lunes, 14 de octubre de 2019

Virreinato del Perú: Manuel de Amat y Junyent - Marqués de Castellbell - XXXI Virrey del Perú (Remake)

Virrey Manuel de Amat y Junient

Manuel de Amat y Junyent Planella Aymerich y Santa Pau, Barcelona, 1704 — Barcelona, 14 de febrero de 1782 - Marqués de Castellbell.

Fue un Mariscal de Campo de España, Virrey del Perú (1761-1776). 

Nació en el seno de una aristocrática familia española. Hijo de Josep de Amat y de Planella (primer marqués de Castellbell) y de Maria Anna Junyent y Vergós (hija del primer marqués de Castellmeià). 

Demostró tener dotes castrenses desde muy joven, participando en 1719 en acciones bélicas contra los franceses en Aragón. 

A los 17 años ingresó en la Orden de Malta y marchó a la isla como caballero permaneciendo en ella cuatro años. 

Sirvió en las guerras de África y por ello obtuvo el mando del Regimiento de los Dragones de Sagunto. Destacó en la batalla de Bitonto (Reino de Nápoles, 25 de mayo de 1734) con el contingente que al mando del conde de Montemar derrotó a las tropas austríacas de Visconti y Traun, en la guerra de sucesión de Polonia y sobresalió en el asedio de Gaeta (1734). 

En su carrera militar llegó a alcanzar el máximo grado de mariscal de campo. 

Pasó a América cuando en 1755 fue nombrado Gobernador y Presidente de la Real Audiencia de Chile. Recorrió todo el país y mandó construir varias fortificaciones en la costa y en la frontera mapuche, como Santa Bárbara, y fundó poblaciones junto a ellas, como Hualqui, Nacimiento y Talcamávida. Convocó parlamentos con los mapuches, primero en el Salto del Laja (1758) y después en Santiago (febrero de 1760), con el fin de garantizar la seguridad de las comunicaciones entre Chiloé y Concepción, pero finalmente sólo consiguió un acuerdo parcial. En Santiago, emprendió importantes obras públicas y tareas administrativas, como la prolongación de los tajamares del río Mapocho, un mercado en la Plaza de Armas, la reestructuración de la Real Universidad de San Felipe (1757), y la organización, el 12 de octubre de 1758, del primer cuerpo de policía chileno, el cual se llamó "Dragones de la Reina", denominación que mantuvo hasta 1812 cuando pasó a llamarse "Dragones de Chile". 

Al término de su mandato, pidió que se le hiciera un Juicio de Residencia, del cual salió favorecido. 

Fue promovido a Virrey del Perú en 1761, ocupando así el máximo cargo del Imperio Español en América.

Ejercía también como Presidente de la Real Audiencia de Lima.

Llegó a la Ciudad de los Reyes el 12 de octubre de 1761 y tomó posesión del cargo en diciembre del mismo año. 

En su gobierno se dio la Guerra de los Siete Años entre España e Inglaterra; por ello Amat tomó medidas de seguridad para asegurar la defensa de los litorales del virreinato, especialmente para proteger las zonas costeras y puertos de Chiloé, Concepción, Valdivia, Valparaíso, las islas Juan Fernández, Lima, el Callao y Guayaquil. Los planes de fortificación preveían la construcción de castillos, refuerzo de murallas, construcción de cuarteles, etc. Además creó nuevos cuerpos del ejército, entre ellos la Compañía de Dragones. 

Como Virrey también mandó hacer la relación o tipología de la población: enumeración y descripción de diferentes grupos étnicos de América del Sur. 

En el marco eclesiástico, apoyó a la división y jurisdicciones eclesiásticas en el Virreinato (actualmente Bolivia, Chile y Perú): arquidiócesis, diócesis, provincias, repartos, parroquias, etc. y promovió asignaciones, ingresos y vías para su financiación. 

Fue un virrey constructor. Hizo varias obras de infraestructura en Lima, las que aún existen y pueden ser visitadas: 


-La Alameda de Acho 

-Alameda de los Descalzos

-Plaza de Acho

-Quinta Presa, 

-Fortaleza del Real Felipe,

-Torre de la Iglesia de Santo Domingo

-Iglesia de las Nazarenas

-Paseo de Aguas

La tradición dice que esta última obra la hizo en honor a la mujer de la que quedó prendado y totalmente enamorado, Micaela Villegas, apodada luego por sus detractores como la Perricholi (la perra chola).

Fue dueño de la Quinta del Prado, una señorial vivienda en el centro de Lima.

Teniendo conocimiento de los descubrimientos de James Cook en la Polinesia, organizó tres expediciones a las Islas de la Sociedad. 

Su gobierno fue favorable a la corona en cuanto que aumentó considerablemente las remesas. 

En 1773 fue condecorado por el rey Carlos III con la Orden de San Jenaro. 

A fines de su gobierno, en 1776, se le hizo el Juicio de residencia, del cual salió favorecido. 

En 1776 regresó a Barcelona, donde mandó construir un suntuoso palacio en La Rambla, luego conoció a Maria Francesca de Fiveller y de Bru, con quien se casó el 3 de junio de 1779.

Muere el 14 de febrero de 1782.


¿Quien Fue la Perricholi?


La Perricholi en una reciente caracterización de la gran actriz peruana Melania Urbina - No existen imágenes de la real Perricholi

María Micaela Villegas y Hurtado de Mendoza (Lima, 28 de septiembre de 1748 - Lima, 16 de mayo de 1819), conocida como La Perricholi, fue una famosa actriz de teatro peruana.

Fue una de las mujeres más célebres del espectáculo del siglo XVIII.

Existe la historia fuertemente arraigada, que nació en el pueblo de Tomayquichua (departamento de Huánuco) donde existe una casa que afirman fue su residencia. Aunque no hay pruebas que apoyen esta tradición y se ignora cual fue el origen de la misma, muchos autores la dan por cierta, entre ellos Enrique López Albújar y Ricardo Palma. Sin embargo, en todos los documentos legales que existen sobre Micaela Villegas se señala que era natural de la ciudad de Lima y así lo declara ella misma en su testamento.

Según consta en su partida de bautismo hallada en la iglesia San Sebastián ―en Lima―, nació el 28 de septiembre de 1748 (aunque no especifica dónde). Fue la primera de los seis hijos que tuvieron Joseph Villegas y Arancibia (arequipeño) y María Teresa Hurtado de Mendoza y de la Cueva (limeña). Poco se sabe de su niñez, su familia era de condición modesta y vivieron en el barrio del Rímac. Aprendió a leer y escribir, cosa poco común para las mujeres de la época, haciéndose aficionada a las obras de Lope de Vega y Calderón de la Barca. Gustaba también del canto y danza, y de temprana edad mostró vocación por el teatro, aun cuando ese oficio era considerado como indigno e impropio para una mujer.

A los 15 años debutó en el Coliseo de Comedias, propiedad de Maza, conocido actor y empresario teatral, quien la protegió y enseñó el oficio teatral. El teatro era su pasión, y antes de cumplir 20 años, su talento, y elocuencia la convirtieron en la actriz de moda. Dotada de imaginación ardiente y fácil memoria recitaba con suma gracia romances caballerescos y escenas cómicas. Todos los días el teatro se abarrotaba de público, era muy admirada y su fama trascendió los límites del virreinato. 

En esa época inició un romance que duró 14 años con el sexagenario virrey don Manuel Amat y Junyent, que se convirtió en la relación más escandalosa del siglo XVIII. Amat la hizo su amante y el centro de la vida social limeña. En 1769 tuvieron un hijo al que llamaron Manuel. 

Micaela Villegas propició muchas de las construcciones que Amat realizó en su gobierno: la Alameda de los Descalzos, el bello palacete La Quinta de Presa, que era la casa solariega de la aristocrática familia Carrillo de Albornoz y Bravo de Lagunas Marqueses de Montemar y Monteblanco; el Templo de las Nazarenas, que albergaría la imagen del Señor de los Milagros, de la cual era devota; El Paseo de Aguas, que fue construido para impresionarla. 

La tradición cuenta que cuando el vierry le declaró su amor, ella le respondió que lo aceptaría si él pusiera la Luna a sus pies; entonces el virrey mandó construir el Paseo de Aguas, acordonado por unos arcos de estilo francés y al centro una amplia fuente donde se reflejaba el cielo, y en una noche de luna llena la llevó al borde de la fuente, diciéndole: «Hoy pongo la Luna a tus pies». 

El apelativo Perricholi es atribuido al virrey Amat, pero existen varias historias respecto al significado del mismo. Dicen que Amat la llamaba en la intimidad «peti-xol» que en catalán significa ‘pequeña joya’; se dice también que el término «pirri» era usado en aquella época como diminutivo, por lo que «pirri-choli» o «petit-choli» significaría cariñosamente ‘cholita’. Sin embargo la historia más conocida no tiene nada de romántica y es probable que haya sido difundida por los numerosos enemigos que tenía el virrey: se cuenta que en una acalorada pelea entre los amantes, Amat la llamó enfurecido «perra chola», que en su acento catalán sonaba a «perri choli». El incidente trascendió fuera del palacio y la alta sociedad limeña ―que no le tenía mucho aprecio― comenzó a llamarla «La Perricholi» para humillarla. 

 "Miquita", como la llamaba cariñosamente Amat, gustaba de exhibirse públicamente junto al virrey y provocar la envidia en la nobleza virreinal limeña. Su carácter impulsivo protagonizó no pocos escándalos: en una ocasión abofeteó a un actor en medio de una representación teatral ante las pifias del público. Este hecho hizo que Amat se separara de ella por espacio de dos años, durante los cuales ella se alejó del teatro, finalmente, se reconciliaron y un mes después volvería a las tablas en la representación más aplaudida de toda su carrera. 

Sus caprichos eran tan impredecibles como sus arranques de generosidad. Uno de los episodios más conocidos de su vida fue el celebrado paseo que dio en una fastuosa carroza con enchapes de plata durante la fiesta de la Porciúncula, situación que tomó ribetes de escándalo, pues este privilegio solo pertenecía a miembros de la aristocracia. De regreso a su palacete se topó con el humilde párroco de la Iglesia de San Lázaro quien portaba el Santo Sacramento y se dirigía a pie a casa de un moribundo. Avergonzada de su frivolidad, bajó del carruaje y se arrodilló frente al sacerdote rogándole que lo usara para llegar a su destino; luego regaló la valiosa carroza a la Parroquia. 

En 1776, Amat fue cesado como virrey del Perú y regresó a España, dejándole una generosa pensión y varias propiedades. 

En 1788 se despidió de los escenarios y adquirió el Real Coliseo de la Comedia asociándose con Vicente Fermín de Echarri con quien se casaría en 1795. Desde entonces llevó una vida tranquila y dedicada a la administración del teatro. Trece años más tarde, quedó viuda. 

 A la muerte de Amat en España, su hijo Manuel viajó a la Península para reclamar la herencia como su único hijo, pero debido a su condición de ilegitimidad no tuvo éxito.

Sus últimos años los dedicó a la oración, vistiendo el hábito de las Carmelitas y realizando muchas obras de caridad que hicieron olvidar a los limeños los escandalosos años de su juventud, motivando un auténtico afecto a su persona. 

Micaela Villegas murió en su casa de la Alameda Vieja el 16 de mayo de 1819 a la edad de 71 años. Su sepelio fue sencillo según ella misma lo pidió y dejó como herederos de sus bienes a su hijo Manuel y su nieta mayor Tomasa. Fue enterrada en la Iglesia de la Recoleta de San Francisco y la noticia de su deceso fue registrada por los principales diarios de la época. (datos: Wikipedia)

Alameda de los Descalzos

Paseo de Aguas

Plaza de Toros: Acho

Fortaleza del Real Felipe


miércoles, 9 de octubre de 2019

La Aguerrida Etnia Cañari y su Importante Rol en la Ocupación Española del Tawantinsuyo


Los Cañaris fueron los antiguos pobladores del territorio de las provincias de Azuay y de Cañar en el territorio del Ecuador, aunque también se han encontrado pruebas de su presencia de esta etnia en otras provincias como Chimborazo, El Oro, Loja y Morona Santiago.

Eran importantes comerciantes, grandes orfebres, así como excelentes guerreros, mantuvieron una sociedad jerarquizada y perfectamente organizada, con división del trabajo y de funciones. 

Esta civilización practicaba la poligamia, y en cuanto a la sucesión en el mando del señorío conservaban la costumbre de que el hijo varón de la mujer principal sucediese al padre en el mando. 

Cieza de León dice: 

"Los señores se casan con las mujeres que quieren y más les agrada; y aunque éstas sean muchas, una es la principal. Y antes que se casen hacen gran convite, en el cual, después que han comido y bebido a su voluntad, hacen ciertas cosas a su uso. El hijo de la mujer principal hereda el señorío, aunque el señor tenga otros muchos habidos en las demás mujeres"

Este pueblo habitaba desde las cabeceras del nudo del Azuay hasta Saraguro, desde las montañas de Gualaquiza hasta las playas de Naranjal y las costas del canal de Jambelí. 

Dentro de los territorios de Cañaris, los más importantes fueron Shabalula, actual Sígsig, que incluía territorios como Dumapara, Llaver, Cuyes, Guallabuzho; y Hatun Cañar actual ciudad de Cañar, que incluía centros como Coyoctor, Cojitambo y Shin; otros centros de mayor importancia fueron Cañaribamba, Guapondelig, Molleturo, Peleusi, entre otros. 

Estos territorios están repartidos especialmente en las provincias del Azuay y Cañar aunque también hay ruinas en las provincias de El Oro, Chimborazo, Loja y Morona Santiago.

Una característica especial de la cultura cañari es la creación de caras talladas en roca y tótems de animales divinos en los sitios importantes y/o sagrados, los ejemplos más conocidos son la "Cara del Viejo" en Ingapirca y las guacamayas de los ríos Culebrillas y Tarqui. 

Luego de la conquista inca se crearon cuatro centros administrativos, siendo éstos Cañaribamba, Tomebamba (Guapondelig, renombrada y refundada por los Incas), Ingapirca (cerca de Hatun Cañar) y Molleturo. - Molleturo se convirtió en el centro que administraba y cobraba los impuestos a los pueblos de la costa norte del Imperio Inca. - Ingapirca se re-fundó sobre un centro cañari y ahí se edificó un palacio para la adoración a Inti (dios Sol), por la magnificencia y suntuosidad del palacio éste se oif - Tomebamba, ciudad que fue fundada sobre un asiento cañari, el nombre de este asiento se cree fue Guapondelig. 

Por orden de Túpac Yupanqui se construyó el palacio de Pumapungo desde donde se empezó a administrar el sector norte del Imperio Inca.

Cañaribamba se habría convertido en un centro importante para posada de aristocracia inca en la provincia, además ayudaba a Tomebamba a administrar y gobernar todo el norte del Imperio. 

Conquista Inca: 

El Inca traía un ejército numeroso, aguerrido y bien disciplinado; y los Huancabambas (aliados meridionales de los Cañaris) se desplazaron a los montes y a los cerros, donde algunos se dejaron morir de hambre antes que sujetarse a la obediencia del Inca.

El triunfo inca sobre los Paltas fue todavía más completo, porque ellos mismos se rindieron y pudieron que ser incorporados al Imperio de los Incas. 

No obstante tanta docilidad, Túpac Yupanqui sacó algunos millares de ellos y los mandó lejos de su territorio a las provincias remotas del Collao, y pobló de mitimaes traídos de otras provincias la tierra de los Paltas.

Las fortalezas, que habían preparado en las alturas de Saraguro, de nada les sirvieron, porque la presencia de las tropas del Inca en el valle les hizo comprender que era inútil toda resistencia.

Vencidos y sujetos los Paltas, Túpac Yupanqui se aprestó a la conquista de los Cañaris. 

Los Cañaris eran numerosos, y estaban desde mucho tiempo atrás haciéndose notar en silencio para la defensa de sus tierras y de su independencia: habían celebrado una junta de todos sus régulos y elegido por jefe a Dumma y tenían además a punto un ejército considerable.

Túpac Yupanqui reconoció que no debía perder tiempo ni darles a los Cañaris espacio para forticarse más: precipitóse, pues con sus tropas y atacó a los enemigos, esperando vencerlos, si los tomaba de sorpresa; pero se equivocó, porque los Cañaris estaban sobre aviso, y tenían ocupados todos los pasos difíciles. 

El combate fue  reñido y el Inca retrocedió precipitadamente hasta Saraguro, viendo que no era tan hacedera como se había imaginado, la conquista de unas tribus tan astutas como belicosas. 

La derrota del Inca les infundió nuevo brío a los Cañaris y, combinando el valor con las estratagemas, se entendieron secretamente con los Paltas, animándolos a deshacerse del Inca: empresa tan arriesgada acobardó a los Paltas y, después de consultar con sus hechiceros lo que debían hacer, resolvieron dar aviso a Túpac Yupanqui de la propuesta de los Cañaris. 

El orgullo de Túpac Yupanqui se sintió ofendido con semejantes intentos, y tomó la resolución de no regresar al Cuzco sin haber sujetado primero a su obediencia a los Cañaris. 

Pidió tropas de refuerzo a todo el imperio; y mientras éstas le llegaban, se puso a construir una fortaleza entre los límites de los Paltas y de los Cañaris.

Sabiendo éstos los preparativos del Inca y viendo las obras o aprestos de guerra que había comenzado, decayó el ánimo, y el vigor con que resistieron a la primera acometida, se trocó en desaliento. Comenzaron a discurrir sobre las ventajas de la paz y, al fin, concluyeron por enviar emisarios al Inca, encargados de ofrecerle la obediencia y sumisión a su imperio. 

Los Cañaris tenían fama de hombres doblados y muy volubles, por lo que el Inca no se fio de ellos al principio, sino que tomó medidas para su seguridad y exigió, como una de ellas, que Dumma y los otros régulos entregaran a sus propios hijos en rehenes, lo que se verificó. 

Con esta medida, Túpac Yupanqui  se puso en camino para la provincia del Azuay; pero antes de entrar en ella personalmente, hizo que se adelantara el jefe de su mayor confianza, para que le dispusiera alojamiento digno de su persona, y también para que sondeara el ánimo de los Cañaris y descubriera si meditaban alguna traición.

Los Cañaris recibieron al enviado del Inca con grandes agasajos, y en muy corto tiempo construyeron un palacio en el que hospedar al nuevo soberano; y cuando éste se presentó, al fin, en sus tierras, le salieron al encuentro, dándole públicas y solemnes manifestaciones de acatamiento sincero y de fiesta y regocijo.

Túpac Yupanqui se mantuvo largo tiempo en la provincia de Azuay, mandó sacar un número considerable de sus naturales a los que envió al Cuzco; hizo tender puentes en los ríos y dispuso la construcción de varios edificios, tanto religiosos como profanos, deseando ganarse el afecto de los Cañaris y tenerlos sujetos, bajo su orden se edificó Pumapungo.

7​ Años después el Inca Huayna Cápac hijo de Túpac Yupanqui, regresó al norte del Imperio para aplacar la rebelión de las tribus norteñas y por ello se instaló en Tomebamba. 

En el cacicazgo de Molleturo hizo un templo y un tambo, convirtiendo a este lugar en el centro que administraba y cobraba los impuestos a los pueblos de la costa norte del Imperio Inca. 

El cacicazgo de Hatun Cañar se renombró como Ingapirca y ahí se edificó un palacio para la adoración a Inti (dios Sol), por la magnificencia y suntuosidad del palacio este se transformó en el más famoso del norte del Imperio.

Siguiendo la tradición cañari, Huayna Cápac dio fama e importancia a la laguna de Culebrillas, transformando a este adoratorio cañari en un adoratorio de gran importancia en el norte del Imperio, haciendo que su fama se llegue a comparar con el de Pachacámac de Lima; aquí adornó las construcciones cañaris y edificó un suntuoso tambo para el uso del Inca.

La ciudad de Tomebamba tenía el objetivo de administrar todo el norte del imperio y ser el hogar del Inca, bajo su dominio en esta ciudad edificó un templo de adoración a Quilla (diosa luna), otro para la adoración del dios Viracocha, otro para la adoración al Inti/dios Sol (aunque se piensa que este en realidad es Ingapirca), al palacio de Pumapungo lo amplió y adornó, lo más significativo de esta ampliación fue un adoratorio que hizo, en este colocó una estatua de oro a tamaño real de su difunta madre Mama Ocllo.

También bajo su dominio se construyeron tambos y edificios para la élite inca por todo el territorio cañari, incluyendo al templo del dios Sol en Cañaribamba (hoy conocido como Yungüilla), varios palacios públicos en Yacuviñay y baños rituales y de descanso en Coyoctor, entre otros. 

Huayna Cápac transformó todo el territorio cañari, denominado por los cronistas Provincia de Cañar o Provincia de Tomebamba, con su centro en la ciudad de Tomebamba, en la capital norteña del Imperio, la cual gracias a sus suntuosos palacios empezó a competir con la ciudad del Cuzco.

Tiempo despues, durante la guerra civil entre Huáscar y Atahualpa, hijos de Huayna Cápac, los Cañaris tomaron partido por Huáscar, el inca ungido legalmente como tal. 

Tras conseguir el apoyo de la confederación norteña (Caranquis-Quitus-Puruhaes), Atahualpa bajó a Tomebamba para pactar una alianza con los Cañaris. Sin embargo éstos como ya habían tomado partido por Huáscar, acabaron con la guardia de Atahualpa y lo apresaron.

Sin embargo, Atahualpa fue ayudado a escapar por propios del lugar, probablemente los que guardaban afecto por todo el tiempo que vivió su padre en esa ciudad. 

Retornado a Quito, reunió a sus ejércitos y regresó a la provincia, haciendo una masacre generalizada de todos los Cañaris. Los que sobrevivieron huyeron y se atrincheraron en Yacuviñay. Cuando Cieza de León llegó a territorio cañari dijo que las mujeres superaban en 15 a 1 a los hombres. 

Además de esto, Atahualpa destruyó Tomebamba.

Antes de la destrucción, el cacique cañari y el gobernador cuzqueño de la ciudad huyeron con todo el ejército hasta Cajamarca, en donde esperaron refuerzos. 

Recibiendo el apoyo del general huascarista Atoc, regresaron al norte y lograron expulsar a Atahualpa de Tomebamba. Sin embargo, Atoc murió en la batalla. Después partieron al norte en busca del ejército de Atahualpa, que se había retirado, y volvieron a enfrentarse. Esta vez Atahualpa, recibiendo el apoyo de sus generales Calicuchima y Quisquis, derrotó al ejército cañari-huascarista y mataron al cacique cañari Urco Colla.

Luego de eso otro cacique cañari tomó el control del ejército y huyeron hacia el Cuzco dejando a Atahualpa libertad para controlar Tomebamba.

Durante la batalla final entre las fuerzas de Atahualpa y Huáscar, acaecida en las afueras del Cuzco, los Cañaris pelearon a favor de Huáscar. Una vez derrotado éste, salieron del Cuzco y regresaron a su tierra al norte del Imperio.

Los cañaris fueron uno de los pueblos más afectados en esta guerra civil, murieron 50 a 60 mil solamente en Tumipampa, la mayoría de sus hombres fueron masacrados en la guerra contra Atahualpa. 

Ello fue el motivo del por qué apoyaron a los conquistadores españoles. 

Ocupación Española:

Después de que Francisco Pizarro capturase a Atahualpa en Cajamarca, los Cañaris bajaron a ver al español. 

Su odio contra Atahualpa era tan fuerte que fueron el primer grupo étnico del Imperio Inca en aliarse con los conquistadores. 

Según otra versión cuando Francisco Pizarro arribó a Tumbes, tuvo noticias que los Cañaris eran contrarios al gobernante Atahualpa. Los Cañaris esperaban que los españoles los liberaran del poder atahualpista y Pizarro incorporó a los Cañaris como parte de sus tropas para enfrentarse con Atahualpa y la resistencia inca. Así, cuando Pizarro llegó a Cajamarca ya contaba con el apoyo de los Cañaris.

En el proceso de ocupación del Tawantinsuyo Pizarro recibió el apoyo de diversas etnias sometidas por los incas y/o enemigas del usurpador Atahualpa:

Cañaris

Chachapoyas

Huaylas

Huancas, 

Chankas

Poco tiempo después de la partida de Pizarro, otro grupo de Cañaris bajaron a Tumbes y negociaron con Sebastián de Benalcázar. Le ofrecieron las riquezas y tesoros de Quito si éste les ayudaba a librarse del dominio que ejercía Rumiñahui desde dicha ciudad. Así, acompañado por un fuerte ejército cañari, el español Sebastián de Benalcázar partió a la Conquista de Quito, se enfrentó a los ejércitos de Rumiñahui en las faldas del volcán Tungurahua (otros dicen que fue el Cotopaxi), lucharon durante todo el día y al anochecer cesaron el combate y acamparon. Si bien ambos ejércitos habían perdido muchos hombres, Rumiñahui se perfilaba como el claro vencedor. En la madrugada el volcán entró en erupción y tanto Rumiñahui como su ejército lo interpretaron como una señal de derrota, por lo que se retiraron. Regresaron a Quito y destruyeron la ciudad, para que los españoles no consiguieran nada.

Al siguiente día los Cañaris y Benalcázar, asombrados de no ver a Rumiñahui, partieron hacia el norte, llegaron a la ciudad de Liribamba, donde descansaron durante dos días, y siguieron su marcha hacía Quito. Al llegar contemplaron la ciudad completamente destruida. Ni siquiera un ínfimo tambo logró escapar a la destrucción de Rumiñahui.

Durante la conquista, los Cañaris aceptaron el dominio español y se convirtieron a la religión cristiana, guerreando durante años contra los Incas rebeldes de Vilcabamba. Los aguerridos Cañaris formaron parte de las tropas reales que bajo el mando de Martín Hurtado de Arbieto derrotaron al último inca rebelde Túpac Amaru I. (Datos: Wikipedia y otras fuentes)





jueves, 3 de octubre de 2019

Guerra del Guano y el Salitre 1879: La Superioridad de la Prestigiada Marina de Guerra del Perú (Remake)

Medallón rescatado de los restos del buque chileno La Covadonga hundido por marinos peruanos con un cazabobos - Fabricado como homenaje equivocado porque la fragata Independencia se hundió por haber encallado y no por acción de La Covadonga cuyos tripulantes con Carlos Condell a la cabeza, por el contrario se dedicaron a ultimar con disparos de fusil a los náufragos peruanos

En la Guerra del Guano y el Salitre de 1879 entre Chile y Perú, mal llamada Guerra del Pacífico (*), se distinguió la marina de guerra peruana sobre su par chilena.

A pesar de la precariedad en que se encontraba, la armada peruana hundió en la contienda 6 buques de guerra chilenos, mientras la moderna y potente marina de Chile no pudo hundir ningún buque de guerra peruano.

La Marina de Guerra del Perú hundió a los buques de guerra chilenos:

-Esmeralda (espolón)

-Loa (cazabobos)

-Covadonga (cazabobos)

-Torpedera Janequeo (combate)

-Torpedera Fresia (combate)

-Torpedera Guacolda (combate)

Además, capturó al buque chileno Rímac, que transportaba completo al escuadrón de caballería de Línea del Ejército chileno "Carabineros de Yungay" N° 1, juntamente con modernos equipos, armas y municiones.

La armada chilena por su parte no hundió ningún buque de guerra ni transporte peruano.

A pesar de su inferioridad numérica y tecnológica, la Marina de Guerra del Perú fue más eficiente y eficaz que la armada chilena. 

Cuando uno ve al Huáscar cautivo en Chile puede, equivocadamente, pensar sobre la superioridad de la armada chilena, lo cual no es cierto. 

Fue necesario el máximo poder de fuego de toda la armada de Chile poseedora de buques nuevos del doble de capacidad que el Huáscar para detener el accionar del pequeño blindado peruano de 2 cañones avant carga que la enfrentó y mantuvo en jaque por meses. 

Tuvieron que morir en combate Grau y sus sucesivos reemplazos, todo el comando de la nave, para que ésta nave, sin rendirse, sea capturada por los chilenos.

Lamentablemente, los malheridos sobrevivientes ya no pudieron completar el hundimiento de la gloriosa nave. destrozada por el alevoso cañoneo de todos los buques chilenos..

(*) la Guerra del Pacífico verdadera es la que enfrentó a Estados Unidos y Japón luego del artero ataque japonés a Pearl Harbor en 1941. A diferencia de esta guerra que se dio en todo el Océano Pacífico, la guerra marítima entre Chile y Perú solo se dio en el mar cercano a las costas por lo que no le corresponde el nombre que le dieron sino el de Guerra del Guano y el Salitre porque fueron los objetivos para que Chile declare la guerra al Perú, lo invada y se apodere de esa riqueza.

viernes, 27 de septiembre de 2019

Virreinato del Perú: José Antonio Manso de Velasco - Conde de Superunda - XXX Virrey del Perú


José Antonio Manso de Velasco y Sánchez de Samaniego (Torrecilla en Cameros, 1688- Priego de Córdoba, 1767) - I conde de Superunda, fue un militar y político español, XXX Virrey del Perú. 

Virrey del Perú durante el reinado de Fernando VI.

Gobernó el Virreinato del Perú entre los años 1745 y 1761. 

Fueron sus padres Diego Sáenz Manso de Velasco y Ambrosia Sánchez de Samaniego, pertenecientes a la aristocracia riojano-alavesa. 

Se incorporó al ejército en 1705, participando en la Guerra de Sucesión hasta 1714. Posteriormente lo hizo en las expediciones a Cerdeña en 1717, en el sitio de Ceuta en 1720, en el sitio de Gibraltar en 1727, en la reconquista de Orán en 1732, y en las guerras de Italia desde 1733 a 1736. 

Obtuvo al final de su carrera, el grado de Brigadier general y el título de caballero de la Orden de Santiago. 

En octubre de 1736 se le otorgó el cargo de Gobernador de Chile, Capitán general y Presidente de la Real Audiencia. Ocupó el cargo hasta junio de 1744. 

El 24 de diciembre de 1744 el rey lo designó en el cargo más codiciado del Imperio español, el de Virrey del Perú. 

El 12 de julio de 1745 sucedió el virrey de Perú, José Antonio de Mendoza Caamaño y Sotomayor, Marqués de Villagarcía. 

En su mandato ocurrió el terrible sismo que afectó severamente a El Callao y Lima.

El 28 de octubre de 1746, a las 22:30 se produjo uno de los más grandes terremotos que azotaron Lima y Callao, el que más muertes produjo. Los testigos difieren en cuanto a la duración del evento, pues unos dicen que fue de tres minutos y otros que hasta seis. Se calcula que su intensidad fue de 10 u 11 en la Escala de Mercalli. Las réplicas, por centenares, continuaron en los dos meses siguientes. 

En Lima, con 60 mil habitantes, perecieron 1 mil 141; y en el Callao, se produjo un tsunami con una enorme ola de 17 metros de altura la que penetró cinco kilómetros tierra adentro, mató aproximadamente a 5 mil personas, salvándose apenas 200. 

En Lima sólo quedaron 25 casas en pie. 

El virrey José Antonio Manso de Velasco decidió vencer la desolación y tomar cartas en el asunto, emprendiendo la reconstrucción de Lima. 

Hizo tan magna obra que mereció el reconocimiento de los pobladores y del propio rey de España, quién lo premió en 1748 con un título nobiliario:

Conde de Superunda

Nombre que quiere decir "sobre las olas" refiriéndose a que supo enfrentar y superar los efectos destructivos del terremoto y rsunami de 1746

Viejo y cansado, después de realizar un extraordinario gobierno, a los 71 años de edad, solicitó autorización a Fernando VI para regresar a España, la cual le fue concedida. 

Fue reemplazado por Manuel de Amat y Juniet. 

Hasta aquí el reconocimiento a José Antonio Manso de Velasco - Conde de Superunda por su gestión al frente del Virreinato del Perú.

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Infortunio

Habiendo dejado el cargo de Virrey del Perú y de regreso a España, estando en Cuba, le sorprende un conflicto armado entre España e Inglaterra.

Por su mayor rango asume el comando español de la Capitanía de Cuba

Con la isla sitiada y sin capacidad militar para defenderse, a los 67 días de sitio, decide rendirse.

Ya en España, es llevado ante la justicia marcial por el oprobio causado a la corona española por los términos de la rendición de Cuba, siendo condenado a la pena de "suspensión por 100 años de todo empleo militar" y confinamiento en la ciudad de Granada.

Murió finalmente en Priego de Córdoba donde se encuentran sepultados sus restos, en la Iglesia de San Pedro. (Datos: Wikipedia y otras fuentes)





miércoles, 25 de septiembre de 2019

Los Vestidos Típicos de Algunas Regiones de España


No hay duda alguna de que los vestidos típicos de los diversos pueblos del Perú derivan de los vestidos típicos de las diversas regiones de España que llegaron durante el Virreinato del Perú.

Fueron los encomenderos españoles los que importaron sus vestimentas, las que se difundieron y adaptaron entre la población original. 

Los vestidos de Perú corresponden a la zona de dónde provenía el encomendero, eso explica las grandes variaciones.

En el presente post, algunos de los vestidos típicos españoles:







 

 




domingo, 22 de septiembre de 2019

Los Vice Reinos del Imperio Español en Europa y América

Virreinatos españoles en Europa




El vice reino o virreinato fue una institución del Imperio español creada a finales del siglo xv para el gobierno de sus posesiones.


El vice rey o virrey fue el rey de cada posesión. Dependía directamente del rey de España.


El virreinato era considerado una provincia de España que podía contar a su vez con colonias.


Estos son las posesiones de Felipe II en Europa y América alrededor del año 1580, las que se constituyeron en virreinatos:


Virreinato de Aragón 1517-1707 


Virreinato de Cataluña


Virreinato de Cerdeña 1418-1720
 

Virreinato de Galicia 1486-¿? 


Virreinato de Navarra 1512-1843 


Virreinato de Nápoles 1503-1707 


Virreinato de Portugal 1580-1642 


Virreinato de Sicilia 1415-1713 


Virreinato de Valencia 1520-17077​ 


Virreinato de Nueva España (México) 1535-1821


Virreinato del Perú 1542-1824


El Virreinato del Perú comprendió todo el territorio sudamericano que ocupan actualmente Venezuela, Colombia, Ecuador, Bolivia, Chile, Uruguay, Paraguay, Argentina.


En las partidas de nacimiento de los grandes personajes sudamericanos figura como país el Reino del Perú o Virreinato del Perú. 


Es el caso de Manuel Belgrano, un peruano según papeles, a quién la actual Argentina y Sudamérica consideran persona ilustre. 


Virreinato del Perú









sábado, 21 de septiembre de 2019

Los Uniformes del Glorioso Ejército Real del Perú

Fortaleza Real Felipe - El Callao


¿Las referencias históricas del ejército peruano empiezan con la llegada de las masas militares argentino-chilenas del sur, y venezolanas-colombianas-ecuatorianas del norte?


Obviamente la respuesta es un NO rotundo, porque Perú ha tenido muchos ejércitos en las diferentes y variadas etapas de su historia.


Entonces, ¿por qué se presentan como únicas unidades militares históricas a las que corresponden o creadas durante el seudo proceso de independencia?.


Exprofesamente ocultas en el tiempo han permanecido por ejemplo las formas como vestían los militares del Ejército Real del Perú, aquel que luchó para defender el importante Reino del Perú que gobernó todas las colonias sudamericanas.


Vea en el presente post aquellos uniformes de los militares que tuvieron más presencia en el Perú que las unidades creadas por San Martín y Bolívar las que por el contrario tuvieron una efímera existencia.


Los gobiernos republicanos peruanos, erradamente, han preferido uniformar al regimiento escolta del presidente peruano con los uniformes de los dragones franceses de Napoleón, en vez de utilizar el de los dragones del Ejército Real del Perú.


Granadero del Ejército Real del Perú

Cazador del Ejército Real del Perú

Abanderado del Ejército Real del Perú


Oficial del Ejército Real del Perú

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