jueves, 31 de marzo de 2016

El Cuarto del Rescate del Inca Atahualpa

Cuarto del Rescate del Inca Atahualpa
Cajamarca - Perú

Los castellanos comenzaron la conquista del Imperio Inca en 1532. El 15 de noviembre de ese año, Francisco Pizarro llegó a la ciudad de Cajamarca, donde se había citado con el Inca Atahualpa. Una vez en la ciudad, se escondieron en los principales edificios de la plaza y esperaron ansiosos. Horas después vieron la fenomenal entrada de Atahualpa, con un desfile de 30 mil hombres, quienes estaban tan confiados que fueron desarmados.

Al entrar a la plaza el único español que le salió al encuentro fue el fraile Vicente de Valverde, quien a través del intérprete Felipillo, le efectuó el requerimiento por el que se le ordenó aceptar el cristianismo como religión verdadera y someterse a la autoridad del rey Carlos I de España y al papa Clemente VII. Acto seguido le entregó un misario y un anillo como regalo. 

Atahualpa al ver que carecían de significado los objetos que le entregaron los tiró al suelo; esta acción causó indignación en los españoles, quienes inmediatamente rompieron el silencio al disparar su artillería y fusiles.

 Los súbditos que cargaban el anda de Atahualpa fueron también muertos sin piedad, cuando algunos caían eran reemplazados de inmediato. Al ver esta situación uno de los conquistadores intentó matar al inca con un cuchillo, pero Pizarro lo impidió atajándolo y ordenó que "nadie tocase al inca". Según algunos cronistas la matanza fue completa, más de 20 mil soldados incas murieron, 

Como resultado, Atahualpa fue apresado. En prisión, ofreció a cambio de su liberación llenar dos veces la habitación en la que estaba recluido, de plata y una de oro "hasta donde alcanzara su mano"; los españoles aceptaron y de inmediato se mandó la orden a todo el imperio inca de que enviasen la mayor cantidad posible de oro y plata hacia Cajamarca.

Después de cumplir su parte, los españoles lo sentenciaron a muerte por idolatría, fratricidio, poligamia, incesto y lo acusaron de ocultar un tesoro. Se le concedieron las dos últimas opciones: ser bautizado como cristiano y luego ahorcado o ser quemado vivo. Al escoger la primera opción fue bautizado con el nombre cristiano de Francisco. 

Fue ejecutado el 26 de julio de 1533

El Cuarto del Rescate 

Es una edificación inca ubicada en la ciudad de Cajamarca, Perú. Sus dimensiones son 11,80 m de largo, 7,30 m de ancho y 3,1 m de alto.

Es el lugar donde se mantuvo prisionero al Inca Atahualpa, que pasó los últimos días de su vida recluido en él, Concretamente entre el 16 de noviembre de 1532 y el 26 de julio de 1533,

Es también la habitación donde se depositaron los cargamentos de oro que debían servir para pagar por la libertad de Atahualpa, la que fue llenada dos veces de plata y una de oro hasta donde alcanzó la mano levantada del Inca. (Datos: Wikipedia)

martes, 29 de marzo de 2016

Una Carta Tenebrosa Sobre el Tratado de Ancón de 1883

Territorios peruanos anexados por Chile según el Tratado de Ancón

El Tratado de Ancón fue firmado por Perú y Chile el 20 de octubre de 1883, en Lima, la capital peruana. 

El tratado, con extremos beneficios para Chile, restableció la paz entre los dos países al final de su participación en la Guerra del Guano y el Salitre de 1879.

Fue firmado por el gobierno peruano que presidía el general EP Miguel Iglesias y el gobierno de Chile.

Bajo las desbalanceadas condiciones del tratado, Chile logró «perpetua e incondicionalmente» el dominio sobre el departamento peruano de Tarapacá y la ocupación «durante el término de diez años» de las provincias de Tacna y Arica. Expirado ese periodo, se organizaría un plebiscito (que nunca se realizó) para determinar la nacionalidad de éstas localidades y otras concesiones.

Nadie comprende que hizo cambiar abruptamente a Iglesias. El 13 de julio peleó ferozmente contra los chilenos en la Batalla de San Pablo y repentinamente el 16 del mismo mes lanzó su proclama pidiendo la paz a Chile.

En la obra de J. Guerrero "La Guerra de las Ocasiones Perdidas", hay una carta que cobra especial significado para comprender cómo se llegó al entreguista Tratado de Ancón, sobre todo cuando las fuerzas de la resistencia peruana con Cáceres y Montero a la cabeza estaban derrotando al enemigo.

Este es el texto de la carta que aparece en el libro "La Tragedia del 79" escrito por Alfonso Bouroncle Carreón (pag 195):

"Cajamarca, 4 de noviembre de 1955

Señor
Julio C. Guerrero
Ciudad

Mi estimado amigo Julio:

Contestando su carta de 20 de octubre anterior, he buscado mis libretas de apuntes y, efectivamente, he encontrado los ligeros datos referentes a mis conversaciones tenidas con el coronel señor Novoa, en la ciudad de Tupiza, Bolivia, emn el mes de octubre de 1907, en uno de mis viajes de exploración minera que yo hacía por cuenta de la compañía Minera Collahuasi, (con su oficina principal en Iquique). Trabamos amistad en el hotel donde nos alojábamos, y nos reconocimos como parientes.

"Parientito" -díjome en una de nuestras amigables charlas-: cuando vaya V. a Santiago le mostraré un recibito de puño y letra de un tal Mariano Castro Zaldivar, que creo que fue uno de los negociadores del Tratado de Ancón; y en el que consta haber recibido de mi padre, Jovino Novoa, la suma de 1 millón de pesos chilenos. Mi padre debía entregar ese recibito al presidente Sr. Santa María, pero le suplicó a este que le permitiera conservarlo en su poder, por habérselo prometido así a Castro Zaldivar. Nosotros guardamos dicho recibo junto con otros documentos de mi padre, como prenda familiar.

Como el ingeniero boliviano, señor Quintín Aramayo, era técnico de nuestra compañía, estuvo presente en esa conversación, allí en Tupiza.

Por supuesto que hicimos acres comentarios y apreciaciones sobre los fines a que era dedicado ese dinero y los motivos de guardar en secreto el recibo.

Cumplo así tu pedido proporcionándote el dato relativo a mi conversación con el sr. coronel chileno Novoa.

Y te saluda muy afectuosamente tu amigo

Ciro Novoa Malca"

miércoles, 16 de marzo de 2016

El Legado de Destrucción que Dejaron en Perú José de San Martín y Simón Bolivar

Corbeta HMS Beagle
Nave que Transportaba a Charles Darwin

José de San Martín primero, con tropas argentinas y chilenas y luego Simón Bolivar con un núcleo británico al que se sumaron soldados de Venezuela, Colombia y Ecuador, fueron los grupos que se concentraron en Perú para destruir Lima, el Virreinato del Perú y proclamar la "independencia", algo que la mayoría de peruanos no quería, porque formaban parte de la población más avanzada del continente.

Todos estos ejércitos se retiran del Perú, dejando a Lima y todo el país destruido, en un caos absoluto y con sus arcas vacías producto del saqueo que sufrieron. 

11 años después de la capitulación de Ayacucho, en 1835, el famoso naturalista ingles Charles Darwin, arriba al puerto de El Callao en la corbeta Beagle, en la cual realizaba uno de sus viajes de investigación. 

Leyendo la siguiente reproducción del diario de viaje de Darwin en el que narra lo que vió durante su estadía en Lima, podemos conocer el estado desastroso de la ciudad, situación que se proyectaba a las provincias peruanas, panorama de destrucción que se constituye en el legado independentista de José de San Martín y Simón Bolivar a los peruanos.

En el siguiente texto "Darwin en Lima", tomado de un artículo del historiador peruano Héctor López Martinez, publicado en el diario El Comercio de Lima, el científico inglés describe lo que encontró en Lima y El Callao:

"En su diario de viaje, verdadera joya de informaciones, Darwin anota que el Beagle echó el ancla en el Callao el 19 de julio de 1835 y permaneció en el puerto durante seis semanas. Eran días de caos y guerra en el marco de la Confederación Perú-Boliviana. El invierno se mostraba con toda su crudeza. “Espesa capa de nubes cubre siempre las tierras —observa Darwin— , de tal modo que durante los dieciséis primeros días no vimos más que una vez la Cordillera detrás de Lima. Vistas en lontananza estas montañas, elevándose unas detrás de otras a través de las nubes, presentan hermosísimo espectáculo”. Darwin describe nuestra limeña garúa “que embarraba las calles y mojaba las ropas”, a la cual llama “rocío peruano”. Observa que una lluvia abundante crearía una catástrofe, “puesto que las techumbres de las casas son planas y hechas sencillamente de barro endurecido (adobes)”. Lima, en suma, no le gustó. Relata la abundancia de enfermos de fiebres palúdicas, que no distinguían entre naturales y extranjeros. Cree que esta enfermedad la causan las miasmas —efluvios o emanaciones nocivas del aire, suelo o agua— teoría muy difundida en ese tiempo, según recuerda el notable médico e historiador Henry E. Sigerist en su libro “Civilización y enfermedad”. Darwin anota que en la costa del Perú el calor no es excesivo y por eso las fiebres no son tan perniciosas. Respecto de nuestra situación política, Darwin señala que “ningún Estado de Sudamerica ha sido castigado por la anarquía como el Perú desde la declaración de su independencia”. Desgraciadamente tenía razón. La lucha caudillesca entre Santa Cruz, Gamarra, Orbegoso y Salaverry parecía no tener fin. Este último, mediante decreto, le había declarado “guerra a muerte” a Santa Cruz y Darwin pudo ver que las tropas formadas en la plaza mayor durante el Te Deum de Fiestas Patrias no enarbolaban nuestra bandera bicolor sino los pabellones negros de Salaverry. Darwin describe a Lima como una ciudad casi en ruinas. “No están pavimentadas las calles, y por todas partes se ven en ellas montones de inmundicias, arrojadas de las casas, en las cuales los gallinazos negros, tan domesticados como nuestras gallinas, buscan los pedazos de carne podrida”. Darwin opina que Lima, “en lo antiguo”, ha debido ser una ciudad espléndida. “El extraordinario número de iglesias con que cuenta —concluye el naturalista inglés— le da todavía hoy un carácter original, sobre todo cuando se la ve desde breve distancia”. Darwin visitó y exploró también la isla San Lorenzo y algunas huacas que suponemos estaban en el actual Miraflores o en Maranga. Cuando las describe podemos percibir que nada escapa a su interés y, de inmediato, tomaba apuntes con el objeto de poder estudiar más detenidamente los detalles que llamaron su atención. Al momento de reanudar su viaje a bordo del Beagle, el joven naturalista da rienda suelta a su incomodidad y, como despedida, lanza duros epítetos contra el Callao y sus habitantes. Ciertamente Darwin no tuvo el menor interés de tomar contacto con nuestras gentes, conocer su carácter y costumbres. Era un científico que en ningún momento se apartó del objetivo de su largo y fructífero viaje." (Datos: Reflexiones desde Perú - reflexionesdeperu.blogspot.com)

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