viernes, 22 de diciembre de 2017

Las Reales Audiencias

Real Audiencia

En la época del Virreinato del Perú, las Reales Audiencias eran los órganos que administraban justicia.

Composición

Las reales audiencias estaban compuestas por un presidente, que era por lo general el respectivo virrey o gobernador, y por un número variable de oidores (jueces), más algunos alcaldes del crimen (en España, México y Lima). Además, formaban parte de este tribunal un fiscal y "otros oficiales subalternos", entre ellos: un alguacil mayor, un relator, un escribano de cámara y un portero. 

Importancia

Las reales audiencias eran quizás los únicos órganos de la época que tenían una función más marcada: la administración de justicia. 

En la América hispana fueron los más altos tribunales de justicia. 

Funciones

Hacia el siglo XVIII, principalmente por evolución espontánea, más que por reformas legales, se convirtieron esencialmente en tribunales de apelación. Conocían de los juicios civiles y criminales, excepto los que fueron eclesiástico, militar o mercantil. 

Sus fallos podían apelarse ante el Consejo de Indias (siempre que se tratase de asuntos por más de 6.000 pesos de oro). 

Conocían del recurso de fuerza, es decir, la reclamación de los agraviados por los jueces eclesiásticos, que procedía en caso de incompetencia de estos para conocer de las causas, inobservancia de las normas que regían los juicios eclesiásticos y en las negativas de apelación que eran procedentes. Conocían de las contiendas de competencia entre jueces laicos y eclesiásticos. Conocían de algunos juicios eclesiásticos y los juicios de encomiendas. 

Los agraviados por las resoluciones del virrey o del gobernador podían "apelar" ante ellas. 

Podían dictar autos acordados, para una adecuada administración de justicia, y podían suplir con ellos los vacíos normativos en cuanto a los procedimientos o para interpretar las normas procedimentales vigentes. 

En caso de vacancia del virrey o gobernador, podía reemplazarlo interinamente el oidor más antiguo (llamado oidor decano). 

Asimismo, eran órganos consultivos de los virreyes y gobernadores en materia de gobierno y hacienda. 

Debían hacer cumplir las reales órdenes y eventualmente podían "suplicar" una ley (cuando esta adolecía de un vicio) y representarla al Consejo de Indias.

Además, debían examinar las ordenanzas, los reglamentos y decretos del respectivo virrey o gobernador. 

En caso de que estos se extralimitaran en sus facultades y atribuciones, podían representarles dicha situación, y en caso de no ser oída, dar cuenta al soberano. 

Igualmente, debían preocuparse por el buen tratamiento de los indígenas y podían prohibir la circulación o requisar determinados libros. 

Además, se preocupaban de informar al rey sobre la conducta de los sacerdotes dentro de su territorio jurisdiccional y podían detener las bulas que considerasen atentatorias al patronato. 

Tipos

Las reales audiencias se clasificaron de acuerdo a su jerarquía en la siguiente forma: 

Audiencias virreinales: 

Estaban presididas por un virrey y tenían su asiento en la sede virreinal. Fueron de este tipo, en el siglo XVI, la Real Audiencia de Santo Domingo (1511-1526), de México (desde 1535) y de Lima (desde 1543) y, en el siglo XVIII.

Luego también, las de Santafé de Bogotá (1718-1723 y desde 1740), de Charcas (1776-1785) y de Buenos Aires (desde 1785).

Audiencias pretoriales: 

Estaban presididas por un presidente-gobernador y no se encontraban subordinadas a un virrey, por lo cual podían establecer contacto directo con el rey y el Consejo de Indias. Fueron de este tipo las de Santo Domingo (desde 1527), de México (1527-1535), de Panamá (1539-1614), de los Confines o de Guatemala (1543-1565 y desde 1570), de Manila (desde 1584), de Santiago de Chile (desde 1609), de Buenos Aires (1663-1672), de Santafé de Bogotá (1550-1717 y 1723-1740) y de Caracas (desde 1787). 

Audiencias subordinadas: 

Estaban presididas por un presidente letrado y dependían del virrey en los asuntos relativos a gobierno civil, eclesiástico, guerra y, eventualmente, hacienda. Fueron de este tipo las de Compostela o de Guadalajara (desde 1548), de Charcas (1561-1776 y desde 1785), de Quito (desde 1564), de Concepción (1565-1575), de Panamá (desde 1614) y del Cuzco (desde 1788). (Datos: Wikipedia)

El Territorio Bajo Soberanía del Virreinato del Perú

Territorio Bajo Soberanía del Virreinato del Perú

El Virreinato del Perú fue una entidad político-territorial establecida por la Corona de España en Hispanoamérica en 1542 y que finalizó en 1824. 

Desde su origen en el siglo XVI y hasta el momento de su mayor extensión a comienzos del siglo XVIII, el Virreinato del Perú llegó geográficamente a abarcar un inmenso territorio que se extendió desde el istmo de Panamá hasta el extremo sur de Sudamérica bordeando toda la costa del océano Pacífico hasta su encuentro con el océano Atlántico, y, desde allí limitando con sus costas hasta el Trópico de Capricornio.

Su área geográfica formal superó holgadamente los límites del Imperio incaico.

El área asignada por las leyes españolas al virreinato abarcó los territorios de las actuales repúblicas de: Perú, Bolivia, Chile, Argentina, Paraguay, Uruguay, Colombia, Ecuador y Panamá, además de regiones del oeste y sur del Brasil y sur de Venezuela. 

La capital del virreinato fue la ciudad de Lima. 

El 20 de noviembre de 1542 el rey Carlos I de España firmó en Barcelona por real cédula las llamadas Leyes Nuevas, un conjunto legislativo para las Indias entre las cuales dispuso la creación del Virreinato del Perú en reemplazo de las antiguas gobernaciones de Nueva Castilla y Nueva León, al tiempo que extinguió la Real Audiencia de Panamá y creó en parte de jurisdicción la Real Audiencia de Lima en la Ciudad de los Reyes o Lima, capital del nuevo virreinato.

En la real cédula del 2 de mayo de 1550, el rey estableció: 

"Ordenamos, que la Provincia de Tierra Firme, llamada Castilla del Oro, sea de las Provincias del Perú, y no de las de Nueva España". 

El 15 de mayo de 1565 fue restablecida la Real Audiencia de Panamá, por real provisión de 1563, y se le señaló una jurisdicción en el litoral del Pacífico que abarcaba desde la bahía de Buenaventura en Sudamérica hasta el golfo de Fonseca en Nicaragua, y por la costa caribeña desde el río Ulúa de la provincia de Comayagua u Honduras hasta el río Atrato por el oriente. El área quedó como una presidencia-gobernación autónoma, llamada de Tierra Firme, y separada del Virreinato del Perú. Por una real cédula del 19 de julio de 1614, Felipe III de España ordenó Que el Presidente de Panamá obedezca al Virrey del Perú, y tenga con él ordinaria comunicación, y le esté subordinado en gobierno, guerra y hacienda. Tierra Firme quedó así integrada al virreinato peruano nuevamente, aunque su jurisdicción había quedado reducida en 1570 al istmo de Panamá y alrededores, como ser la provincia de Veraguas en el oeste y la región de Darién en el este. 

En el siglo XVI y a principios del siglo XVII fueron realizadas tres expediciones desde el Perú en busca de la Terra Australis Incognita que partieron desde el puerto de El Callao y realizaron el descubrimiento de las islas Salomón, Vanuatu (Nuevas Hébridas) y otros archipiélagos, sin poder lograr su colonización. En 1606 Pedro Fernández de Quirós tomó posesión de todas las tierras del sur hasta el polo sur. Quirós desembarcó en una isla que creyó era parte del continente meridional y la llamó la Austrialia del Espíritu Santo (mezclando las palabras Austral y Austria, dinastía reinante en España y Portugal). La isla todavía se llama Espíritu Santo. Allí fundó una colonia que llamó Nueva Jerusalén. Pero la colonia fue pronto abandonada debido a la hostilidad de los habitantes de la isla y a los desacuerdos entre los componentes de la expedición. El fracaso de estas expediciones impidió que el Virreinato del Perú se extendiera en Oceanía. 

La gobernación del Río de la Plata y del Paraguay fue incorporada al Virreinato del Perú por el rey el 1 de octubre de 1566 a la vez que al distrito de la Real Audiencia de Charcas. 

En la Relacion de las cosas del Perú escrita por Fernando Torres y Portugal, quien fue virrey del Perú entre 1585 y 1590, se detallan las gobernaciones de virreinato en ese tiempo:

"Las Govemaciones que ay en el Reyno del Perú son las siguientes: 

-La Governación del Reyno de Chile, la qual V. M. tiene proveída de presente en Don Alonso de Sotomayor (...) 

-En la Governación de Tucumán tiene V. M. proveído á Juan Ramírez de Velasco (...) 

-La Governación de Santa Cruz de la Sierra proveyó el Virrey Don Francisco de Toledo en Don Lorenzo Suárez de Figueroa (...) 

-En la provincia de Chucuito estuvo proveído por V. M. todo el tiempo de my govierno, y desde antes, Don Gabriel de Montalvo (...) 

-La Governación y jornada de Omaguaca con el distrito de ella tiene Joan Alvarez Maldonado, á quien la dio el Licenciado Lope García de Castro, y V. M se la confirmó y aviendo entrado dibersas bezes á poblar a salido desbaratado por los indios questán de guerra, por lo cual me pidió le diese el Corregimiento de los Chunches que era allí cerca (...) 

-La Governación de Bilcabamba tenía Martín Hurtado de Arbieto, la qual le dio el Virrey Don Francisco de Toledo (...) 

-La Governación de Yagualsongo, Tumaco y la Canela tuvo Joan de Salinas Loyola por su vida y de un subcesor; y muerto él y su hijo, V. M. hizo merced della al Capitán Joan de Alderete (...) 

-La entrada en la Governación del Cabo de Pasaos estava antes á cargo de Andrés Contero, vezino de Quito (...) La población y conquista de la isla de Salomón tiene á cargo el Adelantado Albaro de Mendaña, y del calidad de aquella tierra mis antecesores an dado cuenta á V. M. (...) V. M. hizo merced de la Governación del Río de la Plata al Adelantado Joan Ortiz de Zárate por su vida y de un heredero (...)" (Datos: Wikipedia)

lunes, 18 de diciembre de 2017

Chile Estuvo a Punto de Ser Derrotado en la Guerra del Guano y el Salitre de 1879 (mal llamada Guerra del Pacífico)

Submarino "Toro" Creado, Diseñado y Construido en Perú por federico Blume en 1880

En el curso de la Guerra Hispano-Sudamericana que sostuvieron Perú y otros países contra España entre 1863 y 1866, un ingeniero de nacionalidad peruana, Federico Blume Othon, diseñó el primer submarino de la Marina de Guerra del Perú

Blume, a pesar de trabajar en el trazado y la construcción de los ferrocarriles peruanos (llegando a ser dueño y operador del ferrocarril de Paita) tenía un gran entusiasmo en los temas marinos. 

Su propósito era crear un dispositivo que podría enfrentar, con un riesgo mínimo a la flota española. Sin embargo, la guerra acabó y Blume no pudo concretar su proyecto. 

En 1879, Chile declara la guerra e invade Perú por la posesión de territorio rico en salitre y guano. 

En este escenario Blume decide construir un submarino utilizando sus propios talleres y recursos, ubicados en Paita. 

El ingeniero comenzó a trabajar en su proyecto en junio de 1879. El 14 de octubre del mismo año realizó las primeras pruebas junto a su hijo y ocho trabajadores del ferrocarril. Estas arrojaron increíbles resultados: podía alcanzar una profundidad de 72 m y una velocidad máxima de 3 nudos. 

Para poder convencer al presidente Piérola, el submarino fue trasladado en absoluto secreto al Callao por el transporte Limeña. 

En julio de 1880, el Toro, como se llamó al submarino, hizo su primera inmersión oficial. Durante las maniobras, el submarino permaneció sumergido 30 minutos sin ningún inconveniente y con un total de 30 pasajeros. 

Se aprobó su uso contra la escuadra chilena. La decisión era de esperar el momento oportuno. 

Se preparó al Toro para atacar al Cochrane y al Blanco Encalada, los dos principales blindados que los chilenos por temor a ataques habían anclado cerca de la isla San Lorenzo. 

El submarino iba a remolcar 2 torpedos Lay con 10 libras de dinamita cada uno, colocándolos debajo de los blindados y activándolos con una espoleta cronométrica. 

Cuando el submarino estuvo listo para zarpar, los chilenos fueron advertidos por sus espías: 

"Los peruanos preparan un ataque con un arma secreta muy poderosa" 

Este aviso hizo que la escuadra chilena salga despavorida de sus fondeaderos hacia el sur, trayendo como consecuencia que la misión se aborte. 

Blume gestionó a partir de ese momento la financiación de otro submarino similar pero más grande y con mayor radio de acción para salir a la caza de los navíos invasores, pero el Gobierno por razones inexplicables o más bien oscuras no lo apoyó.

El 16 de enero de 1881, tras la batalla de Miraflores y al borde de la ocupación de Lima por las hordas salvajes chilenas, el submarino de Blume fue hundido junto a otros barcos de la flota peruana para evitar que fuera capturado. 

El primer submarino peruano fue hundido frente al muelle de Fleteros, hoy la Plaza Grau del Callao. 

Algunos meses después, los chilenos lo reflotaron y trasladaron a Chile como trofeo de guerra, sin embargo, se ha perdido definitivamente su rastro en ese país. 

Si Blume hubiera tenido el total apoyo de Nicolás de Piérola, al que algunos tildan de traidor causante de la derrota peruana, el submarino peruano hubiese cambiado radicalmente el curso de la guerra a favor de Perú.

Por este hecho naval, el hundimiento de 6 de sus navíos de guerra, y los centenares de muertos ocasionados por la resistencia en la sierra de Cáceres, los chilenos apresuraron su salida de Perú, recurriendo a otro traidor peruano al que erigen como presidente y con el cual logran firmar un tratado de paz que puso fin a esta guerra del guano, a cambio de la entrega de territorio peruano en el sur, que los chilenos a su vez entregaron a empresas inglesas para su explotación.

martes, 5 de diciembre de 2017

Los Crímenes Cometidos Contra 13 Bomberos Italianos de la Bomba Garibaldi

Bomberos Italianos - Bomba Garibaldi

En la mañana del 14 de enero de 1881, un día después de la derrota peruana en la Batalla de San Juan, durante la miserable Guerra del Guano y el Salitre de 1879 (mal llamada Guerra del Pacífico), trece bomberos de nacionalidad italiana, pertenecientes a la Bomba Garibaldi de Chorrillos, fueron asesinados por salvajes hordas invasoras procedentes de Chile.

Los bomberos de nacionalidad italiana, se encontraban combatiendo el fuego producido en Chorrillos, por los bombardeos chilenos contra la población inerme. 

Las llamas consumían la tienda de su compatriota de apellido Queirolo, un gran incendio que se había propagado a toda la manzana. 

El primero en caer asesinado fue el bombero Giovanni Ognio a quien los chilenos le partieron el cráneo con un golpe de sable. 

Cayó después el adolescente Luca Chiappe, acribillado a balazos por dos sargentos del "regimiento" Buín, quienes le dispararon sin aviso todas las balas que tenían en sus fusiles

Haciendo uso de su arma de reglamento para realizar degüellos, un cuchillo punteagudo y curvo, al que llamaban el corvo, las hordas criminales degollaron sin piedad a los bomberos italianos Angelo Cipollini, Gio Batta Leonardi y Enrico Nerini

Los bomberos que quedaron cautivos de las bestias chilenas fueron Angelo Descalzi, Guiseppe Orengo, Egidio Valentini, Lorenzo Astrana, Paolo Marzano, Paolo Risso, Giovanni Pale y Filippo Bargna

A pesar de haber reiterado que cumplían función como bomberos y que no portaban armas, los cautivos fueron torturados y luego fusilados en forma sumaria la mañana del 14 de enero del 1881.

Una tortura propia de salvajes: Oficiales de caballería chilenos los golpearon y luego los ataron a las colas de sus caballos, arrastrándolos a gran velocidad, todo frente al criminal de guerra Patricio Lynch quién expectaba la escena como si fuera una diversión, para luego ordenar su fusilamiento.

Como es habitual, terminada la guerra, los indolentes gobernantes peruanos no han otorgado el debido reconocimiento a estos bomberos, verdaderos héroes y martires de una sucia guerra que no era de ellos. 

Tampoco los gobernantes peruanos han demandado con firmeza que el Gobierno de Chile pida perdón al Perú e Italia por los terribles crímenes de guerra que cometieron al invadir el territorio peruano.




viernes, 1 de diciembre de 2017

Virreinato del Perú: Diego Fernández de Córdoba y López de las Roelas - I Marqués de Guadalcázar y Conde de las Posadas - 13º Virrey del Perú

Diego Fernández de Córdoba y López de las Roelas
I Marqués de Guadalcázar y Conde de las Posadas

Diego Fernández de Córdoba y López de las Roelas, I marqués de Guadalcázar y conde de las Posadas (Sevilla, 1578 – Guadalcázar, Córdoba, 6 de octubre de 1630), fue Virrey del Perú del 25 de julio de 1622 al 14 de enero de 1629. 

Nació en Sevilla, hijo de Francisco Fernández de Córdoba y Manrique, IX señor de Guadalcázar, y de Francisca Melgarejo de las Roelas. 

En 1598, a la edad de 20 años, recorrió Centroeuropa como Embajador para traer a España a Margarita de Austria-Estiria, hija del archiduque Carlos II de Austria y esposa del rey Felipe III, siendo honrado con el título de marqués de Guadalcázar en 1609. 

Se casó con la dama noble alemana Mariana Riederer de Paar y Ahahim (†25 de febrero de 1619), nacida en la ciudad de Paar en Baviera. Tuvo tres hijos.

Como virrey del Perú, Diego Fernández de Córdoba reformó el sistema fiscal y acabó con las luchas entre familias rivales que ensangrentaban el virreinato, sobre todo en la ciudad de Potosí.

También defendió Lima de los ataques piratas, incluidos los de Jacques L'Hermite, un comerciante y almirante neerlandés, conocido por sus viajes alrededor del globo con la Flota de Nassau (1623–1626), y por su ataque a El Callao en 1624, viaje en el que perdió la vida. 

A Fernández de Córdoba se debe el inicio de la construcción de la catedral de Lima.

También se le atribuye la fundación de la ciudad de Santa Catalina de Guadalcázar, actual ciudad de Moquegua, capital del departamento del mismo nombre.

En 1629, Diego Fernández de Córdoba renunció a su cargo y regresó a España, donde murió al año siguiente en su palacio de Guadalcázar en la villa de su nombre, a la edad de 52 años. Fue enterrado en la iglesia de Nuestra Señora Virgen de la Caridad y Santísimo Sacramento de la Salud en Guadalcázar. (Datos: Wikipedia y otras fuentes)

lunes, 20 de noviembre de 2017

Los Aportes Recíprocos entre España y el Perú durante el Virreinato (actualización)

Lima Capital del Virreinato del Perú


Siempre se dice que los españoles vinieron al Perú solamente para hacer fortuna a través del oro y la plata, metales preciosos que fueron enviados en grandes cantidades por casi 3 siglos con destino al rey de España y también en beneficio propio.

Comparando, se dice que, en cambio, los ingleses que llegaron a norteamérica fueron a quedarse allí para trabajar la tierra.

Ambas afirmaciones pueden tomarse como ciertas, solamente si se miran en forma parcializada y negativa.

Lo cierto es que España aportó mucho durante los 3 siglos en que el imperio español dominó en Perú y Sudamérica.

¿Que trajeron los españoles durante el Virreinato del Perú?

-La religión católica

-El idioma castellano - hablado y escrito

-El Caballo

-La rueda

-El ganado vacuno, ovino y porcino

-Los sistemas de cultivo

-La vid, el vino y el vinagre

-El carro con ruedas, la polea y el torno de alfarería impulsado por una rueda.

-Vegetales comestibles como los garbanzos, las lentejas, el arroz, las almendras, las lechugas, las espinacas, las acelgas, las berenjenas, los ajos, las cebollas, las pasas, el azúcar, el limón, etc.

-El hierro, el acero y la metalurgia.

-Las técnicas de navegación transoceánicas, la ballestina (un instrumento marítimo utilizado para determinar la altura de los astros), el astrolabio, el cuadrante, la cartografía y la brújula marina.

-La imprenta y el papel

-Los talleres de arte y metalúrgicos avanzados

-Las armas de fuego

-La pólvora

-La organización física y administrativa de los pueblos.

-Las viviendas y edificaciones según arquitectura vigente en Europa

-Los hospitales y farmacias

-Las escuelas

-Las universidades

Las profesiones

-La organización del Estado, el ejecutivo, el legislativo, el judicial.

-Las artes: Pintura, ebanistería, alfarería, escultura, baile, teatro etc

-Música, danzas, canto que se mantienen hasta la actualidad convertidos en folklore de los pueblos andinos incluyendo los vestidos de la época del virreinato, hoy algo adaptados a los gustos de los pueblos.

-La comida, que hoy es parte de la fusión gastronómica peruana que destaca en el mundo.

Pero también Perú aportó a España:

-El oro y la plata que financiaron al reino de España y lo convirtieron en el más poderoso del mundo

-La papa o patata, que es hoy uno de los principales alimentos de los españoles y del mundo.

-El cacao y el chocolate.

-El maiz.

-El algodón.

-El frijol o alubia.

-El pallar o judía.

-El tomate.

Nos preguntamos ¿cuánto tiempo hubiera sido necesario para que el Imperio Inca logre los adelantos que aportaron los españoles?, igualmente, ¿qué hubiera sido de España sin el oro y plata peruanos?

En los 3 siglos que estuvo vigente el Virreinato del Perú vinieron al Perú españoles del más alto nivel incluyendo a aquellos con diversos títulos de nobleza que lograron ubicar al Perú en la Epoca de Oro de su historia, siendo Lima la ciudad más avanzada y culta de Sudamérica, por su población con grandes personajes, la ciudad con los mejores inmuebles, obras de arte, libros, joyas etc., con un elevado nivel de vida que era muy superior al de cualquier otra ciudad sudamericana.

Algo también muy importante, fue la estabilidad política otorgada por los virreyes, que lograron poblaciones ordenadas y cumplidoras de la ley.

No es cierto que los españoles vinieron solo a sacar oro y plata para luego regresar a España, también tomaron posesión y trabajaron las tierras aplicando las mejores tecnologías de la época. Muchos de estos españoles se instalaron definitivamente en Perú trayendo a sus familias o casándose con mujeres del lugar dando origen a un fuerte mestizaje.

¿Hubieron abusos? por supuesto, como en toda civilización, pero también hubo las medidas punitivas contra los abusadores dictadas por el rey a través de los virreyes.

Lamentablemente, con la llegada de la república todo lo ganado se perdió, entrando a una etapa oscura de la que Perú recién está saliendo, cuando se van a cumplir en el 2021, 2 siglos desde el fin del virreinato

Entonces, es correcto afirmar que la balanza de los aportes recíprocos fue bastante equilibrada para el Perú y España (jlhurtadov@gmail.com)

lunes, 13 de noviembre de 2017

Imperio Inca: Túpac Yupanqui - 10º Inca del Perú

Inca Túpac Yupanqui

Túpac Yupanqui (Cusco, 1441-Chinchero, 1493) fue el décimo soberano del Imperio Inca. Le llamaban «El Resplandeciente» 

Sucesor del Inca Pachacútec; asumió el correinado probablemente entre los 15 y 20 años (entre 1456 y 1461).

Luego, tras la muerte de su padre, se hizo cargo absoluto del poder. Debía tener poco más de 30 años.


Durante su época como hatun auqui y luego como inca (‘rey’) empleó la mayor parte de su tiempo en campañas bélicas de conquista o «pacificación», e incluso de exploración.

Llegó a Quito por el norte, el río Maule por el sur, el país de los opataris y el Paititi por el este1 y Mangareva (Oceanía) por el oeste.

También tuvo activa participación en el gobierno. Así, estableció a los curacas, realizó el primer censo general, distribuyó el trabajo, asignó impuestos, cimentó el sistema de mitimaes, continuó la construcción de los grandes caminos, ordenó las cárceles, propagó el culto al Sol e implantó un calendario basado en sí mismo, embelleció con palacios la ciudad de Tumipamba en honor de su hijo recién nacido Huayna Capac y fundó la ciudad de Quito.

Tomó como esposa principal a su hermana Mama Ocllo (homónima de la esposa del primer Inca), con la cual tuvo pocos hijos. Sin embargo, dejó fuerte descendencia entre concubinas y esposas secundarias.

Murió en Chincheros, tal vez envenenado por su esposa Chuqui Ocllo para favorecer a su hijo. Sin embargo, tras haberlo escogido como sucesor, se rectificó a último momento y designó como inca (emperador) al muy joven Huayna Cápac.

Su momia perduró hasta la invasión quiteña, donde los generales quiteños Quizquiz y Calcuchimac la quemaron en venganza por haber conquistado Quito. La Capac Panaca, que conforma su descendencia, recogió las cenizas y las habría escondido por Calispuquio junto a su deidad tutelar.

Conquistas:

Por el este, se dirigió al Chinchaysuyo para anexar más territorios. Por el norte conquistó a los chachapoyas, huambos y guayacondos. Se enfrentó al Imperio chimú, dirigiendo su atención a su amurallada ciudad capital: Chan Chan. Ante esto, Túpac Yupanqui elaboró una certera estrategia: desviar el río Moche, principal proveedor de agua para Chan Chan. Como la ciudad se encuentra en medio del desierto, no tardó muchos días en anunciar la rendición. Después de esta primera expedición volvió al Cusco con un cargado botín y muchos orfebres y artesanos que fueron de gran utilidad en la enseñanza de estas artes en la capital. Descansó ahí dos años, y enseguida salió nuevamente por el norte anexando más etnias y derrotando otras que por su «salvajismo» no las anexaría por no ser de interés. 

En las cercanías de Quito edificó la fortaleza de Quinche, donde posteriormente algunos creen que habría nacido su hijo Huayna Cápac, aunque es más probable que haya nacido en Tumipamba. Al volver a Cusco luego de 4 años, se le tentó comandar otra campaña de conquista en el Norte, en el golfo de Guayaquil, donde derrotó a los Puná y a los Paches. 

Por el sur, su mirada se dirigió al valle de Cañete y al señorío del Huarco. Aliado con los chinchas, creyó que su victoria sería segura pero los hechos le demostrarían lo contrario. Su campaña por esas tierras, la más ardua que habría de luchar en su vida y que le sirvió mucho en su desarrollo como guerrero, le tomó cerca de cinco años. Por esto decidió apelar a otros recursos para conseguir la derrota definitiva de tan recia gente. En efecto, mandó emisarios para señalarles a los líderes de la región (encabezados por una fiera mujer guerrera) que ambas naciones alcanzarían una alianza con el fin de mutuo beneficio entre ambos, siendo que los del Huarco aportarían constantemente alimentos y productos al Imperio mientras que los incas respetarían su autonomía. Ante esto, grandes celebraciones se darían inicio y en plena fiesta los soldados del joven Túpac Yupanqui irrumpirían contra las principales posiciones defensivas para tomarlas. Esto lo conseguirían en todos los reductos, salvo en la fortaleza de Ungará. Aquí la lucha se hizo más dura y costó muchas vidas el tomarla. Finalmente, viéndose rodeados y deseosos de salvar sus cuerpos de la furia del príncipe imperial, los sobrevivientes se lanzaron desde lo alto de la fortaleza en un salto que años más tarde emularía el famoso Cahuide ante los españoles. A su llegada al lugar, Túpac Yupanqui, congestionado por la ira, ordenó que todos los prisioneros fueran ajusticiados y colgados de esos muros como escarmiento a todos los pueblos que siguieran su ejemplo.

También, dirigió una campaña en el Antisuyo (región selvática). Con un ejército dividido en 3 (uno de ellos comandado por su hermano Amaro Yupanqui), anexaron a las tribus: Opotari, Manú y Yanasimi. 

La crónica "Suma y Narración de los Incas”, de Juan de Betanzos (a. 1551), es una de las crónicas más autorizadas que se escribieron sobre el Imperio Incaico debido a que fue confeccionada sobre la base de los datos proporcionados por la gente allegada a la corte de Angelina, antigua esposa del Inca Atahuallpa que casó luego con Betanzos. 

Efectivamente, en la Introducción del libro de Juan de Betanzos publicado por María del Carmen Rubio (2004) se indica que Betanzos (pag. 16): “…interrogaba a sabios, guerreros y personajes de avanzada edad que todavía conservaban en la memoria los hechos sucedidos en las campañas expansivas o represivas de Tupac Inca Yupanqui o de Huayna Capac, y a otros muchos más…”: “…de esta forma, el cronista obtuvo las noticias necesarias que le permitieron escribir y describir, casi según oía, los hechos sucedidos durante los años esplendorosos del gobierno incaico …”. En los capítulos XXXIII al XXXV, Betanzos describe el alzamiento de los “Collas” a quienes Tupac Yupanqui enfrentó y persiguió hasta llegar, primero a Arapa (cerca de Puno), luego a Chuquiabo (actual ciudad de La Paz) y posteriormente a Urocoto (probablemente Oronkota, al noreste del actual departamento de Potosi, en Bolivia) hasta llegar, subsiguientemente, a lo que llamó: “la provincia de los Mayos Mayos, en un fuerte que en ella hay junto a un pueblo llamado Tongoche” (Ibid, pag. 196). Aunque no proporciona datos acerca de la ubicación exacta de esta “provincia de los mayos mayos” puede deducirse cuál era su situación geográfica real puesto que se encontraba a: “…doscientas leguas de la ciudad del Cuzco…” y, desde allí, hizo incursiones a: “los Chiriguanaes” y a “los Juríes”. Desde luego, el único punto geográfico a partir del cual se pueden alcanzar ambos emplazamientos no es otro que el que conocemos como Tarija, al sur de la actual República de Bolivia. 

Tupac Yupanqui (siempre según Betanzos), habría llegado posteriormente hasta: “…un río grande, que dicen ser el de La Plata…” y luego: “…fuese por la vera de él hasta que llegó a sus nacimientos, que dicen ser a las espaldas de Chile…//…pasó los puertos y cordilleras de nieve y montañas altas, sujetando y conquistando todo…”. De retorno de Chile, Tupac Yupanqui y sus ejércitos vuelven a entrar en territorio del Collasuyo pasando por Carangas, Aullagas, Chichas y Llipi (Lípez) hasta llegar a Chuquisaca, los Charcas, Pocona y Sabaypata, lugares en los cuales construye fortalezas y deja guarniciones de mitimaes. 

Siete años después de su partida, probablemente en 1478, retorna al Cuzco (“…y estuvo Topa Ynga Yupangue, desde que salió del cuzco para pacificar esta provincia de Collasuyo hasta que volvió a la ciudad del Cuzco, siete años…”. Betanzos, op. Cit., pag. 204). Esta “hoja de ruta” que, según Betanzos, siguió Tupac Yupanqui, es coincidente con la que señala el Capac Ayllu, un documento confeccionado en 1569 por quienes se consideraban a sí mismos: “… nietos de los Incas conquistadores…”, es decir, nietos de los Incas Tupac Yupanqui y Wayna Capac (Rowe, J.H. Probanza de los Incas nietos de conquistadores”. HISTORICA. Vol. IX, No. 2, [1569] 1985: 193-245). Este documento, confeccionado igualmente sobre la base de los datos proporcionados por los quipucamayos Incas todavía existentes, hace mayores especificaciones respecto a la zona que nos ocupa englobando regiones, etnias y datos de interés histórico importantísimos respecto no solamente de la actual zona de Tarija sino también de la de los chichas, chiriguanaes, el Tucumán y los juríes, haciendo ver que el conocimiento que los Incas tenían de toda esa zona era desde luego muy amplio. 

Efectivamente, indica: “…entro en la provincia de los chichas y moyomoyos y amparais y aquitas copayapo churomatas y caracos y llego hasta los chiriguanos [y] hasta tucuman y alli hizo una fortaleza y pusso muchos yndios mitimaes…” Contiene, evidentemente, muchos de los datos del documento anterior pero ampliados, de tal forma que ambos documentos se complementan, uno a otro. En ambos es la misma “hoja de ruta” que los Incas conquistadores siguen, desde “los collas”, en el Altiplano, hasta “los juríes”, en el Tucumán, pasando por los Chichas y varias otras zonas a las que caracteriza por el nombre de los pueblos que las habitaban. Nombra no solamente a los “moyos moyos” -que son probablemente los mismos Mayos Mayos a los que se refiere Betanzos- sino que añade a varios otros grupos que Betanzos no contempla; entre ellos a: “chichas”, “amparais”, “aquitas”, “copayapos”, “churomatas” y “caracos”. El paso que Tupac Yupanqui utilizó para llegar a los “chiriguanaes” fue seguramente el la llamada “Puerta del Chaco”, por la actual localidad de Santa Ana y el que usó para llegar a Humahuaca y el Tucumán tuvo que haber sido el corredor que atraviesa los valles de Tojo y Livi Livi, única vía expedita y con caminos para llegar a esas zonas. 

En Chile desplazó a los diaguitas de los valles transversales y parte de los picunches (grupo mapuche septentrional) que habitaban el valle de Chile (el actual valle del Aconcagua o el valle del Mapocho) y algunas comarcas ubicadas al sur de él, produciendo que estos se desplazaran hacia tierra de mapuches, y allí se unieran los diaguitas y picunches con los mapuches, fijándose así los límites del Imperio Inca, en una zona que convencionalmente los historiadores y la arqueología extienden hasta el río Maule. 

Tomó el camino de regreso por la costa pasando por Pica, Huantajaya, Ariacca, Tácana y en Sama tomó rumbo hacia el Cusco. 

El cronista Pedro Cieza de León expresa: Caminó por toda la provincia del Collao hasta salir de ella, envió sus mensajeros a todas la naciones de las Charcas y Carangas y más gentes que hay en aquellas tierras. De ella, unos le venían a servir y otros a darles guerra... Yendo victorioso adelante de los charcas, atravesó muchas tierras o provincias y grandes despoblados de nieve hasta que llegó a lo que llamamos Chile y señoreó y conquistó todas aquellas tierras, en los cuales dicen llegaron hasta el río Maule. En lo de Chile, hizo algunos edificios y tributáronle de aquellas comarcas mucho oro en tejuelos. Dejó gobernadores y mitimaes y, puesto en orden lo que había ganado, volvió al Cusco Pedro Cieza de León . 

El Inca Garcilaso de la Vega en su libro Comentarios Reales de los Incas y el español Alonso de Ercilla en el poema épico La Araucana relatan la expedición Inca al sur:

En esta campaña al sur se libró una guerra entre 20.000 hombres de Yupanqui y 20.000 guerreros de las tribus mapuches, al sur del Maule. El subgrupo picunche conocido como promaucaes por los españoles, enterados de la venida de los Incas se aliaron con los subgrupos Antalli, Pincu y Cauqui. Los incas enviaron parlamentarios para que reconozcan a Túpac Yupanqui como soberano. Los purumaucas decidieron dar batalla y se enfrentaron por tres días con los incas. Durante el enfrentamiento hubo muchos muertos en ambos bandos y ningún ejército vencedor. Al cuarto día decidieron no enfrentarse. Los purumaucas se retiraron del campo de batalla cantando victoria, en tanto los incas intentaron asegurar el control de pequeñas zonas conquistadas al norte del Maule. Los escasos restos encontrados dan cuenta de que nunca pudieron lograr su objetivo de asentarse y durante los meses siguientes su subsistencia se centró en la recolección de frutos y el saqueo de pequeños poblados. ...duró la batalla todo el día sin reconocerse ventaja, en que hubo muchos muertos y heridos...El cuarto día...no salieron de sus alojamientos...los Purumaucas...se volvieron a sus tierras, cantando victoria...los Incas...resolvieron en volverse a lo que tenían ganado y señalar el río Maulli por término de su Imperio y no pasar adelante en su conquista hasta tener nueva orden de su Rey Inca Yupanqui...El Inca les envió a mandar que no conquistasen más nuevas tierras, sino que atendiesen con mucho cuidado en cultivar y beneficiar las que habían ganado....

Según los restos arqueológicos encontrados especialmente en la última porción del camino del inca que alcanza a avanzar de norte a sur en el centro de la capital de Chile, nuevos contingentes incas se sumaron a la lucha durante la década siguiente, produciéndose enfrentamientos decisivos entre los pueblos mapuches y los ejercitos incas, principalmente bajo la estrategia de guerrillas que más tarde aplicarian con los propios conquistadores españoles, que se presume la ganaron los incas por la mayor cantidad de fuentes y cronistas que lo apoyan y los descubrimientos de yacimientos arqueológicos bajo la ciudad de Santiago de Chile, que se presumia de fundación española. Según muchas teorias de historiadores actuales chilenos a la llegada de los españoles los mapuches habían hecho retroceder a los incas hasta el río Mapocho "mapuche" denominación que nunca correspondió al río, sino que a la línea divisoria entre ambos grupos, la cual se había desplazado en ese lapso de tiempo desde doscientos kilómetros al sur. 

Cabe destacar que al norte de esta línea permanecía un asentamiento perteneciente a Vitacura, uno de los principales lugartenientes de Tupac Yupanqui y que hasta el día de hoy designa a una de las principales comunas de Santiago, capital de Chile. 

La Polinesia

A partir de las crónicas realizadas por los cronistas españoles Pedro Sarmiento de Gamboa, Martín de Murúa y Miguel Cabello Valboa durante la conquista; recogieron una serie de relatos sobre que, estando en la costa norte (en las islas Puná), habría tenido conocimiento de unas islas lejanas en las cuales encontraría oro, decidiendo ir en busca de ellas. Alistado una gran flota de naves,​ Túpac Tupanqui habría zarpado con 20 mil expedicionarios, llegando a unas islas llamadas Ninachumbi y Auachumbi;​ algunos historiadores postulan como hipótesis de que estas islas serían verdaderas y estarían ubicadas en la Polinesia. Esta crónica dio pie, al historiador José Antonio del Busto, para la formulación de una teoría sobre que esas dos islas serían Mangareva y Rapa Nui, basándose en treinta pruebas que considera haber descubierto, entre ellas el hecho que en Mangareva existe una leyenda sobre un rey tupa, que vino del este en naves con velas, trayendo orfebrería, cerámica y textilería y del que hasta hoy existe una danza. Un relato similar existiría en las islas Marquesas. Además, agrega que el Ahu Vinapu, en Rapa Nui, está construido en forma similar a las construcciones incaicas del Cusco, y que el rey tupa en Rapa Nui habría tomado el nombre de Mahuna-te Ra'á, traducido como ‘hijo del Sol’ basándose en una leyenda rapa nui.​ Retornó a los dos años trayendo consigo gente negra (que serían prisioneros polinesios hallados en Mangareva), sillas de latón (que sería en realidad un trono de un material parecido a la tumbaga, recogido del reino de Chimú al terminar el viaje), pellejos y quijadas de caballos (que más podían haber sido de lobos marinos machos) que fueron conservadas en la fortaleza de Sacsayhuamán. Esta hipótesis es apoyada por la travesía que hizo el explorador noruego Thor Heyerdahl, denominada Kon-tiki en honor al dios de los incas, Wiracocha, el creador del universo, pues Kon-tiki es una advocación del mismo. 


Conquistas Más al Sur:

Datos aportados por crónicas españolas, tales como el Informe de Miguel de Olavarría o el del padre Joan Anello Oliva en su Historia del Perú (publicada en una traducción al francés) indican que la expansión habría llegado más al sur, o que posteriormente se habría producido una hipotética última expansión o invasión más al sur hasta el río Biobío. Miguel de Olaverría expresa que "conquistaron y subjetaron a todos los indios que avia desde la Serena asta el gran río de Biobio como oy se ve e aver llegado hasta el dicho rio por los fuertes que hicieron en el cerro del Río Claro, donde pusieron y tuvieron frontera a los indios del estado con quienes tuvieron muchas batallas" y el padre Anello Oliva expresa que: Sometió hasta el valle de Arauco, donde pasó el invierno, después de haber construido algunos fuertes. Sometió a continuación las provincias de Chillhue y de Chillcaras. El historiador José Antonio del Busto en su libro Túpac Yupanqui recogería el supuesto testimonio del cronista Cristóbal de Molina, en el cual se contaría que Túpac Yupanqui cruzó más allá del Maule y el Biobío, alcanzando hasta el Canal de Chacao, observando desde la orilla la Isla de Chiloé, el "fin del mundo" y, sin interés por conquistar esas tierras "pobres y frías", regresó al gobierno del Tahuantinsuyo, tras su larga ausencia. 

"y esde saber que cuando los espanoles entraron en el Cuzco había indios que se acordabande un senor Inga que se llamaba Tupa-Inga Yupangue, el cual fue padre de Guaynacaba,padre de Tabalipa y de Guascar y de Mango Inga, y dexo otros muchos, pero questostres fueron los mas principales, y los que los espanoles alcanzaron a los principios de lasierra haber. Este Tupa Inga Yupargue conquisto por su persona, según dicen los indios,la mayor parte de estos reinos, y fue muy valeroso e hizo y acrecento los caminos realesde la sierra y llanos quinientas leguas de aquella parte del Cuzco; este conquisto el Collao, que se rebelo muchas veces, y desde el Cuzco hasta las provincias de Chile, queson quinientas leguas, y toda su habitación fue desde el Cuzco hacia el estrecho de Magallanes, y trabajo mucho y al cabo vino a morir en el Cuzco, y sucediole su hijo Guainacaba".

Muerte

En Chincheros, Chuqui Ocllo, una de las esposas de Túpac Yupanqui lo convenció de que su hijo Cápac Huari lo sucediera, sin embargo Túpac Yupanqui cambió de opinión decidiéndose por Titu Cusi Yupanqui (Huayna Cápac). Esto provocó la ira en Chuqui Ocllo quien envenenó a Túpac Yupanqui aproximadamente en 1493. 

Posteriormente en 1532, cuando el ejército del rebelde Atahualpa tomó la ciudad de Cusco, las etnias que conformaban su ejército aún guardaban un resentimiento inmenso a Túpac Yupanqui por haberlos conquistado. Estas etnias quemaron su momia en Cusco bajo el mando de Quisquis. (Datos: Wikipedia)

Inca Túpac Yupanqui - Mascarón de Proa del Buque Escuela Peruano Unión

B.A.P. Unión Lleva a Túpac Yupanqui como Mascarón de Proa


martes, 7 de noviembre de 2017

Virreinato del Perú: Francisco de Borja y Aragón - Príncipe de Esquilache - 12º Virrey del Perú

Francisco de Borja y Aragón - Príncipe de Esquilache

Francisco de Borja y Aragón (mar Tirreno 1581- Madrid, 1658) fue un noble, militar, escritor y poeta español.

Fue II conde de Mayalde y conocido, por su matrimonio, como el Príncipe de Esquilache.

Hijo de Juan de Borja y Castro, I conde de Mayalde (tercer hijo de San Francisco de Borja), y de Francisca de Aragón y Barreto, I condesa de Ficalho, y descendiente del rey Fernando II de Aragón.

Distinguido en los estudios desde su infancia, se inclinó tempranamente por las artes y las letras. 

Por méritos familiares, fue nombrado caballero de la Orden de Montesa en 1588, así como de la de Santiago con dos encomiendas. 

También fue gentilhombre de cámara del rey Felipe III. 

Contrajo matrimonio en 1602 con su pariente Ana de Borja, Princesa de Esquilache y condesa de Simari.


Nombrado Virrey del Perú el 19 de julio de 1614, obtuvo licencia para llevar consigo un séquito de sesenta válidos y servidores, además de las veinticuatro criadas que acompañaron a su esposa. 

Hizo su solemne entrada en Lima el 18 de diciembre de 1615, reemplazando al marqués de Montesclaros. 

Amenazado el litoral peruano por incursiones de piratas, implementó de inmediato la defensa de la costa merodeada por marinos holandeses, como Jacob Le Maire y Willem Schouten. 

Favoreció la reglamentación de los repartimientos para evitar los abusos cometidos en perjuicio de los indios, no obstante durante esos años el procurador Juan Ortiz de Cervantes presentó sucesivos memoriales en la Corte a favor de la perpetuidad de las encomiendas. 

Creó en Lima el Colegio del Príncipe, para la educación de los hijos de indios nobles (1620).

Fundó en Cuzco los colegios de San Francisco de Borja para los hijos de caciques, y San Bernardo (1619) para los hijos de los conquistadores.

Dio cumplimiento a las bulas de erección de las diócesis de Trujillo, Concepción y Buenos Aires (1616). 

Favoreció la entrada de Diego Vaca de Vega a las tierras habitadas por los nativos de Maynas y la fundación del pueblo de la amazonía peruana que, en su homenaje, lleva el nombre de Borja (8 de diciembre de 1619).

Procedió a reglamentar e instalar el Tribunal del Consulado (20 de diciembre de 1619). 

A su solicitud, se le nombró sucesor y sin esperarlo, emprendió viaje de regreso a España el 31 de diciembre de 1621. (Datos: Wikipedia)

Francisco de Borja y Aragón - Príncipe de Esquilache

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