lunes, 22 de noviembre de 2010

Las piezas en poder de Yale desvelarán los secretos de Machu Picchu


Las 46.000 piezas arqueológicas que la universidad de Yale se ha comprometido a devolver a Perú constituyen el 'archivo' que permitirá a los investigadores peruanos leer de principio a fin la historia de la ciudadela Machu Picchu, hasta ahora un misterio sin resolver.

A través de los restos humanos, las piezas de tela y los objetos de cerámica y metal que hiram Bingham III 'tomó prestados' entre 1912 y 1916, los arqueólogos esperan confirmar o refutar sus hipótesis sobre el uso dado por el imperio inca a la ciudadela.

Estos objetos son tesoros, pero no desde un punto de vista económico. Los sucesivos saqueos e incendios que desde el siglo XVI sufrió Machu Picchu acabaron con los objetos de oro y con las tumbas más fastuosas. El valor de los objetos, explica Luis Lumbreras, ex director del Instituto Nacional de Cultura, es testimonial.

"Los restos son testimonios que equivalen a documentos cuya lectura nos van a decir cómo vivían, de donde venían o qué tipo de ceremonias religiosas practicaban", narra el arqueólogo. "Este valor testimonial es más importante que el económico o artístico, ya que permite recuperar nuestro patrimonio histórico y cultural".

Un patrimonio del que Perú lleva privado un siglo. En 1916, el país autorizó a través de un decreto supremo que el famoso explorador sacara las piezas arqueológicas de la ciudadela para su estudio en la universidad de Yale sólo por un plazo de 18 meses.

Sin embargo, los 74 cajones que según documentos de la época salieron por mar rumbo a Estados Unidos nunca retornaron.

Los peruanos no tienen información sobre las piezas
Perú no realizó un inventario que permita saber con certeza el número de piezas que salieron del país.

Según el primer censo que Yale hizo público en 2002 a través de Internet, los 'artefactos' serían 4.900. Sin embargo, en 2009, el primer equipo de investigadores peruanos que tuvo permiso para acceder a las piezas las cifró en 46.000. Este equipo atestiguó que existían piezas que casi un siglo después no habrían sido ni siquiera desempacadas de su embalaje original.

Según los expertos consultados, Yale no habría entregado nunca a Perú informes científicos sobre los estudios realizados a las piezas, entre ellos el de Carbono 14, que permitiría saber con exactitud su antigüedad.

"Yale siempre eludió dar facilidades para conocer el valor de lo que realmente tenía en su poder", describe María Elena Córdoba, ex directora de la unidad gubernamental de Defensa del Patrimonio Histórico.

El viernes pasado, Alan García dio a conocer que Yale devolverá las piezas en base a un cronograma, comenzando por los 370 objetos que la universidad considera para exhibición en museos. Sin embargo, la experta advierte que "hay razones para desconfiar".

Maria Elena Córdoba dirigió el primer equipo técnico que sustentó la demanda peruana ante Yale. "No sabemos en qué se basan los investigadores de Yale para decir que son museables", expone a ELMUNDO.es. La experta considera que el valor testimonial de las piezas es más importante que el 'museable' y pide a Yale que junto a ellas devuelva los informes científicos y las fotografías que Hiram Bingham realizó durante sus exploraciones, ya que permitirán determinar los lugares en los que fueron encontradas.

"El valor de los artefactos, que nosotros preferimos llamarlos bienes del patrimonio cultural del Perú, son incalculables. Contienen todo lo que podemos recuperar como información, no solo a través de la pieza sino a través del lugar donde fue encontrada. Por ello deben devolver también la información de campo y los apuntes de Hiram Birgham".

¿Quiénes eran habitantes de Machu Picchu?
Los arqueólogos peruanos esperan obtener gratas sorpresas del estudio de las piezas. Entre ellas, probar que la ocupación de Machu Picchu es más antigua de lo que hasta ahora se cree.

Efectuando la prueba del Carbono 14 a los restos humanos y animales y estudiando los diseños cerámicos, los investigadores esperan establecer quienes vivieron en Machu Picchu y desde donde llegaron.

Según explica a ELMUNDO.es el arqueólogo Luis Lumbreras, a Machu Picchu fueron traídas poblaciones de lugares lejanos como la costa o incluso del noroeste argentino siguiendo la política inca de reasentamiento (en quechua mitmaqkuna) de grupos humanos para cumplir funciones económicas, sociales, culturales, militares o políticas.

Estos mismos restos permitirían atestiguar si la ciudadela habría sido invadida por los conquistadores españoles entre 1540 y 1571, fechas en las que los cronistas atestiguan que existieron incursiones españolas en la búsqueda de las 'guerrillas' de resistencia de Inca.

Machu Picchu: ¿Mausoleo de Pachacútec?
Para los investigadores peruanos, el sitio arqueológico era un centro religioso y ceremonial. Sin embargo, sus características específicas nunca han podido ser estudiadas por la falta de vestigios testimoniales.

Lumbreras espera poder confirmar o descartar definitivamente la hipótesis de que Machu Picchu haya sido un mausoleo con un uso comparable al de las pirámides de Egipto.

Según esta hipótesis, en Machu Picchu se habría guardado la momia del Inca Pachacutec, quien convirtió al Estado inca en un gran imperio. Según el cronista Juan de Betanzos, quien acompañó a las huestes de Pizarro y Almagro, la tumba de Pachacútec estaba flanqueada por una gran efigie de oro.

Las piezas que Yale tendría en su poder y que habrían sido encontradas en el área en la que supuestamente se encontraba la tumba de este poderoso Inca, podrían dar fe o desmentir para siempre esta tesis del mausoleo.

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