martes, 2 de abril de 2019

Desmitificando al Imperio Inca: Los Asesinatos de Niños y Mujeres Jóvenes

Momia de Niña Muerta Como Ofrenda al Dios Wiracocha en el Capac Cocha

El Capac Cocha era uno de los rituales más importantes del calendario Inca. 

Se realizaba entre abril y julio en honor al dios Wiracocha

La ceremonia incluía fiestas y ofrendas de reconocimiento y de gratitud con sacrificios humanos. 

Desde los cuatro territorios del Tawantisuyo los poblados enviaban a participar niños y jóvenes mujeres seleccionadas como ofrendas  al Cuzco.

Luego de las ceremonias, al regresar eran asesinados en huacas locales.

El Capac Cocha servía para enviar mensajeros o enviados a los dioses. 

Estos mensajeros (los niños y mujeres jóvenes asesinadas) eran portadores de ofrendas y al mismo tiempo ellos mismos eran las ofrendas y, teniendo la función de mensajeros, debían presentar a los dioses las peticiones del pueblo.

Las ofrendas de niños relacionadas a la capac cocha eran acompañadas por réplicas en pequeña escala del mundo real con formas antropomorfas, así como llamas y objetos de uso cotidiano. 

Estas no son solamente eran estatuillas, todos los detalles son miniaturas, incluyendo los textiles en sí mismos, tocados de plumas, etc. En muchos casos los tocados y vestimentas reproducen los mismos que vestían los niños.

Creían que, para su viaje, los niños debían transformarse simbólicamente en las figurillas que los acompañaban, y que las ofrendas se relacionan con éste viaje, por ello llevaban comida, bebida, sandalias adicionales y mantas.

Los sacrificios de niños y también jóvenes mujeres se realizaban con regularidad en todo el imperio. 

El inca supremo ordenaba las normas de estos sacrificios, y los tukuy rikuq, corregidores, y los michuq, jueces, debían rendirle cuentas de su fiel ejecución. 

En cada región del Tawantisuyo se ofrendaba en honor a las waqas locales: en el Chinchay suyo era Pacha Camac, creador del universo; en el Ande suyo se hacía en honor a Saua Ciray, Pitu Ciray, y a Otorongo, el jaguar; los colla suyos homenajeaban a Uillca Nota y los conde suyos a Coropona.

El capac cocha se realizaba, en la fiesta Qhapaq Inti Raymi, o fiesta del señor Sol, Quilla Raymi, o fiesta de la luna, Chasca Cuyllor, Venus o el lucero, y Chuqui Ylla, posiblemente Marte, así como para la coronación o muerte del inca​ y también para propiciar buenas cosechas o ahuyentar desastres de pestes, sequías, o erupciones volcánicas.

Según varias crónicas, se enviaba al Cuzco, en cada oportunidad, entre quinientos y mil niños y niñas, destinadas al sacrificio.

Los niños viajaban escoltados por una comitiva de sacerdotes y acompañantes hacia a la ciudad de Cuzco, en cuya plaza principal, se encontraba el ushnu, centro simbólico del universo incaico.

Las ceremonias en Cuzco podían durar varias semanas, durante las cuales se realizaban danzas rituales, ofrendas en objetos, oro y plata, sacrificios de aves, camélidos, cérvidos y felinos, y también de niños, se realizaban en el templo del Koricancha.

Finalizadas las ceremonias, los niños, los sacerdotes y su comitiva de acompañantes emprendían el viaje de regreso a sus comunidades. 

Al retornar no lo hacían siguiendo el camino real, o camino del inca, como a la ida, sino que debían seguir un camino en línea recta, posiblemente siguiendo los ceques que partían de Cusco y se dirigían a las wakas. Este era un viaje largo y penoso, atravesando valles, ríos y montañas, que podía tomar meses.

Al llegar de vuelta a sus aldeas eran recibidos con más festejos por la comunidad local, luego de las cuales se dirigían en procesión hacia la waka en la cual se realizaría la ofrenda.

Los niños eran drogados con una bebida de alcohol de maíz, llamada chicha y con coca.

Eran luego depositados inconscientes en el lugar de la ceremonia, donde morían por hipotermia.

En otros casos la muerte era provocada de manera más violenta y cruel, tal es el caso del niño del Aconcagua, con un fuerte golpe en la cabeza, al igual que el de la niña de Sara Sara y la joven del nevado Ampato, mientras que en la Reina del cerro, la causa de la muerte fue una herida punzante en el hemitorax derecho, que ingresó por su espalda.

Mientras en algunos casos, como en Llullaillaco, los cuerpos eran depositados en una cámara funeraria y cubiertos con grava, en el caso del cerro El Plomo se les envolvió en un complejo fardo funerario de varias piezas con una función y mensaje específicos,​ al igual que en el caso del Aconcagua. (Datos: Wikipedia y otras fuentes)

Dios Wiracocha
Miles de Niños y Niñas le Fueron Ofrendados

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