jueves, 31 de julio de 2008

El Reino Recuay

Cultura Recuay

Parece ser que la zona de Copa, fue el centro de esta cultura, en el distrito de Marca, provincia de Recuay, región Ancash; pero también se desarrolló en Santa en la costa y Pashash en Pallasca, al norte del Callejón de Conchucos. Otra teoría dice que fue parte de las ciudades estados que conformaban el estado Moche.

Su eje político, económico y social se ubicó en el Callejón de Huaylas, entre la Cordillera Blanca y la Cordillera Negra, en el rico valle del río Santa. Su área de influencia abarcó por el norte, la cuenca del río Marañón (Pataz, La Libertad; Cutervo y Cajamarca); y hacia el oeste, por los valles de Ancash (Santa, Nepeña, Casma, Culebras, Huarmey y Fortaleza).

Hay evidencia de que la dominación de los valles en el desarrollo de estas culturas fue militar; quienes tenían más y mejor de todo, incluyendo el aparato militar, imponían su hegemonía en las zonas conquistadas.

La economía Recuay, estuvo basada en la ganadería de auquénidos. Según Julio R. Villanueva Sotomayor, “…, a tal extremo que las edificaciones chavinoides (incluido su Templo o Castillo) de los callejones de Huaylas y Conchucos fueron utilizadas como corrales”.

En esa época en las regiones Suni y Puna se criaban llamas, vicuñas y alpacas, aprovechando el potencial de pastos naturales, como el ichu, ocsha y champales.

Los principales productos ofertados por esta cultura era el charqui de llama y la lana de los auquénidos, Esculpieron en grandes piedras figuras antropomorfas que recordaban a los pobladores Recuay, que debían obediencia al rey y a las normas sociales y les hacían recordar los castigos a los que estaban propensos si las violaban.

Sobre el posicionamiento estratégico de más de una región por parte de las culturas peruanas, Julio R. Villanueva Sotomayor, nos dice:

“Nasca, Mochica y Recuay son tres reinos que demuestran que de una región geográfica no podían subsistir y, por eso, se aseguran un dominio estratégico, más que amplio, de diversos pisos altitudinales o regiones naturales.

Las tres culturas también dieron importancia al Mar de Grau, sabedores de que en sus aguas conseguirían ingentes riquezas naturales alimentarias.

Otra constatación de esa época es el interés que sus estados o administradores mostraron por el control de sus cuencas hidrográficas. Mochica y Nasca lo hicieron con los ríos costeros y, con ello, haciendo obras viales y de irrigación, fomentaron un dominio espacial transversal, desde el mar a la sierra. Recuay ejerció ese dominio en la cuenca del Santa (longitudinal y transversalmente; en sierra y costa, respectivamente), en las de los ríos costeños de la región Áncash y en la cuenca del río Marañón (en su sentido longitudinal).

La preocupación de la élite gobernante de Recuay fue vincular el Callejón de Huaylas con el Mar de Grau, por el oeste, y el gran valle marañonense, de Yunga interandina, por el este y noreste.

Para estas culturas, la integración regional fue a través de las hoyas hidrográficas”.

Julio R. Villanueva Sotomayor, lib. cit.




jueves, 24 de julio de 2008

El Imperio Chimú

Cultura Chimú

El Imperio Chimú (Siglos XII-XV d.C), tuvo casi 1.000 kilómetros de largo y su ancho promedio fue de 50 kilómetros. Su área fue de 50.000 km², es decir, 4,17% del área del Perú actual.

Fue un imperio que se desarrolló totalmente en la costa, en los valles de Lambayeque, Reque, Jequetepeque, Chicama, Moche, Virú, Chao, Santa, Huarmey, Casma, Fortaleza, Pativilca, Supe, Huaura y Chancay.

La población total de este imperio fue de 500.000 habitantes y su capital fue la ciudad de Chan Chan, que albergaba a 50.000 habitantes.

La base de su economía, fue la agricultura de la que sacaron provecho en todos los valles mencionados; no tuvieron pretensiones territoriales en los Andes, salvo en aquellos, donde podían controlar el recurso hídrico, bastante escaso en la costa: “con infraestructura de riego montada, el reino del Chimor logró cultivar el doble de tierras que en la actualidad”.

Construyeron represas, acueductos, canales, puquios y acequias, tanto para mantener y mejorar sus áreas de cultivo como para ampliar su frontera agrícola. En el valle de Moche, construyeron los sistemas de riego Mochica, Huatape y Santo Domingo. El sistema La Cumbre, fue su máxima obra hidráulica, tenía 80 kilómetros de longitud y unía los valles de Chicama y Moche. Tuvieron otras irrigaciones no menos importantes, en Lambayeque por ejemplo como Taymi, Racarrumi, Chaname, Cumperlate, Chumbenequi y Talambo, que irrigaban unas 100.000 hectáreas de cultivos.

Adicional a lo anterior excavaron pozos con la finalidad de aprovechar la napa freática, como los pozos de Kiriwac, Puquio Lato, Puquio Bajo y Puquio Larrea. Las represas las construyeron con la finalidad de tener agua en épocas de sequía, un ejemplo de ello, es la represa de Bolsillo del Diablo.

Los cultivos más frecuentes eran: maíz, maní, ají, algodón, pacae, ciruelo del fraile, lúcuma, palta y guanábana. La ganadería, la pesca y la caza, les proveían y completaban la dieta con el aporte proteico necesario.

Su idioma oficial fue el muchik, pero se hablaba también el quignan (entre los pescadores principalmente).

Su artesanía era utilitaria y su principal materia prima fue la totora; crearon chacras artificiales o “wachaques” de totorales, para la construcción de sus viviendas, balsas, etc., con un ingenioso sistema de protección contra el arenamiento y consecuente secado.

El Imperio Chimú, fue diseñado basándose en polos de desarrollo y ellos fueron, Túcume, Batán Grande en la zona norte y Paramonga en el sur. Otras ciudades importantes fueron Pacatmanú (en el valle de Pacasmayo), El Purgatorio (en el valle de La Leche) y Apurtec (en el norte de Motupe). Todas las ciudades tuvieron doble función administrativa y religiosa.

La ciudad de Chan Chan, capital del imperio, fue fundada por el “ciquic” (rey en el idioma muchik) Tacaynamo, quien además inicia las conquistas del Imperio Chimú, que son seguidas por sus descendientes, en especial por su hijo Guacricur, quien somete a las tribus aledañas al imperio, para más tarde Naucempinco llevarlas hasta Pacasmayo, por el norte y Santa, por el sur.

Años después, el ciquic Minchancaman sometió a los tallanes en el norte y a los habitantes del valle de Carabayllo por el sur.

Este ciquic, años después se enfrentó al Ejército Imperial Inca, comandado por el Sapa Inca, Túpac Inca Yupanqui, quien al derrotarlo, lo envió al Cusco, donde lo trataron de acuerdo a su jerarquía de ciquic con mucha cortesía, pero impusieron a Huamanchumu, quien se sometió totalmente a los Incas y terminó con el Imperio Chimú.

Los ciquic usaron los palacios como santuarios también. Después de muerto el ciquic, los parientes y servidores, tenían la obligación de adorar a su mallqui o momia. Un cronista dice: “lo trataban como si estuviera vivo”.

El resto del pueblo, vivía en barrios marginales y en casas seguramente de quincha (barro y caña). Los chimús, estratificaron su sociedad de la siguiente manera de acuerdo a su jerarquía de mayor a menor: “ciquic”, a los reyes; “alaec” a los curacas; “fixl” a los hacendados; “parang” a los vasallos; “gana” a los sirvientes. No se tiene conocimiento cómo denominaron en su idioma chimor, a los curanderos y mercaderes, que eran parte de la estratificación social.

Los artesanos metalúrgicos más famosos del antiguo ande, salieron del Imperio Chimú. Manejaron el cobre, la plata y el oro con trabajos y cantidades extraordinarias. Cuando se produjo la conquista Inca, grandes cantidades de oro con sus artesanos, fueron trasladados al Cusco.

Producida la conquista española al Imperio Inca, gran parte del tesoro de Atahualpa, salió de Chimú y grandes cantidades de oro en barras o trabajada, fue enviada a la corona española desde 1533.

"Desde Chan Chan, gobernaba su imperio un grupo despótico, fuerte y opresivo, propietario de todo lo existente, incluso los hombres; por lo que, así como cubrió de privilegio a la agricultura, se aseguró para sí el control de la distribución de la producción monopolizándola.

Esa forma de Estado, cualquiera sea la actividad primordial, era la que imperaba y la que imperó en el mundo andino autónomo. Los métodos de sujeción se hacían a través de una férrea administración centralista, de una acicalada imposición ideológico – religiosa y de una bien preparada y despiadada organización militar.

Tacaynamo fue el fundador de Chan Chan y del imperio Chimú. Según la mitología, llegó de “allende los mares”. Guacricur y Naucempinco, hijo y nieto del fundador, fueron los inciadores de la expansión de Chimú. Chimú Minchancaman fue el último rey, de una lista que, tuvo 10 gobernantes”.

Julio R. Villanueva Sotomayor, “El Perú en los tiempos antiguos”, Empresa Editora Nacional S.A.C., Lima, Perú, pág. 134

A pesar que los Chimús, llegaron a Paramonga, la fortaleza que ahí existe, fue construida por los incas del Ejército Imperial del Sapa Inca Túpac Inca Yupanqui.

Según el Inca Garcilaso de la Vega, la fortaleza de Paramonga fue construida por el ejército vencedor. Después de la victoria, Túpac Inca Yupanqui se dedicó a realizar varias obras en el reino Chimú.

Dice Garcilaso de la Vega:
“Particularmente, en el valle de Parmunca mandó el príncipe se hiciese una fortaleza en memoria y trofeo de la victoria que tuvo contra el rey Chimú, que la estimó en mucho por haber sido la guerra muy reñida de ambas partes. Y porque la guerra se empezó en aquél valle mandó se hiciese la fortaleza en él. Hiciéronla fuerte y admirable en el edificio y muy galana en pinturas y otras curiosidades reales, más los extranjeros no respetaron lo uno ni lo otro para no derribarlas en el suelo: todavía quedaron algunos pedazos que sobrepujaron a la ingnorancia de los que la derribaron, para muestra de cuan grande fue”.

Inca Garcilaso de la Vega, "Comentarios Reales de los Incas", pág. 404








domingo, 6 de julio de 2008

Hallan Tumba de Antiguo Gobernante Preinca en Perú


El hallazgo de la tumba completa de un poderoso señor de una cultura preinca que reinó en el norte de Perú hace 1.600 años, pero que desapareció misteriosamente, fue dado a conocer el sábado por su descubridor, quien lo consideró "fascinante" para la historia del país andino.

El descubrimiento, registrado en la denominada Huaca del Pueblo, en la región Lambayeque, unos 770 kilómetros al norte de Lima, es contemporáneo y similar al "Señor de Sipán," un rey cuya tumba, desenterrada hace 20 años, es uno de los tesoros arqueológicos más importantes de Perú.

Ambos personajes serían figuras de alta jerarquía de la cultura Moche, que se desarrolló en la costa norte del país durante el primer milenio de la era cristiana, y que destacó por la magnífica calidad de su orfebrería.

"Es claramente un hallazgo de primera porque hay mucha iconografía, son cosas complejas, será realmente un placer poder manipular esos datos y compararlos con sitios como Sipán," dijo a Reuters, Steve Bourget, arqueólogo canadiense de 51 años, quien dirigió la investigación.

"En este sentido es un hallazgo de oro para el patrimonio cultural peruano," agregó el investigador en una conversación telefónica.

Bourget, un científico que trabaja en la zona desde 1986, explicó que del estudio entre las semejanzas y diferencias entre Sipán y este nuevo hallazgo será posible entender mejor las relaciones entre los grupos que habitaron esta región.

"Nosotros no estábamos acá buscando esta tumba, estábamos estudiando la arquitectura y su desarrollo en el sitio. Ha sido casi una casualidad que nos hayamos encontrado con esto, realmente," relató.

SIMILITUDES CON SIPAN

El arqueólogo precisó que las similitudes con Sipán se enfocan en el tiempo, en el ajuar funerario y en los objetos que incluyen 14 coronas, dos máscaras funerarias, seis bastones de guerra de cobre; además de collares, pectorales de cuentas y chaquiras.

"Hay coronas, maravillas tecnológicas de cobre, de cobre dorado que parecen de calidad igual, pero parece que el sitio de Sipán tenía una importancia social y política mucho más grande," destacó Bourget.

Si bien en la tumba no se hallaron los espectaculares objetos de oro que caracterizaron a Sipán, la Huaca del Pueblo aporta importantes elementos para descubrir la dimensión histórica de esta cultura, refirió el arqueólogo.

"Con este hallazgo ya se puede definir mucho más la naturaleza del estado Moche. Hay varios sitios que han dado hallazgos importantes como San José de Moro, Sipán, Dos Cabezas y ahora Huaca del Pueblo," afirmó Bourget.

Las joyas de la cultura Moche, que reinó hasta mediados del siglo IX para luego desaparecer y dividir su influencia entre otras dos culturas preincas, Chimú y Sicán, son especialmente valiosas y botín preciado de traficantes de arte antiguo.

En agosto del 2006, la policía británica entregó a las autoridades peruanas un tocado de oro Moche que fue localizado en un vivienda de Londres.

La pieza, que representa la imagen de una divinidad marina como un pulpo mítico antropomorfizado, fue extraída por saquedores o "huaqueros" en 1988 de un importante centro arqueológico poco conocido.

"El sitio donde yo trabajo tenía una gran protección que permitió que estas cosas no sean destruidas," anotó Bourget.

El tráfico de objetos considerados como patrimonio cultural en Perú, que guarda inmensos tesoros ancestrales, se ha convertido en el segundo comercio ilegal después del de cocaína, según las autoridades locales.

Los precios que se manejan por las antigüedades en el mercado negro son incalculables, debido a que el valor de estos no puede ser fijado en el tiempo.

(Editado por Patricia Vélez)
Fuente: reuters

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