martes, 6 de mayo de 2014

Los Quipus Enigma Inca sin Resolver - ¿Encontraron el Quipu Rosetta?

Quipus Peruanos

El quipu fue un sistema nemotécnico mediante cuerdas de lana o algodón y nudos de uno o varios colores desarrollado y utilizado por las culturas pre incas, y durante el Imperio Inca en Perú.

Si bien se sabe que fue usado como un sistema de contabilidad por los quipucamayoc, administradores del Imperio inca, algunos investigadores han propuesto que podría haber sido usado también como una forma de escritura.

El quipu consta de una cuerda principal, sin nudos, de la cual dependen otras generalmente anudadas y de diversos colores, formas y tamaños, los colores se identifican como sectores y los nudos la cantidad —llamadas cuerdas colgantes—. Puede haber cuerdas sin nudos, como también cuerdas que no se desprenden de la principal sino de la secundaria (cuerdas secundarias). 

Los especialistas contemporáneos piensan que los colores y quizá la forma de trenzado de las cuerdas indican los objetos, mientras que los nudos harían referencia a las cantidades, incluyendo el número cero. 

Entre los quipus conocidos hay una gran variedad de tamaño y complejidad, pues van desde los muy simples hasta los que tienen más de mil cuerdas. 

Marcia y Robert Ascher de la Universidad de Michigan analizaron varios cientos de quipus, comprobando que la mayor parte de su información es numérica. 

Algunos de los datos no son números, sino lo que los Ascher llaman etiquetas numéricas. Se componen de dígitos, pero el número resultante parece ser utilizado como un código, tales como los que usamos para identificar personas, lugares o cosas. Al desconocerse el contexto de los quipus individuales, es difícil adivinar lo que esos códigos significan. 

Otras características del quipu podrían haber comunicado también información, por ejemplo: código de colores, ubicación relativa de las cuerdas, el espaciado y la estructura de las cuerdas y cuerdas secundarias.

Se sabe de su uso contable, registro (censos, cosechas) y se investiga sobre su utilidad como sistema de representación lingüística y de memoria (historia, canciones y poemas) como también para contar el ganado. 

Pablo Macera dice que el quipu era el elemento matriz de la cultura inca y que el control político se debió en parte a que a través de ellos podían llevar un cálculo de los pueblos que controlaban. Para el conteo, también se apoyaban en el uso de la yupana o ábaco inca, del cual se conoce su existencia por los cronistas, pero no su manejo específico, aunque hoy en día se ha adaptado como instrumento pedagógico, para enseñanza de las matemáticas en proyectos interculturales, en Perú, Bolivia, Ecuador y República Dominicana. 

En Perú no se conocía la escritura con caracteres sobre una superficie, tal y como se entiende en occidente, pero los quipus parecen haber sido una eficaz herramienta nemotécnica en las labores administrativas de la civilización Inca y que podrían también haber servido para recordar hechos acontecidos. Varios autores les han considerado un sistema de codificación de información comparable a la escritura pues es posible lograr más de 8 millones de combinaciones gracias a la diversidad de colores de cuerdas, distancia entre cuerdas, posiciones y tipo de los nudos posibles. No se sabe como podría haberse codificado el contenido textual más allá de algunas simples secuencias. Hay algunos pueblos andinos alejados que mencionan tener «escritos» en los quipus de su localidad. 

William Burns Glynn plantea que los quipus eran libros con una escritura alfanumérica donde los números simbolizados en cada nudo representan una consonante de la lengua quechua y, a su vez, tienen una equivalencia con los colores de las cuerdas y con los dibujos geométricos utilizados en cenefas textiles y en la alfarería, con lo cual ellos también se convierten en textos de escritura incaica.

Según Huamán Poma, las Kapakkuna o quipus con listas de gobernantes incluían en el mismo orden un resumen de los rasgos de su carácter, el nombre de la Colla (esposa principal), los años que gobernó y sus principales acciones. 

El 12 de agosto del 2005, la revista Science incluyó el reportaje Khipu Accounting in Ancient Peru («Contabilidad con Quipu en el antiguo Perú») del antropólogo Gary Urton y del matemático Carrie J. Brenzine, según el cual por primera vez se hubiera descifrado un elemento no numérico en un quipu: una secuencia de 3 nudos en forma de 8 al comienzo de un quipu que podría significar un topónimo para el pueblo de Puruchuco.

Es sabido que sólo los funcionarios estatales conocían el uso de los quipus. Éstos eran llamados quipucamayoc (khipu kamayuq en quechua: «responsable del quipu», plural: khipu kamayuqkuna). Éstos eran apoyados por los qullqakamayuqkuna, que ordenaban los almacenes o tambos. Generalmente el khipu kamayuq era un varón anciano, mientras que la qullqa kamayuqkuna era una anciana, y ambos posiblemente habían sido pareja de más jóvenes. Eran las personas encargadas de registrar los acontecimientos y llevar las estadísticas de un complejo estado inca de dos millones de kilómetros cuadrados y más de 12 millones de habitantes. 

Los quipus fueron conocidos por los cronistas de la colonia española, quienes hablaron detenidamente de ellos y emplearon la información que contenían, interpretada y proporcionada por los khipu kamayuqkuna, especializados en su manejo. 

Según José de Acosta (1590): Son quipus unos memoriales o registros hechos de ramales, en que diversos nudos y diversos colores significan diversas cosas. Es increíble lo que en este modo alcanzaron, porque cuanto los libros pueden decir de historias, y leyes, y ceremonias y cuentas de negocios, todo eso suplen los quipus tan puntualmente, que admiran. 

El quipu más antiguo encontrado hasta ahora fue hallado en el año 2005, entre los restos de la ciudad de Caral y data aproximadamente del año 2500 a. C., lo que hace evidente que el uso del quipu tiene una gran antigüedad. Se sabe además que fueron ampliamente usados por los Huari, ochocientos años antes que los incas. Los quipus huari no tenían nudos, sino cuerdas de colores diferentes colgando de la principal en diferentes puntos. Fueron utilizados por el Imperio inca para registrar la población de cada uno de los grupos étnicos que entregaban su fuerza de trabajo a través de la mita y de la producción almacenada en las colcas (qullqa) para lo cual todo depósito tenía su khipukamayuq residente. 

El cronista Pedro Cieza de León señala que en cada capital de provincia había un khipukamayuq encargado de todas las cuentas, incluso las relativas a los textiles. De acuerdo con la importancia del depósito algunos de estos contadores pudieron haber pertenecido al linaje del inca. 

En la conquista española, el uso de los quipus fue inicialmente incentivado, tanto por la administración colonial como por la iglesia. El virrey Francisco de Toledo, incorporó entre 1570 y 1581 el quipu al sistema administrativo del Virreinato. Eran frecuentemente utilizados en el culto católico para memorizar las oraciones y para recordar los pecados en la confesión, hasta que en 1583 el III Concilio de Lima prohibió su uso. A pesar de esta prohibición las comunidades continuaron usando quipus. 

En 1622 el párroco de Andahuaylillas, Juan Pérez Bocanegra escribió un texto sobre el quipu confesional en su Ritual formulario, que describe cómo los indígenas iban a confesarse con quipus que registraban sus pecados. 

Los quipus fueron usados por lo menos hasta 150 años después de la Conquista y las pruebas de carbono 14 han revelado que la mayoría de los quipus que se conservan datan de la época colonial. 

En la actualidad, se sigue investigando el significado de los cerca de 700 quipus sobrevivientes, incluyendo los encontrados durante el siglo XX en tumbas de toda naturaleza, lo que sirve para ampliar los conocimientos sobre el antiguo Perú. 

Gary Urton encontró un documento que registra los tributos que pagaban los habitantes de una comunidad del valle del Santa, mientras que, en el Museo Temple Radicati de la Universidad San Marcos hallaron 6 quipus de esa zona organizados en 132 reparticiones, que coinciden con los 132 nombres que aparecen en el documento. Los investigadores esperan que estos hallazgos den más luces sobre los códigos de los quipus.

Los conquistadores españoles creían que algunos quipucamayocs permanecían leales a sus gobernantes originales, en vez de al rey de España, enviando mensajes secretos. 

Como los conquistadores llevaron adelante la política de conversión de los indígenas al catolicismo, todo lo que representaba la religión incaica era considerado idolatría, creyendo algunos conquistadores que los quipus eran cosas del demonio, por lo que fueron quemados y destruidos.

De acuerdo al Quipu Database Project llevado adelante por el profesor de la Universidad de Harvard Gary Urton y su colega Carrie Brezine, 751 quipus han sido reportados como existentes en la actualidad. Se encuentran en Europa, América del Norte y América del Sur. La mayoría está en museos fuera de su país original, pero algunos están en el Perú al cuidado de descendientes de los incas. 

La colección más grande se halla en el Berlin Ethnologisches Museum de Berlín, Alemania, con 298 quipus. La siguiente colección en tamaño en Europa es la del Museum für Völkerkunde de Múnich, también en Alemania. 

En el Perú hay 35 quipus en el Museo de Pachacamac y otros 35 en el Museo Nacional de Arqueología, Antropología e Historia del Perú, ambos en Lima, el Centro Mallqui en Leymebamba tiene 32 quipus. El Museo Temple Radicati de Lima posee 26, el Museo de Ica tiene 25, y el Museo Puruchuco de Ate tiene 23. Los quipus que se hallan en colecciones privadas no han sido contados en la database y su número es desconocido. Una prominente colección privada se halla en Rapaz, Perú, y fue recientemente investigada por el profesor de la Universidad de Wisconsin-Madison, Frank Salomon. El Departamento de Antropología y Arqueología de la Universidad de California en Santa Bárbara y el Museo Santuarios Andinos del Perú - Arequipa también poseen un quipu respectivamente. 

Actualmente las comunidades de Tupicocha y Rapaz, en la serranía de la región Lima - Perú, conservan quipus que utilizan a manera de signo de autoridad dentro de sus comunidades. Estos quipus son almacenados en una vivienda denominada «Kha Wayi» y son pieza fundamental para ritos ancestrales como el «Caccahuay». Los quipus de Tupicocha fueron incluidos por el Instituto Nacional de cultura del Perú dentro de un registro etnográfico denominado Programa Qhapaq Ñan. 

 Hay más certezas sobre los quipus, pero también más preguntas. “Tenemos que reconfigurar la idea de que los quipus se usaron solo durante el período pre inca e inca. Su uso se extendió hasta 150 años después de la llegada de los españoles. 

Hay documentación que señala que también se utilizaban en los tribunales, en la mita, las encomiendas y las cuentas nacionales”, precisa el historiador Marco Curatola , profesor de la Universidad Católica y uno de los editores del libro “El quipu colonial”, que recoge los más importantes y recientes estudios alrededor de estos. Las investigaciones mencionan que las décadas anteriores y posteriores al III Concilio de Lima (entre 1582 y 1585, cuando se definieron los asuntos de la evangelización indígena) los quipus tuvieron gran aceptación inicial como ayuda para aprender oraciones y recordar los pecados antes de la confesión.

Según el estudio del profesor Galen Brokaw, si bien el número de referencias a los quipus en documentos oficiales se reduce dramáticamente a partir de 1583, “existen muchas evidencias de que hubo continuidad en el uso de estos instrumentos en la administración de comunidades locales”. Brokaw señala que incluso en 1639 varias comunidades indígenas incluían en su organización el puesto oficial de quipucamayoc. 

Según el especialista, aun cuando el III Concilio de Lima prohibió el uso de quipus, estos continuaron siendo útiles. ¿Entonces por qué dejaron de usarse? “La caducidad de este medio se debió más a la difusión del alfabetismo y al deterioro de las instituciones socioeconómicas tradicionales que a la supuesta prohibición universal de este medio”, concluye Brokaw. 

Hay certezas alrededor de los quipus. Se sabe que era un sistema muy sofisticado de contabilidad y memoria de hechos históricos de los incas. Se sabe también que el sistema de cuentas era decimal, pero lo que no sabemos es qué registran: “No sabemos si se refieren a animales o a otra cosa. Eso falta responder y en ese tema cada especialista tiene su opinión”, dice José Carlos de la Puente, otro de los editores del libro de la PUCP. 

EL QUIPU ROSETTA Uno de los esfuerzos más ambiciosos –y el más importante en este momento– para estudiar los quipus está en Estados Unidos. El Khipu Database Project, auspiciado por la Universidad de Harvard, tiene una detallada base de datos sobre la estructura, color y número de 600 ejemplares estudiados. Su director, Gary Urton, es el experto en quipus más importante del planeta. Uno de los últimos estudios de este proyecto revela lo que podría significar –de confirmarse la hipótesis– el hallazgo de un quipu rosetta (en alusión a la piedra que permitió comprender los jeroglíficos egipcios): un quipu cuyos nudos muestren correspondencia con un documento de la época colonial. Urton explica que durante ese período los españoles llamaban a los quipucamayoc para que leyeran sus quipus mientras que un intérprete traducía al castellano y un escribano tomaba registro de las cuentas y memorias del Estado Inca. Entonces, si había quipus transcritos al castellano habría que encontrar un ejemplo de esta transcripción. Y Urton cree haberlo encontrado. Ha hallado un documento que registra el tributo que debían pagar los pobladores de una comunidad del valle del Santa. Simultáneamente, en el Museo Temple Radicati de la Universidad San Marcos ha encontrado seis quipus procedentes de esta zona cuyos hilos están organizados en 132 reparticiones, que coinciden precisamente con los 132 nombres que aparecen en el documento. Aunque aún no hay certezas sobre el hallazgo, el equipo del proyecto espera que la investigación pueda dar muchas más luces para entender la estructura narrativa. Las crónicas hablan no solo de quipus contables, sino también de aquellos que narraban los mitos y las hazañas históricas de las familias reales. ¿Estamos lejos de entender estos quipus narrativos?, le preguntamos al profesor Curatola. “Honestamente quisiera que se encuentre la clave. ¿Cuándo se podrá lograr eso? No lo sabemos. No creo que sea en un tiempo breve”, dice, y se sorprende: “Lo más extraño de todo es que teniendo cronistas tan brillantes en ese período, ninguno nos dejó una explicación de cómo funcionan”. Las investigaciones hurgan en las historias que estos nudos encierran. Comprenderlas, como dicen los investigadores, nos permitirá conocer no solo “los pormenores de la organización administrativa del más grande imperio de la América antigua, sino también las circunstancias de la vida económica, social y religiosa de los pueblos andinos durante la Colonia”. (Datos: Wikipedia y otras fuentes)



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