miércoles, 11 de febrero de 2015

Familia Koepcke: Wilhelm Koepcke, María von Mikulicz-Radecki y Juliane Koepcke

Wilhelm Koepcke y María Von Mikulicz-Radecki

Juliane Koepcke, cuando tenía 17, sobrevivió al impacto de la caída de una nave de la compañía Líneas Aéreas Nacionales SA (LANSA), que sucumbió en medio de una feroz tormenta del trópico. Luego, caminó 11 días por bosques y riachuelos amazónicos, envuelta en un ligero vestido y calzando solo un zapato que resistió el golpe; comiendo solamente una bolsa de caramelos, sufriendo lo inenarrable. 

La encontraron unos madereros al anochecer del 3 de enero de 1972, cuando, según sus propias palabras, plasmadas en su libro "Cuando Caí del Cielo", sentía que estaba muriéndose “literalmente de hambre” y las fuerzas la abandonaban sin remedio. Su coraje, sin embargo, la mantuvo con vida, por encima de esas ventiscas interiores que la mecían de la desesperación a la esperanza. 

La conmoción fue mundial porque, hasta ese momento, no había rastro visible de los pasajeros del trágico vuelo No. 508, que habían partido ilusionados un 24 de diciembre desde la capital peruana hacia Pucallpa, una ciudad de la selva central del país. 

Pronto, se comprobó que Juliane había sido la única sobreviviente de 92 personas que no pudieron llegar al abrazo de Navidad.

Pero lo más importante de la vida de Juliane Koepcke incorpora a su familia, padre y madre, dos admirables científicos alemanes que dejaron todo para asentarse en un sitio remoto y aislado en pleno corazón de la amazonía peruana.

Wilhelm Koepcke, un joven doctor en Biología, había fundado una estación biológica en 1968, cerca de donde luego caería el avión. Lo hizo luego de 18 años de haber llegado al Perú, tras unas peripecias alucinantes que comenzaron cuando, en 1947, mandó una carta a la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, pidiendo trabajo entusiasmado con la idea de abrir trocha en el estudio de ecosistemas de altísima biodiversidad, como los amazónicos. 

Le contestaron un año después, desde el Museo de Historia Natural Javier Prado de Lima, dependiente de dicha casa de estudios, diciéndole que había una plaza para él. El progenitor de Juliane partió de inmediato con destino a América, desde la Europa de posguerra, en un tiempo en el cual viajar era difícil, “especialmente para ciudadanos alemanes”.

A Wilhelm le tomó dos años llegar a Perú, luego de recorrer –a pie o en autoestop– Austria, Italia, Francia, España; de querer embarcarse, infructuosamente, en Génova y Nápoles; de haberse metido clandestinamente a un barco en la bahía gaditana de San Fernando, y de estar preso en Santa Cruz de Tenerife. Desde allí, tras salir, pudo embarcarse rumbo a Recife, Brasil. De allí todavía tuvo caminar –o recorrer tramos en autobús– hacia Perú, a donde, por fin, arribó el 15 de mayo de 1950. Al padre de Juliane le tomó más de 19 meses llegar desde la ciudad alemana de Kiel a Lima.

La familia, incluyendo a María von Mikulicz-Radecki, madre de Juliane, se instaló primero en Lima y luego en la selva, en Panguana concretamente, una estación biológica que hoy es Área de Conservación Privada (una figura que la legislación peruana permite si se desarrollan labores de conservación) y que debe su nombre a una especie de perdiz (denominada científicamente Crypturellus undularus) avistada por su padre cuando buscaba un lugar para sus sueños. Ocurrió cuando ella tenía 14 años. 

Juliane Koepcke

Ya en 1952, los esposos Koepcke habían descubierto en la sierra central del país, a unos 56 kilómetros de Lima, el Bosque de Zárate, un cuasi mágico reducto de ecosistema andino, ubicado entre los 1.800 y los 3.600 metros sobre el nivel del mar, que actualmente es una Zona Reservada (una categoría de área protegida peruana). 

No sólo eso. María, la madre de Juliane, de profesión ornitóloga, descubrió allí, en 1954, una nueva especie de ave que la Ciencia denomina Zaratornis stresemanni, y que solo vive en la Cordillera Occidental del Perú, según Birdlife International. 

No fueron los únicos hallazgos de los Koepcke, quienes desde que llegaron se movieron entre la sierra, la selva, los bosques. y los ríos. 

Cuando Juliane tuvo edad, comenzaron a llevarla a las expediciones, con su mochilita a cuestas, tal como lo relata en su libro. Fue por eso que conoció el campo desde muy pequeña y que amó a los animales, desde un perro llamado Lobo hasta un páucar llamado Pinxi, que murió a los pocos días de que ella fuera rescatada. Los otros seres vivos nunca estuvieron ausentes en su vida. 

Para Juliane, el cuidado del bosque tuvo, entonces y hoy, enorme importancia. 

Meses después del accidente, volvió a Alemania, a estudiar biología en la Universidad de Kiel siguiendo las huellas familiares. Allí concluyó sus estudios y en 1981 volvió al Perú, a Panguana, a la selva que tanto amaba y en la que había andado corajudamente, premunida de los conocimientos que, desde muy niña, adquirió bajo la sombra generosa de sus progenitores.

Su madre murió en el accidente aéreo y desde 1974, su padre ya no regresó al Perú, pero ella se encargó de mantener viva a Panguana, incluso en los tiempos en que los movimientos terroristas Sendero Luminoso y el Movimiento Revolucionario Túpac Amaru sembraron el terror en la zona. 

La estación logró sobrevivir a esas turbulencias y siguió acogiendo a estudiantes y a investigadores de mariposas, aves, mamíferos. 

Ella misma se convirtió en una especialista en murciélagos, sobre los que hizo su doctorado para la Universidad Ludwig Maximilians de Munich. 

Juliane mantuvo viva también esta lucha en su selva entrañable. 

El paraíso de Panguana tiene hoy 800 hectáreas, gracias a su trabajo y perseverancia, al apoyo de su esposo, Erich Diller, y a la ayuda económica de Margaretha y Siegfried Stocker, propietarios de una panificadora ecológica en Alemania. 

En Panguana la biodiversidad es extraordinaria, solo en el caso de los murciélagos, existen 50 especies de ellos en ese espacio, cuando en toda Europa se cuentan solo 27. 

"Quiero mejorar el conocimiento sobre la estructura del ecosistema amazónico", sostiene, "sobre todo ahora, con el problema del cambio climático". 

Juliane, organiza también viajes para científicos que desean contemplar y estudiar la gran variedad de seres vivos de Panguana: 

-353 especies de aves, 
-300 de hormigas, 
-205 de mariposas, 
-153 de anfibios y reptiles, 
-111 de mamíferos. 
-Por lo menos 30 de peces. 
-Aparte de unas 500 especies de árboles, entre ellos un enorme árbol de lupuna (Ceiba pentandra), de 50 metros de alto, que se alza majestuoso por encima de las cabañas rústicas que conforman el albergue de visitantes. (Datos: diario El País de España)

sábado, 7 de febrero de 2015

Atahualpa Fue Rey de Quito y No es Considerado como Rey Inca

HUASCAR - Ultimo Rey Inca

En el Imperio Inca, Atahualpa siempre fue considerado como un advenedizo o traidor al haber usurpado la posición de Rey Inca que ejercía legalmente Huáscar. Por tal razón nunca fue reconocido como Sapa Inca el verdadero rey.

Atahualpa realizó lo que hoy se conoce como un golpe de estado, pero con una crueldad extrema masacrando y exterminando a la realeza inca y poblaciones enteras. Huáscar muere asesinado por Atahualpa.

A la llegada de los españoles el Imperio Inca estaba completamente dividido y gobernado por Atahualpa el Rey de Quito, que usurpaba el cargo de Rey Inca, algo que rechazaba la mayoría de pobladores.

El curso de los acontecimientos favoreció a los españoles que hubieran tenido un escenario distinto con Huáscar como Rey Inca en Cuzco.

Extracto del Libro Noveno de "Los Cometarios Reales de los Incas" escrito por el Inca Garcilazo de la Vega a fines del siglo XVI:

Empieza el autor narrando las grandezas y magnanimidades de Huayna Cápac, el doceavo soberano inca, quien inició su reinado haciendo una visita general a su imperio. 

Tuvo por entonces un hijo, al que después llamó Huáscar Inca, cuyo nombre, que significa soga o maroma (Huasca).

Huayna Cápac tuvo otro hijo, llamado Atahualpa, quien, según afirma el Inca Garcilaso, nació en Quito, siendo su madre la hija del rey quiteño sometido.

Huayna Cápac decidió darle el Reino de Quito a su hijo Atahualpa, pues era su preferido, y Huáscar, que era el legítimo heredero del Imperio, aceptó la voluntad paterna. 

Huayna Cápac tuvo noticias de los españoles que por entonces recorrían la costa norte del Imperio; también sobre las señales vistas en el cielo que anunciaron por entonces la caída del Imperio Inca y el cambio radical de la forma de la vida andina que se avecinaba. 

Huayna Cápac enfermó y murió, y en su testamento ordenó a sus súbditos que obedecieran a los extranjeros invasores que ya se acercaban, pues éstos eran poderosos e imbatibles, de acuerdo a una profecía antigua, que aseguraba que tal suceso ocurriría tras el duodécimo Inca. 

Una vez muerto Huayna Cápac, reinaron sus dos hijos unos cuatro o cinco años en paz: Huáscar como Sapa Inca y Atahualpa como rey de Quito. 

Sin embargo, Huáscar se dio cuenta del error de su padre de dar a Atahualpa el gobierno de una inmensa provincia del norte, pues así quedaba bloqueada la ampliación de la frontera norte por parte de la casta cuzqueña, pues en el resto de las fronteras se había llegado a límites infranqueables, como el mar, las selva y el territorio al sur del Maule, poblado de salvajes. También entrevió que tal partición del imperio contradecía el mandato del primer inca Manco Cápac, que solo admitía un imperio incaico único. 

Para dar solución al problema, Huáscar invitó a su hermano que fuera al Cuzco para que jurara como su vasallo, en aras de un interés mayor como la unidad del Imperio. 

Atahualpa, simuló acatar la orden, pero pidió permiso para llevar consigo a miles de sus vasallos, a fin de celebrar fastuosamente las exequias de su padre, lo que Huáscar, sin sospechar malicia, aceptó. 

Secretamente, Atahualpa ordenó a sus generales que organizaran batallones y que le siguieran sigilosamente en su marcha al Cuzco; solo cuando ya estaba cerca del Cuzco ordenó a sus tropas que enarbolaran sus insignias y marcharan en orden de batalla contra Huáscar. 

Sus principales maeses de campo eran Challcuchimac y Quisquis; sus tropas superaban los 30.000, mayormente soldados experimentados en las últimas guerras de conquista realizadas por Huayna Cápac. 

Huáscar, sorprendido, convocó a sus tropas pero ya era tarde y solo pudo reunir unos 10.000 de los suyos y otras tropas del Contisuyo, que eran inexpertas, mientras otras con más experiencia y número, las del Collasuyo, tardarían en llegar por su lejanía. 

Hubo una serie de encuentros, hasta que la batalla definitiva se dio cerca del Cuzco, en Quepaypampa, donde los atahualpistas triunfaron, merced a su mayor número y experiencia militar. Aquel campo se conoció después como Yahuarpampa o campo de sangre. 

El mismo Huáscar fue capturado y atado. Atahualpa, por naturaleza sumamente cruel, ordenó una matanza de toda la familia de su hermano, sin respetar niños ni mujeres; se describe la manera espeluznante cómo se cumplió esta orden, aunque algunos de la casta cuzqueña lograron salvarse, entre ellos, según cuenta el Inca Garcilaso, estuvieron su madre y su tío, Isabel Chimpu Ocllo y Francisco Huallpa Túpac Yupanqui, que por entonces eran unos muchachos. 

Pero la ira de Atahualpa se cebó también con los criados de la casa real y poblaciones enteras fueron diezmadas. Otro en salvarse fue el que después sería príncipe Manco Inca, otro de los hijos de Huayna Cápac. 

La crueldad de Atahualpa fue tan extremada que en tiempos de la conquista española todavía los supervivientes de la masacre guardaban odio profundo hacia quien consideraban un inca advenedizo o auca (traidor) y hasta dudaban si en realidad era hijo de Huayna Cápac, ya que su conducta contrastaba con la natural piedad y benevolencia de los antiguos incas. 

Es por ello que el Inca Garcilaso, que tenía también sangre inca, no incluye a Atahualpa en su lista de los reyes incas. (Datos: Wikipedia)

jueves, 5 de febrero de 2015

Mario Vargas Llosa es Marqués del Reino de España

Rey Juan Carlos I y Marqués de Vargas Llosa

El 4 de febrero del 2011, el Rey Juan Carlos I de España otorgó al escritor peruano Mario Vargas Llosa el título nobiliario de Marqués, denominándose en adelante Marqués de Vargas Llosa. 

La designación fue consignada en el Boletín Oficial del Estado (BOE) que publica la concesión efectuada por parte de Su Majestad el Rey de España. 

Don Juan Carlos justificó la concesión del título nobiliario a Mario Vargas Llosa destacando su "extraordinaria contribución" a la lengua y literatura españolas, "apreciada universalmente". 

El Rey de España otorga estos títulos en virtud del artículo 62 de la Constitución Española, que le atribuye el "conceder honores y distinciones con arreglo a las leyes". 

De acuerdo con lo dispuesto por el Rey, el título de Marqués otorgado al escritor peruano pasará también a sus herederos, siguiendo lo establecido en la normativa española sobre títulos nobiliarios. 

El título nobiliario de Marqués se ubica por debajo del título de Duque y por encima del de Conde.

lunes, 2 de febrero de 2015

Inca Garcilazo de la Vega - Gómez Suárez de Figueroa

Gómez Suárez de Figueroa - Inca Garcilazo de la Vega

Gómez Suárez de Figueroa, llamado Inca Garcilaso de la Vega (Cuzco, Gobernación de Nueva Castilla, 12 de abril de 1539 - Córdoba, Corona de Castilla, 23 de abril de 1616), fue un escritor e historiador peruano de ascendencia española e inca.

Es reconocido como el "primer mestizo biológico y espiritual de América", o en otras palabras, el primer mestizo racial y cultural de América que tuvo la capacidad de asumir y conciliar sus dos herencias culturales: la indígena americana y la europea, alcanzando al mismo tiempo un gran renombre intelectual.

Se le nombra también como el "príncipe de los escritores del Nuevo Mundo", pues su obra literaria, que se ubica en el período del Renacimiento, se destaca por un gran dominio y manejo del idioma castellano.

Su padre fue sobrino del célebre poeta Garcilaso de la Vega del Siglo de Oro de España, por lo que el Inca Garcilaso de la Vega sería sobrino-nieto por parte de la familia de su padre del famoso poeta renacentista castellano. 


En su obra cumbre, Los Comentarios Reales de los Incas, publicada en Lisboa, en 1609, expone la historia, cultura y costumbres de los Incas y otros pueblos del antiguo Perú, libro que luego del levantamiento de Túpac Amaru II sería prohibido por la Corona española en todas sus colonias de América, al considerarla sediciosa y peligrosa para sus intereses, pues alentaba el recuerdo de los incas. Esta prohibición rigió desde 1781, aunque la obra se siguió imprimiendo en España. 

Otras obras importantes del Inca Garcilaso son La Florida del Inca (Lisboa, 1605), que es un relato de la conquista española de Florida; y la Segunda parte de los Comentarios Reales, más conocida como Historia General del Perú (Córdoba, 1617), publicada póstumamente, donde el autor trata sobre la conquista del Perú y el inicio de la colonia.

Era hijo del conquistador español capitán Sebastián Garcilaso de la Vega, de la nobleza extremeña, y de la ñusta o princesa inca Isabel Chimpu Ocllo, nieta del Inca Túpac Yupanqui y sobrina del Inca Huayna Cápac, emperador del "reino de las cuatro partes o suyos" o Tahuantinsuyo.

Su nombre de bautismo fue Gómez Suárez de Figueroa, que tiempo después, radicando en España, se lo cambiaría por el de Inca Garcilaso de la Vega. 

Gracias a la privilegiada posición de su padre, que perteneció a la facción pizarrista, fue bautizado con los apellidos ilustres del mayor de sus tíos paternos y de otros antepasados que pertenecieron a la casa de Feria. Recibió en el Cuzco una esmerada educación en primeras letras a cargo de Juan de Alcobaza, al lado de los hijos de Francisco y Gonzalo Pizarro, mestizos e ilegítimos como él, pero durante sus primeros años también estuvo en estrecho contacto con su madre y con lo más selecto de la nobleza inca, entre los que se contaban los hijos de Huayna Cápac: Paullu Inca y Tito Auqui. 

Accedió así a la instrucción de los amautas o sabios incas versados en la mitología y cultura incas.

Su padre se vio obligado a abandonar a la princesa inca a causa de la presión de la corona para que los nobles españoles se casasen con damas nobles españolas, y así lo hizo para matrimoniar con Luisa Martel de los Ríos; sin embargo, no lo hizo sin conceder antes a su madre una cuantiosa dote, que le sirvió para casarse con Juan del Pedroche, un soldado peninsular, de la que tendría el inca dos mediohermanas, Luisa de Herrera y Ana Ruiz. 

Su adolescencia estuvo ensombrecida por las cruentas guerras civiles del Perú, y él y su padre padecieron la persecución de los rebeldes Gonzalo Pizarro y Francisco de Carvajal. Su padre optó por enrolarse en el bando de Pizarro, aunque forzadamente, según contaría más tarde el Inca Garcilaso, pero retornó al bando real sumándose al ejército de Pedro de la Gasca durante la batalla de Jaquijahuana, por lo que fue conocido despectivamente como el “leal de tres horas”. 

El 20 de enero de 1560, a los veintiún años de edad y poco después del fallecimiento de su padre, Garcilaso salió del Cuzco rumbo a la Ciudad de los Reyes (Lima), dispuesto a embarcarse hacia España. 

Partió del puerto de El Callao, estuvo a punto de naufragar en la isla de Gorgona, cruzó a lomos de acémila el istmo de Panamá, llegó a Cartagena de Indias, para tomar la ruta de los galeones hasta La Habana y las Azores, donde un marinero portugués le salvó la vida antes de llegar a Lisboa. Tras una breve estancia en Extremadura, donde visitó a unos familiares, se estableció en la ciudad cordobesa de Montilla donde residía su tío Alonso de Vargas. Luego, en 1561, se trasladó a Madrid a solicitar algunas mercedes que la Corona le debía a su padre por sus servicios en el Perú, y allí conoció al conquistador Gonzalo Silvestre, quien le suministró numerosos datos para su obra La Florida del Inca. Su solicitud a la Corona le fue denegada (acusaron a su padre de favorecer al rebelde Gonzalo Pizarro dándole un caballo que le salvó la vida en la batalla de Huarina, y tal versión fue apoyada por los cronistas de indias oficiales). 

Desengañado, pensó en volver a Perú en 1563, pero optó por permanecer en la península y seguir la carrera militar, como su padre. Abandonó el nombre de Gómez de Figueroa y firmó ya para siempre con el de Garcilaso de la Vega, por el que sería conocido por la posteridad. 

Como su padre, logró el grado de capitán, y tomó parte en la represión de la Rebelión de las Alpujarras de los moriscos de Granada bajo el mando de don Juan de Austria (1569). 

Entre 1570 y 1571 se enteró de la muerte de su madre y de su amado tío Alonso de Vargas; este último le adjudicó bienes en su testamento que hicieron que en el futuro no tuviese que preocuparse de su sustento y aún disfrutase de cierta holgura. En 1586 falleció su tía doña Luisa Ponce, viuda de su tío Alonso, cuyos bienes acrecentaron aún más su bienestar económico y le posibilitaron entregarse a la cultura. 

En 1590, muy probablemente dolido por la poca consideración en que se le tenía en el ejército por su condición de mestizo, dejó las armas y entró en la religión.

Frecuentó los círculos humanísticos de Sevilla, Montilla y Córdoba y se volcó en el estudio de la historia y en la lectura de los poetas clásicos y renacentistas. Fruto de esas lecturas fue la celebrada traducción del italiano que hizo de los Diálogos de amor del filósofo neoplatónico León Hebreo, que dio a conocer en Madrid en 1590 como La Traducción del Indio de los Tres Diálogos de Amor de León Hebreo (su prólogo está fechado en Montilla, 1586). Fue su primer libro, y la primera obra literaria de valor superlativo hecha por un americano. Ya por entonces firmaba como Garcilaso Inca de la Vega y se presentaba como hijo del Cuzco, ciudad a la que definía como cabeza de imperio. 

Por entonces tuvo una relación estrictamente comercial con el célebre Luis de Góngora, y en Montilla coincidió con Miguel de Cervantes, que recaudaba fondos para la corona. Y parece ser que Cervantes conocía las obras del insigne mestizo: había leído la traducción por Garcilaso de los Diálogos de amor de León Hebreo.

Se trasladó a Córdoba en 1591, y se relacionó con algunos doctores, como el jesuita Juan de Pineda, quien le instó a preparar un comentario piadoso de las Lamentaciones de Job. Por entonces continuaba recopilando material para sus proyectadas obras sobre la conquista de La Florida y del Perú, así como todo lo relacionado con el imperio inca. Una de esas fuentes fue la crónica, hoy perdida, de Blas Valera. En 1596 escribió la Genealogía o Relación de la descendencia del famoso Garci Pérez de Vargas, nombre de un célebre capitán que fue antepasado suyo, obra que no se publicaría sino hasta el siglo XX. 

Simultáneamente se relacionó con soldados participantes de la conquista de La Florida y se encontró con dos, Alonso Carmona y Juan Coles, que le obligaron a retocar lo que ya tenía escrito sobre la expedición de Hernando de Soto. En 1605 publicó finalmente la obra en Lisboa, con el título de La Florida del Inca. En 1609 apareció publicada, también en Lisboa, la Primera Parte de su obra cumbre, los Comentarios Reales de los Incas, impreso en una buena edición por Pedro Crasbeeck y dedicado a la princesa Catalina de Portugal, duquesa de Braganza. 

Hacia 1612 culminó la Segunda Parte de esta obra, que fue publicada póstumamente en Córdoba con el título de Historia General del Perú y dedicado a la Virgen María. 

En 1612 Garcilaso compró la Capilla de las Ánimas en la Catedral de Córdoba, donde su hijo sería sacristán y donde deseó ser enterrado, falleciendo cuatro años después, entre el 22 y el 24 de abril de 1616 como fechas probables. 

En aquella capilla sus albaceas grabaron esta lápida: 

"El Inca Garcilaso de la Vega, varón insigne, digno de perpetua memoria. Ilustre en sangre. Perito en letras. Valiente en armas. Hijo de Garcilaso de la Vega. De las Casas de los duques de Feria e Infantado y de Elisabeth Palla, hermana de Huayna Capac, último emperador de las Indias. Comentó La Florida. Tradujo a León Hebreo y compuso los Comentarios reales. Vivió en Córdoba con mucha religión. Murió ejemplar: dotó esta capilla. Enterróse en ella. Vinculó sus bienes al sufragio de las ánimas del purgatorio. Son patronos perpetuos los señores Deán y Cabildo de esta santa iglesia. Falleció a 23 de abril de 1616."

El 25 de noviembre de 1978 el rey Juan Carlos I de España hizo entrega de una arqueta que contenía una parte de sus cenizas; éstas reposan actualmente en la Catedral del Cusco.

Obras:

Es considerado como el padre de las letras del continente.

-En 1605 dio a conocer en Lisboa su Historia de la Florida crónica de Hernando de Soto, título que quedó sintetizado en La Florida del Inca. La obra contiene la expedición de aquel conquistador, de acuerdo con los relatos que recogió él mismo durante años, y defiende la legitimidad de imponer en aquellos territorios la soberanía española para someterlos a la jurisdicción cristiana.

-El título más célebre de Garcilaso el Inca, sin embargo, fueron los Comentarios Reales de los Incas, la primera parte de los cuales apareció en 1609, también en Lisboa publicada por Pedro Craasbeck. Escrito a partir de sus propios recuerdos de infancia y juventud, escuchado directamente de sus parientes, de contactos epistolares y visitas a personajes destacados del Virreinato del Perú, el relato constituye, pese a los problemas de sus fuentes orales y escritas y a las incongruencias de muchas fechas, uno de los intentos más logrados, tanto conceptual como estilísticamente, de salvaguardar la memoria de las tradiciones de la civilización andina. Por esta razón es considerada su obra maestra y se la ha reconocido como el punto de partida de la literatura latinoamericana.

-La segunda parte fue publicada en Córdoba, en 1617, con el título de Historia General del Perú, nombre que le impuso arbitrariamente el editor: "Historia general del Perú: trata el descubrimiento del, y como lo ganaron los españoles, las guerras civiles que huuo entre Piçarros, y Almagros, sobre la partija de la tierra, castigo y leuantamiento de tiranos, y otros sucessos particulares". Esta obra que es la más extensa que ha producido su pluma, desarrolla con estilo vibrante la conquista del Perú, las guerras civiles entre los conquistadores y la instauración del Virreinato del Perú, así como la resistencia de los incas de Vilcabamba, que culmina con la ejecución del último de estos, Túpac Amaru I, en la plaza del Cuzco en 1572. Incluye en sus páginas una rehabilitación de su padre, el capitán Sebastián Garcilaso de la Vega, desprestigiado ante la Corona por haber militado en el bando del rebelde Gonzalo Pizarro. 

Recibió una educación formal esmerada, tanto en su patria como en España, pues aparte de sus dos lenguas maternas, español y quechua, hablaba latín. Su familia materna eran los antiguos gobernantes Incas, y por ello, él describe a los Incas como monarcas benévolos que gobernaban un país donde todos vivían en una patria de justicia y abundancia, donde no había mendigos ni ociosos. 

Afirma que la misión de los incas fue la de civilizar a los pueblos bárbaros (culturas pre-incas), que practicaban costumbres abominables como la antropofagia y la sodomía. (Datos: Wikipedia)

viernes, 30 de enero de 2015

Felipe de Borbón y Grecia: De Principe de Asturias a Rey Felipe VI

Felipe VI - Rey de España

Felipe VI de España (Madrid, España, 30 de enero de 1968) es el actual rey de España, título por el que ostenta la jefatura del Estado y el mando supremo de las Fuerzas Armadas.  
Fue proclamado ante las Cortes Generales el 19 de junio de 2014, tras la abdicación de su padre, el rey Juan Carlos I, de acuerdo con la Ley Orgánica 3/2014 por la que se hace efectiva la abdicación de la Corona, sancionada solemnemente el día anterior por su predecesor en el Palacio Real de Madrid y publicada la madrugada del 19 en el Boletín Oficial del Estado.

Está casado con Letizia Ortiz, reina consorte de España, con la que tiene dos hijas: Leonor, princesa de Asturias, y Sofía, infanta de España. (Datos: Wikipedia)

Video: Carlos merida merida

 


Familia Real Española

Felipe VI es un gran personaje con todas las calificaciones necesarias para ejercer con éxito como Rey de España. Es el rey más joven y profesional de Europa.

Es conocido en Perú  y todos los países latinoamericanos por su contínua concurrencia a todos los principales eventos oficiales, siendo muy apreciada y respetada su presencia.

Perú y en particular Lima fueron por alrededor de 3 siglos la capital del Imperio Español en Sudamérica, ejerciendo gobierno a través del Virreinato del Perú. (Hurtvillac)

Tanto tiempo de presencia española en Perú marcaron las costumbres, pueblos, canciones, bailes, folklor, religión, idioma etc en este país, los que aún se conservan con firmeza y alientan un vínculo estrecho con España.

miércoles, 28 de enero de 2015

Inca Garcilaso de la Vega - Padre de las Letras del Continente Americano

Inca Garcilaso de la Vega

Gómez Suárez de Figueroa, apodado Inca Garcilaso de la Vega (Cuzco, Gobernación de Nueva Castilla, 12 de abril de 1539 - Córdoba, Corona de Castilla, 23 de abril de 1616), fue un escritor e historiador peruano de ascendencia española e inca.

Se le considera como el "primer mestizo biológico y espiritual de América", o en otras palabras, el primer mestizo racial y cultural de América que supo asumir y conciliar sus dos herencias culturales: la indígena americana y la europea, alcanzando al mismo tiempo gran renombre intelectual.

Se le conoce también como el "príncipe de los escritores del Nuevo Mundo", pues su obra literaria, que se ubica en el período del Renacimiento, se destaca por un gran dominio y manejo del idioma castellano, tal como lo han reconocido críticos como Menéndez y Pelayo, Ricardo Rojas, Raúl Porras Barrenechea y José de la Riva Agüero y Osma.

Mario Vargas Llosa le reconoce también dotes de consumado narrador, destacando su prosa bella y elegante.

Su padre fue sobrino del célebre poeta Garcilaso de la Vega del Siglo de Oro de España , por lo que el Inca Garcilaso de la Vega sería sobrino-nieto por parte de la familia de su padre del famoso poeta renacentista castellano. 

En su obra cumbre, Los Comentarios Reales de los Incas, publicada en Lisboa, en 1609, expone la historia, cultura y costumbres de los Incas y otros pueblos del antiguo Perú, libro que luego del levantamiento de Túpac Amaru II sería prohibido por la Corona española en todas sus colonias de América, al considerarla sediciosa y peligrosa para sus intereses, pues alentaba el recuerdo de los incas. Esta prohibición rigió desde 1781, aunque la obra se siguió imprimiendo en España. 

Otras obras importantes del Inca Garcilaso son La Florida del Inca (Lisboa, 1605), que es un relato de la conquista española de Florida; y la Segunda parte de los Comentarios Reales, más conocida como Historia General del Perú (Córdoba, 1617), publicada póstumamente, donde el autor trata sobre la conquista del Perú y el inicio de la colonia. 

Era hijo del conquistador español capitán Sebastián Garcilaso de la Vega, de la nobleza extremeña, y de la ñusta o princesa inca Isabel Chimpu Ocllo, nieta del Inca Túpac Yupanqui y sobrina del Inca Huayna Cápac, emperador del "reino de las cuatro partes o suyos" o Tahuantinsuyo.

Su nombre de bautismo fue Gómez Suárez de Figueroa, que tiempo después, radicando en España, se lo cambiaría por el de Inca Garcilaso de la Vega. 

Gracias a la privilegiada posición de su padre, que perteneció a la facción pizarrista, fue bautizado con los apellidos ilustres del mayor de sus tíos paternos y de otros antepasados que pertenecieron a la casa de Feria. Recibió en el Cuzco una esmerada educación en primeras letras a cargo de Juan de Alcobaza, al lado de los hijos de Francisco y Gonzalo Pizarro, mestizos e ilegítimos como él, pero durante sus primeros años también estuvo en estrecho contacto con su madre y con lo más selecto de la nobleza inca, entre los que se contaban los hijos de Huayna Cápac: Paullu Inca y Tito Auqui. 

Accedió así a la instrucción de los amautas o sabios incas versados en la mitología y cultura incas.

Su padre se vio obligado a abandonar a la princesa inca a causa de la presión de la corona para que los nobles españoles se casasen con damas nobles españolas, y así lo hizo para matrimoniar con Luisa Martel de los Ríos; sin embargo, no lo hizo sin conceder antes a su madre una cuantiosa dote, que le sirvió para casarse con Juan del Pedroche, un soldado peninsular, de la que tendría el inca dos mediohermanas, Luisa de Herrera y Ana Ruiz. 

Su adolescencia estuvo ensombrecida por las cruentas guerras civiles del Perú, y él y su padre padecieron la persecución de los rebeldes Gonzalo Pizarro y Francisco de Carvajal. Su padre optó por enrolarse en el bando de Pizarro, aunque forzadamente, según contaría más tarde el Inca Garcilaso, pero retornó al bando real sumándose al ejército de Pedro de la Gasca durante la batalla de Jaquijahuana, por lo que fue conocido despectivamente como el “leal de tres horas”. 

El 20 de enero de 1560, a los veintiún años de edad y poco después del fallecimiento de su padre, Garcilaso salió del Cuzco rumbo a la Ciudad de los Reyes (Lima), dispuesto a embarcarse hacia España. 

Partió del puerto de El Callao, estuvo a punto de naufragar en la isla de Gorgona, cruzó a lomos de acémila el istmo de Panamá, llegó a Cartagena de Indias, para tomar la ruta de los galeones hasta La Habana y las Azores, donde un marinero portugués le salvó la vida antes de llegar a Lisboa. Tras una breve estancia en Extremadura, donde visitó a unos familiares, se estableció en la ciudad cordobesa de Montilla donde residía su tío Alonso de Vargas. Luego, en 1561, se trasladó a Madrid a solicitar algunas mercedes que la Corona le debía a su padre por sus servicios en el Perú, y allí conoció al conquistador Gonzalo Silvestre, quien le suministró numerosos datos para su obra La Florida del Inca. Su solicitud a la Corona le fue denegada (acusaron a su padre de favorecer al rebelde Gonzalo Pizarro dándole un caballo que le salvó la vida en la batalla de Huarina, y tal versión fue apoyada por los cronistas de indias oficiales). 

Desengañado, pensó en volver a Perú en 1563, pero optó por permanecer en la península y seguir la carrera militar, como su padre. Abandonó el nombre de Gómez de Figueroa y firmó ya para siempre con el de Garcilaso de la Vega, por el que sería conocido por la posteridad. 

Como su padre, logró el grado de capitán, y tomó parte en la represión de la Rebelión de las Alpujarras de los moriscos de Granada bajo el mando de don Juan de Austria (1569). 

Entre 1570 y 1571 se enteró de la muerte de su madre y de su amado tío Alonso de Vargas; este último le adjudicó bienes en su testamento que hicieron que en el futuro no tuviese que preocuparse de su sustento y aún disfrutase de cierta holgura. En 1586 falleció su tía doña Luisa Ponce, viuda de su tío Alonso, cuyos bienes acrecentaron aún más su bienestar económico y le posibilitaron entregarse a la cultura. 

En 1590, muy probablemente dolido por la poca consideración en que se le tenía en el ejército por su condición de mestizo, dejó las armas y entró en la religión.

Frecuentó los círculos humanísticos de Sevilla, Montilla y Córdoba y se volcó en el estudio de la historia y en la lectura de los poetas clásicos y renacentistas. Fruto de esas lecturas fue la celebrada traducción del italiano que hizo de los Diálogos de amor del filósofo neoplatónico León Hebreo, que dio a conocer en Madrid en 1590 como La Traducción del Indio de los Tres Diálogos de Amor de León Hebreo (su prólogo está fechado en Montilla, 1586). Fue su primer libro, y la primera obra literaria de valor superlativo hecha por un americano. Ya por entonces firmaba como Garcilaso Inca de la Vega y se presentaba como hijo del Cuzco, ciudad a la que definía como cabeza de imperio. 

Por entonces tuvo una relación estrictamente comercial con el célebre Luis de Góngora, y en Montilla coincidió con Miguel de Cervantes, que recaudaba fondos para la corona. Y parece ser que Cervantes conocía las obras del insigne mestizo: había leído la traducción por Garcilaso de los Diálogos de amor de León Hebreo.

Se trasladó a Córdoba en 1591, y se relacionó con algunos doctores, como el jesuita Juan de Pineda, quien le instó a preparar un comentario piadoso de las Lamentaciones de Job. Por entonces continuaba recopilando material para sus proyectadas obras sobre la conquista de La Florida y del Perú, así como todo lo relacionado con el imperio inca. Una de esas fuentes fue la crónica, hoy perdida, de Blas Valera. En 1596 escribió la Genealogía o Relación de la descendencia del famoso Garci Pérez de Vargas, nombre de un célebre capitán que fue antepasado suyo, obra que no se publicaría sino hasta el siglo XX. 

Simultáneamente se relacionó con soldados participantes de la conquista de La Florida y se encontró con dos, Alonso Carmona y Juan Coles, que le obligaron a retocar lo que ya tenía escrito sobre la expedición de Hernando de Soto. En 1605 publicó finalmente la obra en Lisboa, con el título de La Florida del Inca. En 1609 apareció publicada, también en Lisboa, la Primera Parte de su obra cumbre, los Comentarios Reales de los Incas, impreso en una buena edición por Pedro Crasbeeck y dedicado a la princesa Catalina de Portugal, duquesa de Braganza. 

Hacia 1612 culminó la Segunda Parte de esta obra, que fue publicada póstumamente en Córdoba con el título de Historia General del Perú y dedicado a la Virgen María. 

En 1612 Garcilaso compró la Capilla de las Ánimas en la Catedral de Córdoba, donde su hijo sería sacristán y donde deseó ser enterrado, falleciendo cuatro años después, entre el 22 y el 24 de abril de 1616 como fechas probables. 

En aquella capilla sus albaceas grabaron esta lápida: 

El Inca Garcilaso de la Vega, varón insigne, digno de perpetua memoria. Ilustre en sangre. Perito en letras. Valiente en armas. Hijo de Garcilaso de la Vega. De las Casas de los duques de Feria e Infantado y de Elisabeth Palla, hermana de Huayna Capac, último emperador de las Indias. Comentó La Florida. Tradujo a León Hebreo y compuso los Comentarios reales. Vivió en Córdoba con mucha religión. Murió ejemplar: dotó esta capilla. Enterróse en ella. Vinculó sus bienes al sufragio de las ánimas del purgatorio. Son patronos perpetuos los señores Deán y Cabildo de esta santa iglesia. Falleció a 23 de abril de 1616.

El 25 de noviembre de 1978 el rey Juan Carlos I de España hizo entrega de una arqueta que contenía una parte de sus cenizas; éstas reposan actualmente en la Catedral del Cusco.

Obras:

Es considerado como el padre de las letras del continente.

-En 1605 dio a conocer en Lisboa su Historia de la Florida crónica de Hernando de Soto, título que quedó sintetizado en La Florida del Inca. La obra contiene la expedición de aquel conquistador, de acuerdo con los relatos que recogió él mismo durante años, y defiende la legitimidad de imponer en aquellos territorios la soberanía española para someterlos a la jurisdicción cristiana.

-El título más célebre de Garcilaso el Inca, sin embargo, fueron los Comentarios Reales de los Incas, la primera parte de los cuales apareció en 1609, también en Lisboa publicada por Pedro Craasbeck. Escrito a partir de sus propios recuerdos de infancia y juventud, escuchado directamente de sus parientes, de contactos epistolares y visitas a personajes destacados del Virreinato del Perú, el relato constituye, pese a los problemas de sus fuentes orales y escritas y a las incongruencias de muchas fechas, uno de los intentos más logrados, tanto conceptual como estilísticamente, de salvaguardar la memoria de las tradiciones de la civilización andina. Por esta razón es considerada su obra maestra y se la ha reconocido como el punto de partida de la literatura latinoamericana.

-La segunda parte fue publicada en Córdoba, en 1617, con el título de Historia General del Perú, nombre que le impuso arbitrariamente el editor: "Historia general del Perú: trata el descubrimiento del, y como lo ganaron los españoles, las guerras civiles que huuo entre Piçarros, y Almagros, sobre la partija de la tierra, castigo y leuantamiento de tiranos, y otros sucessos particulares". Esta obra que es la más extensa que ha producido su pluma, desarrolla con estilo vibrante la conquista del Perú, las guerras civiles entre los conquistadores y la instauración del Virreinato del Perú, así como la resistencia de los incas de Vilcabamba, que culmina con la ejecución del último de estos, Túpac Amaru I, en la plaza del Cuzco en 1572. Incluye en sus páginas una rehabilitación de su padre, el capitán Sebastián Garcilaso de la Vega, desprestigiado ante la Corona por haber militado en el bando del rebelde Gonzalo Pizarro. 

Recibió una educación formal esmerada, tanto en su patria como en España, pues aparte de sus dos lenguas maternas, español y quechua, hablaba latín. Su familia materna eran los antiguos gobernantes Incas, y por ello, él describe a los Incas como monarcas benévolos que gobernaban un país donde todos vivían en una patria de justicia y abundancia, donde no había mendigos ni ociosos

Afirma que la misión de los incas fue la de civilizar a los pueblos bárbaros (culturas pre-incas), que practicaban costumbres abominables como la antropofagia y la sodomía. (Datos: Wikipedia)

lunes, 19 de enero de 2015

La "Casa de la Respuesta" en Arica, Chile

La Casa de la Respuesta - Arica, Chile

La "Casa de la Respuesta" también llamada "Casa Bolognesi", es un inmueble ubicado en la ciudad de Arica en Chile, en zona cercana al Morro de Arica.

En esta casa el coronel del ejército peruano Francisco Bolognesi, durante la Guerra del Guano y el Salitre de 1879, recibió el 5 de junio de 1880 al mensajero chileno mayor Juan de la Cruz Salvo y, ante el pedido de rendición formulado por este último, manifestó:

«Tengo deberes sagrados que cumplir y los cumpliré hasta quemar el último cartucho».

La casa es propiedad del Estado peruano y está protegida por las disposiciones contenidas en el artículo séptimo del Tratado de Lima de 1929.

Se ubica en calle Yungay, esquina Colón, en pleno centro de Arica.

Es importante remarcar que Francisco Bolognesi no se rindió ante la superioridad de las fuerzas enemigas de Chile, porque esperaba la llegada del 2° Ejército de Perú, con el que se debía envolver y derrotar al ejército chileno.

Lo cierto es que el 2° Ejército de Perú al mando del coronel Segundo Leiva, había dado marcha atrás, según se dice por órdenes del dictador Nicolás de Piérola, y ya se encontraba de vuelta en Arequipa.

Por esta razón los numerosos y dramáticos telegramas del coronel Francisco Bolognesi diciendo "Apure Leiva Apure" nunca tuvieron respuesta.

Sin la presencia del 2° Ejercito, los soldados peruanos del morro de Arica, incluyendo a Bolognesi y oficiales, fueron masacrados de la manera más cruel recurriendo el enemigo al degollamiento de los soldados rendidos o heridos.

Pensamos que si Bolognesi hubiera sabido sobre la traición de sus propios compatriotas se hubiera rendido para evitar tanta muerte cruel. (Datos: Wikipedia/fuente propia)


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