lunes, 12 de diciembre de 2011

Patricio Lynch - el Antihéroe

Foto: Patricio Lynch

La Expedición Lynch

La Expedición Lynch fue una operación que buscaba la confiscación de ingresos de las haciendas azucareras del norte del Perú por parte del Ejército de Chile al mando del Capitán de Navío Patricio Lynch durante la campaña terrestre de la Guerra del Guano y el Salitre de 1879.

En 1880, el presidente Pinto encomendó al Capitán Patricio Lynch organizar una fuerza para hostilizar a las empresas azucareras, de caña, en el norte del Perú, desde donde se obtenían recursos para la guerra.

Zarpó de la ciudad de Arica el 4 de septiembre de 1880, con 2 mil 600 efectivos, 3 cañones Krupp de montaña, y una ambulancia.

Desembarca el 10 del mismo mes en Chimbote, donde al no encontrar resistencia utiliza el lugar como centro de operaciones. Ese mismo día se dirige hacia las azucareras de Puente y Palo Seco, propiedad de Dionisio Derteano, senador por Ancash que promovió la colecta entre banqueros iniciada la guerra. La propiedad tenía un valor de un millón de libras esterlinas y estaba hipotecada a las casa "Dreyfus" y "Graham Rowe". 

Lynch envía esta nota a Derteano:
Impongo a su ingenio de Palo Seco, una contribución de guerra de cien mil pesos en plata o especies que valgan esa suma. Si no concreta Ud. inmediatamente, dando las órdenes correspondientes a su empleado, para que satisfaga la indicada contribución, tendré el dolor de arrasar completamente su ingenio de Palo Seco.

Ante la nota la casa "Graham Rowe" decide depositar el cupo de guerra en una cuenta de Valparaíso decidiendo enviar el dinero en un barco neutral. Lynch pide además que la operación sea refrendada por el ministro inglés en Lima.

En Lima, Nicolás de Piérola intercepta estas comunicaciones y emite un decreto impidiendo a los hacendados pagar cupos de guerra a las fuerzas chilenas.

Cumpliendo esta nota, Derteano se rehúsa a pagar 100.000 pesos. Cumplido el plazo, el 13 de septiembre la hacienda es saqueada e incendiada por las fuerzas de Lynch. Las maquinarias son dinamitadas. Además los víveres son saqueados. Federico Stuven, ingeniero al servicio de Chile, estima que las pérdidas sumaron 2.500.000 soles de plata.

Luego Lynch enrumba hacia el puerto de Supe en el sur, que fue saqueado e incendiado el 14 de septiembre.

Lynch también desembarco tropas en otros puertos incluido Chimbote, donde impuso contribuciones a las haciendas, las que fueron devastadas al no entregar el dinero pedido. En el puerto de Chimbote destruye el complejo ferroviario. Al verse afectada propiedades de extranjeros, Lynch recibe las protestas de los cónsules extranjeros y parte de Chimbote el 17 de septiembre.

Mención del historiador chileno Benjamín Vicuña Mackenna en Historia de la campaña de Lima, 1880-1881 - Página 622 sobre los saqueos de Lynch:

"En cuanto al botín de Guerra, que ni la riqueza, ni la moralidad, ni el buen nombre de Chile para nada necesitaba....consistía aquel en definitiva en unos tres mil sacos de azúcar, 700 a 800 sacos de arroz, 500 pacas de algodón, 17 bultos de chafalonía de plata, 29,050 libras esterlinas en giros sobre Europa, que no sabemos si fueron alguna vez cubiertos, 11,428 pesos plata, cinco mil soles papel, i cuatrocientos chinos de lo peor de la raza amarilla que desde entonces comenzó a invadir desde Arica los puertos de Chile, sin hacer cuenta de una infinidad de pequeños artefactos o ingredientes que por rubor no nombrarlos”.

El 19 de septiembre llega al Puerto de Paita en el norte de la costa peruana, donde la destrucción continuó: incendiaron la Prefectura, la Aduana y la estación del ferrocarril además de cobrar 10,000 pesos de plata de cupo.

El 24 de septiembre arribaron a Puerto Eten donde también cobraron cupos de guerra (150,000 pesos) para 4 días después incendiar varias casas en Chiclayo y continuar la destrucción en Ferreñafe y Cayaltí, entre otras haciendas azucareras y algodoneras.

Finalmente desembarca en el puerto de San Pedro de Lloc y marcha hacia Trujillo cobrando el cupo de 150,000 pesos de plata.

Los saqueos de Lynch llegaron hasta los individuos a quienes quitaban relojes, ropa, zapatos, pulseras, carteras y cuanto pudieran robar. Ingresaban a la viviendas y las saqueaban.

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