor parte de su tiempo en campañas bélicas de conquista o pacificación e incluso de exploración.
Incursionó, a través del Camino Inca, en Quito por el norte, el Río Maule por el sur, el país de los opataris y el Paititi por el este, y Mangareva por el oeste.
Eficaz en sus decisiones, estableció a los curacas, realizó el primer censo general, distribuyó el trabajo, asignó impuestos, cimentó los mitimaes, continuó la construcción de los grandes caminos, ordenó las cárceles, propagó el culto al Sol e implantó un calendario basado en sí mismo, embelleció con palacios la ciudad de Tumipamba en honor de su hijo recién nacido Huayna Capac y fundó la ciudad de Quito.
Se hacía llamar «El Resplandeciente».
Tomó como esposa principal a su hermana Mama Ocllo (homónima de la esposa del primer Inca, Manco Cápac), con la cual tuvo pocos hijos. Sin embargo, dejó fuerte descendencia entre concubinas y esposas secundarias.
Murió en Chincheros, se dice, envenenado por su esposa Chuqui Ocllo para favorecer a su hijo. Sin embargo, tras haberlo escogido como sucesor, se rectificó a último momento y designó como inca (emperador) al muy joven Huayna Cápac.
Su momia perduró hasta la invasión quiteña, donde los generales ecuatorianos Quizquiz y Calcuchimac la quemaron en venganza por haber conquistado Quito. La Capac Panaca, que conforma su descendencia, recogió las cenizas y las habría escondido por Calispuquio junto a su deidad tutelar.
Teoría del descubrimiento de la Polinesia
Las crónicas realizadas por los cronistas españoles Pedro Sarmiento de Gamboa, Martín de Murúa y Miguel Cabello Valboa durante la conquista; recogieron una serie de relatos sobre que, estando en la costa norte (en las islas Puná), habría tenido conocimiento de unas islas lejanas en las cuales encontraría oro, decidiendo ir en busca de ellas.
Alistado una gran flota de balsas, habría zarpado con 20.000 expedicionarios, llegando a unas islas llamadas Ninachumbi y Auachumbi, algunos historiadores postulan como hipótesis de que estas islas serían verdaderas y estarían ubicadas en la Polinesia.
Esta crónica dio pie, al historiador José Antonio del Busto, para la formulación de una teoría sobre que esas dos islas serían Mangareva y Rapa Nui, basándose en treinta pruebas que considera haber descubierto, entre ellas el hecho que en Mangareva existe una leyenda sobre un rey tupa, que vino del este en balsas con velas, trayendo orfebrería, cerámica y textilería y del que hasta hoy existe una danza.
Un relato similar existe en las islas Marquesas.
Además, agrega que el Ahu Vinapu, en Rapa Nui, está construido en forma similar a las construcciones incaicas del Cuzco, y que el rey tupa en Rapa Nui habría tomado el nombre de Mahuna-te Ra'á, traducido como "hijo del sol" basándose en una leyenda rapa nui.
Retornó a los dos años trayendo consigo gente negra (que serían prisioneros polinesios hallados en Mangareva), sillas de latón (que sería en realidad un trono de un material parecido a la tumbaga, recogido del reino de Chimú al terminar el viaje), pellejos y quijadas de caballos (que más podían haber sido de lobos marinos machos) que fueron conservadas en la fortaleza de Sacsayhuamán.
Esta hipótesis es apoyada por la travesía que hizo el explorador noruego Thor Heyerdahl, denominada Kon-tiki en honor al dios de los incas, Wiracocha, el creador del universo, pues Kon-tiki es una advocación del mismo.
"y andando Topa Inga Yupanqui conquistando la costa de Manta y la isla de la Puná y Túmbez, aportaron allí unos mercaderes que habían venido por la mar de hacia el poniente en balsas, navegando a la vela. De los cuales se informó de la tierra de donde venían, que eran unas islas, llamadas una Auachumbi y otra Niñachumbi, adonde había mucha gente y oro. Y como Topa Inga era de ánimos y pensamientos altos y no se contentaba con lo que en tierra había conquistado, determinó tentar la feliz ventura que le ayudaba por la mar. Después de atisbar de cómo Túpac Yupanqui se enteró de la existencia de unas islas auachumbi y ninachumbi, esto avisado y confirmado por un mercader llamado Autarqui. Se determinó ir allá. Y para esto hizo una numerosísima cantidad de balsas, en que embarcó más de veinte mil soldados escogidos. Navegó Topa Inga y fue y descubrió las islas Auachumbi y Niñachumbi, y volvió de allá, de donde trajo gente negra y mucho oro y una silla de latón y un pellejo y quijadas de caballo. Hago instancia en esto, porque a los que supieren algo de Indias les parecerá una caso extraño y dificultoso de creer". Pedro Sarmiento de Gamboa. (datos: Wikipedia)
Las crónicas realizadas por los cronistas españoles Pedro Sarmiento de Gamboa, Martín de Murúa y Miguel Cabello Valboa durante la conquista; recogieron una serie de relatos sobre que, estando en la costa norte (en las islas Puná), habría tenido conocimiento de unas islas lejanas en las cuales encontraría oro, decidiendo ir en busca de ellas.
Alistado una gran flota de balsas, habría zarpado con 20.000 expedicionarios, llegando a unas islas llamadas Ninachumbi y Auachumbi, algunos historiadores postulan como hipótesis de que estas islas serían verdaderas y estarían ubicadas en la Polinesia.
Esta crónica dio pie, al historiador José Antonio del Busto, para la formulación de una teoría sobre que esas dos islas serían Mangareva y Rapa Nui, basándose en treinta pruebas que considera haber descubierto, entre ellas el hecho que en Mangareva existe una leyenda sobre un rey tupa, que vino del este en balsas con velas, trayendo orfebrería, cerámica y textilería y del que hasta hoy existe una danza.
Un relato similar existe en las islas Marquesas.
Además, agrega que el Ahu Vinapu, en Rapa Nui, está construido en forma similar a las construcciones incaicas del Cuzco, y que el rey tupa en Rapa Nui habría tomado el nombre de Mahuna-te Ra'á, traducido como "hijo del sol" basándose en una leyenda rapa nui.
Retornó a los dos años trayendo consigo gente negra (que serían prisioneros polinesios hallados en Mangareva), sillas de latón (que sería en realidad un trono de un material parecido a la tumbaga, recogido del reino de Chimú al terminar el viaje), pellejos y quijadas de caballos (que más podían haber sido de lobos marinos machos) que fueron conservadas en la fortaleza de Sacsayhuamán.
Esta hipótesis es apoyada por la travesía que hizo el explorador noruego Thor Heyerdahl, denominada Kon-tiki en honor al dios de los incas, Wiracocha, el creador del universo, pues Kon-tiki es una advocación del mismo.
"y andando Topa Inga Yupanqui conquistando la costa de Manta y la isla de la Puná y Túmbez, aportaron allí unos mercaderes que habían venido por la mar de hacia el poniente en balsas, navegando a la vela. De los cuales se informó de la tierra de donde venían, que eran unas islas, llamadas una Auachumbi y otra Niñachumbi, adonde había mucha gente y oro. Y como Topa Inga era de ánimos y pensamientos altos y no se contentaba con lo que en tierra había conquistado, determinó tentar la feliz ventura que le ayudaba por la mar. Después de atisbar de cómo Túpac Yupanqui se enteró de la existencia de unas islas auachumbi y ninachumbi, esto avisado y confirmado por un mercader llamado Autarqui. Se determinó ir allá. Y para esto hizo una numerosísima cantidad de balsas, en que embarcó más de veinte mil soldados escogidos. Navegó Topa Inga y fue y descubrió las islas Auachumbi y Niñachumbi, y volvió de allá, de donde trajo gente negra y mucho oro y una silla de latón y un pellejo y quijadas de caballo. Hago instancia en esto, porque a los que supieren algo de Indias les parecerá una caso extraño y dificultoso de creer". Pedro Sarmiento de Gamboa. (datos: Wikipedia)